ACLARACIONES PARA ALGÚN
PRINCIPIANTE
SI SABES O CREES SABER MUCHO DE LA DOCTRINA ESPIRITA O DEL
ESPIRITISMO, NO PIERDAS EL TIEMPO EN LEER ESTO:
ESPIRITISMO, NO PIERDAS EL TIEMPO EN LEER ESTO:
La Doctrina Espirita o Espiritismo, no tiene
absolutamente nada que ver con:
1. Brujería.
2. Adivinación o artes adivinatorias.
3. Trabajos materiales para lograr:
a. dinero
b. amor
c. salud
d. Quitar hechizos, embrujos, brujería que creas te hayan podido haber hecho.
b. amor
c. salud
d. Quitar hechizos, embrujos, brujería que creas te hayan podido haber hecho.
La Doctrina Espirita o Espiritismo sí es:
a) Una enseñanza de vida.
b) El conocimiento de la Leyes Espirituales que nos rigen
c) Es Amor y Caridad desinteresada.
d) Es Filosofía y Ciencia.
e) Es vida Moral Cristiana.
f) Es el Evangelio Vivo de Jesús.
g) Es la INSTRUCCIÓN del MUNDO ESPIRITUAL DE LA LUZ.
Te invitamos. Estúdiala y apréndela.
El Señor te Bendice,
El Señor te Bendice,
Rey Formoso
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Transfiguración de Jesús de Nazaret
Transfiguración–Invisibilidad
. El periespíritu de las personas vivas aún goza de las mismas propiedades que el de los Espíritus. Según se deja dicho, no está confinado en el cuerpo, sino que irradia y forma alrededor de él una especie de atmósfera fluídica. Puede suceder, pues, que en un determinado caso y bajo el influjo de las mismas circunstancias, sufra una transformación análoga a la que hemos descrito. La forma real y material del cuerpo puede desaparecer bajo esa envoltura fluídica, si así podemos expresarnos, y tomar momentáneamente una apariencia del todo diferente; la de otra persona o la del Espíritu que combina su fluido con el del individuo, o bien dar a un rostro feo un aspecto bello y radiante. Tal es el fenómeno designado bajo el nombre de transfiguración, fenómeno bastante frecuente, y que se produce principalmente cuando las circunstancias provocan una expansión, mas abundante de fluido.
El fenómeno de la transfiguración puede manifestarse con una intensidad muy diferente, según el grado de depuración del periespíritu, grado que corresponde siempre al de elevación moral del Espíritu. A veces, se reduce a un simple cambio en el aspecto de la fisonomía, y puede en otras, dar al periespíritu un aspecto luminoso y resplandeciente.
La forma material puede, pues, desaparecer bajo el fluido periespiritual, pero no es de necesidad para este fluido el tomar otro aspecto. A veces puede limitarse a velar un cuerpo inerte o vivo, y hacerlo invisible para una o varias personas, como lo haría una capa de vapor. Las cosas actuales solo las tomamos como puntos de comparación y no con la mira de establecer una analogía absoluta que no existe.
23. Estos fenómenos, no parecen extraños más que todo, porque no se conocen las propiedades del fluido periespiritual. Es este un cuerpo nuevo que debe tener propiedades nuevas y que no pueden estudiarse por los procedimientos ordinarios de la ciencia; pero que no dejan de ser propiedades naturales, que solo la novedad tiene de maravilloso.
Extraído del libro “Obras póstumas”
Allan Kardec
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NATURALEZA DE LA DIVINIDAD
– De algunas sí. El hombre las comprende mejor a medida que se eleva sobre la materia; las entrevé con el pensamiento.
– Desde vuestro punto de vista, sí; porque creéis abarcarlo todo. Pero sabed que hay cosas superiores a la inteligencia del hombre más inteligente y para las cuales carece de expresiones vuestro lenguaje, limitado a vuestras ideas y sensaciones. La razón os dice,en efecto, que Dios debe tener esas perfecciones en grado supremo;porque, si careciese de una sola de ellas, o si no las poseyese en grado infinito, no sería superior a todo y por consiguiente no sería Dios. Por ser superior a todas las cosas, Dios no debe soportar ninguna vicisitud, ni tener ninguna de las imperfecciones que puede concebir la imaginación.
– ¿Puede el hombre comprender la naturaleza íntima de
Dios?
– No; es un sentido que le falta.
¿Será dado al hombre algún día comprender el misterio de
la Divinidad?
– Cuando su espíritu no esté ya ofuscado por la materia y
cuando, por su perfección, se haya aproximado a ella, la verá y la
comprenderá.
La inferioridad de las facultades del hombre no le permite comprender la naturaleza íntima de Dios. En la infancia de la Humanidad, el hombre lo confunde,con frecuencia, con la criatura cuyas imperfecciones le atribuye. Pero, a medida que el sentido moral se desarrolla él, su pensamiento penetra mejor el fondo de las cosas, y se forma de ellas una idea más justa y más conforme con la sana razón, aunque incompleta siempre.
Ya que no podemos comprender la naturaleza íntima de Dios, ¿podremos tener idea de algunas de sus perfecciones?
– De algunas sí. El hombre las comprende mejor a medida que se eleva sobre la materia; las entrevé con el pensamiento.
¿ Cuándo decimos que Dios es eterno, infinito, inmutable,inmaterial, único, omnipotente, soberanamente justo y bueno,¿tenemos idea completa de sus atributos?
– Desde vuestro punto de vista, sí; porque creéis abarcarlo todo. Pero sabed que hay cosas superiores a la inteligencia del hombre más inteligente y para las cuales carece de expresiones vuestro lenguaje, limitado a vuestras ideas y sensaciones. La razón os dice,en efecto, que Dios debe tener esas perfecciones en grado supremo;porque, si careciese de una sola de ellas, o si no las poseyese en grado infinito, no sería superior a todo y por consiguiente no sería Dios. Por ser superior a todas las cosas, Dios no debe soportar ninguna vicisitud, ni tener ninguna de las imperfecciones que puede concebir la imaginación.
Dios es eterno; si hubiese tenido principio, hubiera salido de la nada, o hubiese sido creado por un ser anterior. Así es como, de grado en grado, nos remontamos al infinito y a la eternidad.
Es inmutable; si estuviese sujeto a cambios, ninguna estabilidad tendrían las leyes que rigen el Universo.
Es inmaterial; es decir, que su naturaleza difiere de todo lo que llamamos materia, pues de otro modo no sería inmutable, porque estaría sujeto a las transformaciones de la materia.
Es único; si hubiese varios dioses, no habría ni unidad de miras, ni unidad de poder en el ordenamiento del Universo.
Es omnipotente; porque es único. Si no tuviese el poder soberano, habría algo más poderoso o tan poderoso como él; no habría hecho todas las cosas, y las que no hubiese hecho, serían obra de otro Dios.
Es soberanamente justo y bueno. La sabiduría providencial de las leyes divinas se revela así en las más pequeñas como en las más grandes cosas y esa sabiduría no nos permite dudar ni de su justicia, ni de su bondad.
- El Libro de los Espíritus-
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" ESPÍRITAS, AMAROS; ES EL PRIMER MANDAMIENTO .
INSTRUIROS; ES EL SEGUNDO MANDAMIENTO."
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COMPROBACION UNIVERSAL DE LA ENSEÑANZA DE LOS ESPÍRITUS.
Si la doctrina espiritista fuese una concepción puramente humana no tendría otra garantía que las luces del que la hubiera concebido, y nadie en la tierra podría tener la pretensión fundada de poseer él solo la verdad absoluta. Si los espíritus que la han revelado se hubiesen manifestado a un solo hombre, nada garantizaría su origen, porque sería menester creer bajo su palabra al que dijera que había recibido sus enseñanzas.
Concediéndole una completa sinceridad, a lo más, podría convencer a las personas que le rodeasen; podría tener secretarios, pero nunca conseguiría reunir a todo el mundo.
Dios ha querido que la nueva revelación llegase a los hombres por un camino más rápido y más auténtico, por esto ha encargado a los espíritus el llevarla de uno a otro polo, manifestándose en todas partes, sin conceder a nadie el privilegio exclusivo de oír su palabra. Un hombre puede ser engañado puede engañarse a sí mismo, más no podría suceder lo mismo cuando millones de ellos ven y oyen la misma cosa: esto es una garantía para cada uno y para todos. Por otra parte, puede hacerse desaparecer a un hombre, pero no puede hacerse que desaparezcan las masas; pueden quemarse los libros, pero no se pueden quemar los espíritus; pues si se quemaran todos los libros, el origen de la doctrina no sería menos invulnerable, por lo mismo que no está en la tierra, sino que surge de todas partes y que todos pueden obtenerla. A falta de hombres para explicarla, habrá siempre espíritus que alcanzan a todo el mundo y a quienes nadie puede alcanzar.
En realidad, los mismos espíritus son los que hacen la propaganda, con el auxilio
de innumerables médiums. que ellos mismos suscitan en todas partes: Si no hubiesen tenido más que un intérprete, por favorecido que se viera, apenas se conocería el Espiritismo; este mismo intérprete, a cualquier clase que perteneciése, sería objeto de prevención de muchas gentes, no le hubieran aceptado todas las naciones; mientras que comunicándose los espíritus en todas partes, a todos los pueblos, a todas las sectas y a todos los partidos, son aceptados por todos. El Espiritismo no tiene nacionalidad y está fuera de todos los cultos particulares; no se ha impuesto por ninguna clase de la sociedad, puesto que cada uno puede recibir instrucciones de sus parientes y de sus
amigos de ultratumba. Así debía ser para que pudiese llamar a todos los hombres a la fraternidad, pues de no colocarse en un terreno neutral, hubiera mantenido las discusiones en vez de aclamarlas.
Esta universalidad en la enseñanza de los espíritus constituye la fuerza del Espiritismo y esta es también la causa de su rápida propagación; mientras que la voz de un solo hombre, aun cuando hubiese tenido el auxilio de la prensa,hubiera tardado siglos en ser oída de todos. Ahora tenéis millares de voces que se hacen oír simultáneamente en todas partes para proclamar los mismos principios y transmitirlos, tanto a los más ignorantes como a los más sabios a fin de que nadie quede desheredado.
De esta ventaja no ha gozado ninguna de las doctrinas que han aparecido hasta hoy. Sí,pues, el Espiritismo es una verdad, no teme ni a la mala voluntad de los hombres, ni a las revoluciones morales; ni a los cataclismos físicos del globo, porque nada de todo esto puede alcanzar a los espíritus.
Pero no es esta la sola ventaja que resulta de semejante posesión excepcional: el
Espiritismo encuentra en ella una garantía muy poderosa contra los cismas que podrían suscitarse, ya por la ambición de algunos, ya por las contradicciones de ciertos espíritus.
Seguramente que estas contradicciones son un escollo; pero llevan consigo el remedio al lado del mal.
Se sabe que los espíritus, a consecuencia de la diferencia que existe entre sus capacidades, individualmente están lejos de poseer la verdad absoluta; que no a todos les está dado el penetrar ciertos misterios; que su saber es proporcionado a su purificación,que los espíritus vulgares no saben más que los hombres, y menos que ciertos hombres;que hay entre ellos, como entre estos últimos, presumidos y sabios de falsa instrucción,que creen saber lo que no saben; sistemáticos que toman sus ideas por la verdad, y, en fin, que los espíritus de un orden más elevado, los que están completamente desmaterializados, son los únicos que se han despojado de las ideas y de las preocupaciones terrestres; pero también se sabe que los espíritus mentirosos no tienen reparo en tomar nombres supuestos para hacer aceptar sus utopías. Resulta de esto, que todo lo que está fuera de la enseñanza exclusivamente moral, las revelaciones que cada uno puede obtener, tienen un carácter individual sin autenticidad, que deben ser consideradas como opiniones personales de tal o cual espíritu y que se cometería una imprudencia aceptándolas y promulgándolas ligeramente como verdades absolutas.
EL EVANGELIO SEGÚN EL ESPIRITISMO. ALLAN KARDEC.
Si la doctrina espiritista fuese una concepción puramente humana no tendría otra garantía que las luces del que la hubiera concebido, y nadie en la tierra podría tener la pretensión fundada de poseer él solo la verdad absoluta. Si los espíritus que la han revelado se hubiesen manifestado a un solo hombre, nada garantizaría su origen, porque sería menester creer bajo su palabra al que dijera que había recibido sus enseñanzas.
Concediéndole una completa sinceridad, a lo más, podría convencer a las personas que le rodeasen; podría tener secretarios, pero nunca conseguiría reunir a todo el mundo.
Dios ha querido que la nueva revelación llegase a los hombres por un camino más rápido y más auténtico, por esto ha encargado a los espíritus el llevarla de uno a otro polo, manifestándose en todas partes, sin conceder a nadie el privilegio exclusivo de oír su palabra. Un hombre puede ser engañado puede engañarse a sí mismo, más no podría suceder lo mismo cuando millones de ellos ven y oyen la misma cosa: esto es una garantía para cada uno y para todos. Por otra parte, puede hacerse desaparecer a un hombre, pero no puede hacerse que desaparezcan las masas; pueden quemarse los libros, pero no se pueden quemar los espíritus; pues si se quemaran todos los libros, el origen de la doctrina no sería menos invulnerable, por lo mismo que no está en la tierra, sino que surge de todas partes y que todos pueden obtenerla. A falta de hombres para explicarla, habrá siempre espíritus que alcanzan a todo el mundo y a quienes nadie puede alcanzar.
En realidad, los mismos espíritus son los que hacen la propaganda, con el auxilio
de innumerables médiums. que ellos mismos suscitan en todas partes: Si no hubiesen tenido más que un intérprete, por favorecido que se viera, apenas se conocería el Espiritismo; este mismo intérprete, a cualquier clase que perteneciése, sería objeto de prevención de muchas gentes, no le hubieran aceptado todas las naciones; mientras que comunicándose los espíritus en todas partes, a todos los pueblos, a todas las sectas y a todos los partidos, son aceptados por todos. El Espiritismo no tiene nacionalidad y está fuera de todos los cultos particulares; no se ha impuesto por ninguna clase de la sociedad, puesto que cada uno puede recibir instrucciones de sus parientes y de sus
amigos de ultratumba. Así debía ser para que pudiese llamar a todos los hombres a la fraternidad, pues de no colocarse en un terreno neutral, hubiera mantenido las discusiones en vez de aclamarlas.
Esta universalidad en la enseñanza de los espíritus constituye la fuerza del Espiritismo y esta es también la causa de su rápida propagación; mientras que la voz de un solo hombre, aun cuando hubiese tenido el auxilio de la prensa,hubiera tardado siglos en ser oída de todos. Ahora tenéis millares de voces que se hacen oír simultáneamente en todas partes para proclamar los mismos principios y transmitirlos, tanto a los más ignorantes como a los más sabios a fin de que nadie quede desheredado.
De esta ventaja no ha gozado ninguna de las doctrinas que han aparecido hasta hoy. Sí,pues, el Espiritismo es una verdad, no teme ni a la mala voluntad de los hombres, ni a las revoluciones morales; ni a los cataclismos físicos del globo, porque nada de todo esto puede alcanzar a los espíritus.
Pero no es esta la sola ventaja que resulta de semejante posesión excepcional: el
Espiritismo encuentra en ella una garantía muy poderosa contra los cismas que podrían suscitarse, ya por la ambición de algunos, ya por las contradicciones de ciertos espíritus.
Seguramente que estas contradicciones son un escollo; pero llevan consigo el remedio al lado del mal.
Se sabe que los espíritus, a consecuencia de la diferencia que existe entre sus capacidades, individualmente están lejos de poseer la verdad absoluta; que no a todos les está dado el penetrar ciertos misterios; que su saber es proporcionado a su purificación,que los espíritus vulgares no saben más que los hombres, y menos que ciertos hombres;que hay entre ellos, como entre estos últimos, presumidos y sabios de falsa instrucción,que creen saber lo que no saben; sistemáticos que toman sus ideas por la verdad, y, en fin, que los espíritus de un orden más elevado, los que están completamente desmaterializados, son los únicos que se han despojado de las ideas y de las preocupaciones terrestres; pero también se sabe que los espíritus mentirosos no tienen reparo en tomar nombres supuestos para hacer aceptar sus utopías. Resulta de esto, que todo lo que está fuera de la enseñanza exclusivamente moral, las revelaciones que cada uno puede obtener, tienen un carácter individual sin autenticidad, que deben ser consideradas como opiniones personales de tal o cual espíritu y que se cometería una imprudencia aceptándolas y promulgándolas ligeramente como verdades absolutas.
EL EVANGELIO SEGÚN EL ESPIRITISMO. ALLAN KARDEC.
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INFLUENCIA DEL CENTRO ESPIRITA.
231. 1. ¿El centro en el cual se encuentra el médium, ejerce alguna influencia sobre las manifestaciones?
Todos los Espíritus que rodean al médium le ayudan, tanto en el bien como en el mal.
231. 1. ¿El centro en el cual se encuentra el médium, ejerce alguna influencia sobre las manifestaciones?
Todos los Espíritus que rodean al médium le ayudan, tanto en el bien como en el mal.
2. ¿Los Espíritus superiores no pueden triunfar de la mala voluntad del Espíritu encarnado que les sirve de intérprete y de los que le rodean?
Sí, cuando lo juzgan útil y según la intención de la persona que se les dirige. Ya lo hemos dicho: los Espíritus más elevados pueden algunas veces comunicarse por un favor especial a pesar de la imperfección del médium y del centro, pero entonces éstos permanecen allí como extraños.
Sí, cuando lo juzgan útil y según la intención de la persona que se les dirige. Ya lo hemos dicho: los Espíritus más elevados pueden algunas veces comunicarse por un favor especial a pesar de la imperfección del médium y del centro, pero entonces éstos permanecen allí como extraños.
3. ¿Los Espíritus superiores procuran conducir las reuniones fútiles a ideas más formales?
Los Espíritus superiores no van a las reuniones en las que saben que su presencia es inútil. En los centros poco instruidos, pero en los que hay sinceridad, vamos con gusto, aun cuando no encontremos sino medianos instrumentos; pero en los centros instruidos, en los que domina la ironía, no vamos. Allí es menester hablar a los ojos y a los oídos; este es el papel de los Espíritus golpeadores y burlones. Es bueno que las gentes engreídas por su ciencia sean humilladas por los Espíritus menos sabios y menos avanzados.
4. ¿La entrada en las reuniones formales está prohibida a los Espíritus inferiores?
No, algunas veces permanecen en ellas para aprovecharse de las enseñanzas que allí se dan; pero se callan como los atolondrados en las asambleas de los sabios.
232. Sería un error el creer que es menester ser médium para atraerse los seres del mundo invisible. El espacio está lleno de ellos; los tenemos sin cesar a nuestro alrededor, a nuestro lado,que nos ven, nos observan, se mezclan en nuestras reuniones, nos siguen o nos evitan según los atraemos o rechazamos. La facultad mediúmnica nada tiene de ver con esto; sólo es un medio de
comunicación. Acerca de lo que nosotros hemos visto sobre la causa de simpatía o antipatía de los Espíritus, se comprenderá perfectamente que debemos estar rodeados de aquellos que tienen afinidad por nuestro propio Espíritu, según está elevado o degradado. Consideremos ahora el estado moral de nuestro globo,y se comprenderá cuál es la índole de los Espíritus que deben dominar entre los Espíritus errantes. Si vamos a ver cada pueblo en particular, podremos juzgar por el carácter dominante de los habitantes, por sus preocupaciones, sus sentimientos más o menos morales y humanitarios, las órdenes de Espíritus que en ellos se dan cita.
Partiendo de este principio, supongamos una reunión de hombre ligeros, inconsecuentes, ocupados en sus placeres; ¿cuáles serán los Espíritus que se encontrarán allí de preferencia?
Seguramente no serán Espíritus superiores, de la misma manera que nuestros sabios y nuestros filósofos no irían a pasar allí el tiempo. Así, pues, todas las veces que los hombres se reúnen,tiene con ellos una asamblea oculta que simpatiza con sus cualidades o extravagancias, y esto haciendo abstracción de todo pensamiento de evocación. Admitamos ahora que tenga la posibilidad de hablar con los seres del mundo invisible por medio de un intérprete, es decir, por un médium; ¿cuáles son los que responderán a su llamamiento? Evidentemente los que están allí preparados y solo esperan una ocasión para comunicarse. Si en
una asamblea fútil se llama a un espíritu superior, podrá venir y aún hacer oír algunas palabras razonables, como un buen pastor viene entre su rebaño descarriado; pero desde el momento que no es comprendido ni escuchado, se va, como haríais vosotros mismos en su puesto, y entonces los otros tienen el paso franco.
233. No siempre basta que una asamblea sea formal para tener comunicaciones de un orden elevado; hay gentes que no ríen nunca, pero su corazón por esto no es más puro; así, pues, el corazón sobre todo es el que atrae a los buenos Espíritus. Ninguna condición moral excluye las comunicaciones espiritistas, pero si
se está en malas condiciones se habla con sus iguales que no hacen falta para engañarnos y a menudo acarician nuestras preocupaciones.
Se ve por eso la enorme influencia del medio sobre la naturaleza de las manifestaciones inteligentes; pero esta influencia no se ejerce como lo han pretendido algunas personas, cuando aún no se conocía el mundo de los Espíritus como se conoce hoy, y antes que experimentos más concluyentes hayan venido a
esclarecer las dudas. Cuando las comunicaciones concuerdan con la opinión de los asistentes, no es porque esta opinión se refleje en el Espíritu del médium como un espejo; es porque tenéis entre vosotros Espíritus que os son simpáticos tanto para el bien como para el mal, y que abundan en vuestro sentido; y lo que prueba es que si tenéis la fuerza de atraeros otros Espíritus que aquellos que os rodean, este mismo médium tendrá para vosotros un lenguaje enteramente diferente y os dirá las cosas que estén más lejos de vuestro pensamiento y de vuestras convicciones. En resumen, las condiciones del centro serán tanto mejores cuanto más homogeneidad haya para el bien, más sentimientos puros y
elevados y más deseo sincero de instruirse sin ninguna segunda intención.
EL LIBRO DE LOS MÉDIUMS. ALLAN KARDEC.
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Los Espíritus superiores no van a las reuniones en las que saben que su presencia es inútil. En los centros poco instruidos, pero en los que hay sinceridad, vamos con gusto, aun cuando no encontremos sino medianos instrumentos; pero en los centros instruidos, en los que domina la ironía, no vamos. Allí es menester hablar a los ojos y a los oídos; este es el papel de los Espíritus golpeadores y burlones. Es bueno que las gentes engreídas por su ciencia sean humilladas por los Espíritus menos sabios y menos avanzados.
4. ¿La entrada en las reuniones formales está prohibida a los Espíritus inferiores?
No, algunas veces permanecen en ellas para aprovecharse de las enseñanzas que allí se dan; pero se callan como los atolondrados en las asambleas de los sabios.
232. Sería un error el creer que es menester ser médium para atraerse los seres del mundo invisible. El espacio está lleno de ellos; los tenemos sin cesar a nuestro alrededor, a nuestro lado,que nos ven, nos observan, se mezclan en nuestras reuniones, nos siguen o nos evitan según los atraemos o rechazamos. La facultad mediúmnica nada tiene de ver con esto; sólo es un medio de
comunicación. Acerca de lo que nosotros hemos visto sobre la causa de simpatía o antipatía de los Espíritus, se comprenderá perfectamente que debemos estar rodeados de aquellos que tienen afinidad por nuestro propio Espíritu, según está elevado o degradado. Consideremos ahora el estado moral de nuestro globo,y se comprenderá cuál es la índole de los Espíritus que deben dominar entre los Espíritus errantes. Si vamos a ver cada pueblo en particular, podremos juzgar por el carácter dominante de los habitantes, por sus preocupaciones, sus sentimientos más o menos morales y humanitarios, las órdenes de Espíritus que en ellos se dan cita.
Partiendo de este principio, supongamos una reunión de hombre ligeros, inconsecuentes, ocupados en sus placeres; ¿cuáles serán los Espíritus que se encontrarán allí de preferencia?
Seguramente no serán Espíritus superiores, de la misma manera que nuestros sabios y nuestros filósofos no irían a pasar allí el tiempo. Así, pues, todas las veces que los hombres se reúnen,tiene con ellos una asamblea oculta que simpatiza con sus cualidades o extravagancias, y esto haciendo abstracción de todo pensamiento de evocación. Admitamos ahora que tenga la posibilidad de hablar con los seres del mundo invisible por medio de un intérprete, es decir, por un médium; ¿cuáles son los que responderán a su llamamiento? Evidentemente los que están allí preparados y solo esperan una ocasión para comunicarse. Si en
una asamblea fútil se llama a un espíritu superior, podrá venir y aún hacer oír algunas palabras razonables, como un buen pastor viene entre su rebaño descarriado; pero desde el momento que no es comprendido ni escuchado, se va, como haríais vosotros mismos en su puesto, y entonces los otros tienen el paso franco.
233. No siempre basta que una asamblea sea formal para tener comunicaciones de un orden elevado; hay gentes que no ríen nunca, pero su corazón por esto no es más puro; así, pues, el corazón sobre todo es el que atrae a los buenos Espíritus. Ninguna condición moral excluye las comunicaciones espiritistas, pero si
se está en malas condiciones se habla con sus iguales que no hacen falta para engañarnos y a menudo acarician nuestras preocupaciones.
Se ve por eso la enorme influencia del medio sobre la naturaleza de las manifestaciones inteligentes; pero esta influencia no se ejerce como lo han pretendido algunas personas, cuando aún no se conocía el mundo de los Espíritus como se conoce hoy, y antes que experimentos más concluyentes hayan venido a
esclarecer las dudas. Cuando las comunicaciones concuerdan con la opinión de los asistentes, no es porque esta opinión se refleje en el Espíritu del médium como un espejo; es porque tenéis entre vosotros Espíritus que os son simpáticos tanto para el bien como para el mal, y que abundan en vuestro sentido; y lo que prueba es que si tenéis la fuerza de atraeros otros Espíritus que aquellos que os rodean, este mismo médium tendrá para vosotros un lenguaje enteramente diferente y os dirá las cosas que estén más lejos de vuestro pensamiento y de vuestras convicciones. En resumen, las condiciones del centro serán tanto mejores cuanto más homogeneidad haya para el bien, más sentimientos puros y
elevados y más deseo sincero de instruirse sin ninguna segunda intención.
EL LIBRO DE LOS MÉDIUMS. ALLAN KARDEC.
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