Sexo de los Espíritus
. ¿Tienen sexo los Espíritus?
- No, en el sentido en que vosotros lo entendéis, por cuanto los
sexos dependen del organismo. Hay entre ellos amor y simpatía, pero basados en la afinidad de sentimientos.
. El Espíritu que ha animado el cuerpo de un hombre ¿puede en
una nueva existencia animar el de una mujer, y viceversa?
- Sí, son los mismos Espíritus los que animan a hombres y
mujeres.
. Cuando se es Espíritu ¿se prefiere encarnar en el cuerpo de un
hombre o en el de una mujer?
- Esto importa poco al Espíritu. Depende de las pruebas por las que tenga que pasar.
Los Espíritus encarnan en hombres o mujeres, pues no poseen sexo. Como deben progresar en todos sentidos, cada sexo,así como cada posición social, les ofrece pruebas y deberes particulares y la ocasión de cosechar experiencias. El que hubiera sido siempre hombre sólo sabría lo que saben los hombres.
EL LIBRO DE LOS ESPÍRITUS
ALLAN KARDEC
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ASPECTO DEL PERIESPÍRITU
¿ El Periespíritu
cuando está en los planos astrales, tiene el mismo aspecto de su
vida anterior o el que tendrá en su próxima vida?
El
proceso reencarnatorio para regresar al mundo físico, siempre
resulta mas largo y complejo que el proceso inverso de la
desencarnación por el que desde el plano físico se regresa al plano
espiritual. Esto es debido a las dificultades normales que presenta
el planificar una vida humana adecuada a lo que se deba experimentar
o afrontar, así como el proceso durante el embarazo ,que siempre
supone una especie de lenta agonía y de turbación para el ser
espiritual que va a reencarnar, debido a la reducción gradual de su
vibración espiritual para ir acoplándola a la de la materia de que
se va a revestir.
Después
de volver a ser libre tras la muerte, el Ser presenta una identidad
fluídica con una imagen que suele ser semejante a la de la persona
que fue en su última existencia, pero con un aspecto más jovial que
el que tuvo en la última etapa de su vida física en aquellos casos
en que su vida humana fue una vida virtuosa y aprovechada, desde un
punto de vista espiritual, pero cuando ha sido lo contrario, no
es raro que se presenten con un aspecto lamentable, propio de los
planos de sufrimiento, ; aspecto que puede llegar a ser hasta
monstruoso. Pero cuando vuelve a experimentar el proceso
reencarnatorio , una vez ligado al embrión durante el proceso del
embarazo, su cuerpo espiritual, con la plasticidad que lo
caracteriza, va perdiendo paulatinamente su forma anterior, al tiempo
que entra en un progresivo sueño que le va haciendo olvidar la
identidad pasada, y se va transformando paulatinamente en una nueva
identidad humana, a la que transmiten las nuevas características
físicas que le van a acompañar en su nueva personalidad, adoptando
para ello la postura fetal y las formas, el sexo y los rasgos que le
van a caracterizar como ser humano, con arreglo a la ley de la
herencia genética así como a lo que determina la ley de Causa y
Efecto..
Este
proceso de metamorfosis del periespíritu, supone una molestia para
el Ser reencarnante aunque entra paulatinamente en un estado de sopor
mientras dura, aunque como ya hemos señalado, lo que mas le
angustia durante el proceso es la
preocupación ante las dificultades que encontrará en su nueva vida
en la materia, y el temor a fracasar ante la misión que saben o
intuyen que vienen a cumplir a este mundo.
- Jose Luis Martin -
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“Cuando
se va la primavera,¿Acaso ha muerto la Primavera?.Al año siguiente
volverá distinta y renovada, estirando su talle y pintando de verde
los caminos”
-Cayetano
Arroyo(Diálogos con Abul Beka)
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REENCARNACIÓN Y FAMILIA
“Ninguno verá el Reino de Dios
si no naciera de nuevo…”
Uno de los argumentos más comunes de los opositores del Espiritismo es el de que la Reencarnación, su ley básica, destruye los lazos de la familia.
Tal argumento, como tantos otros que la ignorancia y la mala fe sustentan, teniendo como objetivo obstaculizar la marcha triunfante y gallarda de la Tercera Revelación, no resiste al más simple razonamiento, al más leve examen de la lógica y del buen sentido.
Es por medio de la Reencarnación (y gracias exclusivamente a ella), que los lazos de la fraternidad se amplían y fortalecen, sobre todo en los círculos de la consanguinidad. Sin las nociones de la palingenesia, nuestra familia espiritual sería reducida, porque en principio también sería reducida nuestra familia corporal. A través de la Reencarnación, se prolongan los afectos más allá de la vida física. Continúan los lazos y vínculos espirituales, en los otros mundos y en las otras existencias. Por su intermedio, se establecen ataduras eternas entre los corazones que se reencuentran, innumeras veces, en el paisaje del mundo, renovando experiencias de perfeccionamiento. Se nos figura imposible considerar a la Reencarnación como una doctrina perjudicial a los lazos de la familia.
Solamente podemos entenderla como afirmación de la solidaridad entre los seres, demostrando así, en toda su plenitud, la Bondad Celeste. Tan solo conseguimos concebirla como elemento divino de reunión de las almas, en un mismo grupo o ambiente, pueblo o nacionalidad, para consolidar los afectos iniciados, en otros grupos y en otros pueblos, en tiempos que se fueron.
Existe, sin embargo, otro aspecto que igualmente revela su excelsitud, la valía de la Reencarnación. Si por ella amigos se reaproximan en el mismo hogar, también en el mismo hogar los adversarios se reencuentran para la definitiva extinción de odios, cuyos orígenes se pierden en la bruma del pretérito. Si no existiera la Reencarnación, nos faltarían las oportunidades de la reconciliación con aquellos a quienes ofendimos o herimos, o que nos agraviaron y lesionaron. Son por esto, benéficos los efectos y las consecuencias de la Reencarnación.
¿Cómo podríamos, igualmente, restablecer el contacto con las almas que sembraron espinas en nuestro camino y con espíritus que enfrentaron piedras colocadas por nosotros? ¿Cómo podríamos volver al escenario terrestre, con el fin de, al lado de compañeros de otras jornadas, concluir programas individuales o colectivos apenas esbozados o simplemente iniciados? ¿Cómo nos rehabilitaríamos en frente a aquellos que, situados en nuestro camino evolutivo, en la condiciones de hijos y cónyuges, parientes y amigos, tuvieron sus vidas y sus destinos complicados por nuestra desatención a los preceptos del Evangelio?
Como vemos, en vez de destruir los lazos familiares, las ataduras de la consanguinidad, la Reencarnación los fortalece y consolida. Les asegura la perpetuidad en la Tierra y en otros mundos. Si el Divino Maestro la exaltó en varias ocasiones, inclusive con el “ninguno verá el Reino de Dios si no naciere de nuevo”, la Doctrina Espírita la glorifica en la admirable síntesis que en el frente de nuestro movimiento filosófico ostenta, gallardamente; “Nacer, morir, renacer nuevamente y progresar continuamente, tal es la Ley.”
Jesús y Kardec plenamente identificados en la Ley Magnánima. La Reencarnación niega el egoísmo, pues afirma, de manera elocuente, la solidaridad entre todos los seres Divulgarla, hacerla conocida es encender en el corazón de la Humanidad la lámpara de la esperanza. Ella diluye el preconcepto, en cualquiera de sus manifestaciones.
La Reencarnación es el bálsamo, también, para el sufrimiento. Es llave que abre la puerta para la comprensión de los más complejos problemas humanos. Es luz que aclara la noche de nuestros sufrimientos y de nuestros deseos para la Vida en el Más Allá. La Reencarnación, es en síntesis, Amor…
ESTUDIANDO EL EVANGELIO
A la Luz del Espiritismo
MARTINS PERALVA.
Jacob C. Sanchez-España
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De todo cuanto oigas y veas, hables o hagas, prevalece solamente el amor que pusieras en tus propias manifestaciones.
Minutos de Sabiduría
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LA AMISTAD
¿Qué piensas de la amistad?
¿Tienes algún amigo?
¿Piensas que un amigo es un tesoro como muchos alegan?
Un amigo es una bendición que nos corresponde cultivar en el clima de la gratitud.
Muchos compañeros de lucha exigen cooperadores esclarecidos para las tareas que les corresponden, amigos valiosos que les entiendan los propósitos y valoricen los trabajos, olvidando que los afectos, como las plantas, reclaman cultivo adecuado.
La comprensión no se improvisa. Es obra de tiempo, colaboración, armonía.
Quien dice que ama y no procura comprender ni auxiliar, ni amparar y ni servir, no salió de si mismo al encuentro del amor en alguien.
Un amigo verdadero no es ciego, y si ve defectos en el corazón del amigo sabe amarlo y entenderlo como es.
Venceremos el egoísmo en nosotros cuando nos decidamos a ayudar a los seres a realizar su propia felicidad, tal como entiendan ellos deba ser la felicidad que procura, sin cogitar de nuestra propia felicidad.
Un amigo piensa como nosotros pensamos, con todo, precisamos reconocer que sus pensamientos son creaciones originales de ellos.
La ventura real de la amistad es el bien de los seres queridos.
Así como los amigos me aceptan como soy, debemos aceptar como ellos son.
No debemos ser egoísta, y pensar que el amigo ha de estar siempre dispuesto para cuando nosotros queramos, la verdadera amistad, deja libertad al amigo, si el por circunstancias ha de salir con otros amigos, o no desea estar con nosotros por cualquier motivo, no debemos dar lugar a que el se sienta inquieto ni preocupado temiendo nuestra reacción, ellos deben sentirse libres para actuar y nosotros también, eso no seria amistad.
Los amigos de verdad, acuden a ayudarnos sin que se les llame.
El mismo Jesús, primeramente, sembró el ideal divino en el corazón de los continuadores, antes de recogerles el entendimiento. Les sufrió las negaciones, les toleró las flaquezas y les disculpo las exigencias para formar, por fin, el colegio apostólico.
En cualquier dificultad en las relaciones afectivas es preciso recordar que toda criatura humana es un ser inteligente en transformación incesante, y, a veces, el cambio de las personas que amamos no se verifica en la dirección de nuestras preferencias.
Existe una ciencia de cultivar la amistad y construir el entendimiento. Como acontece al trigo, en el campo espiritual del amor, no podrá ser posible recoger sin sembrar.
Examinemos pues diariamente, nuestra labor afectiva. Observemos si estamos exigiendo flores prematuras y frutos anticipados. No debemos olvidarnos de la atención, del abono, de la irrigación. Pongámonos, en la posición de planta en jardín ajeno, y reparando los cuidados que exigimos, no desdeñemos rescatar nuestras deudas de amor para con los otros.
Imitemos al labrador prudente y devoto, si deseamos lograr grandes cosechas y preciosos resultados.
Cuanto más amistad demos, más amistad recibiremos.
Si Jesús nos recomendó amar a nuestros enemigos imaginemos con que inmenso amor nos compete amar a aquellos que nos ofrecen el corazón.
TRABAJO REALIZADO POR Merchita
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