lunes, 28 de noviembre de 2016

LA OUIJA



           NUESTRAS VIDAS PASADAS 

                                                                    Reflexión

En nuestras vidas pasadas, lo importante no es si hemos sido un Rey o un sirviente, lo importante es descubrir nuestras imperfecciones e intentar disminuirlas o mejor erradicarlas. Si somos por ejemplo agresivos ahora, también lo fuimos en otras vidas, por eso traemos esta imperfección, tenemos que estudiarnos en profundidad, de esta forma, nos podremos percatar de nuestras imperfecciones, para poder trabajar sobre ellas.

Las " desgracias " y padecimientos terrestres que nada tienen que ver con nuestras acciones presentes y que parecen fortuitas siempre se deben a existencias anteriores.


La tierra es un planeta de expiación y pruebas.


Tales " desgracias " son en su mayoría expiaciones de actos mal hechos en otras vidas, que irremediablemente se tienen que expiar en esta.


En ocasiones también son pruebas que nos ayudan a progresar.


El espíritu en estado errante está mucho tiempo, normalmente siglos.


En este tiempo una persona que era mala puede haber evolucionado mucho y volver después de siglos siendo buena a la tierra, pero debe expiar y reparar el daño causado en otras encarnaciones.


Por esto nos parece injusto, siendo buena que le ocurran tantas desgracias y cosas malas.


Las pruebas, en ocasiones las escogemos en estado de espíritu antes de reencarnar, en otras no, depende del grado de su evolución.


Si no están preparados para escogerlas, deben ser puestas, pero irremediablemente se tienen que expiar. Si las superan evolucionan, si no aprenden la lección lamentablemente las tendrán que volver a pasar ya que tanto las expiaciones como las pruebas nos ayudan a evolucionar, si las sabemos superar y aprender de ellas.

Las pruebas siempre son un instrumento para evolucionar, siempre y cuando seamos conscientes y las superemos.


Las pruebas no son superiores a nuestras fuerzas.


Hay que saberlas superar, aprender y evolucionar.


Angeles C.M



                                                                 ***************************




                                                   LA OUIJA
 ------------------------------------------------------------- -------------------"Un interés trivial solo atraería a entidades poco “evolucionadas”, mientras que un interés noble y sincero que persiga un fin útil, podría generar un contacto con alguna entidad evolucionada”
            -----------------------------------------------------

El Espiritismo, defiende la realidad del mundo espiritual y la posibilidad de comunicación con el mismo. Aunque en los prolegómenos de este movimiento se utilizasen diferentes formas rudimentarias de comunicación con ese “más allá”, como las cestitas con lápices en su interior o las mesitas donde los asistentes a las sesiones colocaban sus manos produciendo éstas movimientos y sonidos; en todas ellas sería necesaria la intercesión de un medio o canal con el “más allá” al que denomina “Médium” y sin el cual no se produciría el fenómeno. En el caso de la Ouija, esta corriente de pensamiento admite dicha posibilidad, de modo que para que una sesión de este tipo pueda darse, es preciso que alguno de los participantes posea dicha facultad mediúmnica. Según el Espiritismo, los espíritus habitan en una “realidad vibracional” paralela a la nuestra, más “sutil” que les serviría de soporte y a la que bajo determinadas condiciones y por distintos mecanismos, aún por determinar, sería posible acceder. Hay que decir que este planteamiento no es en absoluto descabellado y puede encontrar apoyo en la física cuántica que actualmente se debate en el intento de describir la estructura de la realidad planteando hipótesis compatibles con dicha posibilidad. El Profesor Hipólito León Denizard Rivail más conocido como Allan Kardec después de estudiar los fenómenos de supuestas comunicaciones con los espíritus a través de los métodos antes referidos.          
      Publicó un tratado de estudio experimental sobre las mismas titulado “El Libro de los Médiums” donde se recogen toda la experimentación sobre este asunto. No solo fue el primer estudio serio en este campo, si no que marcó el inicio del estudio sistematizado de estos fenómenos desde un punto de vista objetivo y racional. Posteriormente se crearían sociedades e instituciones de prestigio internacional que siguieron trabajando en esta línea. Es el caso de la Sociedad de Investigaciones Psíquicas de Londres (S.P.R); la Sociedad Americana de Investigaciones Psíquicas (A.S.P.R.) o el Instituto Metapsíquico Internacional de París, instituciones todas ellas en la que prestigiosos científicos de cada época involucrada participaron y participan en investigaciones sobre el fenómeno mediúmnico.
    En cuanto a los peligros de la Mediumnidad en general y de la Ouija en particular, también el Espiritismo tiene algo que decir. Así algunos “psíquicos” y “médiums” experimentados afirman que si bien en algunos casos se puede contactar con verdaderos “espíritus”, las respuestas obtenidas provendrían de entidades en diferentes niveles de evolución intelectual, lo que tendría una relación directa con el interés y los fines perseguidos por los participantes. De este modo un interés trivial solo atraería a entidades poco “evolucionadas”, mientras que un interés noble y sincero que persiga un fin útil, podría generar un contacto con alguna entidad “evolucionada”. Es aquí donde radica el peligro, ya que las personas poco instruidas en la materia, con intereses triviales o con problemas psíquicos pueden ser un foco de atracción sobre el que espíritus poco evolucionados provoquen fenómenos de obsesión en distintos grados que pueden ir de la obsesión simple a la subyugación pasando por la fascinación, todas ellas disfunciones psicológicas de considerable gravedad. De este modo, el fenómeno mediúmnico vendría a ser para el investigador serio, lo que el laboratorio para el químico y por la misma razón que nadie que ignore las leyes de la Química osa adentrarse en la experimentación con reactivos, ninguna persona profana en asuntos de índole paranormal, debería jugar con dicho fenómeno.
- Rev. Al otro lado - 
Centro Giennense de Estudios Espíritas )

                                                          *****************************

                      
     
        A una mujer 

                     (Carta abierta) 

Amiga mía: Mucho me complace que mis escritos lleven a tu alma el convencimiento de que nuestra actual existencia es un capítulo, más o menos interesante, de nuestra interminable historia, cuyo prólogo lo escribimos en la noche del tiempo, y cuyo epílogo no lo escribiremos jamás. 

Me dices en la tuya: "Precisamente me habla usted de una cosa en la cual me he fijado durante el tiempo que vengo analizando cuanto me rodea.Sí, amiga mía; lo que me dice de las simpatías y antipatías, debo decirle que me he encontrado no una vez, sino varias veces, con personas tan antipáticas para mí, que me han hecho sentir una repulsión indescriptible, teniendo que emplear toda mi fuerza de voluntad para no aparecer orgullosa y mal educada, conociendo al mismo tiempo que mi antipatía no tenía razón de ser; reconociendo que aquellas personas estaban dispuestas a sacrificarse por mí en un caso extremo. En cambio, he sentido otras veces la imperiosa necesidad de crearme amistades con algunas personas que me atraían de un modo verdaderamente extraordinario; como me ha sucedido con usted, que me decidí a escribirle porque necesitaba mi alma relacionarse con la suya. ¿Por qué? No lo sé. ¿Usted lo sabe?" 

Sí, amiga mía, lo sé; tu Espíritu está sediento de luz y hambriento de verdad; y en mis escritos has encontrado algo de lo que tú necesitas. A ti no te hacen falta conocimientos científicos, ya los tiene tu Espíritu; lo que necesitas adquirir es sentimientos, esperanza, fe, pero no esa fe ciega que acepta todos los absurdos de las religiones porque están escritos en libros sagrados, no; la fe que debe iluminar tu inteligencia y tranquilizar tu ánimo, es la fe nacida de tu observación, de tus estudios sociológicos, de tus investigaciones analíticas; de tu modo de mirar todo cuanto te rodea, tienes que decir: Hemos vivido ayer y viviremos mañana. 

Hay que aceptar la existencia de Dios y Dios no puede haber hecho una cosa tan imperfecta, como es la existencia del hombre si no tuviera un pasado y un mañana. Este mundo es un valle de lágrimas, como dicen los católicos romanos en su Salve; no hay placer que no tenga el reverso del dolor, pues como decía muy bien Bartrina en su Silogismo: 

Si al ser feliz creo serlo 
sufro en mi dichoso estado, 
porque me hace desgraciado 
sólo el miedo de perderlo, 
y si estoy bien sin saberlo, 
pues no lo sé, no lo estoy. 
Así, mañana como hoy, 
ser feliz nunca podré, 
pues si lo soy no lo sé… 
si lo sé…ya no lo soy. 

Y este estado de zozobra, este temor y esta angustia, ¿puede ser la última palabra de Dios? ¡Imposible, absolutamente imposible! Cuando vemos un ser honrado, bueno, generoso, que se desvive por su familia y por todos los seres que le rodean en su vida social; que no siembra más que beneficios, y en cambio no recoge más que ingratitudes que envenenan su existencia, y que para ese veneno no hay antídoto, pues aunque dice un cantar: 

Le dije a un sabio doctor 
si curaba desengaños, 
y me respondió: Los años 
alivian algo el dolor. 

El alivio es tan leve, que se puede decir que las heridas de las ingratitudes nunca se cierran, sus bordes están entreabiertos y la sangre brota sin que el cauterio de la reflexión cierre la herida; y a esta lucha sin tregua, a este dolor incesante ¿se le puede llamar vidas? No; la vida tiene que ser más armónica, más dulce, más llena de satisfacciones y de lógicas esperanzas. El amor de los padres no puede ser un sacrificio continuo, sin tener más recompensa que la indiferencia de los hijos. 

El hombre tiene que reposar en los brazos de sus deudos, tiene que recoger la semilla que ha sembrado: su cosecha no puede ser siempre destrozada por el pedrisco de la ingratitud. ¿Había Dios de crear una raza de cocodrilos —como decía Dumas (padre)— que no hicieran otra cosa que devorarse los unos a los otros? 

No, amiga mía, no; cuantas más imperfecciones encuentres en los seres que trates, más debes convencerte de que estamos en la Tierra, como están los criminales en los presidios, sujetos a una condena más o menos larga, y así como muchos penados salen de las penitenciarías cuando han cumplido el tiempo de su castigo, así los terrenales salimos de la Tierra con una hoja de servicios más o menos manchada, pero salimos para volver más tarde a pagar nuevas deudas, hasta conseguir nuestra completa rehabilitación. 

Hazte siempre este cargo: no busques el convencimiento de la vida eterna del Espíritu en las comunicaciones de los seres de ultratumba, que en esto como en todas las manifestaciones de los invisibles, hay mucho que estudiar y mucho que desechar para no caer en el error de nuevas supersticiones. Bueno es buscar la comunicación de los Espíritus, porque una comunicación buena es un tesoro inapreciable, es un sol del infinito, es una fuente de agua divina que calma la sed de los sedientos pecadores; pero antes que evocar a los Espíritus, hay que adquirir el racional convencimiento de que nuestra actual existencia es la continuación de nuestra historia, razón por la cual encontramos tantas anomalías, porque los hechos responden muchas veces a causas desconocidas para nosotros; sembramos amores y recogemos desdenes; dispensamos protección y los protegidos nos crucifican, si pueden; nos sacrificamos por la humanidad y ésta premia nuestros desvelos con la burla y el escarnio y cierra los ojos y los oídos para no ver nuestros "inventos" ni oír nuestras palabras de esperanza y redención. 

Amiga mía: sigue estudiando en la humanidad, libro interesantísimo que siempre presenta nuevos episodios, y ten la íntima convicción de que algún lazo nos debe haber unido en otro tiempo, lazo que se reanuda hoy con nuestra mutua simpatía. 

Amalia Domingo Soler 
Extraído del libro "Los albores de la verdad"

                                                          **********************************


" Antes de negarte a la llamada de la Caridad, imagínate en lugar del que sufre "
- André Luiz -

                                     *****************************


                                 

                               UNA SONRISA

Una sonrisa no cuesta nada y produce mucho,  enriquece a los que la reciben sin empobrecer al que la da.

Ella no dura más que un instante, pero su recuerdo, a veces es eterno.

Nadie es bastante rico para no desearla, ni nadie es bastante pobre, para no merecerla.

Ella crea la felicidad en tu hogar, sostiene los negocios. Ella es el signo apreciable de la amistad.

Una sonrisa da descanso al ser fatigado y da coraje a los más cansados.

Ella no puede, ni comprarse, ni prestarse, ni robarse, ya que es una cosa que no tiene valor más que a partir del momento que se da.


Y si alguna vez, encontráis a  una persona que no sabe  sonreír, ser generosos, darle la vuestra, ya que a nadie le hace tanta falta una sonrisa como a aquel que no puede o no quiere darla a sus semejantes.

- Alborada Espírita Cristiana -

                                          **************************

                                      

  PRIMERAS LECCIONES DE MORAL DE 
                      LA INFANCIA. 

De todas las plagas morales de la humanidad, el egoísmo parece la más difícil de desarraigar; lo es además, de hecho, porque es alimentada por las costumbres mismas de la educación. Parece que se tomara a pecho el excitar, desde la cuna, ciertas pasiones que devienen más tarde en una segunda naturaleza, y se sorprende uno de los vicios de la sociedad, cuando los pequeños lo maman con la leche. He aquí un ejemplo que, como cada cual puede apreciar, pertenece más a la regla que a la excepción. 
Una familia conocida nuestra tiene una niña de cuatro a cinco años de edad, de una rara inteligencia, pero que tiene los pequeños defectos comunes a los niños mimados, es decir que es algo caprichosa, llorona, testaruda, y no siempre da las gracias cuando se le da alguna cosa, lo que sus padres tienen muy a pecho el corregir, ya que exceptuando esos defectos, según ellos, tiene un corazón de oro, expresión consagrada. Veamos como hacen para quitar esas pequeñas máculas y conservar la pureza del oro. 

Cierto día, le trajeron un pastel a la niña, y, como generalmente es costumbre, le dijeron: "Te lo comerás si te portas bien;" primera lección de gula. Cuantas veces no se dice, a la mesa, a un niño, que no comerá de tal dulce si llora. "Haz esto, haz aquello, le decimos, y tendrás crema" o cualquier otra cosa que le produzca deseo; y el niño se reprime, no por razonar, sino por satisfacer un deseo sensual que aguijoneamos. Es aún peor cuando le decimos, lo que no es menos frecuente, que daremos su porción a otro; ya no es solamente la gula la que esta en juego, es la envidia; el niño hará lo que le manden, no solamente por tener, si no también para que otro no tenga. ¿Queremos darle una lección de generosidad? Le decimos: "Dale esa fruta o ese juguete a tal"; si se niega, no dudamos en añadir, para estimular en el un buen sentimiento: "Te daré otro"; de manera que el niño solo se decide a ser generoso cuando está seguro de no perder nada. 
Fuimos testigo un día de un hecho característico en ese género. Se trataba de un niño de dos años y medio aproximadamente, a quien habían hecho semejante amenaza, añadiendo: "Se lo daremos a tu hermano pequeño, así no lo tendrás"; y, para tornar la lección más sensible, se puso la porción en el plato de aquel; pero el hermano pequeño, tomando la cosa en serio, se comió la porción. A la vista de ello, el otro se puso rojo, y había que ser el padre o la madre para no ver el estallido de cólera y odio que relampagueó en sus ojos. La semilla había sido arrojada; ¿Produciría buenos granos? 
Volvamos a la pequeña niña de la cual hablábamos. Como no se tomó en serio la amenaza, sabiendo por experiencia que raramente se ejecutaba, esta vez se actuó con más firmeza, porqué se comprendió que había que domar ese pequeño carácter, y no esperar que la edad le diese una mala tendencia. Hay que formar los niños desde temprano, se suele decir; máxima muy sabia, y, para ponerla en práctica, he aquí como se actuó. "Te prometo, le dijo su madre, que si no obedeces, mañana por la mañana, la daré tu pastel a la primera pequeña pobre que vea pasar." Dicho y hecho; esta vez se quiso ser serio y darle una buena lección. A la mañana siguiente pues, habiendo avisado a una pequeña mendiga de la calle, se le hace entrar, y se obliga a la pequeña hija a tomarla de la mano y a darle ella misma su pastel. A renglón seguido, loas a su docilidad. Moraleja: la pequeña niña dice: "Es igual, si hubiese sabido eso, me habría dado prisa en comer mi pastel ayer."; y todo el mundo a aplaudir una respuesta tan espiritual. La pequeña había, en efecto, recibido una fuerte lección, pero una lección del más puro egoísmo, de la cual sacará provecho en otra ocasión, porqué sabe ahora lo que cuesta la generosidad forzada; resta saber que frutos dará más tarde esa semilla, cuando, con más edad, la niña aplicará esa moral a cosas más serias que un pastel. ¿Sabemos que clase de pensamientos ha podido hacer germinar en esa joven cabeza ese sencillo hecho? ¿Cómo queremos, tras esto, que un niño no sea egoísta cuando, en vez de despertar en él el placer de dar, y de representarle la felicidad de aquel que recibe, se le impone un sacrificio como punición? ¿No es inspirarle aversión por el acto de dar, y por aquellos que tienen necesidad? Otra costumbre igualmente frecuente es la de punir un pequeño mandándole a la cocina a comer con los sirvientes. La punición no está en la exclusión de la mesa sino en la humillación de ir a la de la servidumbre. Así se halla inoculado, desde la más tierna infancia, el virus de la sensualidad, del egoísmo, del orgullo, del desprecio por los inferiores, de las pasiones, en una palabra, que son consideradas con razón las plagas de la humanidad. Hay que estar dotado de una naturaleza excepcionalmente buena para resistir a tales influencias, producidas en la edad más impresionable, y donde no pueden tener como contrapeso ni la voluntad ni la experiencia. Por poco pues que esté ahí el germen de las malas pasiones, lo que es el caso más común, visto la naturaleza de la mayoría de Espíritus que se encarnan en la Tierra, sin duda se desarrollará bajo esas influencias, en cuanto que habría que espiar las menores trazas, para extraerlo. 
La culpabilidad es sin duda de los padres, pero estos pecan a menudo, hay que decirlo, más por ignorancia que por mala voluntad; en muchos, hay incontestablemente una culpable despreocupación, pero en otros la intención es buena, es el remedio que no vale o es mal aplicado. Siendo los primeros médicos del alma de sus hijos, deberían ser instruidos, no solamente de sus deberes, más de los medios de cumplirlos; no es suficiente que el médico sepa que debe buscar la cura, es necesario que sepa como debe actuar. Si embargo, ¿donde están, para los padres, los medios de instruirse sobre esa parte tan importante de su tarea? Hoy en día se le dan a las mujeres muchas instrucciones; tienen que sufrir rigurosos exámenes, pero ¿cuando se le ha exigido a una madre que sepa como tiene que actuar para formar la moral de su hijo? Se les enseña las recetas de cocina; pero ¿se les ha iniciado en los mil secretos de la gobernación de los jóvenes corazones? Los padres son pues abandonados sin guía a su iniciativa, y es por ello por lo que tantas veces equivocan el camino; así recogen, en los extravíos de sus hijos ya mayores, el fruto amargo de su inexperiencia o de una ternura mal comprendida, y la sociedad entera sufre las consecuencias. 
Ya que está reconocido que el egoísmo y el orgullo son la fuente de la mayor parte de las miserias humanas, que en tanto reinen en la Tierra, no se puede esperar ni paz, ni caridad, ni fraternidad, hay pues que atacarlos en el estado embrionario, sin esperar a que cojan fuerza. 
¿Puede el Espiritismo remediar ese mal? Sin duda alguna, y no vacilamos en decir que el solo es lo suficientemente potente para hacerlo cesar: por medio del nuevo punto de vista en que hace enfrentar la misión y la responsabilidad de los padres; dando a conocer el origen de las cualidades innatas, buenas o malas; mostrando la influencia que se puede ejercer sobre los Espíritus encarnados y desencarnados; dando la fe inquebrantable que sanciona los deberes; en fin moralizando así mismo a los padres. Prueba ya su eficacia por la forma más racional con la que los niños son educados en las familias verdaderamente espíritas. Los nuevos horizontes que abre el Espiritismo hacen ver las cosas de una manera totalmente distinta; siendo su meta el progreso moral de la humanidad, deberá forzosamente arrojar luz sobre la grave cuestión de la educación moral, fuente primera de la moralización de las masas. Un día llegará en que se comprenderá que esta rama de la educación tiene sus principios, sus reglas, como la educación intelectual, en una palabra, que es una verdadera ciencia; También quizás un día, se le imponga a toda madre de familia la obligación de poseer esos conocimientos, como se le impone al abogado la de conocer el derecho .  
- Aportación de Juan Carlos Mariani-   

                                ********************


    

No hay comentarios:

Publicar un comentario