sábado, 21 de marzo de 2015

REENCARNACIÓN Y FAMILIA


         
Sexo de los Espíritus

. ¿Tienen sexo los Espíritus?
- No, en el sentido en que vosotros lo entendéis, por cuanto los
sexos dependen del organismo. Hay entre ellos amor y simpatía, pero basados en la afinidad de sentimientos.
. El Espíritu que ha animado el cuerpo de un hombre ¿puede en
una nueva existencia animar el de una mujer, y viceversa?
- Sí, son los mismos Espíritus los que animan a hombres y
mujeres.
. Cuando se es Espíritu ¿se prefiere encarnar en el cuerpo de un
hombre o en el de una mujer?
- Esto importa poco al Espíritu. Depende de las pruebas por las que tenga que pasar.
Los Espíritus encarnan en hombres o mujeres, pues no poseen sexo. Como deben progresar en todos sentidos, cada sexo,así como cada posición social, les ofrece pruebas y deberes particulares y la ocasión de cosechar experiencias. El que hubiera sido siempre hombre sólo sabría lo que saben los hombres.

EL LIBRO DE LOS ESPÍRITUS
ALLAN KARDEC


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       ASPECTO DEL PERIESPÍRITU


¿ El Periespíritu cuando está en los planos astrales, tiene el mismo aspecto de su vida anterior o el que tendrá en su próxima vida?

El proceso reencarnatorio para regresar al mundo físico, siempre resulta mas largo y complejo que el proceso inverso de la desencarnación por el que desde el plano físico se regresa al plano espiritual. Esto es debido a las dificultades normales que presenta el planificar una vida humana adecuada a lo que se deba experimentar o afrontar, así como el proceso durante el embarazo ,que siempre supone una especie de lenta agonía y de turbación para el ser espiritual que va a reencarnar, debido a la reducción gradual de su vibración espiritual para ir acoplándola a la de la materia de que se va a revestir.
Después de volver a ser libre tras la muerte, el Ser presenta una identidad fluídica con una imagen que suele ser semejante a la de la persona que fue en su última existencia, pero con un aspecto más jovial que el que tuvo en la última etapa de su vida física en aquellos casos en que su vida humana fue una vida virtuosa y aprovechada, desde un punto de vista espiritual, pero cuando ha sido lo contrario, no es raro que se presenten con un aspecto lamentable, propio de los planos de sufrimiento, ; aspecto que puede llegar a ser hasta monstruoso. Pero cuando vuelve a experimentar el proceso reencarnatorio , una vez ligado al embrión durante el proceso del embarazo, su cuerpo espiritual, con la plasticidad que lo caracteriza, va perdiendo paulatinamente su forma anterior, al tiempo que entra en un progresivo sueño que le va haciendo olvidar la identidad pasada, y se va transformando paulatinamente en una nueva identidad humana, a la que transmiten las nuevas características físicas que le van a acompañar en su nueva personalidad, adoptando para ello la postura fetal y las formas, el sexo y los rasgos que le van a caracterizar como ser humano, con arreglo a la ley de la herencia genética así como a lo que determina la ley de Causa y Efecto..
Este proceso de metamorfosis del periespíritu, supone una molestia para el Ser reencarnante aunque entra paulatinamente en un estado de sopor mientras dura, aunque como ya hemos señalado, lo que mas le angustia durante el proceso es la preocupación ante las dificultades que encontrará en su nueva vida en la materia, y el temor a fracasar ante la misión que saben o intuyen que vienen a cumplir a este mundo.

- Jose Luis Martin -


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Cuando se va la primavera,¿Acaso ha muerto la Primavera?.Al año siguiente volverá distinta y renovada, estirando su talle y pintando de verde los caminos”

-Cayetano Arroyo(Diálogos con Abul Beka)

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REENCARNACIÓN Y FAMILIA
“Ninguno verá el Reino de Dios
si no naciera de nuevo…”

Uno de los argumentos más comunes de los opositores del Espiritismo es el de que la Reencarnación, su ley básica, destruye los lazos de la familia.
Tal argumento, como tantos otros que la ignorancia y la mala fe sustentan, teniendo como objetivo obstaculizar la marcha triunfante y gallarda de la Tercera Revelación, no resiste al más simple razonamiento, al más leve examen de la lógica y del buen sentido.
Es por medio de la Reencarnación (y gracias exclusivamente a ella), que los lazos de la fraternidad se amplían y fortalecen, sobre todo en los círculos de la consanguinidad. Sin las nociones de la palingenesia, nuestra familia espiritual sería reducida, porque en principio también sería reducida nuestra familia corporal. A través de la Reencarnación, se prolongan los afectos más allá de la vida física. Continúan los lazos y vínculos espirituales, en los otros mundos y en las otras existencias. Por su intermedio, se establecen ataduras eternas entre los corazones que se reencuentran, innumeras veces, en el paisaje del mundo, renovando experiencias de perfeccionamiento. Se nos figura imposible considerar a la Reencarnación como una doctrina perjudicial a los lazos de la familia.
Solamente podemos entenderla como afirmación de la solidaridad entre los seres, demostrando así, en toda su plenitud, la Bondad Celeste. Tan solo conseguimos concebirla como elemento divino de reunión de las almas, en un mismo grupo o ambiente, pueblo o nacionalidad, para consolidar los afectos iniciados, en otros grupos y en otros pueblos, en tiempos que se fueron.
Existe, sin embargo, otro aspecto que igualmente revela su excelsitud, la valía de la Reencarnación. Si por ella amigos se reaproximan en el mismo hogar, también en el mismo hogar los adversarios se reencuentran para la definitiva extinción de odios, cuyos orígenes se pierden en la bruma del pretérito. Si no  existiera la Reencarnación, nos faltarían las oportunidades de la reconciliación con aquellos a quienes ofendimos o herimos, o que nos agraviaron y lesionaron.   Son por esto, benéficos los efectos y las consecuencias de la Reencarnación.
¿Cómo podríamos, igualmente, restablecer el contacto con las almas que sembraron espinas en nuestro camino y con espíritus que enfrentaron piedras colocadas por nosotros? ¿Cómo podríamos volver al escenario terrestre, con el fin de, al lado de compañeros de otras jornadas, concluir programas individuales o colectivos apenas esbozados o simplemente iniciados? ¿Cómo nos rehabilitaríamos en frente a aquellos que, situados en nuestro camino evolutivo, en la condiciones de hijos y cónyuges, parientes y amigos, tuvieron sus vidas y sus destinos complicados por nuestra desatención a los preceptos del Evangelio?
Como vemos, en vez de destruir los lazos familiares, las ataduras de la consanguinidad, la Reencarnación los fortalece y consolida. Les asegura la perpetuidad en la Tierra y en otros mundos. Si el Divino Maestro la exaltó en varias ocasiones, inclusive con el “ninguno verá el Reino de Dios si no naciere de nuevo”, la Doctrina Espírita la glorifica en la admirable síntesis que en el frente de nuestro movimiento filosófico ostenta, gallardamente; “Nacer, morir, renacer nuevamente y progresar continuamente, tal es la Ley.”
Jesús y Kardec plenamente identificados en la Ley Magnánima. La Reencarnación niega el egoísmo, pues afirma, de manera elocuente, la solidaridad entre todos los seres Divulgarla, hacerla conocida es encender en el corazón de la Humanidad la lámpara de la esperanza. Ella diluye el preconcepto, en cualquiera de sus manifestaciones.
La Reencarnación es el bálsamo, también, para el sufrimiento. Es llave que abre la puerta para la comprensión de los más complejos problemas humanos. Es luz que aclara la noche de nuestros sufrimientos y de nuestros deseos para la Vida en el Más Allá. La Reencarnación, es en síntesis, Amor…
ESTUDIANDO EL EVANGELIO
A la Luz del Espiritismo
MARTINS PERALVA.
Jacob C. Sanchez-España

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De todo cuanto oigas y veas, hables o hagas, prevalece solamente el amor que pusieras en tus propias manifestaciones.

 Minutos de Sabiduría

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