miércoles, 30 de noviembre de 2016

Pancho Sierra







                                                
                                                 LARVAS ASTRALES
                       

¿ Qué son  las “Larvas astrales”?
        La teoría de las Larvas astrales,  tiene su origen en las escuelas Teosóficas de Madame Helena Blavatski- teósofa, escritora y ocultista. Según la teosofía, las larvas astrales se producen cuando el espíritu desencarnado  en el más allá,  al cabo de un  tiempo,  se desprende de su cuerpo astral, el cual sin el espíritu que lo interiorizaba y le daba razón de existir, queda flotando en el ambiente como  una  energía inerte, pero capaz de  manifestarse  por sí misma, en otro lugar  o lugares al mismo tiempo, por lo que a este periepíritu  sin espíritu  o cuerpo astral vacío  se le ha llamado también “cascarón astral”, aplicando la imagen de un cascarón vacío de un huevo.
         Esta hipótesis no parece tener mucho sentido, porque la causa motora y existencial de los cuerpos (El Cuerpo Espiritual  y  el   Físico), es el Espíritu,  su única  razón de ser y  de que se  muestren  “vivos” y  actuantes.
       Sin el Espíritu que se manifiesta en ellos, estos cuerpos, serían algo así  como un cadáver astral de energía inconsciente y ¿muerta? (la energía no puede morir, solo puede transformarse); como si el Ser espiritual se cambiase de envoltura, desechándola para adquirir una nueva en la siguiente reencarnación, o  como  sucede en  las especies  animales que cambian cada año la piel o el pelo o plumas, viejos, por otros nuevos.  Pues imaginemos que esta envoltura se pudiese dividir en partes y estas se  pudiesen manifestar por separado como el Ser individual completo y  total del que proceden.  En este punto, parece ser que de nuevo se confunde el cuerpo vital de energía, que mantiene unidos los órganos físicos con los periespirituales, y que con la cesación de la vida, esta energía regresa a la masa común de éter o Prana,  quedando el Espíritu solamente con su periespíritu propiamente dicho, que también es energía, pero de otra clase más densa que el anterior. Así las evidencias en el estudio e investigación  del Ser espiritual y de sus manifestaciones mediúmnicas, apuntan  a que  existe una inseparabilidad entre las partes  de que se reviste el Ser espiritual que en sí mismo forma una unidad indisoluble con su periespíritu.
       La teoría teosófica de las “larvas astrales”, supone la presencia a nuestro alrededor de esas “larvas” que mantienen vida y existencia por sí mismas, con independencia de una Entidad espiritual que las gobierne. A pesar de tantos entusiastas del esoterismo y de lo misterioso, siempre dispuestos a aceptar ideas cuanto más disparatadas, mejor aceptadas, el caso es que hasta hoy  no está en absoluto demostrada por la Ciencia seria tal existencia fantasmagórica;  pero  sin embargo la manifestación de los espíritus con su presencia  espiritual completa, aunque ignorada hasta ahora , a propósito por los medios científicos y los de comunicación, que temen encontrar en todo lo que suene a espíritu o espiritual, una relación con los dogmas y cuestiones religiosos, de antemano rechazados por el materialismo y el ateísmo que lo rehúyen allá donde lo encuentren.
 Sin embargo, aunque también les causa cierta “urticaria”, sí que  se ven abocados a aceptar cada vez más, la realidad de la existencia de lo que llaman paranormal, o sea, alrededor de lo normal, siendo lo normal lo habitual, y estas realidades de la existencia de lo espiritual como entidades reales, sí que han sido demostradas  y registradas  muchas veces a lo largo de la historia por el Espiritismo y la Parapsicología.
     Por otra parte, las magníficas obras mediúmnicas que existen, tampoco apuntan a que hayan sido dictadas por “las partes” de un  Ser espiritual que así sería un autor incompleto, sino por un  Ser  completo con todos sus atributos.
      Sin embargo cuando hablamos de  las formas de energía  mental o psíquica , procedente de personas  de este mundo,  que las producen con sus pensamientos y sentimientos, sí  parece ser  cierto  y real  que se   crean de este modo unas formaciones de energía psíquica positiva o negativa que envuelve o acompaña  al ser  espiritual humano ( ideoplastias), y tienen una duración bastante limitada en el tiempo, dependiendo para ello  de la intensidad y fuerza mental  de su creador. Evidentemente cuando esta forma mental  o psíquica  deja de recibir  más alimento energético de su misma especie y de su mismo origen, se desintegra volviendo a formar parte de la infinita masa de energía psíquica o cósmica que nos rodea.
- Jose Luis Martín -

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"Buscando el bien de nuestro semejante, encontraremos el nuestro."
                                                   -Platón –




                                          
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Reflexión.- :  Sepamos agradecer al Señor los dones de que fuimos dotados. Dolor es aviso, obstáculo es medida de resistencia, desilusión es reajuste, contratiempo es lección. Si sabemos aceptarlos se nos transforman siempre en dispositivos para la obtención de una mayor felicidad. Eso ocurre, porque en la mayoría de las ocasiones, las decepciones no son nada más que oportunidades con el fin de que nuestras emociones se hagan respuestas en la órbita de nuestros deberes o para que nuestros razocinios se coloquen en la dirección de Dios

Chico Xavier (Emmanuel)

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La paradoja de nuestro tiempo... 

La paradoja de nuestro tiempo es que tenemos edificios mas altos y temperamentos mas reducidos, carreteras mas anchas y puntos de vista mas estrechos. Gastamos mas pero tenemos menos, compramos mas pero disfrutamos menos. Tenemos casas mas grandes y familias mas chicas, mayores comodidades y menos tiempo. Tenemos mas grados académicos pero menos sentido común, mayor conocimiento pero menor capacidad de juicio, mas expertos pero mas problemas, mejor medicina pero menor bienestar. 

Bebemos demasiado, fumamos demasiado, despilfarramos demasiado, reimos muy poco, manejamos muy rápido, nos enojamos demasiado, nos desvelamos demasiado, amanecemos cansados, leemos muy poco, vemos demasiado televisión y oramos muy rara vez. 
Hemos multiplicado nuestras posesiones pero reducido nuestros valores. Hablamos demasiado, amamos demasiado poco y odiamos muy frecuentemente. 

Hemos aprendido a ganarnos la vida, pero no a vivir. Añadimos años a nuestras vidas, no vida a nuestros años. Hemos logrado ir y volver de la luna, pero se nos dificulta cruzar la calle para conocer a un nuevo vecino. Conquistamos el espacio exterior, pero no el interior. Hemos hecho grandes cosas, pero no por ello mejores. 

Hemos limpiado el aire, pero contaminamos nuestra alma. Conquistamos el átomo, pero no nuestros prejuicios. Escribimos mas pero aprendemos menos. Planeamos mas pero logramos menos. Hemos aprendido a apresurarnos, pero no a esperar. Producimos computadoras que pueden procesar mayor información y difundirla, pero nos comunicamos cada vez menos y menos. 

Estos son tiempos de comidas rápidas y digestión lenta, de hombres de gran talla y cortedad de carácter, de enormes ganancias económicas y relaciones humanas superficiales. Hoy en día hay dos ingresos pero mas divorcios, casas mas lujosas pero hogares rotos. Son tiempos de viajes rápidos, pañales desechables, moral descartable, aventuras de una noche, cuerpos obesos, y píldoras que hacen todo, desde alegrar y apaciguar, hasta matar. Son tiempos en que hay mucho en el escaparate y muy poco en la bodega. Tiempos en que la tecnología puede hacerte llegar esta carta, y en que tu puedes elegir compartir estas reflexiones o simplemente borrarlas.
 Acuérdate de pasar algún tiempo con tus seres queridos porque ellos no estarán aquí siempre. 


Acuérdate de ser amable con quien ahora te admira, porque esa personita crecerá muy pronto y se alejará de ti. 

Acuérdate de abrazar a quien tienes cerca porque ese es el único tesoro que puedes dar con el corazón, sin que te cueste ni un centavo. 

Acuérdate de decir te amo a tu pareja y a tus seres queridos, pero sobre todo dilo sinceramente. Un beso y un abrazo pueden reparar una herida cuando se dan con toda el alma. 
Acuérdate de tomarte de la mano con tu ser querido y atesorar ese momento, porque un día esa persona ya no estará contigo. 

Date tiempo para amar y para conversar, y comparte tus mas preciadas ideas. Y siempre recuerda: 
La vida no se mide por el número de veces que tomamos aliento, sino por los extraordinarios momentos que nos lo quitan. 

George Carlin

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 NOTICIAS RECIENTES DE DIVALDO

PEREIRA FRANCO

DIVALDO FRANCO EN SOROCABA - 
São Paulo, Brasil, 16-11-2016. 

El Clube União Recreativo, en su sede Campestre, en Sorocaba, SP, recibió en la noche del 16 de noviembre de 2.016, a cerca de 4.200 personas dispuestas a escuchar a DIVALDO FRANCO. 

El acto fue organizado por la USE (União das Sociedades Espíritas do Estado de São Paulo), Intermunicipal Sorocaba. 

Ubicado en el escenario, Divaldo Franco dio comienzo a la disertación, abordando las causas que rigen el enorme sufrimiento relacionado con el comportamiento humano, en la actualidad, cuando el materialismo y el desprecio de los valores morales y éticos, asociados al ateísmo, tiranizan a una gran parte de la sociedad, a través de la imposición de sus valores transitorios y alienantes, como lo son el sexismo, el individualismo y el consumismo. 

Divaldo realizó, entonces, una resumida y brillante incursión por la historia de la humanidad, incluyendo la alusión a acontecimientos claves, que dieron como resultado el fortalecimiento de la filosofía materialista y ateísta. 

Divaldo aludió al Iluminismo, un movimiento cultural, que en el siglo XVIII procuró implementar el poder de la razón, a fin de reformar la sociedad y el conocimiento heredado de la etapa medieval, mediante la revelación de las incoherencias bíblicas. 

A partir de los ideales Iluministas, y en simultaneidad con una severa crisis, el pueblo se reveló, y el 14 de julio de 1789 -con la caída de la Bastilla-, comenzó la Revolución Francesa. 

Hastiados y oprimidos por la intolerancia religiosa y por los privilegios del clero, asociados a los pensamientos filosóficos materialistas, los revolucionarios trataron de imponer sus ideas, y Pierre Gaspard Chaumette (1763 –1794), un político francés que pertenecía al grupo de los ultra radicales, fanáticos que durante el período de la Revolución Francesa, definía a la religión como una reliquia de las supersticiones de la etapa medieval, que ya no correspondía a las conquistas intelectuales obtenidas por el Iluminismo. Chaumette consideraba a la Iglesia y a los enemigos de la Revolución Francesa como la misma cosa y, sustentado en su fanatismo, dio comienzo al movimiento de descristianización del pueblo francés. 

El auge de la imposición del pensamiento materialista y ateísta tuvo lugar en la Catedral de Notre Dame de París, el día 10 de noviembre de 1793, cuando se produjo la destrucción del altar de la catedral y la entronización de la diosa Razón (representada por la actriz Mademoiselle Candeille) en sustitución de Dios. A partir de entonces, en esa fecha comenzó a conmemorarse el Festival de la Razón. 

En 1801, Napoleón Bonaparte firma con el Papa Pío VII el acuerdo de restablecimiento de la religión, llevando de retorno a Dios hacia Francia, lo que se recuerda como Concordato de 1801. 

En 1804, mientras el emperador francés Napoleón Bonaparte invade otros países, para imponer su dominación, nacía en la histórica ciudad de Lyon, en la misma Francia de Bonaparte, Hippolyte Léon Denizard Rivail –más tarde conocido como Allan Kardec– quien representaba una luz, en la densa noche a la que se entregaba la humanidad. 

Mientras las terribles consecuencias de las guerras napoleónicas proseguían imponiendo sufrimiento, el joven Hippolyte Léon Denizard ingresaba en la escuela fundada por Henrique Pestalozzi en Iverdún, Suiza, y construía las bases del camino de Luz, que llegaría para socorro de la humanidad. 

Divaldo continúa ilustrando acerca del camino seguido por la filosofía materialista en el siglo XIX, con la aparición del Positivismo, con Auguste Comte (1798-1857). 

Freud, Nietzsche y el nihilismo, Karl Marx y la afirmación acerca de que la religión es el opio del pueblo, representan la culminación del pensamiento materialista ateísta. 

Guerras y revoluciones sangrientas predominan en el siglo XX, y el libertinaje en oposición a las costumbres morales –disfrazadas de libertad –empujan a la sociedad a la conquista de la nada existencial, en perjuicio de los valores trascendentales. 

La humanidad abarrotada de tecnología experimenta, no obstante, sufrimientos emocionales y morales que se reflejan en las inmensas multitudes de individuos depresivos. 

No obstante ello, el comportamiento pendular de la sociedad humana se desplaza una vez más, y comienza el retorno de los científicos y de las ciencias hacia Dios, minimizando las crisis superadas. 

Haciendo un contrapunto al ilusorio imperio materialista-ateísta, Divaldo cita al químico norteamericano y Presidente de la Academia de Ciencias de Nueva York, Dr. Abraham Cressy Morrison (1864–1951), que publicó un artículo en la prensa norteamericana titulado Siete razones por las que un científico cree en Dios (Seven reasons why a scientist believes in God). En ese artículo el Dr. Morrison –basado en la lógica de los descubrimientos científicos– enumera las razones que demuestran científicamente la existencia de Dios. 

A partir del conocimiento de la velocidad de rotación de la Tierra, de la distancia entre la Tierra y el Sol, del espesor de la capa de atmósfera que rodea a la Tierra, del ángulo de inclinación del eje vertical de la Tierra, de la existencia de la Luna, etc., el Dr. Morrison arriba a la conclusión en cuanto a que todo ha sido cuidadosamente pensado y construido, para que la vida en la Tierra fuese posible y, por consiguiente, ALGUIEN se ocupó de eso, cuidando todos los detalles. ¿Si no ha sido Dios –pregunta el científico– quién ha sido? 

Dios retorna a la lista de los razonamientos científicos, y el hombre deja de ser sólo un montón de átomos, de moléculas y de células, destinado a la tumba después de una breve existencia, para convertirse en el heredero del universo. No obstante, para que percibamos la presencia de Dios, es necesaria una condición: amar. 

Amar, como Jesús nos invitó a que lo hagamos, por ser Él el ejemplo más perfecto que Dios concedió a los hombres para que les sirviera de Modelo y Guía –según lo registrado por el evangelista Marcos en el capítulo 12, versículos 29 y 30: Amar a Dios por sobre todas las cosas, y al prójimo como a uno mismo. 

La tecnología y la ciencia ayudan, pero solamente el amor edifica en todo momento. 

Divaldo Franco concluyó su disertación despertando la emoción de todos los presentes, con la narración del tema del autor Felício Terra acerca de la vida de Leland Stanford Senior, de su esposa Jane Stanford y de su hijo Leland Stanford Junior (1868-1884) cuya muerte por un contagio de tifus -durante un viaje por Europa-, despertó en los padres la motivación hacia los temas trascendentales de la vida. 

Conmovida con los ejemplos de amor de su hijo Leland por las criaturas abandonadas y excluidas, alojadas en un orfanato que en cierta ocasión había visitado con su madre, el matrimonio Stanford comenzó a considerar la idea de convertir a los niños de California, en los niños de la familia Stanford. Con esa motivación, la pareja fundó la Universidad Stanford, cuyo nombre oficial es Leland Stanford Junior University. 

En esa emocionante anécdota vemos reflejada, una vez más, la aplicación de las recomendaciones del Maestro Jesús, en cuanto al amor incondicional a Dios y al prójimo. 

Divaldo concluyó la conferencia con el Poema de la Gratitud, que se derramó sobre todos, como un poderoso rayo de Luna. Agradecemos a Dios por todo lo que tenemos y somos. 

Fotos: Sandra Patrocinio 
Texto: Djair de Souza Ribeiro
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  NUEVA REFLEXIÓN.- :  En nosotros mismos está la causa primera del  mal y  los malos Espíritus no hacen sino aprovechar nuestros pensamientos viciosos, en los que nos entretienen para tentarnos. Cada imperfección es una puerta abierta a la influencia de ellos, porque nada pueden y renuncian a cualquier intento contra los Seres perfectos . Es inútil lo que podamos hacer para apartarlos, si no les oponemos una decidida e inabalable voluntad de permanecer en el bien y renunciar absolutamente al mal".
El Evangelio Según el  Espiritismo - Allan Kardec
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 Pancho Sierra 

 (  Un Sanador a través del agua) 


   Esta es la historia de un hombre simple, de campo, que llevó la palabra de Dios y la sanación espiritual a todos los necesitados, en nombre del Espiritismo. Su nombre, como una luz brillante, recorrió y sigue recorriendo la Argentina de norte a sur y de este a oeste. 

El despertar espiritual de Pancho Sierra 

Pancho Sierra, como cariñosamente se lo conoce, nació en la ciudad de Salto, Provincia de Buenos Aires, el 21 de abril de 1831. Sus padres don Francisco Sierra y de doña Raimunda Ulloa eran acaudalados estancieros. Fue allí, en el campo, donde encontró la energía de la naturaleza, manifestación divina, para su crecimiento espiritual y para su obra de servicio al prójimo. Veía al Padre en cada pájaro, en cada flor, en cada semilla lanzada al surco. Sentía latir la vida en cada amanecer y en cada atardecer. Toda la obra del Padre estaba delante de sus ojos y la loaba. Sentía el placer de saberse uno con el Todo. 

Estudió en Buenos Aires, como lo hacían todos los jóvenes de familias acaudaladas en la época, y luego volvió a su amado campo, donde cantaba el jilguero y se escondía la mulita. Allí había depositado el corazón. 

De su vida personal se sabe muy poco. Siempre la resguardó con esmero, como un tesoro personal. Sabemos que siendo muy joven se enamoró de una señorita muy hermosa, llamada Nemesia, pero que ese romance no prosperó. A partir de entonces, Pancho se volvió callado, meditativo, introvertido, y nunca se supo de otro amor. Se retiró a su estancia “El Porvenir”, situada entre Rojas y Pergamino, en la provincia de Buenos Aires. 

La obra benéfica de Pancho Sierra 


Su campo era famoso porque estaba lleno de familias que vivían allí, sin pagar un centavo. Su generosidad era magnífica y decía que todo pertenecía a Dios, no a los hombres. Cumplía con el mandamiento principal de amar al prójimo como a uno mismo, y a Dios por sobre todas las cosas. Era un discípulo del Cristo en medio de la pampa gaucha; un caminante de botas de cuero crudo; un terapeuta, en el real sentido de la palabra, que significa, “aquel que camina hacia Dios”. Era un obrero del Evangelio. 

Después de su desilusión amorosa, se dedicó a ayudar a los demás, sin límites. Se alejó de los ambientes frívolos y ricos, a los que pertenecía por su fortuna, y se dedicó al campo y a los humildes. Había encontrado su misión. Había encontrado la Palabra, el Camino y la Vida. 

Al final de su vida se casa con una señora viuda. Nadie supo más que eso de su vida personal, siempre rodeada de misterio y encerrada en sí misma. 

Como la mayoría de los hombres de campo, amaba la música de la guitarra, los versos gauchescos y los enormes mates. Dicen en los pagos que era un eximio músico y que los sonidos de su guitarra se escuchaban hasta entrada la noche, llevando la esperanza y la fe. 

Su aspecto físico era el de un hombre alto y fuerte, usaba una larga y sedosa cabellera blanca y gran barba. Parecía un patriarca. Vestía anchas bombachas de campo, impecables y planchadas; la riestra, con las monedas de plata incrustadas cuidadosamente en la cintura; un negro chambergo, ladeado a la izquierda del rostro y sus famosas botas de cuero. Era un gaucho. 

Su palabra era siempre dulce, sincera y reconfortante, pero firme y segura. Había algo en su tono que no dejaba dudas y hacía que todos se rindieran ante ella. 

El contacto de Pancho Sierra con el espiritismo 
Cuando leyó y adoptó como libro de cabecera el “Evangelio según el Espiritismo”, de Allan Kardec, lo recomendó a todos sus conocidos y aquellos que pedían sus sanaciones. Se vendieron más ejemplares que en ningún otro lugar de la provincia y más que el famoso “Martín Fierro” de José Hernández. Cuando iba a la capital, Buenos Aires, frecuentaba la Sociedad Espírita “Constancia”, la primera fundada en esa ciudad, y mantenía contacto con hombres ilustres de la época, como Cosme Mariño y el ingeniero Rafael Hernández (hermano del autor de “Martín Fierro”). 

Era socio de esa Sociedad Espírita. Allí conversaba y cambiaba ideas con los hombres del Espiritismo argentino, que veían en él a un gran sanador espiritual. Fue un gran divulgador de la doctrina de la Buena Nueva. 

La mediumnidad curativa de Pancho Sierra 

Se comunicaba con facilidad con el Mundo Invisible y se sentía unificado con la Naturaleza. Todo deviene de Dios y por lo tanto, todo está interconectado con todo y con todos. Él era uno más en la gran cadena de almas que formamos la gran familia universal. 

Se lo conoció como un “médium curador”, de los más famosos de su tiempo. La gente acudía por centenas a su estancia, haciendo largas filas, esperando una palabra amiga o una cura, que él siempre estaba dispuesto a practicar, en nombre de Jesús. Sus métodos de cura eran simples: solamente los pases y el agua fluidificada y, a veces, la sugestión de su palabra segura, firme y amigable. 

Asimismo, en otras oportunidades, usaba la imposición de manos. Hay una anécdota famosa de sus curas: Un día llegó un hombre en una carreta para pedir una cura, tenía las piernas paralizadas. Don Pancho, sentado a la puerta de su casa, tomando mate, lo vio llegar y le gritó: “¡Bájese, amigo!”. Todos lo miraron asombrados, ya que sabían que el hombre era paralítico. Pancho volvió a gritar: “¿A qué lo han traído? ¿A que lo cure? Entonces, ¡obedezca!” 

Pancho Sierra 

El hombre estaba asustado y lo miraba sin pestañar. Pancho lo alentó con palabras cariñosas pero seguras, y volvió a decirle que debía ir caminando hasta él. En un enorme esfuerzo, el hombre logró ponerse de pie y, como pudo, empezó a dar unos pasos. “¿Vieron?, dijo Pancho, ¡Ya está curado en nombre de Dios!” 

Pancho Sierra no solo curaba a personas sino a todos los animales que se le acercaban. Entendía que el amor no tiene fronteras ni nombres propios. Su amor se extendía a todo ser viviente. Era común ver a los paisanos llevando a sus vacas, caballos, perros o gatos enfermos, y hacer largas filas esperando la mano amiga que los sanaría. Don Pancho se comunicaba con el espíritu de los animales, hablándoles del amor de Dios y los hacía volver al estado de equilibrio, que es la salud. 

Lo llamaban el “doctor del agua fría” por ser éste su método preferido de cura. Sacaba el agua que fluidificaba del aljibe, frente a la casa. 

La querida Amalia Domingo Soler, desde España, lo admiraba mucho y siempre le mandaba algunas líneas escritas, dándole coraje para continuar con la labor sanadora. 

Fue duramente atacado por los médicos de su época, quienes lo acusaron de ejercicio ilegal de la medicina, pero él no respondía. Sabía que el Mundo Espiritual trabajaba a través suyo, en beneficio de los que necesitaban. Al mismo tiempo, fue querido y admirado por los humildes, que encontraban en este hombre a un amigo, curador y evangelizador. Sabía, también, que el futuro de la medicina estaría conectado con la espiritualidad del hombre y la correspondencia entre cuerpo físico, cuerpo periespiritual y Espíritu. 

Desencarnó el 4 de diciembre de 1891, en su estancia “el Porvenir”, fue sepultado en la ciudad de Salto. 

Dice Humberto Mariotti: “Todo individuo facultado mediúmnicamente, llamado a realizar una gran obra, no se reduce a una vida recoleta, pues de esa manera se tornaría en un ser anémico y carente de vitalidad espiritual”. 

La misión de Pancho Sierra 

La misión de Pancho Sierra fue despertar conciencias hacia la realidad espiritual. Curaba cuerpos y almas, enseñando la importancia de la fe y del conocimiento de la vida espiritual. Su obra a favor del Espiritismo fue muy importante porque llevó el conocimiento a las personas más humildes, más lejanas a las posibilidades de la cultura. 

Su nombre será siempre recordado con cariño y agradecimiento. Desde el Mundo Espiritual, continúa alentando y ayudando a todo aquel que acude a él. Su figura imponente de patriarca gaucho nos envuelve en su amor y con su ejemplo. 

Fuentes Consultadas: 
MARIÑO, Cosme. “El Espiritismo en la Argentina” 
MARIOTTI, Humberto. “Pancho Sierra y el Porvenir de la Medicina”. 
SCHULTE, Etel. “Fluidoterapia o vibraciones terapéuticas”.

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                   Mirarse uno mismo. 


Hablar el idioma del alma es difícil, mirar tus propios errores aún más difícil y mejor ni hablar sobre reconocerlos... 

Darnos cuenta de que otra persona está mal no cuesta nada, ver hasta el más mínimo error de la persona que tenemos en frente nos puede tardar menos de lo que creemos, criticar la vida, criticar al resto, criticar las cosas, criticar no cuesta nada pero ¿criticarnos? ¿Darnos cuenta de nuestros errores? eso si cuesta, mirarnos nosotros mismos puede ser el reto más difícil de nuestras vidas. 

Por ahí alguien una vez me dijo:"Los pasos para ser mejor son: mirarnos nosotros mismos, darnos cuentas de lo que está mal en nosotros, admitir cuales son nuestros errores, ver cómo solucionar estos errores y, finalmente, solucionarlos" Vaya que tenía razón, primero debemos ver cómo somos e identificar que está mal. 

Cuesta admitir como somos y muchos pueden quedarse atascados en "admitir cuales son nuestros errores" no basta solo con eso, puede ser muy complejo admitirlos pero es solo la mitad del camino, si sabemos que son errores debemos solucionarlos, solucionarlos conscientemente, más difícil aún. Pero la vida nos entrega puzzles difíciles, retos complejos y si los solucionamos te aseguro que habrá recompensa, recompensa de ser una mejor persona... Me atrevería a decir que eso es mucho más valioso que un reloj, un celular, un auto, una casa etc, es lo único que el fuego no se puede llevar, nuestra dignidad, nuestra cordura, nuestra moral. 

Hay mucha gente que solo se queda en palabras, hay gente que dice que hará algo y no lo hace, hay gente que espera sentada que alguien venga y le solucione la vida, hay gente que desde la misma silla grita a los demás sus aparentes defectos, hay gente que camina al revés por el camino de la vida terminando a parar en el inicio de todo para volver a iniciar bien, hay gente que cuando se mira al espejo no se ve a sí mismo, hay gente que se oculta tras una máscara de apariencias.... Dejemos eso. 

Ser nosotros mismos no puede ser tan complejo, y si en ese transcurso de cambiar hay gente que se aleja de ti es porque esos quienes no se han visto ellos mismos, quien te critica no se mira a sí mismo, quien te critica es porque quiere que veas lo peor de ti, que bajes tu autoestima y si ese quien quiere que la bajes es porque tu autoestima está en lo alto... No amarguemos nuestras vidas, dejemos que las otras personas, la gente pequeña (mi anterior publicación), dejemos que esas personas sigan retrocediendo hasta que se den cuenta de cómo son, hasta que se miren ellos mismos, hasta que entiendan que está mal y que está bien, hasta que la vida les dé a entender las cosas que ignoran... Sintámonos bien, somos seres humanos y podemos ser buenos si queremos, pero si no queremos podemos ser parte de la escoria a la que siempre crítico, los mediocres, tú decides.
( Procedencia de Viviana Gianitelli )

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