A LA VIDA CORPORAL
Antes de comenzar esta charla, diré a los hermanos lectores, que la lectura e interpretación de la Doctrina Espírita, me ha hecho pensar seriamente, en muchas cuestiones, que hacen a mi vida en lo personal y que posteriormente, tales cuestiones, se reflejaron en mis seres queridos, en mis hijos, familiares, compañeros de esta nueva encarnación.
La magnifica obra del Maestro Allan Kardec, en su codificación, fue, es y será mi guía permanente para el estudio de la Doctrina y sus entretelones de la vida material, más aún, la vida en el plano Espiritual, que a mi entender es nuestra verdadera morada.
Entre las cuestiones que me fueron presentando, en la medida de mi entendimiento, me despertó mayor interés , en los procesos reencarnatorios, tan bien explicados en el “Libro de los Espíritus”; capítulo IV “Pluralidad de las Existencias” y más específicamente, el capítulo VII, “Retorno a la Vida Corporal”, capítulos éstos, tan amplios e importantes, para nuestro entender, que los he tomado como perfectos para la introducción de esta charla.
Si bien me encuentro entre hermanos estudiosos del Ideal Espírita, espero a través de la presente, poder reafirmar conceptos y si Dios me lo permite, abrir nuevas expectativas, para el estudio más acabado de aquellos hermanos que le interesen “Los Preludios del Regreso a la Vida Corporal” y los entretelones de cómo se reencarna, abarcando los entretelones tan poco comunes, en algunos casos, de una nueva existencia, de una nueva existencia que ha de comenzar, el Espíritu para su evolución hacia Dios.
La magnifica obra del Maestro Allan Kardec, en su codificación, fue, es y será mi guía permanente para el estudio de la Doctrina y sus entretelones de la vida material, más aún, la vida en el plano Espiritual, que a mi entender es nuestra verdadera morada.
Entre las cuestiones que me fueron presentando, en la medida de mi entendimiento, me despertó mayor interés , en los procesos reencarnatorios, tan bien explicados en el “Libro de los Espíritus”; capítulo IV “Pluralidad de las Existencias” y más específicamente, el capítulo VII, “Retorno a la Vida Corporal”, capítulos éstos, tan amplios e importantes, para nuestro entender, que los he tomado como perfectos para la introducción de esta charla.
Si bien me encuentro entre hermanos estudiosos del Ideal Espírita, espero a través de la presente, poder reafirmar conceptos y si Dios me lo permite, abrir nuevas expectativas, para el estudio más acabado de aquellos hermanos que le interesen “Los Preludios del Regreso a la Vida Corporal” y los entretelones de cómo se reencarna, abarcando los entretelones tan poco comunes, en algunos casos, de una nueva existencia, de una nueva existencia que ha de comenzar, el Espíritu para su evolución hacia Dios.
Debo aclarar lo mucho que me ha ayudado para el logro de esta charla, el contenido que se encuentra en el libro “Misioneros de la Luz”, los capítulos XII, XIII y XIV. Preparación, de Experiencias, Reencarnación y Protección, respectivamente, dictado por el Espíritu de André Luiz, al Médium, Francisco Cándido Xavier.
Para ir entrando en el tema, he tomado del capítulo, cuarto, del Libro de los Espíritus, “Pluralidad de las Existencias”, el punto número (dos) “Justicia de la reencarnación”, en la pregunta N° 171, dónde el Maestro Allan Kardec, pregunta al mundo espiritual de Luz; ¿En qué se funda el dogma de la reencarnación? Respondiéndose: En la justicia de Dios y en la revelación, porque sin cesar lo repetimos: Un buen padre siempre deja siempre a sus hijos, una puerta abierta al arrepentimiento, ¿No te dice la razón que sería injusto privar para siempre de la dicha eterna a todos aquellos de quienes no ha dependido el mejorar? ¿Acaso todos los hombres no son hijos de Dios?,. Sólo entre los humanos egoístas se encuentra la iniquidad, el odio implacable y los castigos sin perdón.
Para no dejar puntos poco claros a éste respecto, el Maestro Allan Kardec, nos dice: “Todos los Espíritus tienden hacia la perfección y Dios les provee los medios de obtenerla mediante las pruebas de la vida corporal. Pero en su justicia les reserva que cumplan en nuevas existencias lo que no pudieron hacer o perfeccionar en una primera prueba”
No estaría de acuerdo con la equidad y la bondad de Dios castigar para siempre a aquellos que han podido encontrar obstáculos para su mejoramiento, independientemente de su voluntad y en el medio mismo donde se hallaban ubicados. Si la suerte del hombre después de su muerte estuviera irremediablemente fijada, Dios no habría pesado las acciones de todos con la misma balanza y nos hubiera tratado con imparcialidad.
La Doctrina de la reencarnación, esto es, aquella que consiste en admitir para el hombre, muchas existencias sucesivas, es la única que responde a la idea que nos formamos de la justicia de Dios para con los hombres de una condición inferior, la única que puede explicarnos el porvenir y fundamentar nuestra esperanza, puesto que nos ofrece el medio de rescatar nuestras faltas mediante nuevas pruebas. La razón nos los indica y los Espíritus así lo enseñan.
Saliendo de las textuales palabras del maestro Allan Kardec y entendiendo que en mayor o menor medida, somos deudores ante la Justicia Divina y que muchos de nosotros ya hemos tenido varias existencias, llegando el momento de preguntarnos: ¿Cómo se han operado esta y aquellas? ¿Hemos sido siempre concientes del cumplimiento de esta ley? ¿Quién nos orienta en La nueva travesía terrestre? Estas y un sin número de preguntas tienen respuesta, siempre y cuado veamos al ser humano, al Espíritu inmortal, dentro de un punto de vista independiente, único y no generalizar la reencarnación como un hecho puramente usual, basándonos en el imperativo de la procreación y que las virtudes o desgracias del recién llegado, son obra de la suerte.
Esto quiere decir, que cada ser esta subordinado indefectiblemente a sus obras del pasado y que en el mayor de los casos, descendemos a la tierra, endeudados con la Justicia Divina, para soportar pruebas o difíciles expiaciones que se muestran desde el primer día de nuestro nacimiento, habiendo elegido en el mayor de los casos, nosotros mismos, lo más conveniente para nuestro adelanto, y en otros casos la reencarnación se impone, sobre todo cuando, el Espíritu no es todavía apto para realizar una elección con conocimientos propios del acto que ha realizar y sus consecuencias.
Las pruebas están a la vista ¿Cuántas veces hemos visto nacer niños, ciegos o sin sus extremidades o con crueles enfermedades, sin ningún pecado aparente? Casos que turban nuestra razón y hasta veríamos a un Dios injusto, sino tuviéramos el conocimiento que nos proporciona el estudio del Espiritismo, más cuando profundizamos la ley de causas y efecto, que se acciona con el Libre Albedrío de nuestros actos. Y con un sentimiento de Amor y caridad, esos seres de gran elevación nos dicen; ¡Todo se paga! Y necesario ha de ser para que la balanza de la Justicia Divina, volcada, hacia el lado del bien nos haga merecedores de vestir con el color blanco del manto nupcial y los colores áuricos de las virtudes adquiridas, para siempre.
Pues para la Justicia Divina, no hay errores, sólo entre los hombres existen falsas sentencias y delitos impunes, procederes estos que indican la inferioridad espiritual del mundo en que vivimos.
No es el propósito del presente escrito, indagar sobre tratados de leyes terrenales, ni de sus aplicaciones, solo me extendí brevemente en estas cuestiones que son de carácter introductorio, pero afirmando nuevamente que todo impedimento físico del grado que fuese, es la parte visible, es el efecto de una causa.
Para continuar esta charla, primero veremos los acontecimientos de cómo el Espíritu llega de su retorno de la vida material a la vida Espiritual. Es como ver el inicio de una nueva etapa.
Durante la vida material, el Espíritu se halla ligado al cuerpo por su envoltura semimaterial, que se denominó periespíritu. La muerte solo destruye el cuerpo y no al periespíritu, el cual se separa del cuerpo cuando cesa en éste la vida orgánica. Las observaciones realizadas nos dicen que el desprendimiento del periespíritu se opera de diferentes formas, es gradual y en un plazo muy variable. En algunos Espíritus es rápida, éste proceso de liberación con la materia inerte, más aún hablando de Espíritus muy apegados al cuerpo físico, es más lento y largo, semanas, meses y hasta largos años, y en el peor de los casos, sienten con espanto, cómo es roído su cuerpo físico.
Bien sabemos que el grado de adelanto moral, cumple un rol importantísimo, cuanto más conocimiento hay de la individualidad del ser, del desapego de las pasiones que embrutecen al alma y el conocimiento del “Porque de la vida”, el Espíritu escapa más rápido de esas ataduras, y felices aquellos que transitaron el camino del bien, se liberan dando gracias a Dios por la dicha que experimentan.
¿Pero que hay de aquellos que no han sabido ir por ése camino angosto y recto, qué por producto de la misma ignorancia, tomaron atajos hacia la delincuencia, el homicidio y hasta el suicidio? Algunos pensando que con éste accionar se terminarían sus suplicios, sus pesares y desdichas. Y cuando reingresan a la Patria Espiritual, sienten el remordimiento de sus actos, y una voz que les dice, ¡En cuanto te has equivocado, por no escucharme, que soy tu guía, ni a tu propia conciencia que es la palabra de Dios!
En ése momento y en el mejor de los casos, al Espíritu lo envuelve un sentimiento profundo de arrepentimiento, ya cansado de seguir huyendo de sus equívocos del pasado, piden a Dios el socorro, para salir de ése estado tormentoso, he iniciar la transformación de su Espíritu, sabiendo que no hay otro camino mejor.
¿Pero cómo se opera esa asistencia? Hablamos de Espíritus que poca idea pueden tener de la bondad del Supremo y hasta de la existencia de Espíritus de gran luz y bondad, con tanto amor, comprensión y caridad. Ellos son los intercesores del plano Espiritual y relacionados con el plano material, son los que conforme a la voluntad Divina, ponen de su luz fraterna, la paz en los hogares, interceden entre los enemigos, calman las angustias, despiertan nuestra conciencia, nos levantan el ánimo en los momentos de duras pruebas, ayudan fluidificando a enfermos y moribundos, en pocas palabras, son los “Misioneros de la Luz. Ante la ignorancia y la debilidad del ser. Por mil circunstancias distintas hemos de decir que todos los casos de Espíritus reencarnantes, no son iguales, y la diversidad de ellos se encuentra en relación entre el debe y el haber. Como dice el dicho; “La siembra es libre, pero la cosecha es obligatoria”, no obstante recordemos que Dios es todo amor y ante nuestros desvíos del camino del bien, él siempre nos extenderá su misericordiosa mano.
¿Pero cómo se opera esa asistencia? Hablamos de Espíritus que poca idea pueden tener de la bondad del Supremo y hasta de la existencia de Espíritus de gran luz y bondad, con tanto amor, comprensión y caridad. Ellos son los intercesores del plano Espiritual y relacionados con el plano material, son los que conforme a la voluntad Divina, ponen de su luz fraterna, la paz en los hogares, interceden entre los enemigos, calman las angustias, despiertan nuestra conciencia, nos levantan el ánimo en los momentos de duras pruebas, ayudan fluidificando a enfermos y moribundos, en pocas palabras, son los “Misioneros de la Luz. Ante la ignorancia y la debilidad del ser. Por mil circunstancias distintas hemos de decir que todos los casos de Espíritus reencarnantes, no son iguales, y la diversidad de ellos se encuentra en relación entre el debe y el haber. Como dice el dicho; “La siembra es libre, pero la cosecha es obligatoria”, no obstante recordemos que Dios es todo amor y ante nuestros desvíos del camino del bien, él siempre nos extenderá su misericordiosa mano.
Muchas veces nos hemos preguntado, ¿Cómo es el Mundo Espiritual?, he ahí una pregunta que abordaremos unos instantes.
Para algunos sólo es el espacio infinito, poblado de planetas y millares de Espíritus errantes que sin cesar se agitan en torno a sus necesidades, donde se reconocen por su luz y progreso alcanzado. Y para otros el Mundo Espiritual es maravilloso, con caracteres iguales a los de la Tierra, con poblados donde habitan los Espíritus que allí residen, con lugares específicos para cada cosa y con una organización estructurada, que solo el arquitecto del universo es capaz de crear.
Para una mejor interpretación de lo expuesto, he indagado de diferentes libros sobre el tema y del volumen “La Vida en el Mundo Espiritual” de André Luiz, he extraído los siguientes párrafos, que a modo de introducción, incluye a otras obras, y que en la citada hay una gran coincidencia en las respuestas que dan los Espíritus, aún en diferentes tiempos y lugares.
En la obra “El Espiritismo”, escrita por Sir Arthur Conan Doyle, cuya fama mundial hace innecesaria aquí su presentación. En la edición al español y refiriéndose a la notable mediumnidad del gran sabio Sueco Samuel Swenderborg, dice lo siguiente: “Encontró que el otro mundo consistía en un número de esferas diferentes que presentaban grados de luminosidad y felicidad, a cada una de las cuales vamos después de la muerte, según las condiciones espiritual en que nos encontramos en la vida. Allí somos juzgados de una manera automática por una especie de ley espiritual que determina el resultado último, por el resultado total de nuestra vida, de suerte que la absolución o el arrepentimiento en el lecho de muerte son de poco provecho.
Encontró en aquellas esferas, que la escena y las condiciones de este Mundo, estaban reproducidas con fidelidad, así como el armazón general de la sociedad. Halló casa en la que vivían familias, templos en los cuales se oraba, salones en donde la gente se reúne para fines sociales, etc.
En la misma obra, Conan Doyle, menciona al notabilísimo médium norteamericano Andrés Jakson y dice lo siguiente: “En su visión del más allá, Davis vio una disposición de universo que corresponde muy aproximadamente a la de Swedenborg, y a lo que más tarde dijeron los Espíritus y fue aceptado por los Espiritistas. Vio una vida que se parecía a la de la tierra, una vida que puede llamarse semimaterial, con placeres y objetivos adaptados a nuestra naturaleza, que la muerte no modifica en modo alguno. Vio estudio para los estudiosos, labor genial para los enérgicos, arte para los artistas, belleza para los amantes de la naturaleza, reposo para los cansados. Vio frases graduales en la vida Espiritual, a través de las cuales se asciende a lo sublime y a lo celestial.
En la página 443, Conan Doyle dice: “En el mismo círculo familiar del autor, recibiese también este mensaje: Por amor a Dios, sacude y despierta a esa gente que no quiere creer. El mundo necesita saber lo que pasa aquí. Si yo en la tierra hubiese sabido lo que aquí me esperaba, mi vida habría sido muy distinta”
“Os esperan infinidad de sorpresas, todas bellas y nobles, dulces y radiantes. La vida es sólo una preparación para estas esferas. Sin esta preparación no habría podido yo entrar en este glorioso y admirable mundo. En la tierra nos aleccionamos, y este mundo es el premio, nuestro verdadero hogar, nuestra verdadera vida: es el sol después de la lluvia.
Por último mencionaré, al gran periodista Inglés Williams T. Steads, que fuera director de la famosa “Review of Reviews”, en su muy interesante libro, titulado, “CARTAS A JULIA”, en él aparecen los dictados que a través de su propia mediumnidad hubo de hacerle el Espíritu de Julia, corrobora cuando deja expuesto, y en la página 84 de su edición española, traducción del gran espírita Argentino “Cosme Mariño, refiriéndose al célebre médium Staiton Moses, transcribe lo siguiente: Pregunta: ¿Las esferas son reales cómo en este mundo?
Respuesta: En todo semejante. Sólo el cambio de condiciones hace la diferencia. Hay aquí plantas, frutos, bellos paisajes, animales y pájaros como entre vosotros. Las condiciones materiales son diferentes.
Dado el tema que exponemos, ha sido necesario citar estas comunicaciones de seres respetables que avalan la gran y hasta incomprensible organización que hay en el Mundo de los Espíritus, y cómo es él, dándonos una valiosa información para poder avanzar en esta charla. A mi entender nos dan estas comunicaciones, una ubicuidad de cómo se trabaja, habiendo lugares específicos para cada cosa.
Así lo manifiesta André Luiz, que después de pasar algunos años en el umbral a merced de entidades denigrantes y bajo fuertes sufrimientos debido al desapego de su familia, y el olvido de Dios, por no necesitar de él, recuerda al constructor del Universo y en un sentimiento de arrepentimiento sincero, pide al la ayuda del Padre Celestial, para salir de tal situación. Relatando su experiencia, nos comenta: “No sé, cuanto tiempo ha pasado desde que mi idea, fue la pedir ayuda, pero, ¡Ah! Es preciso haber sufrido mucho para entender todas las misteriosas bellezas de la oración; es necesario haber reconocido, la humillación, la extrema desventura para poder tomar con eficiencia el sublime elixir de la esperanza. Fue en ése instante que las espesas neblinas que me cubrían se disiparon y alguien surgió, como emisario de los cielos. Un simpático viejecito me sonrió paternalmente. Se inclinó, fijo en los míos sus grandes ojos lúcidos, y dijo:
-¡Valor, hijo mío! El señor no te desampara.
Junto a él, se encontraban dos entidades, que a la señal del intercesor, Clarencio, lo llevaron hasta un lugar de grandes puertas, similar a un hospital de la Tierra. Preguntando donde se encontraba, le respondieron: Este es “Nuestro Hogar”, aquí ayudamos a los Espíritus débiles y enfermos por las grandes luchas que han tenido en el campo mental. Aquí es el lugar donde se opera la transformación de los Espíritus, que quieren y deben continuar con su progreso Espiritual.
Consideré necesario, este resumen del rescate del iluminado, André Luiz, para no dejar huecos oscuros del lugar donde se realizan “Los Preludios del Regreso a la Vida Corporal”.
De aquí en adelante, veremos, cómo se trabaja en este hospital de salvamentos y rescate de las almas, poniendo en particular un caso de reencarnación y la imperiosa asistencia de los mentores espirituales para que este se lleve a cabo.
Para quienes no hayan leído la obra “Como se Reencarna” de André Luiz, aclararé, que “Nuestro Hogar” es un hospital que se encuentra en la periferia de nuestro planeta, donde hay varios servicios de ayuda, entre ellos, se encuentra el MINISTERIO DE PLANEAMIENTO DE REENCARNACIONES, en ese lugar es en donde se organizan, las nuevas reencarnaciones de los Espíritus, que esperan el momento para regresar a la tierra a cumplir con las nuevas pruebas asignadas. Ya hemos mencionado que cada caso es particular, como particular será su materia que se prepara de acuerdo a las luchas que el Espíritu tenga que enfrentar. Seria extensísimo exponer cada caso en particular. Es por eso que tomamos un caso en particular, que es el de Segismundo, gran trabajador de nuestro hogar, pero como muchos de nosotros se encuentra endeudado con la Providencia Divina, por un crimen cometido en una pasada encarnación.
Sin embargo, no hay deuda que no se pueda pagar, aunque para ello debe reinar el imperativo de la asistencia recíproca entre los implicados. En este caso se le recomendó al amigo, Segismundo, encarnar en el hogar, ya constituido de quien fuese su victima, hoy Adelino, que pasará a tomar el lugar de padre, este casado con la mujer que sin pensarlo promovió aquel acontecimiento, siendo una mujer de la calle y bajo una pasión desenfrenada, Segismundo, dio muerte a su adversario, cortando una existencia y por ende oportunidades de progreso.
Al desencarnar, estos, cada uno a su vez, bajo intensas vibraciones de odio y desesperación, padecieron por durante muchos años en las zonas inferiores del astral. Mas tarde, debido a la intercesión de amigos redimidos, los antiguos cónyuges obtuvieron su vuelta a la Tierra, mediante la reencarnación, con el fin de santificar los lazos sentimentales y reaproximarse a los antiguos adversarios. Pero como acontece casi siempre, los héroes en la promesa flaquean, en la realización, por apegarse mucho más a propios deseos que a la Voluntad Divina. Pero ya en posesión del tesoro de la nueva reencarnación, regresa el endurecimiento espiritual y al menosprecio de las leyes de Dios.
Este es el caso de Adelino, que en estos momentos no soporta el acercamiento de Segismundo, como si recordara los momentos vividos, en el pasado, no obstante hay algo peor, cada hombre, cada Espíritu crea de sus propios pensamientos y sentimientos la estabilidad para las trillones de células del organismo físico, y el pensamiento envenenado de Adelino, destruye las sustancias de la hereditariedad, intoxicando la cromatina dentro de la bolsa seminal, y por más que pueda atender a los llamados de la naturaleza, no alcanzaría los objetivos sagrados de la procreación, dada la lamentable disposición de su vida íntima, aniquilando las células creadoras al nacer y aunque nos aniquile por completo, intoxica los genes dificultando nuestra acción.
Pero la intercesión no se hizo esperar y al cabo de algunas noches de trabajo, se logra el acercamiento de los implicados en este proceso, reconociendo cada uno de ellos lo que se debía hacer, para bien en común de ambos.
El hecho más sobresaliente es el de Adelino que al unirse a Segismundo, reconoce su compromiso tomado, y después de un gran abrazo con quien fuese si adversario, sede el sentimiento de odio y en esos momentos lo envuelve una luz divina, quitando de él la oscura niebla que tanto perturbaba su Espíritu a su físico, dejando el paso libre a los mentores Espirituales para continuar con la labor de la reencarnación.
Transcurrida la noche, los tres Espíritus se reúnen con los constructores espirituales, para planificar la nueva reencarnación de Segismundo, que de aquí en adelante comenzaré a detallar.
Como dijimos anteriormente, Segismundo, era un trabajador de “Nuestro Hogar, tareas que sostuvo con ahínco durante más de treinta años, trabajando en distintos ministerios de asistencia. Como no puede ser de otra manera, todo acto es tomado en cuenta y debido a su perseverancia, la Providencia Divina había determinado que no desencarnaría en un mar de sangre, como le había sucedido a su adversario. Pero solo atenuaba la prueba, que debería pasar para el rescate definitivo de este drama del pasado.
Para todo esto, ya estaba confeccionado el mapa celular del nuevo cuerpo que lo acompañaría en su nueva existencia.
Textualmente dice: las entidades que se hallan a la vista son trabajadores de nuestra esfera, y los rollos blancos que llevan, son mapas de formas orgánicas, elaborados por orientadores de nuestro plano, especializados en conocimientos biológicos de la existencia terrenal. De conformidad con el grado de adelanto y de acuerdo con el servicio que le va ha ser asignado en posesión de un nuevo cuerpo carnal, se hace necesario establecer planos adecuados a los fines esenciales.
En el gráfico se verificaban como arabescos, delineando el contorno físico y orgánico, tildados con puntos negros, las imagines de las molestias del corazón que sufriría a la edad madura, demarcándose grandes perturbaciones en los nervios cardíacos, siendo esta enfermedad, necesaria para el rescate del pasado.
Por la extensión del tema, veremos como se opera la reencarnación desde el primer momento.
Para poder habitar el mundo físico, el Espíritu debe reducir su periespíritu o envoltura espiritual que le da la configuración humana hasta alcanzar la forma de feto periespiritual, es decir la forma “preinfantil” que ha de permitirle el encaje en el útero periespiritual de la futura madre encarnada. Permanece allí hasta incorporar y absorber las energías que se condensan desde el mundo físico y que luego conformará el cuerpo. Desde ese momento el Espíritu reencarnante queda ligado con tenues hilos a la nueva organización fetal y en la medida del crecimiento de éste, el Espíritu de apoco va perdiendo la conciencia de su ser, va entrando en la turbación que se completará con el primer contacto con las vida física, en el primer llanto de la nueva vida.
Nadie es desconocedor de las leyes que rigen la procreación y el acto en si, y aunque parezca una “moneda corriente”, este acto es tan importante y sublime, como la existencia misma….
Aún después del acto en si, los mentores espirituales trabajan para fluidificar el espermatozoide, seleccionado y el que determinará el sexo del reencarnante, ya establecido. De la misma forma lo es con el óvulo materno. Una vez lograda la fecundación, comienza la división celular, cada una de ellas con su correspondiente carga de información, en que darán la formación de distintas partes del organismo físico. Este momento es de vital importancia dado que por cualquier motivo, se cortase este proceso, llamado interfase celular, podría propiciar, desde deformaciones hasta el aborto espontáneo. Este proceso es vigilado por mentores espirituales con absoluto cuidado hasta la formación total del feto y después del nacimiento hasta los primeros 7 años de vida, donde se consolida definitivamente el ser espiritual a su nueva materia.
Tratando de no dejar puntos poco claros, diré que la hereditariedad cumple su papel en la formación física y que en muchos casos interviene para que se cumpla lo dispuesto con anterioridad.
Par ir cerrando el tema, manifestare lo siguiente: Son innumerables los proyectos de cuerpos futuros en los sectores del servicio. Se desprende de ello que la mayoría de los enfermos en la carne, son almas que trabajan en la ingente conquista de si mismas. Nadie traiciona la Voluntad de Dios, en los procesos evolutivos, sin incurrir en graves tareas de rectificación; y todo lo que intenta engañar a la naturaleza, cuadro legítimo de las leyes divinas, acaban por engañarse a si mismos.
- Juan C. Mariani
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DESTRUCCIÓN NECESARIA Y DESTRUCCIÓN ABUSIVA.
728 – ¿La destrucción es una ley de la Naturaleza?
– Es preciso que todo se destruya para que renazca y sea regenerado, porque lo que llamáis destrucción no es más que una transformación, cuyo objeto es la renovación y mejoramiento de los seres vivientes.
– ¿El instinto de destrucción ha sido, pues, dado a los seres vivientes con miras providenciales?
– Las criaturas de Dios son los instrumentos de los cuales él se sirve para lograr sus fines. Para nutrirse, los seres vivientes se destruyen entre sí, con el doble objeto de mantener el equilibrio en la reproducción, que pudiera llegar a ser excesiva, y de utilizar los restos de la envoltura exterior. Pero siempre es destruida únicamente la
envoltura, envoltura que sólo es lo accesorio y no la parte esencial, pues éste es el principio inteligente indestructible, y que se elabora en las diferentes metamorfosis que sufre.
729 – Si la destrucción es necesaria para la regeneración de los seres, ¿por qué la Naturaleza los rodea de medios de preservación y de conservación?
– Para que la destrucción no tenga lugar antes del tiempo necesario. Toda destrucción anticipada estorba el desarrollo del principio inteligente, y por esto Dios ha dado a cada ser la necesidad de vivir y reproducirse.
730 – Puesto que la muerte ha de conducirnos a mejor vida,nos libra de los males de ésta, y puesto que en consecuencia es más de desear que de temer, ¿por qué el hombre le tiene un horror instintivo que se la hace temer?
– Ya lo dijimos, el hombre debe tratar de prolongar su vida para cumplir su tarea. Por esto Dios le ha dado el instinto de conservación que le sostiene en las pruebas, y sin el cual se abandonaría a menudo al decaimiento. La voz secreta que le hace rechazar la muerte le dice que algo puede hacer aún por su adelantamiento. Cuando un peligro le amenaza, es una advertencia para que aproveche la moratoria que Dios le concede. ¡Pero el ingrato, agradece, con frecuencia, más a su estrella que a su Creador!
731 – ¿Por qué junto a los medios de conservación, la Naturaleza ha colocado al mismo tiempo los agentes destructores?
– Junto al mal el remedio. Ya lo dijimos, es para mantener el equilibrio y servir de contrapeso.
732 – ¿La necesidad de destrucción es la misma en todos los mundos?
– Es proporcional al estado más o menos material de los mundos, y cesa en un estado físico y moral más depurado. En los mundos más adelantados que el vuestro, las condiciones de existencia son otras.
733 – ¿La necesidad de destrucción existirá siempre entre los hombres de la Tierra?
– La necesidad de destrucción se debilita en el hombre a medida que el Espíritu se sobrepone a la materia, y por esto veis como al horror a la destrucción sigue el desarrollo intelectual y moral.
734 – En su actual estado, ¿tiene el hombre derecho ilimitado de destrucción sobre los animales?
– Este derecho está regulado por la necesidad de atender a su alimentación y seguridad. El abuso nunca ha sido un derecho.
735 – ¿Qué ha de pensarse de la destrucción que traspasa los límites de las necesidades y de la seguridad, de la caza, por ejemplo,cuando no tiene otro objeto que el placer de destruir sin utilidad?
– Predominio de la bestialidad sobre la naturaleza espiritual.
Toda destrucción que traspasa los límites de la necesidad es una violación de la ley de Dios. Los animales no destruyen más que para satisfacer sus necesidades; pero el hombre, que tiene libre albedrío, destruye sin necesidad, y dará cuenta del abuso de la libertad que se le ha dado, porque cede entonces a los malos instintos.
736 – Los pueblos que llevan al extremo el escrúpulo relativo a la destrucción de los animales, ¿tienen un mérito particular?
– Es un exceso de un sentimiento laudable en sí mismo, pero
que llega a ser abusivo, y cuyo mérito queda neutralizado por abusos
de otras muchas clases. Hay entre ellos más de miedo supersticioso
que verdadera bondad.
EL LIBRO DE LOS ESPÍRITUS. ALLAN KARDEC.
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Esta meta se puede resumir en dos palabras: Es Dios.
Se trata de alcanzar finalmente, tras las necesarias
existencias en el plano material e incluso después, en los planos
espirituales, un grado de Perfección ilimitado e infinito, siempre
inalcanzable en su plena totalidad, pues consiste en llegar a
aproximarnos a Dios y solamente Él es infinito en su Perfección
Absoluta, pero deberemos ir perfeccionándonos, adquiriendo cada vez
más sus atributos divinos, y en la medida que lo vayamos logrando,
a lo largo de tantas vidas en la carne mediante la ley realizadora de
la Reencarnación, iremos ascendiendo cada vez a mayores cotas de
perfección moral y de sabiduría. De este modo iremos así
obteniendo el premio de una absoluta e infinita felicidad y dicha,
todavía inimaginables para nuestra pobre capacidad humana y
espiritual. Es una dicha suprema basada en la sintonía mantenida
con la Fuente de Origen, Amor, Causa Primera de la Creación, al
adquirir un mayor Conocimiento, Comprensión y Perfección que
en este momento evolutivo que atravesamos nos son por ahora
desconocidos e inimaginables a los seres humanos..
Esta
felicidad suprema, repito, es una dicha que viene dada y agrandada
por la conquista de unos valores y facultades Divinos que nos
capaciten para poder aproximarnos a nuestra Fuente de Origen y
gozar de esta Perfección participando en la Mente Divina.
Jose Luis Martín-
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“La perfección en el
amor, porque es infinita, tan solo en el Padre es comprendida, no
siendo la creación otra cosa que el reflejo de Su Amor”.
Frase de Jesús (Según
el Centro de Estudios de Ciencias Universales)
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