Ramatis |
EXPIACIÓN Y OBSESIÓN
Nadie nace en la Tierra bajo el determinismo de sufrir penalidad o castigo alguno, por imposición de los espíritus Superiores. Los Mentores Espirituales jamás determinan que los espíritus se reencarnen bajo el estigma implacable de la obsesión, victimas de homicidios o sufran accidentes fatales, lo que sería una punición deliberada e incompatible con la Bondad del Creador.
Los espíritus afectados son encaminados hacia la materia por sus propias causas, basadas en faltas e indisciplinas cometidas en existencias pasadas, siendo colocados en medio de las influencias mórbidas o maléficas, semejantes a las que promovieron en el pretérito
La nueva existencia física puede ser favorable o no, depende fundamentalmente de la forma cómo piensa y actúa en la materia y en medio de sus viejos compañeros, victimas o verdugos, pues están sujetos a sus pasiones, vicios o virtudes. Siempre que sean dignos y vivan amorosamente a favor del prójimo, podrán sobrevivir sin conflictos y sin tragedias, recibiendo con justicia la ayuda espiritual de sus mentores, que de modo alguno desean castigarlos, pero si recuperarlos espiritualmente.
Cuando se renace en medio de malhechores y es blanco de un cruel obsesor, si se dedica heroicamente al bien ajeno, ejercita su ternura, amor y magnanimidad hacia todos, sin distinción de creencias, razas o castas, tendrán mayores posibilidades de sobrevivir en la materia y distanciado de las violencias y fines trágicos.
La cosecha es siempre conforme haya sido la siembra. Los Espíritus exageradamente intelectivos, que emplean sus talentos para sembrar el descreimiento, inconformidad, rebeldía y ociosidad espiritual, que viven preocupados en fundar escuelas filosóficas exóticas, que alejan al hombre de su responsabilidad espiritual y lo excitan hacia una existencia puramente sensual, dificultan la perfecta aplicación de la Ley de Evolución en la marcha progresiva de las criaturas de menor sensibilidad mental.
Como son sembradores de confusiones mentales y psíquicas en otros cerebros incautos, deberán encarnar en medio de “esas familias”, cuyas creencias discordantes o infantiles, los retardaran en la senda del progreso espiritual. Entonces les cabe ayudarlas a liberarse del negativismo secular o del dogmatismo asfixiante, con el fin de compensar los perjuicios causados en base a los postulados contradictorios que pregonaron en el pasado.
Por lo tanto, nacen en el futuro con ese implacable deber de despertar a sus viejos familiares o amigos, atrofiados por el culto a los dogmas incisivos o totalmente apáticos a la vida inmortal. Gracias a su sacrificio y a la cura por medio de la doctrina espirita, esos espíritus perturbadores del pasado, terminan reajustándose meritoriamente junto a aquellos de cuya cándida confianza mental abusaron.
Bajo una disciplina férrea pero justa de la Ley Sideral, que rectifica y no castiga, retornaran al ambiente del mundo físico, situándose en medio de las familias terrenas, comprometidos para incentivar el despertar de la ilusión intelectiva, de la hipnosis de los sentidos pasionales o de la esclavitud del ateísmo infeliz, a quienes les siguieron tontamente en otras vidas. Esa tarea abnegada no se les impone arbitrariamente; la razón esclarecida y consciente por reducir su debito Karmico, les permite aceptar el servicio doloroso a favor del prójimo y también para su propio beneficio.
La familia humana ignora por lo general la razón de los acontecimientos dolorosos que se manifiestan, que suelen ser las desventuras en su camino evolutivo en donde les toca actuar. Así se forman los cuadros de sufrimiento redentor: aquí es el hijo que nace con la enfermedad congénita, y se arrastra penosamente, provocando angustias en sus consanguíneos, allí es el jefe de familia es acosado por una cruel enfermedad , que resiste a los esfuerzos realizados por la medicina oficial, marchando tristemente hacia el cementerio y a su vez daña los corazones de sus familiares íntimos,; allá es una enfermedad dañina que acá a la hijita querida, haciendo padecer el “vía crucis” de los consultorios e instituciones psicópatas, profiriendo gritos extraños y ofendiendo con palabras groseras.
Cuando la desesperación alcanza la totalidad de la familia, la Ley que es atenta y permanece en observación, sucede un milagro inesperado y bajo la fortuita coincidencia surge el médium curativo, que recupera al hijo en sus movimientos atrofiados desde la cuna, restablece la salud del jefe de la casa, cuya medicina oficial no tenia remedios curativos, y aun, gracias a la dedicación de algunos adeptos a la doctrina espirita, logran esclarecer al espíritu obsesor que torturaba a la hija malediciente . Pero siempre bien querida. De esa forma el espiritismo se acepta en el hogar, volviendo venturoso, y gracias al cual, los postulados de la inmortalidad del alma penetran en aquellos que vivían ciegamente esclavizados a los dogmas infantiles o es absoluto descreimiento.
Gracias al agua fluidificada, al recetario mediúmnico o de los pases espiritas, se desplazan las viejas convicciones ateístas y los sectarismos condenables de los familiares. Y aquellos que en el pasado abusaron del mando o del intelecto en contra del prójimo, es de esa forma que los planos superiores suministran nuevos enfoques de la vida, espiritual, sirviéndose de los cuerpos atrofiados o de los nervios desequilibrados. Los conceptos equivocados o negativos de antes son compensados por el sacrificio del dolor físico o psíquico del presente.
No hay regla sin excepción puede darse el caso de que una hija obsesa, o hijo, más tarde es curada a través del espiritismo y que gracias a ella se ha convertido la familia, sea un espíritu bueno que acepta el sufrimiento con el deseo magnánimo de ayudar a su familia y también par activar su ascensión espiritual. No hay reglas sin excepción, pues Jesús espíritu excelso y justo, no eludió la ocasión de sumergirse en las sombras de nuestro mundo, para salvar a los hombres ignorantes y posibilitarles el camino hacia su realidad espiritual.
Hay espíritus bondadosos, que descienden a la carne y se ajustan a la familia consanguínea de la tierra, con el fin de despertar espiritualmente a sus viejos y milenarios amigos. En algunos casos se sacrifican heroicamente para socorrer a sus adversarios de otrora y que en el presente todavía demoran hipnotizados por las filosofías destructivas o las doctrinas enfermizas del mundo material.
Cuando estas almas sublimes comprueban la inutilidad de sus esfuerzos para inspirar desde el Más Allá a sus pupilos negligentes, se deciden a reencarnar por amos a ellos.
Muchos cuando renacen junto al adversario empedernido, enfrentan terribles situaciones a fin de atenuar la fiereza, el odio y la violencia que aún sustentan. Movidos por la compasión del ángel, efectúan toda clase de esfuerzos para sustraerlos de las tragedias odiosas, que en el futuro engendran Karmas torturantes. Muchas veces son sacrificados por las mismas almas delincuentes, a quienes intentan salvar de los padecimientos inenarrables que les esperan en el fango del astral inferior. Aun así se sienten felices cuando consiguen acentuarles el fuego del remordimiento o arrepentimiento, provocándoles los primeros impulsos de redención espiritual.
Dios no es vengativo ni sádico, ni creó la obsesión incurable, la dolencia fatal, las deformaciones corporales, ni cualquier tipo de desventura para el ser humano. El Padre solo tiene objetivos concretos, que es la recuperación amorosa de todos sus hijos eternos. Los acontecimientos trágicos o mórbidos son el fruto de la debilidad moral y de la ignorancia del hombre, que solo balbucea las primeras letras del alfabeto de la vida inmortal.
Trabajo extraído del libro “Mediumnismo” de Ramatis
Realizado por Mercedes Cruz Reyes
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No te quejes de tu pobreza, de tu soledad o de tu suerte, enfrenta con valor y acepta que de una u otra manera son el resultado de tus actos y la prueba que has de ganar.
- Pablo Neruda -
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MERCHITA
Demos gracias a Dios por permitirnos continuar, comunicándonos y comentar esta hermosa Doctrina que es un bálsamo reparador para nuestras heridas.
Los caminos de los hombres son extraños e insondables. Cuando la criatura vive en un clima mental donde caben todas las virtudes y con el espíritu abierto al entendimiento de todas las situaciones, es la disposición idónea tanto en la tierra como en el plano espiritual para que su espíritu sirva bien.
La búsqueda de Dios es un objetivo de la filosofía que no hace falta a la realidad, pues Dios está dentro de nosotros mismos, con nuestro consentimiento o sin el. Dios es la vida y la vida es luz.
Todos tenemos nuestro libre albedrio y nadie recibe pruebas del Señor para las cuales no esté preparado. Todos podemos recibir ayuda en la lucha, pero no es licito el que les perdamos nuestro concurso, debemos andar con nuestros propios pies y escoger el propio camino.
Cualquier situación que enfrentemos, la solución que intentemos en ella, será desastrosa si no podemos comandar la lucha. Si permitimos, en nuestro propio barco, a cada viajante que entre, comandar el timón imprimiendo la ruta, que mejor le parece, tengamos por seguro que no llegaremos a ninguna parte. Somos capitanes y debemos enfrentar los rigores de la tempestad. De la misma forma que el armador no entrega el barco a cualquier marinero, la Providencia Divina, con más justa razón, no coloca a sus hijos bajo la tutela de Espíritus inhabilitados. Como el buen capitán consulta sus propias cartas de navegación para conducir el barco.
Todos debemos aprender a aceptar las cosas que nos llegan y contra las cuales somos impotentes. El hombre negligente y que se entrega a la indisciplina mental, es foco permanente de complicaciones. Es muy difícil que nos ajustemos al deber y a la disciplina, los dos imperativos, mayores para garantizarnos la tranquilidad del Espíritu.
Generalmente, los corazones generosos no se saben defender del mal porque no cogitaron acerca del. Acostumbrados a vivir espontáneamente, junto a la sinceridad, relajan la vigilancia que, aparentemente, no se torna necesaria. Aprenden a confiar en los otros y solo descubren que los otros mienten cuando caen en una gran desilusión. Aunque esto es peligroso, hay que admitir, que es preferible vivir confiando, pues la desconfianza en los que nos rodean genera inquietud constante. Los más complicados procesos patológicos de la mente tienen su etiología en la desconfianza habitual. El hombre desconfiado vive como un animal acorralado, divisando cazadores imaginarios que lo quieren abatir y, en el delirio de la persecución, crea un mundo de angustias e inseguridades.
La duda es un acido destructivo que ataca al espíritu, consumiendo sus energías superiores. Es un polarizador de todas las energías negativas que nos circundan, es como una fábrica de inquietudes, liberando poderosas corrientes de antipatía y de perturbación. Las fuerzas de la vida no funcionan como nuestra cabeza; ellas son eternas y justas y cada uno de nosotros recorre caminos recogiendo el resultado de su siembra.
El secreto de la felicidad es vivir de tal forma que nuestra conciencia no registre culpas que puedan suscitarnos problemas de reparación.
El mal del mundo nace en el corazón del hombre egoísta y orgulloso, que no sabe perdonar, ceder u obedecer, comprender y ayudar, guardando las debidas proporciones de sí mismo como frágil criatura, necesitada de todo y de todos.
Jesús dijo que el amor cubre la mayoría de los pecados; las pruebas están ahí a nuestro frente, y en las historias de nuestros compañeros. Cuando los hombres comprendamos eso, veremos que el pedido de Jesús , para que nos amasemos los unos a los otros, mucho más que un consejo religioso, es una ley a la que no podemos dar la espalda, ante la vida, para así ser felices.
- Merchita -
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Miguel Vives |
Los adversarios del Espiritismo -que, de acuerdo con la regla más antigua, no lo conocen- acostumbran decir que no tenemos un sistema de moral. Eso, cuando no nos acusan simplemente de inmoralidad. La respuesta nuestra es la Codificación Doctrinaria. Y en ella, además de las Leyes Morales de El Libro de los Espíritus, ese código del más puro espíritu cristiano, que es El Evangelio según el Espiritismo.
Miguel Vives menciona este último, en su trabajo sobre las reglas de la vida espírita. Mucho más que eso, sin embargo, nos enseña cómo aplicar los principios evangélicos a una conducta espírita. La moral espírita resplandece en estas páginas, en toda su pureza cristiana. Quien lea este libro, y aplique a la vida sus principios, hará en sí mismo aquella reforma que, para Kardec, es la única y verdadera característica del verdadero espírita. Vives, entretanto, no es un teórico. El declara, enseguida, en la primera línea: No soy escritor, pero soy médium.
Para los legos, eso no tendrá un significado mayor. Para los espíritas, entre tanto, eso quiere decir que Vives está escribiendo sobre cuestiones que enfrentó en la vida, sobre problemas que vivió. En eso está el mayor valor de este libro. El nos da el ejemplo de la vivencia espírita. Fundador del Centro Espírita Fraternidad Humana, de Tarrasa, Miguel Vives lo presidió durante treinta años. Ejerció la mediumnidad y militó en la propaganda doctrinaria. Desde que se volvió espírita, su vida se convirtió en un apostolado. Muchas de sus páginas nos recuerdan la figura del apóstol Pablo: son páginas epistolares, dirigidas a las asambleas cristianas de los primeros tiempos.
En otras, él es el oscuro y humilde Ananías, que a través de la oración y del pase arranca las escamas de los ojos de Pablo. La moral espírita, como la del cristianismo primitivo, no se constituye apenas de preceptos, de reglas, ni de principios normativos. Hay una técnica moral, que se fundamenta en el conocimiento de las leyes morales. Vives compara la salud física a la salud moral, para mostrar que somos criaturas sujetas a influencias de dos especies: las que provienen del medio físico y las que provienen del medio espiritual. Indica como las influencias psíquicas nos envuelven, y cómo penetran nuestra mente, cómo invaden nuestro psiquismo, como dominan a nuestro espíritu.
Y enseña cómo enfrentarlas, soportarlas y vencerlas. Hoy, más que nunca, este librito de Miguel Vives precisa ser leído y releído, estudiado, cargado en el bolsillo, para consultas constantes. A la manera del propio Cristo, que para él es siempre «Señor y Maestro», el autor de esta Guía nos ofrece la regla moral y el ejemplo de la práctica moral. Él mismo es un modelo de lo que enseña. Indícanos el Modelo Supremo, que es Jesús -como El Libro de los Espíritus nos lo indica- mas ayúdanos también con su propio ejemplo. Vemos aquí, a través de la vida del autor, cómo el espírita debe enfrentar sus problemas, en todas las circunstancias de la existencia.
Extraído del libro "Guía practico para la vida espirita"
Miguel Vives
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Los espíritus serios sólo concurren a las reuniones formales, donde son llamados con recogimiento y por motivos formales. No se prestan a ninguna pregunta de curiosidad, de prueba fútil, ni a ningún experimento.
Los espíritus ligeros se encuentran en todas partes, pero en las reuniones formales guardan silencio y se mantienen ocultos para oír, como lo haría un estudiante en una asamblea ilustrada. En las reuniones frívolas toman la revancha, se divierten con todos, se burlan con frecuencia de los concurrentes y responden a todo sin cuidarse de la verdad.
Los espíritus que se llaman golpeadores, y por regla general todos los que producen manifestaciones físicas, son de orden inferior, sin que por ello sean esencialmente malos: tienen en cierta manera una aptitud especial para los efectos materiales.
Los espíritus superiores no se ocupan de semejantes asuntos, como nuestros sabios no se ocupan de sutilezas: si tienen necesidad de aquellos efectos, emplean esta clase de espíritus, como nosotros nos servimos del jornalero para la parte material de la obra.
QUE ES EL ESPIRITISMO. ALLAN KARDEC.
QUE ES EL ESPIRITISMO. ALLAN KARDEC.
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