¿ Qué son las Mancias?
El nombre de Mancia, proviene de la palabra griega “manteiesa”, que significa adivinación y se utiliza como sufijo que se añade a otras palabras que se refieren a diversas formas de adivinación.
Existen varias clases de Mancias, tal como la Rabdomancia (adivinación por medio de una varita); la Quiromancia (por las rayas de las manos); la Oniromancia (a través de los sueños); la Cartomancia (por medio de las cartas o el Tarot); la Piromancia (por los movimientos del fuego),etc.
Todos estos diversos elementos en los que se apoyan las diversas Mancias, parece ser que actúan como disparadores del inconsciente del sujeto dotado, y sirven para que la persona que tiene esta capacidad, proyecte su mente más adelante en el tiempo, intentando sondear el futuro en diversos temas y cuestiones. No obstante hay que tener presente que cuando se habla de cualquier tipo de Clarividencia, este supone un tema que se presta a bastantes conjeturas y del que a ciencia cierta apenas se sabe nada. La cuestión es que independientemente de las explicaciones y conjeturas que se produzcan, estas adivinanzas de lo futuro, cuando no son un torpe fraude, muestran tener una realidad sorprendente e incontestable.
Sin duda, quienes practican estos “juegos” lo hacen apoyados en un conocimiento instintivo y profundo de la psicología humana, pero estos métodos disparadores de la intuición, se han ido mezclando con ciertas supersticiones, formando toda una “ciencia esotérica”, llena de misterios y de falsas credulidades. Y es que el ansia por explorar el futuro y el gusto por lo misterioso, es un factor muy frecuente en los seres humanos, impacientes por poder saber lo que les espera, pero ignorantes al no conocer que el futuro es moldeable y variable a cada momento, porque en realidad , tal como dijo Jesús de Nazaret, “a cada cual se dará según sus obras” pero no afirmó que a cada cual se le daría según su signo zodiacal o según fuesen las líneas de su mano o el simbolismo de las cartas que elija al azar o cualquier otro misterio esotérico.
A veces se pueden confundir con mancias otras técnicas que en realidad no lo son. Es el caso de la Radiestesia que no trata de adivinar el futuro, sino la presencia de energías telúricas que aparecen en presencia de yacimientos de agua o de otros minerales. Esta se apoya en el uso de un péndulo que funciona a modo de cómo lo hace la varita de los Zahoríes. Esta posiblemente amplifica las radiaciones que emiten diversos cuerpos y que quien la utiliza que es una persona sensible y entrenada para captarlas, las interpreta de modo inconsciente. Es probable que el péndulo que utilizan los radiestesistas, lo que haga sea también amplificar algo que llega a sus mentes de forma misteriosa, en cuanto que transciende las leyes físicas conocidas.
- Jose Luis Martín -
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LA REFORMA ÍNTIMA EN SEIS
RESPUESTAS
Mausoleo de Allan Kardec |
1) Qué es la Reforma Íntima?. -
Es un proceso contínuo de autoconocimiento, de conocimiento de nuestra intimidad espiritual, modelándonos progresivamente en la vivencia evangélica, en todos los sentidos de nuestra existencia. Es la transformación del hombre viejo, cargado de tendencias y errores seculares, en el hombre nuevo, actuante en la implantación de las enseñanzas del Divino Maestro, dentro y fuera de sí mismo.
2) ¿ Por qué la Reforma Íntima?.-
Porque es el medio de liberarnos de las imperfecciones y de hacernos objetivamente el trabajo de perfeccionamiento en nosotros, conduciéndonos coherentemente con las aspiraciones que nos llevan al mejoramiento de nuestro espíritu.
3) ¿ Para qué la Reforma Íntima?.-
Para transformar al hombre y a partir de él, a toda la humanidad, aún tan distante de las vivencias evangélicas. Urge el estar en las filas de los trabajadores de las últimas horas, por nuestros testimonios,respondiendo a las llamadas del Plano Espiritual y entregandonos a la preparación cíclica del Tercer milenio.
4) ¿ En donde hacer la Reforma Íntima?.-
Primeramente, dentro de nosotros mismos, cuyas transformaciones se reflejarán después en todos los campos de nuestra existencia, en nuestra relación con familiares,colegas de trabajo,amigos y enemigos, e incluso en los medios donde colaboramos desinteresadamente sirviendo al prójimo.
5) ¿ Cuando hacer la Reforma Íntima?.-
Al momento, y ahora ya no hay más por qué esperar. El tiempo pasa y todos los minutos son preciosos para las conquistas que precisamos hacer en nuestro interior.
6) ¿ Cómo hacer la Reforma Íntima?.-
Al decidirnos a iniciar el trabajo de mejorarnos a nosotros mismos, uno de los medios más efectivos es el ingreso en una escuela de Aprendices del Evangelio, cuyo objetivo central es exactamente ese. Con la orientación de los dirigentes en un régimen de disciplina, apoyados por el propio grupo y por la ayuda del Plano Espiritual, conseguimos vencer las naturales dificultades de tan noble emprendimiento y superar nuestras barreras. De ahí en adelante el trabajo continúa de modo progresivo, pero con más entusiasmo y mayor disposición. Pero también, incluso solos, podemos hacer nuestra Reforma Íntima, empeñándonos con ahínco y denuedo, viviendo coherentemente con las enseñanzas de Jesús.
(Forum Espírita)
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BIENAVENTURADOS LOS QUE SABEN DAR SIN RECORDARLO Y RECIBIERON SIN OLVIDAR.
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LOS FENÓMENOS, LO SOBRENATURAL Y LAS FANTASÍAS
Nosotros nos resumimos en la seguientes proposiciones:
* Todos los fenómenos espiritistas tienen por principio la existencia del alma,su supervivencia al cuerpo, y sus manifestaciones;
2º Estos fenómenos, estando fundados sobre una ley de la Naturaleza, no tienen nada de maravilloso ni de sobrenatural en el sentido vulgar de estas palabras;
3º Muchos de los hechos son reputados sobrenaturales porque no se conoce su causa; señalándoles el Espiritismo una causa, les hace entrar en el dominio de los fenómenos naturales;
4º Entre los hechos calificados de sobrenaturales, hay muchos cuya imposibilidad demuestra el Espiritismo, y coloca entre las creencias supersticiosas;
5º Aunque el Espiritismo reconozca en muchas creencias populares, un fondo de verdad, no acepta de ningún modo la solidaridad de todas las historias fantásticas creadas por la imaginación;
6º Juzgar al Espiritismo por los hechos que no admite, es manifestar ignorancia, y quitar todo el valor a su opinión.
7º La explicación de los hechos admitidos por el Espiritismo, sus causas y sus consecuencias morales, constituyen toda una ciencia y toda una filosofía, que requieren
un estudio serio, perseverante y profundo;
8º El Espiritismo no puede mirar como critico serio sino el que ha visto, estudiado y profundizado todo, con la paciencia y perseverancia de un observador concienzudo; la
del que sabrá tanto sobre este objeto, como el adepto más ilustrado; la del que habrá por
consiguiente sacado sus conocimientos de otra parte que de los romances de la ciencia, a quien no se podría oponer "ningún" hecho de que no tuviera conocimiento, ningún
argumento que no hubiese meditado; que refutaría, no por negaciones, sino por otros
argumentos más perentorios; la del que podría, en fin, señalar una causa más lógica a
los hechos averiguados. Este crítico está todavía por encontrarse.
EL LIBRO DE LOS MÉDIUMS
ALLAN KARDEC.
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EN EL CONSTANTE CAMBIO
Mercedes Cruz Reyes.
Todos estamos en constante cambio. La evolución así lo exige, el ser humano cada día aprende más; de la naturaleza, de Dios, de la tecnología, de la ciencia, quizás un poco más de sí mismo.
Los caminos de los hombres son extraños e insondables. Cuando la criatura vive en un clima mental donde caben todas las virtudes y con el espíritu abierto al entendimiento de todas las situaciones, es la disposición idónea tanto en la tierra como en el plano espiritual para que su espíritu sirva bien.
El cambio personal es algo incesante en la persona consciente de sí misma, que sabe que cuenta con defectos y hábitos que no le favorecen como persona, además que le hacen vivir mal.
La búsqueda de Dios es un objetivo de la filosofía que no hace falta a la realidad, pues Dios está dentro de nosotros mismos, con nuestro consentimiento o sin el. Dios es la vida y la vida es luz.
Todos tenemos nuestro libre albedrío y nadie recibe pruebas del Señor para las cuales no esté preparado. Todos podemos recibir ayuda en la lucha, pero no es licito el que les perdamos nuestro concurso, debemos andar con nuestros propios pies y escoger el propio camino.
Cualquier situación que enfrentemos, la solución que intentemos en ella, será desastrosa si no podemos comandar la lucha. Si permitimos, en nuestro propio barco, a cada viajante que entre, comandar el timón imprimiendo la ruta, que mejor le parece, tengamos por seguro que no llegaremos a ninguna parte. Somos capitanes y debemos enfrentar los rigores de la tempestad. De la misma forma que el armador no entrega el barco a cualquier marinero, la Providencia Divina, con más justa razón, no coloca a sus hijos bajo la tutela de Espíritus inhabilitados. Como el buen capitán consulta sus propias cartas de navegación para conducir el barco.
Todos debemos aprender a aceptar las cosas que nos llegan y contra las cuales somos impotentes. El hombre negligente y que se entrega a la indisciplina mental, es foco permanente de complicaciones. Es muy difícil que nos ajustemos al deber y a la disciplina, los dos imperativos, mayores para garantizarnos la tranquilidad del Espíritu.
Generalmente, los corazones generosos no se saben defender del mal porque no cogitaron acerca del. Acostumbrados a vivir espontáneamente, junto a la sinceridad, relajan la vigilancia que, aparentemente, no se torna necesaria. Aprenden a confiar en los otros y solo descubren que los otros mienten cuando caen en una gran desilusión. Aunque esto es peligroso, hay que admitir, que es preferible vivir confiando, pues la desconfianza en los que nos rodean genera inquietud constante. Los más complicados procesos patológicos de la mente tienen su etiologia en la desconfianza habitual. El hombre desconfiado vive como un animal acorralado, divisando cazadores imaginarios que lo quieren abatir y, en el delirio de la persecución, crea un mundo de angustias e inseguridades.
La duda es un ácido destructivo que ataca al espíritu, consumiendo sus energías superiores. Es un polarizador de todas las energías negativas que nos circundan, es como una fábrica de inquietudes, liberando poderosas corrientes de antipatía y de perturbación. Las fuerzas de la vida no funcionan como nuestra cabeza; ellas son eternas y justas y cada uno de nosotros recorre caminos recogiendo el resultado de su siembra.
El secreto de la felicidad es vivir de tal forma que nuestra conciencia no registre culpas que puedan suscitarnos problemas de reparación.
El mal del mundo nace en el corazón del hombre egoísta y orgulloso, que no sabe perdonar, ceder u obedecer, comprender y ayudar, guardando las debidas proporciones de sí mismo como frágil criatura, necesitada de todo y de todos.
Jesús dijo que el amor cubre la mayoría de los pecados; las pruebas están ahí a nuestro frente, y en las historias de nuestros compañeros. Cuando los hombres comprendamos eso, veremos que el pedido de Jesús , para que nos amasemos los unos a los otros, mucho más que un consejo religioso, es una ley a la que no podemos dar la espalda, ante la vida, para así ser felices.
Si todos estos conceptos los tenemos asumidos, asumiremos la característica del hombre que se conoce a sí mismo, conoce la forma de actuar, que es lo que más le favorece, como comportarse ante cualquier situación, sabremos que estamos en constante cambio que de un momento a otro podemos vernos afectados en la dignidad, en los valores e integridad, de manera que tengamos que elegir mentalmente lo más conveniente para nuestra vida.
FRASES A RECORDAR : Uno se valora porque es consciente de los valores, diseño exclusivo, posibilidad-oportunidad, trascendencia que adquiere como persona.
Recuerde que usted se encuentra en cambio constante. Aquí lo importante es que sea para bien, pues la elección del mal también es posible.
La dignidad de toda persona, en esencia, es el bien y lo bueno, cualquier otra distorsión desdice mucho de que una persona se ame realmente a sí misma.
Tenga una autoestima sana y adecuada porque se trata de su bienestar interior y psicológico.
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LA FINALIDAD ESPIRITA
TOMADO DEL JOURNAL ESPIRITA
Etienne Berteau
El 10 de marzo de 1985, durante una sesión de incorporación, el espíritu Allan Kardec aportó un mensaje esencial de nuestro patrimonio espírita. Este mensaje, muy completo, sintetiza por sí solo toda la quintaesencia del espiritismo en su definición, principios y consecuencias morales para nuestra condición de seres humanos encarnados en la Tierra. Un poco a la imagen de un testamento moral, estas palabras de Allan Kardec siempre han marcado época y referencia en nuestra difusión, reflexión y comprensión de la filosofía espírita. Entre la multitud de mensajes recibidos de los espíritus desde hace cerca de cuarenta años, este, entre muchos otros, sigue siendo un mensaje universal y atemporal que conserva casi todo su valor treinta años después de haber sido recibido. De gran exhaustividad en cuanto a los pormenores del espiritismo, es propuesto regularmente al intercambio y la discusión entre los nuevos adherentes que se unen a nosotros y desean inscribirse, a través de nuestra asociación, en la trayectoria y herencia dejadas por Allan Kardec.
“Nuestra presencia entre los hombres en la fórmula espírita debe aportar a la Tierra una respuesta global al conjunto de los problemas. Por consiguiente, la entrada en contacto con los espíritus requiere por parte de los espíritas una exigencia cualitativa en nuestras relaciones, y exponer la necesidad de solventar la ignorancia de la naturaleza humana en todos los campos.
Por su definición, el espiritismo responde a los criterios de la ciencia y la filosofía. Implica por parte de los comunicantes expectativas que realcen estos dos aspectos de la reflexión intelectual.
El espírita no vive en el más allá, en la negativa de la realidad física, material y social de su existencia. El espírita, consciente de su eternidad y de la relatividad de sus conocimientos, utiliza el contacto con lo invisible con la finalidad de transformar su conciencia y compartir su metamorfosis dentro de la propuesta de una sociedad más justa, a dimensión planetaria.
Al no sufrir de ninguna clase de dogma ni rito iniciático, el espiritismo se dirige a todos los hombres ávidos de conocimientos y emancipación moral e intelectual.
El espírita sobrepasa las fronteras habituales del razonamiento establecido, sabe que el cuerpo provisional está allí para conducirlo hacia el mejoramiento de su espíritu que no tendrá fin. Sabe que el universo está poblado de miles de planetas habitados y que los poderes ilusorios en las sociedades de la Tierra deben desaparecer un día en pro del reconocimiento de la vida extra-planetaria.
El espírita es también un hombre de razón, lo que pone un término a todas las conjeturas herméticas del ocultismo, el esoterismo y la magia, que son formas de pensamiento a la vez elitistas y opresivas.
El espírita ha comprendido que la única respuesta al mal lleva por nombre amor dentro del conocimiento, y que ese amor y ese conocimiento son accesibles a todos, en el origen divino de la vida.
El espírita está consciente del ritmo natural de la evolución universal, sabe que la lucha por el bien exige de su parte la ayuda a los espíritus inferiores que rodean el planeta y actúan sobre los espíritus encarnados.
El espírita es ante todo un individuo consciente de que su individualidad no significa nada sin los demás, encarnados o desencarnados. Por consiguiente rechaza las propuestas idílicas del Nirvana personal, egoísta y envilecedor.
El espírita es el hombre del mañana, artesano riguroso del porvenir, fundador del ideal astral a la luz de los mensajes que recibe.
Todas las especies vivientes de la Tierra y de los mundos habitados evolucionan dentro de un deseo direccional de carácter atractivo y al cual denomino Dios.
El espiritismo renaciente encontrará su desarrollo para los que hayan sabido en qué lugar ubicarlo. Los poderes superiores desencarnados no se manifestarán jamás a los grupos inferiores encarnados que no buscan nada exigiendo a los espíritus que se ocupen de su vida.
Convertidos en responsables y conscientes al reconocer su dimensión divina, los hombres del mañana habrán hecho de la Tierra una esfera superior dentro de la ley del amor.
Es así como este que os protege define en el momento, la finalidad ESPÍRITA”. Recordando los grandes principios que caracterizan al espiritismo (pluralidad de mundos habitados, noción del espíritu, fuerza divina, evolución a fin de mejorar, vida encarnada provisional, manifestaciones del más allá…),
Allan Kardec presenta muy claramente las consecuencias morales que su aplicación engendra o engendraría en la medida de una exigencia, una reflexión y una aplicación por los hombres a la altura de las enseñanzas e incitaciones de los espíritus. En el hecho de ser espírita y estar conforme con él en toda su extensión, en este sentido definió un estado de ánimo que debe conducir hacia un estado de ser, un comportamiento, en coherencia con los objetivos de una evolución que se inscribe en una ley de amor de carácter divino.
Ya hay una lucidez en cuanto a su condición de humano dentro de los límites de sus propios conocimientos, condición de encarnado consciente de su naturaleza ante todo espiritual, pero que adopta la materialidad sin rechazarla jamás. Luego, el hecho de ser de naturaleza espiritual, es llegar a ser él mismo como espíritu, y es saber adquirir, o al menos encontrar, una libertad que trasciende las contingencias materiales. El espíritu libre se convierte entonces en un ser de razón y de conciencia que no puede ser encerrado en un corsé de pensamientos que le serían impuestos. La noción de libertad siempre se ha opuesto a todas las formas de fatalismo, determinismo, conservadurismo o pensamientos negativos, ya sean éstas filosóficas, religiosas o políticas, y que arrastran al hombre al rechazo, la renuncia, la pasividad, el silencio o la abnegación.
Esta libertad incorpora entonces la noción de responsabilidad, al mismo tiempo individual y colectiva, pues la conciencia de una emancipación hacia el sentido del bien y el amor, que es el atributo del origen divino de la vida, debe comprometer a este ser humano espírita en una ayuda mutua colectiva junto a sus semejantes, pero también en el rechazo a todo lo que impida esa libertad y esa emancipación. Ese rechazo puede tomar la forma de un combate muy concreto contra lo inaceptable y lo intolerable, contra los orgullos y egoísmos de toda naturaleza, en la defensa de valores humanistas universales. En espiritismo, estamos pues al lado opuesto de un pensamiento con atributos sectarios, como demasiado a menudo se le califica, por desconocimiento o ignorancia, pero también por necedad y calumnia, porque linda con lo espiritual.
El espírita es entonces un ser libre y responsable, dotado de una razón que sabe ejercer, consciente del carácter universal de la vida y de lo que eso significa, y activo y actuando para avanzar ayudando a los demás, ya sean encarnados o desencarnados, por el camino del amor.
Entonces, ¿cuáles son las consecuencias de todo esto? ¿Qué perspectivas de porvenir podemos avizorar? Estamos actualmente sobre un planeta considerado inferior. La humanidad sufre: cada radio, periódico o información, desgrana todos los días su rosario de catástrofes, miserias, injusticias y sangre vertida, en múltiples conflictos de todo orden. Como reacción a este sufrimiento, ser espírita es promover el espíritu cristiano en cada uno, con la aplicación de un mensaje de amor y de paz. A largo plazo, ¿qué provoca eso? Una esfera de amor que habiendo alcanzado a su Creador se convierta en el objetivo de una evolución ya en marcha, por supuesto muy lenta y difícil, pero que compromete a todas las fuerzas del progreso.
Los espíritus siempre han alabado, alentado y apoyado, todas las luchas —y a los actores que las conducen— que saben inscribirse en estos valores humanistas fundamentales de respeto, tolerancia, compartimiento y paz. Esa paz tan esperada, siempre ha sido una preocupación mayor de los espíritus para nuestro globo. Pues una esfera de amor es una esfera que conoce ya la paz a nivel planetario: no más guerras, no más conflictos, no más destrucción, no más fronteras, sino más bien un gobierno de tipo planetario que vela por el equilibrio del planeta sin armas y sin violencia.
Una esfera de amor, es también una esfera donde los habitantes tendrían de qué vivir su materialidad de manera justa, dentro de la noción del reparto para todos sin provecho para algunos, por lo tanto sin más hambre mortal para unos y descarada opulencia para otros, pero también con la desaparición del dinero que ya no sería más un fin en sí mismo, si es que aún subsistiera. Una esfera de amor, es además una esfera sin religiones, pero más allá de las religiones, sin el dominio de cualquier forma de pensamientos intelectuales que encierren la razón en un corsé ideológico, cualquiera que sea su naturaleza y contenido.
Una esfera de amor, es también una esfera con un modelo de sociedad y de civilización totalmente repensado, donde el otro es la riqueza dentro de la diversidad de su cultura, su origen, su color de piel o su sexualidad, sin injusticias sociales, donde cada uno sabe actuar en el lugar que le corresponde participando en la construcción, equilibrio y emancipación de ese mundo nuevo, y dentro de la complementariedad de las aptitudes de cada uno.
Una esfera de amor es, finalmente, una esfera que integra una comunicación natural entre el mundo encarnado y el mundo desencarnado, siendo ambos nada más que un estado de la vida natural del espíritu, donde el pensamiento se convierte en el medio de intercambio y acción, dirigida hacia el bien, hacia Dios, pero también hacia sus semejantes de otras esferas dentro del reconocimiento de una vida en el infinito de la Creación. Henri Regnault, uno de los pioneros del espiritismo en la primera mitad del siglo XX, había comprendido bien en su libro Sólo el Espiritismo puede renovar al Mundo, que “La principal consecuencia del conocimiento y la práctica del espiritismo es dar a su adepto la más completa felicidad terrenal”. Sí, se trata de esa felicidad adyacente a un planeta convertido en superior por la ley del amor.
Pero, ¡cuánto camino hay aún por recorrer! ¡Cuántos combates qué realizar! Sin embargo, no hay otra vía, no hay otra ley. Ese es el sentido de la vida, el sentido mismo de nuestra existencia, nuestra finalidad como seres estimulados por Dios. Ese es la finalidad Espírita revelada por los espíritus y puesta en evidencia para ser cumplida por los hombres, por Allan Kardec, profeta de pleno derecho de ese mensaje divino dirigido desde hace ciento cincuenta años a nuestra reflexión, nuestro sentimiento y nuestra conciencia.
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