lunes, 6 de abril de 2015

El flagelo del alcohol


BEBER ALCOHOL ES UN FLAGELO SOCIAL

Si analizamos cuidadosamente los flagelos de la sociedad, sobre la base de "homicidio" casi siempre los hechos están asociados al consumo de alcohol. Los tribunales están abarrotados  de procesos  cara a los  oriundos delitos del consumo de alcohol. Las penitenciarías  están superpobladas  por cuestiones vinculadas  al consumo de bebidas alcohólicas. Muchas familias están aniquiladas, desestructuradas por causa de los alcohólicos de variados gustos (destilada o fermentada), a saber, el tequila, vodka, ron, ron, ginebra, cerveza, vino.
Los alcohólicos no matan la sed, no sienten el frio, no relajan músculos. Revoquemos esos otros mitos de que los alcoholes pueden ser bebidos con moderación – eso casi siempre no es verdad. Bajo el escudo de las disculpas irregulares, un espantoso número  de personas absorben desenfrenadamente  el consumo de bebidas alcohólicas habitualmente.  Muchos de ellos son paranoicos de turno que se  aferran a la locura para asegurar que incluso Cristo bebió vino. Nada más sucio que esa forma liviana de rebajar al Maestro hasta los estados s de inmoralidad y morbidez en la que caen los viciosos.
Beber es histórica y culturalmente considerado un hábito social “inofensivo”, un placer, un gozo. Todo muy irónico, incluso en son de burla de los chistes sobre borrachos. De hecho, el alcoholismo es una enfermedad crónica y grave, que como cualquier adicción, no hay cura, pero si hay tratamiento. Desde el 2003, los científicos afirmaban haber descubierto  un gene importante para la explicación de los innumerables efectos del alcohol en el cerebro, y esperaban poder  producir  un medicamento  que desviase  algunos de los efectos de placer ligados a la ingestión del alcohol, y tal vez  intentar combatir el alcoholismo con algún remedio.  ¡No dio resultado!
El vicio, sea revestido  del carácter que sea, y donde sea  y por quien sea cometido, nunca dejará de ser un acto nefasto, careciendo de ser eliminado con el fin de que  se rehabilite  y consiga sus apropiados caminos de renovación y regocijo.
De esta manera en la que la adicción se ofrece como una cosa admitida, hay quienes están dispuestos amostrarse  indiferentes a cualquier   advertencia de sentido común, señalizando con el libre albedrio, mientras que otros hacen burlas a los que predican virtudes, provocándolos con ridículas exposición, de sus molestias, una vez que terminan de oír  o de leer  cualquier amonestación ponderada.

Ingerir alcohol apenas para mantener compañías sociales, o para que  traigan excitaciones artificiales para la desinhibición o lo que sea, podrá denotar largo periodo de desorganización y de agonías en los imperiosos desagravios del cuerpo  y de la mente, en función de esas autodestrucciones  que se van perpetrando  a la sombra de muchas falacias que ajustan a los oídos  con citaciones hechas, bien organizadas, mas que no logran apaciguar la conciencia, de  los que sublevan las Sublimes Leyes.
En un contexto social permisivo, el vicio por la ingestión de alcohol se torna expresión de “status”, atestando la decadencia de un periodo histórico que pasa lento y doloroso. Vale resaltar que  cuando reencarnamos traemos con nosotros las secuelas  de nuestras faltas  con raíces congénitas de los males  que nosotros mismos plantamos.  El Espiritismo también relata  y advierte sobre la influencia  espiritual oculta, o sea, el medio espiritual  que respiramos puede contribuir  para el surgimiento de un determinado vicio. El viciado  en el alcohol casi siempre tiene a su lado entidades inferiores que lo inducen  a la bebida, ejerciendo en el gran dominio  y de él gozando las mismas sensaciones etílicas.
Existe el mito de que la marihuana lleva a los jóvenes a otras drogas. Más el alcohol es el que hace ese papel. Y la propia familia incentiva al consumo. El “alcohol genera una enfermedad  de larga evolución (diez años y medio) y el abuso entre los jóvenes los lleva a las drogas mayores – una de ellas el éxtasis, que se encuentra en dos tipos de pastillas: la MAP (meta-anfetamina) y la MDMA (metil-dietil-MA), esta con propiedades alucinógenas. El adolescente  se expone  hoy mucho más con el alcohol. Más allá de los riesgos para la salud, existen los peligros de conducir  embriagado, de la violencia y del traumatismo proveniente del abuso del alcohol.
Sabemos que todo se inicia en el primer trago. Después viene la necesidad  del segundo, del tercero  y el alcoholismo se instala en nuestras vidas. La sed, el sabor, la oportunidad por un “amigo”, son muchas las disculpas en las cuales nos apoyamos para ingerir la dosis que,  más tarde, serán letales. Precisamos estar  atentos para no cometer exageró, abusos, y no resbalar por ese “habito social”, que puede terminar  por acondicionarnos a el y transformarnos en un pelele, en despojo humano. Se resalta que los límites del alcohol entre el uso “social” y la dependencia  no siempre son claros.
Allan Kardec pregunto a la Espiritualidad si el hombre podría, por sus propios esfuerzos, vencer  sus malas inclinaciones. Los Espíritus de manera objetiva, respondieron afirmativamente, explicando que lo que falta a los hombres [sobre todo a los viciosos] es la fuerza de voluntad  y la legítima fe en Dios.
 Jorge Hessen

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Carta de Benjamín Franklin a la Sra. Jone Mecone sobre la preexistencia
En mi primera estada en Londres, hace aproximadamente cuarenta y cinco años, conocí a una persona que tenía una opinión casi semejante a la de vuestro autor. Su nombre era Hive; era la viuda de un impresor. Ella murió poco después de mi partida. En su testamento, obligó a su hijo a leer públicamente, en Salter’s Hall, un discurso solemne, cuyo objeto era probar que esta Tierra es el verdadero infierno, el lugar de punición para los Espíritus que habían pecado en un mundo mejor. Como expiación de sus faltas, son enviados a este mundo, bajo toda especie de formas. Hace mucho tiempo he visto ese discurso, que ha sido impreso. Creo acordarme de que ahí las citas de las Escrituras no faltaban; se suponía allí que, aunque hoy no tengamos ningún recuerdo de nuestra preexistencia, de esto tomaríamos conocimiento después de nuestra muerte y nos acordaríamos de los castigos sufridos, de modo que sean corregidos. En cuanto a los que aún no habían pecado, la visión de nuestros sufrimientos debía servirles de advertencia. 

De hecho, vemos en este mundo que cada animal tiene su enemigo, y ese enemigo tiene instintos, facultades, armas para abatirlo, herirlo, destruirlo. En cuanto al hombre, que está en el primer grado de la escala, él es un diablo para con su semejante. En la doctrina recibida de la bondad y de la justicia del gran Creador, parece que falta una hipótesis como la de la señora Hive para conciliar el honor de la Divinidad con ese estado aparente de mal general y sistemático. Pero a falta de historia y de hechos, nuestra razón no puede ir lejos cuando queremos descubrir lo que hemos sido antes de nuestra existencia terrestre, o lo que seremos más tarde. (Magasin pittoresque, octubre de 1867, página 340). 

En la Revista de agosto de 1865, pág. 244, hemos hecho referencia al epitafio de Franklin,(1) escrito por él mismo y redactado de la siguiente manera: 

“Aquí yace, entregado a los gusanos, el cuerpo de Benjamín Franklin, impresor, como la tapa de un libro viejo cuyas hojas han sido arrancadas, y cuyo título y encuadernación se han deshecho; pero no por esto la obra se perderá, porque reaparecerá, como él mismo lo creía, en una nueva y mejorada edición, revista y corregida por el autor.” 

He aquí una de las grandes doctrinas del Espiritismo: la pluralidad de las existencias, profesada, hace más de un siglo,(2) por un hombre considerado –con toda la razón– como una de las luces de la Humanidad. Además, esta idea es tan lógica, tan evidente por los hechos que diariamente la tenemos ante nuestros ojos y que se encuentra en el estado de intuición en una multitud de personas. Incluso hoy es admitida positivamente por inteligencias de élite como principio filosófico, fuera del Espiritismo. Por lo tanto, el Espiritismo no la inventó, pero la demostró y la probó; del simple estado de teoría, la hizo pasar al estado de hecho positivo. Esta es una de las numerosas puertas abiertas a las ideas espíritas, porque –conforme explicamos en otra circunstancia– al ser admitido este punto de partida, de deducción en deducción se llega forzosamente a todo lo que enseña el Espiritismo. 


(Texto de Allan Kardec, transcrito de la Revue Spirite de diciembre de 1867 y traducido del francés al castellano por Enrique Baldovino.) 

Nota del Traductor al español: 

(1) Téngase a bien leer la citada Revista Espírita (RE) de agosto de 1865, artículo 5º (RE ago. 1865–V: Variedades – Epitafio de Benjamín Franklin, pág. 244). Posteriormente, el Espíritu Franklin ha de ser uno de los Exponentes de la Codificación Kardeciana, como informan los Prolegómenos en El Libro de los Espíritus. (RE dic. 1867–III: Carta de Benjamín Franklin a la Sra. Jone Mecone sobre la preexistencia, págs. 361-362.) 

(2) Sobre el notable inventor, escritor y estadista Benjamín Franklin (1706-1790), considerado por el propio Kardec como uno de los precursores del Espiritismo, véase nuestra penúltima Nota del Traductor Nº 308 a la Revista Espírita - Periódico de Estudios Psicológicos (Año 1858), de Allan Kardec, Ediciones CEI. (N. del T.)

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El autoconocimiento es el comienzo de 

la sabiduría, en cuya tranquilidad silencio se 

encuentra lo Inmensurable.

(Krishnamurti) 




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 INSPIRACIONES DE MERCHITA

Todos alguna  vez necesitamos de ayuda, la vida  muchas veces, nos crea esa necesidad, por eso Dios  nos  puso al lado de nuestros semejantes.
La soledad no es buena consejera, la vida retirada del contacto con las demás personas, es una forma de egoísmo.  Sabemos que muchas veces la vida nos sonríe, y que no necesitamos de nadie, somos autosuficientes, esto es una gran equivocación, siempre en alguna ocasión, en algún lugar, en cierto momento, necesitamos  de algún tipo de ayuda, es por eso que debemos procurar amarnos y amar a las personas que conviven a nuestro alrededor.
Nunca debemos  despreciar a nadie, porque eso que tanto recriminamos en los otros, quizás nosotros antes lo hicimos,  en el camino de la evolución todos partimos desde el mismo punto de partida, desde la simplicidad y la ignorancia,  y muchos hemos caído muchas veces  en los mismo errores, el que los hayamos superado, no quiere decir que no los hayamos cometido, por eso hemos de procurar entender a los ignorantes, a los débiles,  ellos un día alcanzaran también la sabiduría  y la pureza de corazón.
Siempre hemos mirado por ejemplo, cuando nuestro hijo,  ha encontrado una pareja que no nos conviene, o que vemos que no es la adecuada para ellos,  y surge el embarazo sin nosotros desearlo,  la mejor opción el practicar el aborto, solo miramos a la persona con los ojos del hoy, no pensamos que el que va a nacer,  es un espíritu que necesita de la reencarnación para progresar, que puede ser un ser querido nuestro que partió y que de nuevo vuelve, y debemos darle la bienvenida,  no maldecir a la criatura porque venga de la persona menos adecuada, sino por el contrario, mirar que nuestro padre, nuestra madre, nuestro hijo que partió antes que nosotros, seguramente vuelve a través de ellos, para seguir progresando, y para pagar sus deudas, que es gracias a esa mujer que le cede su vientre, que el podrá hacerlo, y que nosotros hemos de acogerlo con amor y cariño.  Si miramos las cosas desde esa perspectiva, podremos asimilar mejor los enlaces difíciles que se dan en el mundo. 
Otras veces, tenemos por yerno, por cuñado a hermanos  con los cuales la convivencia nos resulta muy difícil, ellos rompen con todas las normas  de la  vida  en sociedad, y no queremos nada con ellos, no necesitamos mostrarlos ante los demás como de nuestra familia, ya que nos avergonzamos. Nunca creemos poder necesitarlos, y esto es un gran error, ellos nos son necesarios para probar que hemos progresado,  si no nos examinamos de los estudios que hemos efectuado para cualquier oficio, no sabremos  si realmente estamos preparados para las situaciones que de ellos se derivan.  Es gracias a esos parientes difíciles, que podemos examinar si somos tolerantes, caritativos, si sabemos desarrollarnos en las situaciones difíciles de la vida, como puede ser una pelea, por la herencia,  por las mil situaciones que se dan dentro de la familia y que nos esclavizan por no saber responder ante ellas, como lo debe hacer el verdadero cristiano, el discípulo de Cristo.
Nunca vimos a Jesús alterarse ante ninguna situación, en todas partes  el sabia sacar flores de los espinos, y se sirvió de los pequeños, de los ignorantes para darnos ejemplo de calma ante todas las situaciones.  El no necesitaba mostrar su Luz, ya la traía, pero se sirvió de la oscuridad de sus hermanos, para mostrarla al mundo.
Nosotros podemos hacerlo igual, sabiendo convivir con los parientes difíciles,  haciéndoles crecer, en lugar de recriminarles sus defectos y sus faltas, hemos de procurar ver en ellos, lo que realmente tienen de positivo y lo que nos ofrecen sin apenas darse cuenta.
Ante su visita inoportuna, y que altera todos nuestros planes, podemos  tratarlos con paciencia y posponer nuestros intereses, para atenderles como es debido. Con ello, nos están ofreciendo la oportunidad de pese a la contrariedad, saber obrar como es debido.
Por eso bendice siempre la mano que te hiere, porque ella te ofrece la oportunidad de mostrar si verdaderamente eres de Dios.
Procuremos valorar a todos nuestros hermanos, ellos nos necesitan y nosotros los necesitamos a ellos,   y ambos necesitamos de Dios que fue quien nos creo. Por eso extendamos el amor a nuestro alrededor, con  bondad y cariño, para que todos se puedan beneficiar y nosotros también del de ellos. 
Dios nos puso uno al lado de otro, para con el debido concurso conseguir aprender a convivir plácidamente, si no lo hacemos ahora, lo tendremos que hacer mañana, pues la convivencia pacífica y amorosa es una de las reglas del buen vivir.

- Merchita-

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          BIOGRAFIA DE CESAR LOMBROSO



Ezechia Marco Lombroso, conocido con el pseudónimo Cesare Lombroso, fue médico y criminólogo italiano, representante del positivismo criminológico. Nació en Verona (Italia) el  seis de noviembre de 1835.

Hijo de Aarón Lombroso y Zefora Levi. Su padre fue el último descen-diente de una antigua y acaudalada familia de hebreos españoles y su madre, hebrea también, la hija de ricos industriales y propietarios. Tuvo cua-tro hermanos, Sansón Hércules, Pascua, Rómulo y Clara.

Lombroso vivió sus primeros años en Chieri e inició sus estudios en Verona. Estudió medicina, cuya voca-ción determinó Paolo Marzolo, en las Universidades de Pavía, Padua y Viena. A los quince años de edad escribió sus dos primeras monografías: “Ensayo sobre el estudio de la historia de la República Romana” y “Ensayos sobre la  agricultura en la antigua Roma”, ambas más expresivas de sus aficiones literarias que del afán científico que había de dominarlo más tarde.

El 13 de Marzo de 1858, recibe su título de médico e inicia sus estudios sobre Cretinismo, cuyas con-clusiones publicadas en el libro “Cretinismo en Lom-bardía” (1859) revolucionaron los campos de la psiquiatría y de la higiene. En ese mismo año, Lombroso ingresa en el ejército al cual sirvió con algunos intervalos, pero sin abandonar por ello sus estudios, hasta 1866.

En 1864 fue internacionalmente conocido gracias a su comentadísimo libro “Genio y Locura” traducido a varios idiomas y que, hasta el día de hoy, ha ejercido una gran influencia en el mundo de la psiquiatría.

Profesionalmente fue profesor de psiquiatría en la Universidad de Pavia, director del psiquiátrico de Pesaro y ocupó las cátedras de medicina legal e higiene y de psiquiatría y de antropología criminal en la universidad de Turín.

El 10 de Abril de 1870, a los treinta y cuatro años de edad, contrajo matrimonio con Nina Debenedetti, con quien tuvo cinco hijos.

Escribió “El hombre delincuente” (1876) y posteriormente “La mujer delincuente” (1893), donde sostuvo que la criminalidad representa un fenómeno biológico producto de la degeneración, identificable a partir de la fisonomía, induciendo la creación de una escuela de antropología criminal, de donde se desarrolló la criminología.

Pero el interés de Lombroso por el espiritismo supuso un verdadero giro en su orientación epistemológica. En su libro Studi sull’ipnotismo (Estudios sobre el hipnotismo) del año 1886, mientras se documentaba entre los síntomas de la histeria o de la neuropatía, fenómenos como la transmisión del pensamiento o la magnetización, interviene por vez primera en la cuestión para negar tajantemente cualquier creencia en lo que define como “los espíritus de los espejos y de los sillones”, subrayando de este modo el carácter atávico de estas supersticiones mágicas. Dos años después, el espiritista napolitano Enrico Chiaia lo invita públicamente a través de la prensa nacional a tomar parte en una sesión espiritista pidiéndole que, de esta manera, emprendiera una investigación recomendándole  estudiar mejor el asunto. En dicha invitación Chiaia describe a la médium de dichas sesiones, Eusapia Palladino: “Se trata de una mujer casi inválida que pertenece a la clase más humilde de la sociedad. Tiene cerca de 30 años y es muy ignorante; su aspecto no tiene nada de fascinador, ni parece dotada del poder que los criminólogos modernos llaman irre-sistible, pero cuando así lo desea, lo mismo de día que de noche, puede tener cautivo a un auditorio una o dos horas con los más sorprendentes fenómenos”

Pero Lombroso fue reacio du-rante gran parte de su vida a las ideas espiritistas, él mismo se describe: “Si hubo en el mundo un hombre, por educación científica y casi por instinto, hostil al espiritismo, fui yo, que de la tesis de ser toda fuerza propiedad de la materia y el pensamiento una emanación del cerebro, hice la más constante preocupación de mi vida. ¡En el transcurso de tantos años me he reído de las mesas parlantes! Más si siempre sentí verdadera pasión por mi bandera científica, abracé con más fervor la adoración a la verdad y la compro-bación de los hechos.” Y man-teniéndose en este pensamiento, no fue hasta 1891 que Lombroso aceptó la invitación de Chiaia. A partir de este momento participó en diferentes sesiones espíritas y  pudo asistir a los diversos fenómenos mediúmnicos gracias a la médium Eusapia Palladino, convenciéndose de la veracidad incontestable de los hechos.

Al finalizar las sesiones con Eusapia, el afamado psiquiatra y criminalista declaró su arrepentimiento por haber sido escéptico, manifestando: “Me siento con-fundido y apenado por haber combatido tantas veces la posibilidad de los hechos espiritistas”. Esta declaración se debió además, a que Lombroso en dichas reuniones pudo reencontrarse con el espíritu de su madre materializado. Además esta declaración, proveniente de un estudioso de tal prestigio, estimuló a importantes científicos de Europa a emprender diversos trabajos de investigación psíquica.

En 1909 escribe el libro “Después de la muerte ¿qué?- Investigaciones sobre fenómenos paranormales e hipnosis”. En él, César Lombroso recapitula los acon-tecimientos con Eusapia Palladino, que le llevaron de una visión estrictamente materialista del mundo a creer en la existencia de los espíritus y la vida después de la muerte. El más extraordinario de los relatados fue el que el mismo Lombroso tituló "La levitación de la médium hasta lo alto de una mesa".

Lombroso desencarna  mientras dormía, a punto de cumplir 74 años de edad, en Turín, el 19 de octubre de 1909, el mismo año que escribe el prefacio de la obra “Los Fenómenos de Hipnotismo y Espiritismo”, en la que queda resaltada su sinceridad y sus esfuerzos en dar un testimonio verídico de los fenómenos que le revelaron la realidad del mundo espiritual.

Sin lugar a dudas un hombre brillante en todas las etapas de su vida. Dejó un gran legado a la Historia, no sólo de la Criminología, de la que es considerado el padre, sino de la Medicina, de la Ciencia en general y como no, del Espiritismo.

Yolanda Durán

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