domingo, 13 de noviembre de 2016

HAY SIEMPRE UN MAÑANA




   CONOCER Y ADMITIR LA REENCARNACIÓN

Es mayoritaria la opinión entre los espiritistas de que el reconocimiento de la reencarnación y la eternidad del yo facilitarían la comprensión de las circunstancias de la vida para el hombre encarnado. Un análisis más profundo puede aclararnos esta cuestión. La conquista del self, el yo interior, herencia de todas nuestras vidas, se presenta complejo y confuso, nuestra existencia de espaldas a su realidad, ignorando su importancia, hace de ese mundo interior algo desconocido e imprevisible. El regreso a la espiritualidad nos aportaría bases sólidas sobre las que trabajar en esta nueva etapa de la Humanidad que se anuncia; el consejo del altar de Delfos "Conócete a ti mismo y conocerás el Universo" aún no ha sido logrado. El reconocimiento del yo eterno plantea problemas y situaciones totalmente nuevas que al no ser enfrentadas con la estructura ética adecuada puede ocasionar al ser humano más inseguridad y más fugas dolorosas de la realidad, que amenazan con derribar la estructura emocional, conseguida tras milenarias migraciones. Los descubrimientos de eminentes psicólogos, psiquiatras, biólogos y profesionales que se enfrentan a diario con enfermos terminales y dolorosos trastornos mentales, abren los ojos de la Humanidad a la realidad de la trascendencia de la conciencia individual, una verdad para la que no está preparada y de la que huye. Un existencialismo con la barrera biológica como final de etapa no nos exige nada más que vivir lo mejor que podamos, relegando los problemas personales o los conflictos psicológicos a un olvido forzado y buscado con ahínco, retrasando sine die su solución. Leemos en el prólogo del libro "Puerto de Esperanza”, psicografiado por Lindomar Coutinho, unas palabras de Emmanuel que necesitamos reflexionar: "El Espiritismo fue, es y seguirá siendo, a pesar de los tropiezos de sus adeptos, el mensaje de consuelo y esperanza para todo el mundo"* No nos cabe ninguna duda sobre la idoneidad del Espiritismo para abrir nuevos espacios espirituales que aporten esa esperanza tan necesaria en nuestros tiempos, lo que no está tan claro es la calidad de los que pretendemos ser portadores del mensaje espírita. Como Allan Kardec ya avisó, el principal peligro para el Espiritismo proviene de sus propias filas. Pero, hermanos, si tratamos de descubrir en los demás sus errores o falsedades nos equivocamos nuevamente. El espírita prudente y sabio tiene que buscar su auto reforma a través del profundo estudio y del autoconocimiento real, sin subterfugios ni huidas hacia adelante, y por supuesto sin juicios ni acusaciones. Las personas no espiritualistas se asustan ante la idea de la reencarnación, de la supervivencia del alma, porque no están preparados. ¿Estamos los espíritas preparados para reconocer nuestros errores? En otras palabras ¿trabajamos por el Espiritismo o abusamos del Espiritismo? Y lo que es más importante ¿Qué le podemos ofrecer a todas aquellos que buscan respuestas a sus encrucijadas vitales? Ésta última pregunta solo tiene una respuesta válida, la que nos obliga moralmente a conducir nuestras vidas por nuestras creencias: coherencia. Podemos sermonear con inteligencia, podemos escribir elaborados artículos, podemos también evidenciar nuestros amplios conocimientos adquiridos a través de largas y meditadas lecturas, pero si no logramos transformar las ideas espíritas en obras, si nuestras palabras no se traducen en hechos de amor, aunque logremos que los demás crean en la reencarnación, no estaremos trabajando en la dirección apropiada para que el Espiritismo sea reconocido como un mensaje de esperanza para el Mundo. 

* "Puerto de Esperanza" pág. 11 ©2010 Centro Espírita Porto de Esperança - Luminis Editora.com Actualidad Espiritista abril 2011      

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                   PANTEÍSMO

14 – ¿Dios es un ser distinto, o sería, según la opinión de algunos,la resultante de todas las fuerzas y de todas las inteligencias del Universo reunidas?

– Si fuese así, Dios no existiría; porque sería efecto y no causa, y no puede ser al mismo tiempo lo uno y lo otro.
– Dios existe, no podéis dudarlo, y esto es lo esencial. Creedme,no paséis más allá; no os extraviéis en un laberinto del que no podríais salir. Esto no os haría mejores, sino quizá un poco más orgullosos, porque creeríais saber mucho no sabiendo nada en realidad. Dejad, pues, a un lado todos esos sistemas, porque demasiadas cosas tenéis que más directamente os incumben, empezando por vosotros mismos.
Estudiad vuestras propias imperfecciones, a fin de emanciparos de ellas, y más útil os será que querer penetrar lo que es impenetrable.


15 – ¿Qué pensar de la opinión según la cual todos los cuerpos de la Naturaleza, todos los seres y todos los mundos del Universo serían partes de la Divinidad y constituirían en su conjunto la misma Divinidad: o sea de la doctrina panteísta?

– No pudiendo el hombre hacerse Dios, quiere ser, por lo menos, una parte de él.

16 – Los que profesan esa doctrina pretenden encontrar en ella la demostración de algunos de los atributos de Dios. Siendo infinitos los mundos, Dios es por la misma razón, infinito; no existiendo en ninguna parte el vacío o la nada, Dios está en todas partes; estando Dios en todas partes, porque todo es parte integrante suya, da una razón de ser inteligente a todos los fenómenos de la Naturaleza. ¿Qué puede oponerse a este raciocinio?

– La razón; reflexionad detenidamente y no os será difícil reconocer el absurdo.

Esta doctrina hace de Dios un ser material que, aunque dotado de una inteligencia suprema, sería en grande lo que somos en pequeño. Ahora bien, transformándose sin cesar la materia, si no fuese de aquel modo, Dios no tendría estabilidad alguna y estaría sujeto a todas las vicisitudes, a todas las necesidades, incluso las de la Humanidad; y carecería de uno de los atributos esenciales de la Divinidad: La inmutabilidad. Las propiedades de la materia no pueden conciliarse con la idea de Dios, sin rebajarle en nuestro pensamiento y todas las sutilezas del sofista no conseguirán resolver el problema de su naturaleza íntima. Nosotros no sabemos todo lo que es; pero sabemos lo que no puede dejar de ser, y ese sistema está en contradicción con sus más esenciales propiedades. Confunde al creador con la criatura, absolutamente lo mismo que si se pretendiese que una
máquina ingeniosa fuese parte integrante del mecánico que la concibió.
La inteligencia de Dios se revela en sus obras, como la de un pintor en el cuadro; pero tan lejos están de ser las obras de Dios el mismo Dios, como está de ser el cuadro el pintor que lo concibió y ejecutó.


EL LIBRO DE LOS ESPÍRITUS. ALLAN KARDEC

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HAY SIEMPRE UN MAÑANA


En 1994 surgió El “Programa de Prevención de Suicidio Cinta Amarilla”. Entre los pacientes, 50, 9 % eran portadores de trastorno mental y usuarios de substancias de abuso. En esa época, la mayor parte de las comunidades terapéuticas era mantenida por comunidades religiosas. Hoy hay un mayor número de investigaciones y discusiones académicas sobre la relación entre religión, espiritualidad y salud mental.

Las entidades religiosas son importante recurso comunitario de apoyo al tratamiento de la dependencia química. Si la comunidad religiosa es importante para la esperanza de los usuarios de drogas, podrá serlo también en estos Septiembres Amarillos. Debido al papel de asistencia social de las religiones la explotación de este tema puede ser de gran relevancia para la salud pública (1).

El comportamiento suicida es una expresión que comprende varios fenómenos conectados al suicidio, en consonancia con sus manifestaciones. Ese término es utilizado para designar los pensamientos y los actos que señalan la idealización suicida, su riesgo, su planificación, el intento y el suicidio en sí.

El suicidio es un problema de salud pública, epidemiologicamente relevante y complejo, para el cual no existe una única causa o una única razón. Resulta de una intrincada interacción de factores biológicos, genéticos, psicológicos, sociales, culturales, ambientales y espirituales. Por eso, es difícil explicar porque algunas personas sufriendo dolores extenuantes se suicidan y otras en la misma situación no lo hacen.

Sabrina L. da Silva y Eglê R. Kohlrausch escribieron “Atendimiento pre-hospitalario al individuo com comportamiento suicida: una revisión integral” (2).

En él, buscaron identificar las conductas realizadas por los profesionales de enfermería. Llegaron a la conclusión de que es muy importante el equipo de enfermería, los gestores y la propia sociedad vuelvan su mirar para el tema, a fin de perfeccionar la atención y la comprensión sobre el deseo de muerte.  La idealización suicida se expresa por pensamientos de muerte que encaminan para el riesgo de vida, aunque la acción fatal no sea ejecutada.

Un estudio muestra que la concepción suicida fue más frecuente entre mujeres, en adultos de 30 a 44 años, nos que viven solos, entre los espíritas y los de mayor renta. La planificación ocurre cuando la persona organizó mentalmente estrategias sobre la forma con que irá a quitar la propia vida.

Desconfortable, y en aparente contradicción con la esperanza que surge cuando nos descubrimos espíritus inmortales, es la cita de los espíritas en la prevalencia de la ideación, planificación y tentativa de suicidio (3).

Sin embargo, en un país de extensión territorial continental, creemos que no debemos generalizar el resultado encontrado, una vez que fue obtenido en un interrogatorio, de base em la población, en la ciudad de Campinas, SP. (4)

A pesar de eso, el malestar no se hará menor aunque entre los pacientes rotulados como espíritas, adeptos de Allan Kardec, hayan sido incluidos otros espiritualistas. Es de pleno conocimiento que el suicidio resulta de una intrincada interacción de factores, donde los sociales y culturales son participantes, lo que nos hace recordar también a los adeptos de las llamadas “torres gemelas”, presionados por el prejuicio, lo que les trae dificultades para integrarse en la sociedad general (5).

Conforme informe de la Organización Mundial de Salud de 10 a 20 millones de personas en el mundo intentan suicidarse. En Brasil está entre los diez países con mayor número absoluto de suicidios.

Las causas identificadas para el suicidio envuelven factores sociales, como la incapacidad para que las personas se integren en la sociedad, mientras que la lucha entre dos impulsos instintivos, pulso de vida y pulso de muerte, resulta en el comportamiento suicida, representando el producto del conflicto entre el deseo de vivir o morir.

La palabra suicidio tiene como significado el gesto que encamina para la muerte voluntaria. El suicidio representa el intento de resolución de un problema que está causando intenso sufrimiento, asociado a necesidades no satisfechas, sentimientos de desesperación y desamparo, conflictos entre supervivencia y estrés insoportable, estrechamiento de las alternativas y búsqueda por la fuga, presentando señales de angustia. De esa forma, el comportamiento suicida representa un momento de crisis, caracterizado por la desestabilización, ruptura, perturbación, conflictos y desorden, siendo una emergencia psiquiátrica.

En el trabajo de Silva & Kohlrausch, se puede encontrar 32 intervenciones de enfermería realizadas en la atención al individuo con comportamiento suicida. Las acciones de prevención, la escucha, la orientación a familiares y las visitas domiciliarias deben buscar la atención integral del usuario.

Los pacientes atendidos en una emergencia deben recibir cuidados clínicos, pero también atención para su problema psiquiátrico, buscando una acción de cuidado al comportamiento suicida. En ese sentido, es necesario el encaminhamento efectivo para el equipo de salud, el soporte familiar y social, con miras a que intentos prévios de suicidio son indicadores de riesgo para la consumación.

Escuchar es tan importante como la realización del examen físico en el paciente, eso significa estar comprometido, interesado y vinculado a la persona, con toda su complejidad y vicisitudes. Así, se debe avanzar en lo que concierne a la escucha cualificada y comunicación. Por lo tanto, es necesario no sólo escucharlo, sino también oír a la familia, que necesita ser mirada, escuchada, acogida y también orientada, para que pueda servir de soporte a los que intentaron cometer suicidio.
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La postura de comprensión, y no juicio, con aquellos que padecen de algún sufrimiento psíquico genera una relación de seguridad y confianza entre enfermero – paciente – familia, cualificando la atención, agregando valor al cuidado.

Debemos repetir que, el comportamiento suicida comprende grados de la intención de matarse, que transitan desde la idea, planificación, llegando al suicidio propiamente dicho. Existen señales de ese comportamiento que pueden ser observadas y la intervención en el momento adecuado puede evitar la muerte.

En la década de 1990, muchos estudios comenzaron a mostrar que el suicidio estaba creciendo. Además de eso, otros estudios comenzaron a mostrar una asociación frecuente entre suicidio y enfermedades mentales, principalmente depresión, alcoholismo, trastorno bipolar, esquizofrenia y también trazos impulsivos y agresivos de personalidad. A partir de ahí, hubo un cambio de postura de la Organización Mundial de la Salud, que impulsó a los países a elaborar medidas de prevención. El último informe de la OMS, de 2014, constata que el 83% de los países consiguieron reducir los números. Existe una minoría, del 17%, donde el suicidio continúa creciendo. Brasil está entre esos países, donde él crece, y los espíritas son encontrados entre los que hicieron la opción por el suicidio.

Las diferencias entre esos países es explicada por las medidas de prevención que fueron incentivadas, principalmente el entrenamiento de profesionales de la salud y de otros profesionales, que están en la línea de frente, como profesores y ministros religiosos.

Una regla básica es tener en serio siempre que una persona habla sobre suicidio, siempre que un joven comienza a hablar más de muerte, o a frecuentar webs sobre muerte.

Nery José Botega, psiquiatra y profesor de la Unicamp, defiende la importancia de la concienciación sobre el suicidio y afirma que todos pueden ser agentes de prevención. Advierte, sin embargo, que no estamos propensos a mirar, observar, interpretar y actuar por encima de las señales de riesgo de suicidio (6)

Con los buenos resultados del tratamiento, ella descubrirá que hay siempre un mañana, que podemos resistir, esperar, pues un lindo día puede llegar. Que hay siempre un mañana, para quien vive para sufrir, que no cuesta esperar. Y cuando él llega la persona verá entonces que no fue vanamente lo que pasó. De ahí recordar, que el mal se distanció y podrá al fin, exclamar ¡yo soy feliz

Cuando estamos concienciación damos importancia a las señales de alerta, por eso la población tiene que ser concienciada. Si estuviera más consciente, pasa a entender que el problema existe y que puede ocurrir con una persona que está próxima. Necesitamos desarrollar nuestra capacidad de percibir que una persona está en riesgo y principalmente estar dispuesto a oírlas sin juzgarla.  Despejar una serie de reglas morales o religiosas no ayuda. En la realidad ella necesita sentir que está siendo oída y comprendida.

Personas aisladas no consiguen telefonear, marcar horario y buscar un servicio de salud. Aún será necesario conducírlas y acompañarla hasta un profesional que pueda ayudarla.

Jesús dejó marcas y señales.

En la década de 1960, el psiquiatra I. Stevenson investigó en la India casos de niños, que se referían con precisión a hechos, personas y lugares vividos en una supuesta vida anterior. Treinta años tras numerosos estudios, en la de 1990, el profesor de la Universidad de Virginia, verificó qué señales son importantes para meditar sobre hipótesis de la reencarnación, pues el 35% de los niños que decían recordar haber vivido antes presentaron señales, manchas o defectos congénitos en el lugar donde habían recibido heridas letales en la vida pasada.

. Stevenson, i. Reincarnation and biology: a contribution to the etiology of birthmarks and birth defects. Vol. I - birthmarks, vol. Ii - birth defects and other anomalies. Westport: Praeger. 1997. (8)

Hay ocasiones en que necesitamos de esperanza y compañía, como ocurrió en Emaús, con seguidores de Cristo. Después contaron cómo Jesús les apareció, después de la crucifixión; cómo los acompañó y cómo lo reconocieron, al partir el pan. (Lucas, 24: 13)

La poesía de Lívia y la canción Hay siempre un mañana, de Tito (7,9), nos hablan de esa esperanza que surgió a través de la compañía de Jesús.   


El invierno...
Noches largas, frías,
sentimientos contenidos.
Dentro de mí busco respuestas.

La quietud, el silencio...
La intuición, la conciencia,
la digestión de las experiencias.
Aprendí, me rehíce.
Guardo en mí la fuerza y la sabiduría del oso,
que hiberna para resurgir en la primavera.

La mañana llega y el sol brilla ahora.
La luz viene después de la oscuridad.
El amor creció en la quietud del corazón,
el día y la noche se hacen iguales.

Las hojas surgen en ramas vacías.
Del suelo seco, surgen brotes multicoloridos.
Los perfumes embriagan el aire...
Es tiempo de recomenzar, resurgir, crecer...

Reconocer la naturaleza espiritual del ser....
Así como el lobo, explorar nuevas rutas, nuevas ideas.
Eliminar flaquezas y pensamientos negativos...
Volver a la tribu y enseñar la luz de la luna.

Ser generoso como la primavera.

Ser libre, encontrar la verdad de la vida.
Buscar nuevos horizontes, nuevas actitudes,
nuevos intereses, nueva vida
Ser feliz...

Autores: Lívia B. Formiga (*) & Luiz Carlos Formiga
Año 10 – Edición 488 – 23 de octubre de 2016

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En la vida, la evolución es individual y nadie tiene el poder de cambiar a los demás, sea en actitudes o en el modo de pensar....Todos nosotros poseemos la libertad de escoger la manera como queremos vivir y el rumbo que deseamos dar a la Vida, pero siempre  tendremos la opción de no entrar en la maldad y de permanecer en el bien.
- Aportado por Claudia Dantas -

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Doctor ADOLFO BEZERRA DE MENEZES. 

                  EL MEDICO DE LOS POBRES 


Para comprender profundamente más su vida, coronada de sacrificio y amor a la humanidad, debemos comenzar por relatar las palabras de Ismael a Bezerra de Menezes en reunión celebrada en la Espiritualidad Mayor antes de su reencarnación, citado en la obra Brasil, Corazón del Mundo, Patria del Evangelio, cuyo autor es el espíritu de Humberto de Campos, psicografiada por Francisco Cándido Xavier: «Descenderás a las luchas terrestres con el objetivo de concentrar nuestras energías en el país del Cruceiro, dirigiéndote hacia el blanco sagrado de nuestros esfuerzos. Agruparás a todos los elementos dispersos, con las dedicaciones de tu espíritu, a fin de que podamos crear nuestro núcleo de actividades espirituales, dentro de los elevados propósitos de reforma y regeneración. No necesitamos encarecer a tus ojos la delicadeza de la misión; más, con la plena observación del código de Jesús y con nuestra asistencia espiritual, pulverizarás todos los obstáculos, a fuerza de perseverancia y de humildad, consolidando lo primordial de nuestra obra, que es de Jesús, en el seno de la patria de su Evangelio . 
Si la lucha va a ser grande, considera que no será menor la compensación del Señor, que es el camino, la verdad y la vida» En la madrugada del 29 de agosto de 1831 se incorpora a la vida física el espíritu de Adolfo, en Riacho do Sangue, en el Estado de Ceará. Sus padres, católicos, Antonio Bezerra de Menezes y Fabiana de Jesús María Bezerra, gozan de una buena situación económica al poseer ganaderías, aunque pasados los años su fortuna se extinguió debido a la conducta del corazón bondadoso del “viejo coronel”, al verificar que las deudas superaban sus beneficios. Llegaron a tal situación que apenas tenían para mantener a los dos hijos mayores que estudiaban leyes y al pequeño Adolfo, el menos favorecido, que estaba terminando su curso de escuela preparatoria . 
Contaba apenas siete años de edad cuando su madre lo llevó de la mano y lo matriculó en la escuela pública de la villa del Frade. Por cierto, que a esta edad oyó decir que las almas de los muertos vienen constantemente a visitar a los vivos y esto causó una profunda impresión en el cerebro del pequeño, que pasó varias noches alarmado y asustado. En diez meses, desarrolló la lectura, la escritura y cálculos . 
Después de emigrar forzosamente la familia, debido a la postura política de su padre, que provocó su persecución, fue matriculado en “Maioridade” a los doce años en el aula pública de latín de la Sierra de los Martins, que era dirigida por padres jesuitas. Su natural inclinación para cualquier estudio hizo que él mucho adelantase, de tal forma que llegó a sustituir al profesor, dictando las lecciones a los compañeros y corrigiendo los errores cometidos . 
En 1846 su padre volvió a retornar a la provincia de Ceará, ya que las persecuciones políticas habían finalizado y el pequeño Adolfo ingresa en el Liceo que era dirigido por su hermano mayor. Terminó su preparación en unos cuatro años y, no sintiendo ninguna inclinación por estudiar derecho, rogó a su padre estudiar medicina . 
Como en aquella época no había escuelas de medicina en el Norte, su padre decidió con veinte años enviarle a estudiar a Guanabara, después de recaudar el dinero necesario de amigos y familiares. Se inicia entonces en la vida del joven la fase de estudiante, cuyos años de 1851 a 1856 fueron coronados por éxitos para el futuro médico . 
Fueron cinco años de sacrificios y de renuncias, en que la voluntad de vencer era la única bandera a cuya sombra el estudiante pobre se abrigaba. Se vio en la necesidad de enseñar desde el segundo curso con el fin de permanecer en la facultad y, como no poseía libros, estudiaba en las bibliotecas públicas. Su carácter impresionaba a sus compañeros, de tal manera, que acudían a él como consejero y amigo. Sus palabras les llenaban de calma, y el respeto y la admiración fue poco a poco consolidándose . 
En aquella época, Bezerra ya se preparaba para ser el guía futuro de sus coetáneos, el jefe espiritual de las multitudes que lo escucharían más tarde, cuando su palabra, proclamada por la doctrina y por la fe, tuviese una resonancia más admirable y penetrante. En ese tiempo, el ateísmo sobrevolaba por el mundo y las ideas heréticas, alteradas por las filosofías de todas las épocas, secaban el campo espiritual . 
Hay varios hechos importantes en su vida relacionados con la gran angustia económica que padecía y recordamos uno en especial que revela como el mundo invisible estaba al lado del joven estudiante. Las cuotas de la facultad estaban por pagarse y si Bezerra no las cancelaba se arriesgaba a perder el año. Y no era sólo eso, el propietario de la casa
amenazaba con ponerlo en la calle. Desesperado –una de las pocas veces en que se desesperó en la vida– elevó los ojos hacia lo Alto y apeló a Dios. En esa ocasión golpearon la puerta. Era un joven de simpática fisonomía que venía a tomar unas clases de matemáticas. Bezerra rehusó al principio, confesando ser ésta la materia que él más detestaba. El visitante insistió y por fin recordando la situación desesperante resolvió aceptar. El joven, bajo el pretexto de que se podía gastar la mensualidad recibida del padre, le pidió permiso para efectuar el pago por adelantado. Después de alguna insistencia, convencido Bezerra accedió y, acordando el día y la hora para el inicio de las clases, el visitante se despidió . 
Adolfo no cabía en sí de contento. En ese mismo día pagó el alquiler y las cuotas de exámenes en la facultad . 
Recordó, sin embargo, el compromiso y como no tenía ningún libro sobre la materia, corrió a la biblioteca y durante horas profundizó con voracidad los variados temas para la próxima clase. Ésta no se realizó, ni esa ni otra cualquiera, por el simple motivo de que el discípulo no apareció nunca más. Pasaron varios días y la visita no se presentó. Esto le preocupó de tal manera que nunca dejó de referirse a este hecho como una de las primeras manifestaciones de auxilio que el mundo invisible puede ofrecer a cualquier espíritu angustiado . 
Al finalizar 1856, Bezerra de Menezes se gradúa como Doctor en Medicina. Contaba 25 años de edad. Su primera idea fue, lógicamente, instalar un consultorio. Al no poseer medios necesarios, lo intenta con un colega del grupo más favorecido por la fortuna y se instalan en una sala en el centro comercial de la ciudad. Durante los primeros meses en que el consultorio permaneció abierto no fue casi nadie. No obstante, en su casa, sus diagnósticos ya en ese tiempo denunciaban la notable intuición del médico en el arte de curar. Y de los componentes de la familia, pasó a los amigos que lo agasajaban con admiración. Y el nombre del joven médico entró a crear fama. El barrio se destacaba por las criaturas curadas por el “Señor Dr. Bezerra”. Se vio al poco tiempo rodeado de numerosos pacientes. Mas los colegas de la época, con seguridad, no le envidiaban el éxito, ya que la inmensa clientela no pagaba, casi todos eran gente pobre, absolutamente pobre y Bezerra nunca habló de dinero a ninguna persona. Es cuando el médico militar Dr . 
Manoel Feliciano Pereira de Carvalho, jefe del cuerpo de salud del ejército, decidió llamarlo para incorporarse al Hospital Central. En un año pasó de conquistar su diploma a ser cirujano teniente del Ejército. Es verdad que las rentas se multiplicaron, pero él seguía empleándolas con sus pobres; medicinas, comida, ropas, etc., todo lo distribuía entre las manos que se le extendían en la solicitud de óbolo . 
Viendo la proyección ascendente de su vida, el 8 de noviembre de 1858 se casó por amor con Doña María Cándida de Lacerda. Colabora con los principales periódicos de la ciudad, es escuchado en los medios militares, es conocido como el “médico de los pobres” por su dedicación filantrópica, y es entonces en 1860 cuando la política lo llama. La población de San Cristóbal, la ciudad donde vivía y ejercía, desea que él la represente en la Cámara Municipal, mientras que su esposa miraba con orgullo la invitación. Y Bezerra accedió a pesar de que, por principio, quiso evitar la política. Viéndose en un dilema, debía renunciar al Ejército por la política y así lo hizo. Fue blanco de las peores acusaciones debido a su posición política y las injurias y apodos no le faltaban a pesar de triunfar en el parlamento, por ser un orador de extensos recursos que triunfaba en la vida pública . 
En el otoño de 1863 la bondadosa esposa, después de una imprevisible y rápida enfermedad, abandonó este mundo, dejando a Bezerra totalmente desconsolado con dos hijos, uno de tres y otro de un año de edad, creándole una gran crisis que fue superada por su temperamento . 
Buscando consuelo, Bezerra, se volcó en la religión y comenzó a leer la Biblia, meditando largamente sobre su contenido. En aquella época, en Brasil, especialmente en Rio de Janeiro, el ambiente era muy favorable a la homeopatía, donde pasado el tiempo apareció el Espiritismo en Brasil, y los libros de Kardec empezaron a llegar, creando controversias y polémicas apasionadas que se encendían cada vez más. Pero la muerte de Allan Kardec dejó al inmenso grupo de espiritistas sin su orientador . 
Elementos homeopáticos de los más brillantes entraron a colaborar con ardor en la siembra espírita, que una de las formas de hacer caridad fue el tratamiento gratuito a los pobres para la cura de sus enfermedades a través de la homeopatía. El Dr. Travassos, del Grupo Espírita Confucio, se apresuró a llevar un ejemplar de El libro de los Espíritus al conocido diputado Bezerra de Menezes. Lo encontró en la ciudad cuando se dirigía a tomar el tranvía de retorno a su hogar. Después de instalarse en su asiento, abrió el volumen y corrió los ojos por algunas de sus páginas. «¡Ora Dios! ¡No iré con certeza al infierno, sólo por leer esto!...» pronunció y se volcó vivamente en su lectura. A medida que avanzaba en el texto, una intensa perplejidad lo invadía. Leamos sus propias palabras: «Leía,mas no encontraba nada que no fuese nuevo para mi Espíritu . 
¡Entretanto todo aquello era nuevo para mí!... Yo ya había leído y oído todo lo que se hallaba en El Libro de los Espíritus… Me preocupé seriamente con este hecho maravilloso y  me decía a mí mismo: parece que yo era espírita inconsciente, o, como se dice vulgarmente, de nacimiento.» Tal hecho, como vemos, le impresionó vivamente. Más tarde, sin embargo, consiguió comprender la causa de ese fenómeno, pues él era ya un espírita inconsciente . 
El 21 de enero de 1865 se casa en segundas nupcias con Doña Cándida Augusta de Lacerda Machado, hermana de su primera mujer y de quien tuvo siete hijos. En este caso fue la compañera que le acompañó hasta que él cerró sus ojos, siguiéndolo y amparándolo con un desvelo y cariño verdaderamente extraordinarios. Bezerra multiplicaba entonces su actividad, desdoblándose para atender tanto servicio. Su nombre fue aclamado en la Cámara donde fue elegido diputado general en 1867, manteniendo tremendas luchas, combatiendo, especialmente con el Ministro Zacarias. Eran tiempos tumultuosos en la política del país, hasta el punto que la Cámara se disolvió. Al tiempo que Bezerra profundizaba en las enseñanzas de la Doctrina Espírita, más inconvenientes se presentaban políticamente a él. Mientras tanto, el Espiritismo seguía ganando adeptos, aunque surgieron dos partidos: el de los científicos y el de los místicos. En 1876 nace la primera sociedad kardecista de Rio de Janeiro . 
Augusto Elías da Silva, funda El Reformador, órgano eminentemente espírita, que recibe de la prensa diaria del país continuas críticas, insultos, etc. Es por ello que en el ansia incontenida de evitar tales ataques, acude a Bezerra de Menezes, cuya alma ya se encontraba impregnada de la sabiduría, y éste aconseja al eminente periodista seguir la campaña apenas comenzada. Esto sucedía en 1883. Los Centros Espíritas trabajaban autónomamente . 
Cada uno de ellos ejercía su actividad en un determinado sector, casi sin conocimiento de las acciones de los demás centros. Urgía un sistema de disciplina y orden, y nació la idea de la unificación, instaurándose la “Federación Espírita Brasileña”, siendo su papel el de federar a todos los grupos. Sus fundadores fueron las figuras más relevantes de la doctrina, y que al tiempo lo eran de la sociedad y de la política. Pero Bezerra no estaba dispuesto a presidir la Federación. Sólo al cabo de unos años, el 16 de agosto de 1886, en un auditorio de cerca de dos mil personas, sus palabras resonaron para proclamar a los cuatro vientos su adhesión al Espiritismo, lo que provocó a la sociedad brasileña un extraordinario estremecimiento . 
Muchos amigos y colegas le hablaban frecuentemente de la mediumnidad de un conocido homeópata espírita llamado Joao Goncalves do Nascimento. Sus diagnósticos convencían a los incrédulos conquistándolos, y Bezerra lo puso a prueba con su propia salud, la dispepsia que padecía. Le bastó. Y después solicitó la asistencia de los Espíritus para los obsesados, ya que la locura fue una de las especialidades patológicas a las que dirigió sus estudios y su dedicación. Fue cuando absorbió por su dulzura los textos de El Evangelio, la imagen espiritual del Maestro Jesús y se alistó, sin vacilaciones, en la vanguardia de los luchadores kardecistas. Durante cinco años las columnas de El País, el periódico que quedó marcado como la época de oro en la propaganda del Espiritismo en Brasil, sirvieron para que todos los domingos transmitiese todo su saber a la gente humilde con las palabras que llegaban al sentimiento. Después de cinco años de lucha periodística, Bezerra se encuentra en un profundo abatimiento, al que se incorpora la pérdida de dos hijos, fallecidos en 1888. No obstante, herido y triste, reacciona y recrudeció la campaña a la que se había dedicado, publicando una novela La casa Embrujada . 
Son tiempos en que los grupos espiritistas de Brasil caminan desunidos intentando cada uno de ellos imponer las esencias de sus corrientes: la de los místicos y la de los científicos. A tal punto, que el espíritu de Allan Kardec se comunica en el mes de enero de 1889 en la “Fraternidad”, repitiendo al mes siguiente sus instrucciones . 
Y animado por esta circunstancia, Bezerra, ya presidente de la Federación Espírita Brasileña, se dedica a la unificación de la familia espírita. Sus guías espirituales no le abandonaban, al contrario se comunicaban siempre con él. Trabaja incansablemente orientando y esclareciendo a la gente sobre el verdadero sentido del Espiritismo . 
Conciliaba místicos y científicos, kardecistas y no kardecistas y todos los sectores de las demás creencias, y además de esas actividades frecuentaba asiduamente los notables “trabajos de desobsesión” del Grupo Luz y Caridad, y a la luz del farol del comedor, en su casa, curvado sobre tiras de papel, traducía las Obras Póstumas de Kardec. Corría así el año 1889 y en diciembre finalmente comenzó a sentir cansancio. Su organismo exigía reposo y dimitió de la presidencia de la Federación. Lo animaba una secreta intención: fundar una escuela de médiums. Kardec en su comunicación había destacado “Para la propaganda, precisamos de elementos constitutivos de ella”. Y, firme como siempre, fundó la “escuela de médiums” en “El Centro”. Y ahí su desilusión fue tremenda, ya que vio finalizar el año 1890 aislado, sus compañeros evitaban por todos los medios concurrir . 
Paralelamente, la asistencia de la caridad a los necesitados trajo a la Federación gran cantidad de asistentes que habían ido desmarcándose de otros grupos espíritas . 
Mientras tanto, Bezerra seguía solo en su “Centro” y la situación material se volvió insostenible, hasta el punto en que solicitó a la vieja sociedad Fraternidad un lugar para poder trabajar y allí quedó instalado . 
El año 1890 no finalizó satisfactoriamente para los medios espíritas en Brasil. El Gobierno republicano sancionó el nuevo Código Penal y eso llenó de temores a las clases espíritas. Todos comenzaron a recelar acerca de las interpretaciones y fue la Federación quien encabezó un movimiento dirigiendo una carta al Ministerio de Justicia, haciéndoles sentir el espíritu de agresión y de parcialidad contenido en el Código Penal. De esta manera, las demás asociaciones formaron a su lado, trayendo así la solidaridad. Lo que allí se condenaba, hasta la persecución, no era el Espiritismo sano, moral, religioso y educativo. Pero con ese temor fueron muchísimas las sedes espíritas que cerraron. Inclusive El Reformador se vio obligado a suspender la publicación. De 1891 a 1895 fue una época oscura para la historia del Espiritismo en Brasil. A pesar de ello Bezerra, que no podía comprender Espiritismo sin fe religiosa, proseguía en la campaña sorda en pro de sus ideales. Herido duramente por la cruel pérdida de tres hijos en dos años, no dejó de batallar y salía regularmente firme hacia el “Centro Ismael”, su última guarida. Era el único batallador. Todos los domingos El País publicaba un artículo suyo, bajo el seudónimo de Max . 
En 1893 la situación personal se agravó aún más, sus condiciones financieras descendieron a un nivel casi miserable . 
Pero a pesar de ello no se desanimó, de sus propias pruebas sacaba fuerzas para enfrentarse a la lucha. En los últimos meses de aquel terrible 1893, la Revolución de la Armada convulsionó la capital del país. El tronar de los cañones llenaba de pánico a la población. No había ninguna sociedad funcionando, todas habían cerrado sus puertas. Finalmente, en el día de Navidad, decidió cerrar esa brillante serie de publicaciones en El País trazando un homenaje enternecedor a Jesús, mientras caminaba solitario en aquella noche silenciosa por las calles de su ciudad, camino de su casa. 1894 fue un año mejor, ya que se restauró la Federación, y enseguida volvió a circular El Reformador. Bezerra de Menezes seguía orientando a aquellos que trabajaban en silencio. No obstante, en la Federación la situación era tensa y enfrentada entre las diferentes tendencias y, tras varias reuniones, decidieron recurrir nuevamente al “Médico de los pobres”. Fue una noche fría de julio que el grupo, constituido por los miembros de la dirección, golpeó la puerta de su casa . 
Puesto al corriente de lo que sucedía y consciente de la decisión que llevó a sus compañeros a su presencia, Bezerra movió su cabeza desalentado, procurando evitar el pedido. No, no podía acceder a él, se sentía cansado, agotado de luchar contra la vida y contra los hombres, su salud no le permitiría la energía necesaria para cargar con esa responsabilidad. No se sentía con fuerzas para intentar organizar a tanta gente irreconciliable. Y pidió un plazo de algunos días a fin de que pudiese oír primeramente lo que le iría a aconsejar su guía espiritual, el espíritu Agostinho. Al siguiente día Bezerra se dirigió a la sede del Grupo Ismael para la sesión de costumbre de los viernes. Allí sumergiendo la cabeza entre sus manos meditó y, en el silencio de la sala, ante la extrañeza de los compañeros, Bezerra elevó la cabeza, mientras de sus ojos partían abundantes lágrimas que le rociaban la nieve de su espesa barba. Y Bezerra denunció lo último que ocurría en el seno de la familia espírita: las disensiones de los grupos, los trabajos de la Asistencia y las diferentes divergencias en el seno de la Federación. Algunos momentos después, el propio Espíritu Agostinho vino a dirigirle palabras de consuelo, aconsejándole luchar aún más, pues era un Espíritu elegido. Y, resignado, anunció en aquella noche que aceptaba el cargo de presidente de la Federación Espírita Brasileña. Contaba con sesenta y cuatro años de edad. Poco tiempo después, abandonó la política lleno de tedio. Estaba viejo y pobre. Y se dedicó exclusivamente a ser médico homeópata, agigantándose su figura . 
Fue en la época de 1895 a 1900 que selló su nombre como el de un verdadero “Médico de los pobres”. El dinero que ganaba era repartido a los demás, su espíritu pensaba siempre en ellos. Innumerables casos podríamos citar como prueba de sus acciones benéficas, de su corazón bondadoso. No se juzgaba superior a nadie, pero en su corazón, pleno de serena magnitud, vibraban los sabios conceptos de Jesús. Y cuando los últimos reflejos de su vida lo retuvieron, semimuerto, durante meses sobre un lecho humilde, sin poder emitir una sola palabra debido a la parálisis que dominaba su lengua, viviendo el drama terrible de la agonía, fue aún la bondad de los amigos y de la gente más próxima que lo premiaron con sus gestos emocionantes de profundo reconocimiento . 

En un día espléndido y con un sol radiante, falleció a las once y media del día 11 de abril de 1900 . 
El Espíritu altamente iluminado del gran médico continúa, hasta hoy, dispensando su amparo caritativo a todos aquellos que le demandan en busca de bálsamo para el cuerpo o de paz para el espíritu. 

Revista Espírita de la FEE nº10 



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       LAS MUCHAS LECCIONES DE LA NATURALEZA

¡Cuántas analogías, cuántas lecciones en todas las cosas! La bellota, bajo su modesta envoltura, contiene no sólo toda una encina en su expansión majestuosa, sino que también toda una selva entera. El grano, más minúsculo aún, encierra en su linda cuna a toda la flor con su gracia, sus colores y sus perfumes. Lo mismo sucede con el alma humana: posee ésta en germen todo el desarrollo de sus facultades, de sus potencias en el porvenir. Si no tuviéramos ante nuestras miradas el espectáculo de las metamorfosis vegetales, nos negaríamos a creer en ellas. Las fases de la evolución de las almas en su viaje infinito se nos escapan; no podemos actualmente comprender todo el resplandor de su porvenir. Sin embargo, tenemos un ejemplo de ello en la persona de esos genios que han pasado a través de la historia como un deslumbramiento, dejando tras sí una estela de obras imperecederas. Tales son las alturas a las que pueden elevarse las almas más atrasadas en la escala de las vidas innumerables con la ayuda de estos dos factores esenciales: ¡el tiempo y el trabajo! 
Así la Natura nos muestra en toda la belleza de la vida el precio del esfuerzo paciente y decidido y la imagen de nuestros destinos sin fin. Nos dice también que todo está en su lugar en el Universo; pero que también todo evoluciona y se transforma, almas y cosas. La muerte sólo es aparente: a los tristes inviernos suceden las renovaciones de la primavera, repletas de savias y de promesas. La ley de nuestra existencia no es diferente de la de las estaciones. Después de los días asoleados del estío, viene el invierno de la vejez y con él la esperanza de nuevos renacimientos y de una nueva juventud. La Naturaleza -como nosotros- ama y sufre. Por todo, bajo la ola de amor que desborda en el Universo, se halla la corriente del dolor, mas éste es saludable, puesto que afina la sensibilidad del Ser, despierta en él las cualidades latentes de la emoción y de la ternura y le procura, de este modo, un engrandecimiento de la vida. 

LEON DENIS.


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