lunes, 14 de noviembre de 2016

¡ Confía siempre !


                                     
                                                EL AVISO  OPORTUNO



–No hay mayor alegría que la de adoctrinar a los Espíritus turbados– decía Noé Silva, austero orientador de antigua institución destinada a la caridad, –y no existe para mí mayor lección que la de los campeones de la mentira y de la sombra, cuando lanzan gritos de dolor ante la realidad.
Con la voluptuosidad del pescador que recoge al pez, después de amplia expectativa, exclamaba gritando:
–A final de cuentas, otro destino no podrían esperar los hipócritas del mundo, apegados al oro y a los placeres, sino los padecimientos atroces de la incomprensión, más allá de la muerte.
Sonriente, triunfante, terminaba:
–Y, por encima de todo, deben agradecer a Dios la posibilidad de encontrar mi palabra sincera y clara. Tengo bastante paciencia para soportarlos y conducirlos hacia la luz.
Así era el rígido mentor de las sesiones. Alma franca y ruda, demasiado convencido en cuanto a sus propios méritos.
Pero, en la vida común, Noé Silva transformaba la lealtad en vestimenta agresiva. Junto a él, se respiraba una atmósfera pesada, como si estuviese repleta de espinas invisibles.
Analfabeto de la gentileza, lanzaba los pensamientos que le venían a la cabeza como si hubiera recibido del Cielo la triste misión de hacer resaltar los defectos del prójimo.
La palabra de él era una lluvia de piedras.
Si un compañero se demoraba para asistir a una reunión, clamaba, colérico:
— ¿Qué estará haciendo ese hipócrita retardatario?
Si un médium no conseguía recursos para interpretar, con seguridad, las tareas que le correspondían en los trabajos de asistencia, preguntaba irritadizo:
— ¿Qué faltas habrá cometido este infeliz?
Si el conductor del autobús parecía vacilar en ciertos momentos, gritaba, impulsivo:
— ¡Desgraciado, cumpla con su deber!
Si el muchacho de servicio, en el café, cometía algún leve desliz, protestaba, exigente:
— ¡Mozo, vea donde tiene la cabeza!... Usted está aquí para servir...
Si alguien le traía alguna confidencia dolorosa, buscando entendimiento y consuelo, repetía, con severidad:
—Mí hermano, quien siembra, recoge. Usted no estaría sufriendo sino hubiese practicado el mal.
En la vía pública, no vacilaba. Si algún transeúnte le impedía el paso rápido, daba uso a los codos y en sus trabajos profesionales era excesivamente conocido por las frases fuertes con que despejaba su vocación de hacer enemigos.
Si un hermano de ideal reprobaba su procedimiento, respondía con rapidez:
—Si esa gente no puede entender mis buenas intensiones, las esperaré en mis oraciones. Después de la muerte, todas las personas comprenden la verdad...
El tiempo pasaba, infatigable, cuando, en el vigésimo aniversario del grupo que dirigía, uno de los orientadores desencarnados se manifiesta, en señal de regocijo, felicitándolos a todos.
Un cariño aquí, un abrazo allí, el amigo espiritual confortaba a los presentes, pero, cuando ya se iba despidiendo sin decir una palabra al mentor de la casa, Noé, desilusionado, preguntó, ansiosamente:
—¿Y para mí, mi hermano, no hay ningún mensaje? El visitante sonrió y habló, de buen humor:
—Tengo sí, tengo un recado para su corazón. No espere a la muerte para extinguir los desafectos. Cultive la plantación de la simpatía, desde hoy. Nuestra fe representa la Doctrina del Amor y la cordialidad es el principio de ella. No se olvide del verbo silencioso del buen ejemplo, de las lecciones de renuncia y de las enseñanzas vivas con adecuadas demostraciones. Si usted estima el Espiritismo práctico, no olvide el Espiritismo practicado. Usted está siempre dispuesto a adoctrinar a los ignorantes y a los infelices del Espacio, pero está superpoblando su espacio mental con adversarios que esperan gustosamente el tiempo para adoctrinarlo.
Y con un gesto de cariñosa fraternidad, concluyó enseguida de una pequeña pausa:
—Noé, vacíe el cáliz de hiel, desde ahora; disminuya la reprobación y reduzca la extensión del espinoso... Nuestro problema, mi querido, es de no hincharnos...
La sesión fue cerrada.
Y mientras los compañeros intercambiaban expresiones de júbilo, el arrojado adoctrinado, con la cabeza sumergida en las manos, permanecía solito, sentado en la mesa, pensando, pensando...


- Merche -

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ELEONORA PIPER, UN EXTRAORDINARIO CASO DE ESTUDIO

El espiritismo nació gracias a los trabajos de Allan Kardec quien, desde 1854, estableció sus preceptos filosóficos y reunió el fruto de su trabajo en doce libros principales. Para afirmar la existencia de una vida después de la vida, era necesario buscar las pruebas físicas. Fue allí donde intervino la ciencia, emprendiendo un extenso estudio sobre los fenómenos espíritas y sus protagonistas, es decir los espíritus y los médiums. Varios esclarecidos hombres de ciencia se convirtieron en defensores de la supervivencia del alma y de su posible manifestación. En este artículo veremos, a través de la médium Eleonora Piper, el tipo de observación científica que fue llevada a cabo, los objetivos, el desarrollo y por supuesto las conclusiones extraídas por los experimentadores.
 Eleonora Piper fue una de estos médiums potentes llamados de efectos físicos” que permiten los sorprendentes fenómenos de la mediumnidad “de incorporación” y de “escritura automática” con sus pruebas irrefutables. Eleonora Piper tuvo gran renombre a fines del siglo XIX en los Estados Unidos y en Inglaterra. Los fenómenos que producía atraían a sus sesiones a filósofos, médicos y sabios, que salían de ellas emocionados y transformados. Durante veintiún años, Eleonora se prestó de buena gana a la experimentación, sometiéndose a las exigencias del rigor científico con todas sus coacciones, a pesar del gran cansancio físico progresivo que tuvo que soportar. Eleonora Simonds nació en 1857 en los Estados Unidos, en Nashua, New Hampshire, en una familia de origen inglés. A los ocho años, vivió su primera manifestación de golpecitos y clariaudiencia. Su tía, cuya muerte ella desconocía, aterrorizó a la niña al darle testimonio de su supervivencia con estas pocas palabras: “Tía Sarah, no muerta, aún cerca de ti”. Su madre debió rendirse a la evidencia de la veracidad del hecho cuando algunos días después del evento, recibió una carta que anunciaba la muerte violenta de tía Sarah ocurrida el día del testimonio de Eleonora. Esas manifestaciones espontáneas continuaron hasta la edad adulta, pero alcanzaron su desarrollo a partir de sus veinticinco años. En 1879 se casó con William Piper y se estableció en Boston, donde su marido trabajaba en un gran almacén. Nada parecía predestinar a esta mujer pragmática, madre de dos hijas, a convertirse en la más famosa médium norteamericana; y fue un curioso episodio lo que revelaría repentinamente sus aptitudes psíquicas. En 1884, chocó en un trineo, y luego de ese incidente, fue afectada por un tumor que ella temía fuera canceroso. Sus suegros la enviaron entonces a consultar con un médico llamado J. R. Cocke, y durante el examen perdió el conocimiento  por unos instantes. En la siguiente consulta cayó en trance e hizo pasar un mensaje escrito que contenía informaciones aparentemente exactas sobre una de las personas presentes. Muy pronto fue solicitada en todas partes para sesiones. Al principio se limitaba a dar consejos médicos, pero luego comenzó a responder las preguntas que le hacían los asistentes y a revelarles detalles íntimos que sólo ellos podían conocer. Su fama llegó así hasta la Sra. Gibbens, suegra del filósofo William James. Esta última, habiendo venido a consultar a Eleonora, colocó una carta sobre su frente y tuvo la sorpresa de escuchar a la médium darle enseguida el nombre de su autor. Fue así como William James se encontró involucrado en el estudio de la más famosa médium norteamericana. Venido de incógnito, escuchó a la médium revelarle increíbles detalles respecto a su vida privada. Estas sesiones impulsaron la convicción de James; presentó a Eleonora a la American Society for Psychical Research (ASPR) y comenzaron los trabajos que se prolongaron por más de quince años. La sociedad científica americana se arruinó para invitar a los investigadores británicos de la S. P. R., durante mucho tiempo pagó al doctor inglés Hodgson, por aquel entonces el terror de los médiums por haber adquirido, gracias a su escepticismo, una reputación de infalible “desmitificador”. Él controló a la médium y filtró a sus visitantes, mientras que la S. P. R. contrataba estenógrafos para transcribir palabra por palabra los diálogos de las sesiones. Investigadores de Harvard y Cambridge, interesados en los fenómenos del trance y el sonambulismo, conocieron a Eleonora Piper y participaron en las sesiones con identidades ficticias.
Myers, Arthur y Eleanor Sidgwick, Balfour, Hyslop, Pickering, Putnam, Eliot y Lodge, desfilaron por la cabecera del oráculo. Los presuntos dones de la médium fueron así objeto de un estudio profundo, probablemente sin paralelo en la historia de las investigaciones psíquicas, tanto desde el punto de vista cualitativo como cuantitativo. 
El balance de estos trabajos es impresionante. La Sra. Piper no transmitía las informaciones mediúmnicas en forma esporádica; sino en forma regular, casi en cada sesión. La lectura del voluminoso expediente de 650 páginas que le dedicó Hyslop muestra especialmente que durante sus trances mencionó correctamente a más de doscientas personas desconocidas por ella. Si se quiere excluir aquí todo recurso a la mediumnidad, habría que suponer que Eleonora Piper se aprovechaba de informadores y que estos últimos estaban confabulados con Hodgson. Aunque la hipótesis fuera difícilmente creíble, los investigadores de la S. P. R. británica trataron de probarla. Hicieron vigilar a la médium y a su familia por un detective particular. Pero esas investigaciones no produjeron ningún resultado. Entonces, para apartarla de su entorno habitual y de sus parientes, la invitaron a ir sola a Inglaterra. Así sus encuentros podían ser estrictamente controlados. A pesar de todas estas precauciones, las manifestaciones continuaron; y hasta más claras. No quedó pues ninguna duda sobre la realidad de los fenómenos mediúmnicos atribuidos a Eleonora Piper. Sir Oliver Lodge describió con precisión en sus relatos los trances de Eleonora. Durante cinco a quince minutos, era sacudida por pequeñas convulsiones espasmódicas que se hacían cada vez más fuertes y terminaban en una pequeña crisis epileptiforme moderada, antes de caer en un estado de letargo, con respiración profunda y ruidosa. Luego salía bruscamente de ese letargo y comenzaba a hablar. Su voz era totalmente transformada y los testigos constataban un cambio de personalidad en lo que hoy llamamos incorporación. En los anales de la S. P. R., se dice que los espíritus que se encontraban con sus parientes eran atentos, y utilizaban los apodos o términos familiares que empleaban en vida, aportando así señales de identidad. Por supuesto, los experimentadores esperaban de los asistentes el veredicto del fraude o de la prueba. Otros investigadores que quedaron satisfechos con las pruebas recibidas se unieron igualmente a la enseñanza de los espíritus, cuyos principios formaban un perfecto y lógico sistema de pensamiento, de filosofía con derecho propio. 
Comentarios de Sir Oliver Lodge: “Los fenómenos de éxtasis, (nombre dado entonces a la incorporación) de la Sra. Piper, por tanto tiempo y tan cuidadosamente observados por el Dr. Hodgson y otros, creo que formaban el conjunto de pruebas psíquicas más notable de todas las que se han producido jamás en campo alguno”.
 En la obra de Frédéric H. MYERS, La personalidad humana, se refiere ampliamente el estudio comparativo de Eleonora Piper con otros médiums de efectos físicos. Oliver Lodge La obra describe las observaciones y deducciones hechas con respecto a la influencia y la implicación de la personalidad humana sobre los fenómenos mediúmnicos. Dicho de otra manera, la influencia del consciente y el subconsciente de los médiums sobre las manifestaciones observadas. Fue preciso esperar los trabajos de Sigmund Freud para definir las características del inconsciente. Cada sesión era consignada y era objeto de comentarios pormenorizados tanto sobre los fenómenos producidos como sobre el médium. El doctor F. H. Myers señala esto respecto a Eleonora: “Presenta un ejemplo de automatismo extremo, donde la posesión no es solamente local o parcial, sino que afecta, por así decirlo, toda la región psíquica, donde el ‘yo’ se encuentra momentáneamente suprimido de manera completa y donde toda la personalidad sufre modificaciones intermitentes. En otras palabras, entra en un estado en que los órganos de la palabra y la escritura son guiados por una personalidad extraña. Las ‘posesiones’ de la Señora Piper pueden ser divididas en tres períodos: 1. El primero que se extiende desde 1884 a 1891 y durante el cual la principal personalidad directriz es conocida con el nombre de “Dr. Phinuit” que se manifestaba por la voz Piper y se atribuía a Frederich Myers y se servía casi exclusivamente de los órganos vocales, manifestándose en estado ‘de éxtasis’. 2. Durante el segundo período que se extiende desde 1892 a 1896, las comunicaciones se efectuaban principalmente a través de la escritura automática y bajo una dirección que llevaba el nombre de ‘Georges Pelham’ aunque el Dr. Phinuit se hubiera manifestado igualmente por medio de la voz. Georges P. era un amigo del Dr. Hodgson, fallecido accidentalmente algunos meses antes y durante los trances había suministrado detalles tan minuciosos que permitieron establecer su identidad intelectual y moral. 3. Durante el tercer período que comienza en 1897 el fenómeno era ejercido por personalidades bajo diferentes identidades, lo más frecuente a través de la escritura, a veces por medio de la palabra. Para la Sra. Piper, el comienzo y el fin de un éxtasis que, según la expresión de William James, eran acompañados al principio por ‘trastornos respiratorios y pronunciadas contracciones musculares’, se cumplen ahora tan tranquilamente como los hechos de dormirse y despertar. Su estado de vigilia no se resiente por su éxtasis, salvo un cansancio pasajero cuando el éxtasis ha sido demasiado prolongado, y de vez en cuando, un vago y difuso estado de bienestar semejante al que se experimenta a veces al despertar luego de un sueño agradable. La influencia sobre la salud, lejos de ser nociva, habría sido más bien saludable. En todo caso, después de los serios trastornos que experimentó a raíz de un accidente de trineo y las consecuentes operaciones, la Sra. Piper es actualmente una mujer cuya salud está en perfecto estado. Desde el punto de vista del carácter, presenta el tipo de la mujer norteamericana, tranquila y muy ocupada con su hogar y sus hijas. Según el Dr. Hodgson, la dirección que sufre por parte de inteligencias superiores a la suya ha aumentado su estabilidad y su serenidad”. El doctor Hodgson señala, entre otras cosas, la importancia del estado de ánimo en que deben estar los experimentadores y participantes en el acto de la sesión. Después de muchos años se dio cuenta de que si llegaba a la sesión con dudas, sospechas o malos pensamientos, entonces los fenómenos eran mucho menos llamativos que si experimentaba con espíritu abierto y positivo. Este importante comentario confirma las palabras de los espíritas de nuestra asociación que dan testimonio de la indispensable comunión del pensamiento serio y sincero en el acto de la sesión. Hodgson hizo minuciosos informes sobre el desarrollo de los extraordinarios fenómenos producidos por Eleonora. Algunos, a veces muy asombrosos, son relatados metódicamente en la obra de Gabriel Delanne Investigación sobre la mediumnidad: “El primer caso de escritura automática de Eleonora que me fue dado observar, Hodgson dixit, se produjo el 12 de marzo de 1892. El asistente, que era una dama, había traído como medio de prueba diversos objetos entre ellos una sortija que había pertenecido a una de sus amigas, Annie D. Phinuit dio informaciones sobre esta dama y pronunció el nombre de Annie. 
Dr. Hudson Luego, en el momento en que la sesión iba a terminar, la mano derecha de la Sra. Piper se puso lentamente en movimiento hasta que estuvo levantada sobre su cabeza. El brazo pareció fijarse con rigidez en esa posición, como contraído por un espasmo mientras que su mano era agitada por un rápido temblor. Phinuit exclamó varias veces: ‘Ella tiene mi mano’ y agregó: ‘¡Ella quiere escribir!’. Coloqué un lápiz entre sus dedos y un bloc de notas sobre su cabeza, por debajo del lápiz. No se produjo ninguna escritura hasta que por indicación de Phinuit de tomar la mano, la sujeté con firmeza por su punto de unión con la muñeca, deteniendo así su temblor o vibraciones. Entonces escribió: ‘Soy Annie D (el nombre fue dado exactamente), no estoy muerta sino viva, no estoy muerta… el mundo… hasta luego, soy Annie D’. Los dedos soltaron el lápiz y Phinuit comenzó a murmurar: ‘Bajad mi mano’. El brazo quedó contraído aún por algunos instantes en la misma posición, luego por fin, lentamente, como con cierta dificultad, cayó sobre el costado y Phinuit pareció haber retomado la posesión. Antes de ese hecho, yo había visto bien a Phinuit escribiendo un poco, pero no sabía que otro agente se había apoderado de la mano de la Sra. Piper mientras Phinuit se manifestaba al mismo tiempo por medio del cuerpo. En varias otras sesiones, durante las semanas siguientes, se obtuvieron muy bien muclo Extractado de has escrituras por el mismo procedimiento y parecía evidente que Phinuit experimentaba muchas menos dificultades. El 29 de abril de 1892, acerqué una mesa sobre la que pudo apoyarse sin cansancio el brazo derecho de la Sra. Piper. Entonces Phinuit anunció que Georges Pelham iba a escribir. Cuando el brazo es sujetado para escribir, así como al momento en que Phinuit toma posesión del cuerpo, se produce cierto número de movimientos espasmódicos, en algunos casos muy violentos, volviendo a lanzar en desorden sobre la mesa lápices y bloc de notas, siendo necesaria la intervención de una considerable fuerza para refrenarlos. Phinuit no necesita dejar de hablar mientras la mano escribe. En un caso, y en mi presencia, Phinuit escuchaba la lectura de la relación mecanografiada de una sesión anterior, haciendo observaciones y añadiendo detalles a los hechos relatados mientras, al mismo tiempo, la mano escribía libremente y con rapidez sobre otros asuntos, contestando las preguntas de otra persona. Eso duró más de 20 minutos. Durante otras sesiones, pude comprobar que la mano izquierda podía escribir y hasta que las dos manos escribían y que Phinuit hablaba, todo al mismo tiempo sobre asuntos diferentes con personas diferentes. Hice observar a Phinuit que no perdía lasesperanzas de ver un día a cada dedo de la mano y del pie actuando bajo otros tantos agentes distintos, mientras él seguía dirigiendo la voz. En casos de este género, no hay ninguna razón que se oponga a que diversos seres espirituales puedan exponer sus ideas al mismo tiempo por medio del mismo organismo. El 18 de marzo de 1895, habiéndome hecho acompañar con ese fin por la señorita E., intenté una prueba que obtuvo un resultado muy satisfactorio. Su hermana fallecida escribió con una mano, Georges Pelham con la otra, mientras que Phinuit hablaba de todo, simultáneamente y sobre temas diferentes. Es cierto que la mano izquierda no escribió sino muy pocas cosas. Lo que pareció provocar este resultado es sobre todo, que la mano izquierda no estaba adaptada en absoluto al papel de máquina de escribir”. A esta enumeración de fenómenos sorprendentes producidos por Eleonora Piper podríamos añadir otros relatos en los cuales es evidente la intervención de inteligencias extrañas a la médium. Sin embargo, si bien estas conclusiones fueron admitidas por numerosos científicos de la época, algunos vieron en estas manifestaciones la obra del inconsciente de la médium o de la transmisión del pensamiento por parte del conjunto de los asistentes. En el libro de Gabriel Delanne del cual se extrajo el relato de estas experiencias, el estudio de la mediumnidad considera todas estas posibilidades, diferenciando lo que proviene del inconsciente del médium de lo que procede de otra fuente. Concluiré este artículo con unas palabras del mismo Gabriel Delanne: “Sin embargo, fue al analizar escrupulosamente todas las manifestaciones espíritas de ciertos médiums, como los eruditos, incrédulos durante mucho tiempo, fueron convertidos. El doctor R. HODGSON, los profesores HYSLOP, Oliver LODGE, William JAMES y Frédéric MYERS, bien enterados de todas las causas que pueden intervenir, terminaron por ser convencidos de la acción de los Espíritus y valientemente lo confesaron, sin temor a rendir homenaje a la verdad”. 

Articulo extractado de Le Journal Spirite, No 78. Autor: Isabelle Chevalier.

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                     AMOR SOLIDARIO 

El Amor, como fuente de vida, de sentimientos y emociones, es una fuerza imparable, es una emoción mucho más fuerte y amplia de lo que alcanzamos a imaginar. Carece de fronteras. Está en continua expansión. Crece y se engrandece sin límite. Cuando despierta en el individuo de forma limpia y espontánea es como un río caudaloso que busca su cauce para crecer y llegar al mar. Es la chispa divina creciendo en busca de su Creador. Nuestro amor se reviste de infinidad de ropajes que le impiden manifestarse en plenitud, está limitado por nuestras propias imperfecciones y por el egoísmo que nos acompaña desde tiempos inmemoriales. 
   Afortunadamente, poco a poco, vamos tomando conciencia de nuestra propia naturaleza espiritual y, con fe, trabajo y entusiasmo, vamos progresando lentamente, desprendiéndonos de ese incómodo lastre y, en cada nueva vida, mejoramos nuestra capacidad de manifestar el auténtico amor, aquel que enseño el más grande Avatar, Jesús. 
    Venimos evolucionando de modo imperceptible, siempre gracias a las pruebas y expiaciones que vamos recibiendo. En el pasado ese proceso venía produciéndose de forma inconsciente y hoy, gracias a las experiencias que la Ley de Causa y Efectos (También denominada Ley del Kama) nos plantea cotidianamente, vamos revalidando las lecciones aprendidas. Pero llega un momento en la vida de todo individuo en el que algo eclosiona interiormente. Es la chispa divina que nos impele a la búsqueda de la verdad, de la libertad y la felicidad tanto personal como colectivamente.          
    Evolucionamos individual y colectivamente, todo lo que nos rodea se transmuta, los tiempos y las percepciones cambian y surgen nuevas pruebas, nuevas necesidades y nuevas lecciones que aprender; es ésta la vía única de progreso y el camino que la Humanidad necesita. A medida que el ser humano desarrolla sus capacidades, surgen nuevas necesidades y desafíos. Es la Ley del Progreso que nos impele a una constante renovación. Durante estos dos últimos siglos la Humanidad ha experimentado incontables cambios y avanzado mucho más que en los últimos dos mil años. El individuo actual está tomando conciencia de que no hay meta fuera de su alcance, gracias al desarrollo de la inteligencia y los avances en Ciencia y Tecnología. Tenemos la sensación de que el Universo se nos está quedando pequeño pero, nada más lejos de la realidad, tan sólo estamos vislumbrando la inmensidad que queda por descubrir. Somos párvulos en el camino de la evolución. Estamos tomando conciencia también de que para convivir y mantener una buena relación en la sociedad, necesitamos guardar un permanente estado de Paz y de Armonía. Este estado requiere un enorme esfuerzo pues, constantemente nos encontramos inmersos en guerras y enfrentamientos fratricidas en cualquier lugar del Orbe.       
     Mantenemos una evidente desproporción entre nuestro desarrollo “moral” e intelectivo-tecnológico. Somos incapaces de convivir en paz, de llevar a la práctica el respeto y la tolerancia entre los pueblos y, esta carencia no la puede suplir la diplomacia, que no llega a resolver los conflictos entre los diferentes países. ¿Porque sucede así? Simple y llanamente, son más fuertes los intereses propios que los del conjunto de la Humanidad. Aún no alcanzamos a comprender que “Somos uno”, que todos compartimos un mismo hogar y destino. Aquello que afecta a la parte, influye en el todo. De ahí la imperiosa necesidad de cuidar por igual a todos y cada uno de los componentes de esta casa planetaria. Este es el mensaje que traemos a la palestra y lleva como título: Solidaridad Universal. No es tema baladí, se trata del inicio de una nueva era en la que aprenderemos que somos todos iguales, todos hermanos, sin importar color, raza, religión o país del que procedamos. Nos hemos adentrado plenamente en la Era del Espíritu y, el Espíritu, no tiene color ni distinciones, todos somos espíritus hermanos. Compartimos un mismo origen, somos hijos de un mismo padre Universal. La Ley de Solidaridad nos exige respetarnos, tolerarnos y algo más trascendente… tratarnos fraternalmente, como hijos del mismo Creador que somos. Es algo que conseguiremos con el tiempo, en la medida que vayamos asimilando que esta es la Única Verdad. Por la Ley de Reencarnación todos pasamos por vivencias similares, pobreza y riqueza, fealdad y belleza, enfermedad y salud. Todo ello forma parte de las pruebas y experiencias que este mundo de Expiación nos propicia. 
     Nacemos, bien en África, en Asia o en Europa y, quien ahora se fanatice en el racismo y menosprecie a otra persona por el hecho de ser diferente, está sembrando la simiente de su próxima encarnación con esas mismas experiencias. Y es que “El espíritu, sopla hacia donde quiere y no sabemos de dónde viene ni a dónde va”, como explicó Jesús a Nicodemo en el célebre pasaje del Evangelio, ¿Tú eres doctor en la Ley y no sabes esto? Observemos bien la frase del Maestro a Nicodemo: ¿Tú eres doctor de la Ley y no sabes esto?”. A nosotros nos sucede algo similar, hemos aprendido mucho pero, no queremos saber o no queremos utilizar lo aprendido. Mas, el tiempo señalado para poner en práctica las enseñanzas recibidas durante innumerables siglos está tocando a su fin. Cada aprendizaje tiene un tiempo marcado por la Ley y, quien no supere el examen está obligado a repetirlo. Nacemos y renacemos una y otra vez, para aprender, superar pruebas, lecciones y expiaciones consecuencia de numerosos equívocos del pasado. Cometemos errores en numerosas ocasiones, más bien por falta de valores morales que por propia maldad. Es por ello que la Ley de Evolución nos entrega pruebas y más pruebas, experiencias y más experiencias, siempre con el único fin de que limpiemos nuestra conciencia de viejos prejuicios y costumbres fruto del egoísmo y la ignorancia espiritual. Se trata simplemente, de conocer y asumir la razón del por qué y para qué estamos aquí. Como hemos citado en el párrafo anterior, no es fruto de la casualidad que converjan ahora determinadas circunstancias, (En mí limitada opinión fruto de los cambios producidos en la sociedad) consecuencia de los incontables avances tecnológicos conseguidos. Hace un siglo una persona ubicada en una región remota, prácticamente no salía de ella en toda su vida. Ahora vivimos un acercamiento de alcance mundial, cualquier persona puede viajar al otro lado del planeta en cuestión de veinticuatro horas. 
   Con la globalización han llegado nuevos retos a la sociedad. En estos momentos, es de imperiosa necesidad compartir nuestro bienestar con otras personas que no detentan nuestra cultura, idioma, raza y posición social. Este fenómeno, sin el respaldo de un espíritu de fraternidad y solidaridad universal se nos queda muy grande. No estamos capacitados para tratar con igualdad a todos los habitantes del planeta pues esta equiparación requiere también facilitar los mismos derechos y obligaciones para todos y, cualquier muro o barrera que interpongamos no hará desaparecer este acuciante problema. Resulta necesario ponerse al día espiritualmente, aceptar este hecho como algo natural y como una prueba más, necesaria para nuestro aprendizaje espiritual. Se trata de una experiencia que necesitamos superar y que nos permitirá desarrollar nuevos valores de la Ley del Amor. Es una prueba colectiva de índole internacional: Los refugiados. Analicemos por un momento, en qué modo nos gustaría ser tratados si nos viésemos en la necesidad de abandonar nuestro país, pueblo, hogar y familia para sobrevivir. Sin embargo giramos la cabeza hacia otro lado, les rechazamos y les negamos sistemáticamente el asilo que necesitan. Rehusamos pensar en los ancianos, niños, padres y madres que sufren amargamente por no disponer de lo más básico.        
      ¡¡Despertemos de una vez, dejemos de pensar como individuos aislados!! Comencemos a percibir a la Humanidad de nuestro Planeta como un Ente. Estamos llamados a crear una Sociedad única, libre fronteras y sin divisiones geográficas. Este planeta es el hogar de todos y cada uno de los componentes de esta Humanidad y nos pertenece a todos por igual. Debemos enfocar nuestro pensamiento hacia la protección de la vida, de las personas y de este hábitat que nos da cobijo. Aparquemos el ansia de oro y vanidades humanas, nos estamos poniendo en peligro por pensar egoístamente en sólo unos pocos. Como citó el Sr. José Mújica, expresidente de Uruguay : “Europa carece de memoria histórica”. Durante y tras la segunda guerra mundial, toda América Latina acogió a millones de refugiados europeos que tuvieron que huir de sus países para salvar la vida. Esta misma Europa, rica y desarrollada, que ahora es incapaz de acoger a los refugiados que huyen de la guerra y la miseria, procedentes de países del Medio Oriente y de África. ¡El Pueblo que no aprende de sus errores está condenado a repetirlos! Estamos viviendo una época de grandes y constantes cambios que no son casuales, se nos está poniendo a prueba en materia de solidaridad universal, de fraternidad, de capacidad de diferenciar entre materia y espíritu, entre amor y egoísmo, entre unión y división, guerra y paz. Venimos a progresar, más no como nos apetezca, sino afrontado con espíritu de lucha y amor las pruebas que la Providencia Divina nos pone en el camino. “Sepamos pues aprovecharlas”. 

Fermín Hernández Hernández © 2016, Amor, Paz y Caridad

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¡Confía siempre!

Durante mucho tiempo las religiones establecieron una relación entre la confianza y la fe, sugiriendo hasta ahora que una fuese hija de la otra, o sea, para que mantengamos la confianza en la vida, en el futuro, o ante cualquier dificultad, apenas sería posible si fuésemos portadores de la fe.
  Sin embargo, nosotros que estamos en la era de la fe razonada, o sea, la ciencia nunca estuv tan entrelazada con la religión, además de ser esa la indicación de Allan Kardec, de que la fe debería siempre encarar a la razón, al final todo nos es lícito entender y cuando no entendemos es señal de que estudiamos poco las leyes que rigen la vida.
La fe razonada es aquella que no depende de creernos lo que no vemos, sino de creernos algo cuya evidencia está en todas partes, para los que saben ver.
Confiar en la vida, apenas es posible cuando se confía en el Creador de ella, y para eso no es necesaria la fe convencional, pero sí saber ver como la vida es sabiamente regulada.
Tenemos capacidad de creer que Dios creó los mundos, las estrellas y todo lo que existe, pero tenemos dificultad en creer que esta misma precisión está impresa en nuestra vida. Sin embargo podemos creer que esta dificultad de entendimiento está justificada por las fricciones que sufrimos durante la vida, pero estas mismas fricciones que nos desgastan, también liman las aristas de nuestro comportamiento moral.
Dicta el buen sentido, que en las horas de mayor desgaste, es prudente trabajar y esperar con confianza, pues solamente haciendo nuestra parte en los servicios del bien, edificaremos nuestra paz.
Y si los dolores del momento nos impidieren proseguir, confía en silencio como el niño que teme el cuarto oscuro, pero nutre la certeza de que el Padre vendrá a encender la luz.
Alimenta tu confianza, observando que la vida prosigue a milenios y la única explicación a eso es que "Alguien" conduce sabiamente la gran nave de la vida. Al final, si lo perdiste todo, menos la confianza en Dios... ¡ entonces, no perdiste nada!
Claro que lo que hablamos depende de una construcción íntima, precisamos desear establecer con Dios una relación de confianza y de ahí en adelante, prestar atención en la creación, pues es el reflejo del Creador.
La vida sigue cada vez mejor, si observamos a nuestra vuelta, veremos eso con facilidad. Mirando rápidamente hacia atrás, veremos que vencimos las guerras mundiales, el nazismo, la santa inquisición, la esclavitud, y mucho más. Claro que tenemos mucho por vencer y edificar, pero la vida sigue obedeciendo la Ley del Progreso en una dirección que nos eleva a cada generación, ¡ es inevitable !.
Confiar siempre, debe tener el significado de proseguir haciendo nuestra parte, aun en los momentos de tormenta y dificultad, creyentes y alimentados por el progreso que ya tuvimos y que anuncia conquistas mucho mayores.
¡ Al final, Dios es la Ley y el Legislador del universo y ahí debe estar asentada nuestra confianza, que inevitablemente, construirá nuestra paz !
 Roosevelt Andolphato Tiago
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              ESPÍRITUS FELICES

                           LA Srta. EMMA.

Fue ésta una joven que murió a consecuencia de un accidente causado por el fuego, y...
después de crueles sufrimientos. Alguien se propuso pedir su evocación a la Sociedad Espiritista de
París, cuando se presentó espontáneamente el 31 de julio de 1863, poco tiempo después de su
muerte.
“Heme aquí, pues, todavía en el teatro del mundo, a mí, que me creía enterrada para siempre
con mi velo de inocencia y de juventud. El fuego de la Tierra me salvaba del fuego del infierno.
Así pensaba en mi fe católica. Y si no me atrevía a entrever los esplendores del paraíso, mi alma
trémula se refugiaba en la expiación del purgatorio, y rogaba, sufría y lloraba. Pero, ¿quién dio a,
mi debilidad la fuerza de soportar mis angustias? ¿Quién, en las largas noches de insomnio y de
fiebre dolorosa, se inclinaba sobre mi cabecera de mártir? ¿Quién refrescaba mis labios ardientes?
Erais vos, mi ángel guardián, cuya blanca aureola me rodeaba, erais vosotros también, queridos
espíritus amigos, que veníais a decir a mi oído palabras de esperanza y de amor.
“La llama que consumió mi débil cuerpo me despojó del afecto a lo que pasa, también morí
viviendo de la verdadera vida. No conocí la turbación, y entré serena y recogida en el día radiante
que envuelve a los que, después de haber sufrido mucho, han esperado un poco. Mi madre, mi
querida madre, fue la última vibración terrestre que resonó en mi alma. ¡Cómo me complacería que
fuese espiritista!
“Me he desprendido del árbol terrestre como un fruto maduro antes del tiempo. Tan sólo
rozóme el demonio del orgullo, que punza a las almas de las desgraciadas arrastradas por brillantes
triunfos y la embriaguez de la juventud. Yo bendigo la llama, que era una expiación. Semejante a
esas ligeras nubecillas blancas del otoño, floto arrastrada en la corriente luminosa. No son estrellas
de diamantes las que brillan en mi frente, sino las estrellas de oro del buen Dios.”
Emma.

En otro centro, en El Havre, el mismo espíritu dio también espontáneamente la comunicación siguiente, el 30 de julio de 1863.

“Los que sufren en la Tierra son recompensados en la otra vida. Dios está lleno de justicia y
de misericordia para los que sufren aquí abajo. Concede dicha tan pura, felicidad tan perfecta, que
no se debieran temer ni los sufrimientos, ni la muerte, si a las pobres criaturas humanas les fuera
posible sondear los misteriosos designios de nuestro Creador.
“Pero la Tierra es un lugar de pruebas, a menudo muy grandes, a veces sembradas de
dolores muy punzantes. Resignaos a todo, si ellas os alcanzan, resignaos a todas ante la bondad
suprema de Dios, que es Todopoderoso. Si os da una carga pesada para que la llevéis, si os llama a
Él después de grandes sufrimientos, veréis en la otra vida, en la vida feliz, de cuán poca importancia
son estos dolores y estas penas de la Tierra, cuando juzguéis de la recompensa que Dios os reserva,
si vuestro corazón no ha pronunciado ninguna queja, ningún murmullo. Muy joven he dejado la
Tierra. Dios ha querido perdonarme y darme la vida de los que han respetado sus voluntades.
Adorad siempre a Dios, amadle con todo vuestro corazón. Rogadle sobre todo, rogadle firmemente:
ese es vuestro sostén allá en la Tierra, vuestra esperanza, vuestra salvación.”
Emma.

EL CIELO Y EL INFIERNO SEGÚN EL ESPIRITISMO. ALLAN AKARDEC

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