viernes, 23 de junio de 2017

La Psique dormida



PROGRAMA DE TEMAS PARA HOY:

- El Dios de Spinoza
- Nuestros hijos.
- Ilusiones y fantasía
-La psique dormida

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                                                                   Baruch de Spinoza

                                    EL DIOS DE SPINOZA

Cuando Einstein daba alguna conferencia en las numerosas universidades de USA, la pregunta que le hacían los estudiantes era: 

-¿Cree Ud. en Dios? 

Y él respondía: 

-Creo en el Dios de Spinoza. 

El que no había Leído a Spinoza se quedaba en las mismas… 

 Baruch de Spinoza fue un filósofo neerlandés considerado uno de los tres grandes racionalistas de la filosofía del siglo XVII, junto con el francés Descartes 

Este es el Dios o Naturaleza de Spinoza: 

Dios hubiera dicho: 

"Deja ya de estar rezando y dándote golpes en el pecho! Lo que quiero que hagas es que salgas al mundo a disfrutar de tu vida. 
Quiero que goces, que cantes, que te diviertas y que disfrutes de todo lo que he hecho para ti. 

¡Deja ya de ir a esos templos lúgubres, obscuros y fríos que tú mismo construiste y que dices que son mi casa. 
Mi casa está en las montañas, en los bosques, los ríos, los lagos, las playas. Ahí es en donde vivo y ahí expreso mi amor por ti. 


Deja ya de culparme de tu vida miserable; yo nunca te dije que había nada mal en ti o que eras un pecador, o que tu sexualidad fuera algo malo. 
El sexo es un regalo que te he dado y con el que puedes expresar tu amor, tu éxtasis, tu alegría. Así que no me culpes a mí por todo lo que te han hecho creer. 

Deja ya de estar leyendo supuestas escrituras sagradas que nada tienen que ver conmigo. Si no puedes leerme en un amanecer, en un paisaje, en la mirada de tus amigos, en los ojos de tu hijito... 
¡No me encontrarás en ningún libro! 
Confía en mí y deja de pedirme. ¿Me vas a decir a mí como hacer mi trabajo? 

Deja de tenerme tanto miedo. Yo no te juzgo, ni te crítico, ni me enojo, ni me molesto, ni castigo. Yo soy puro amor. 

Deja de pedirme perdón, no hay nada que perdonar. Si yo te hice... yo te llené de pasiones, de limitaciones, de placeres, de sentimientos, de necesidades, de incoherencias... de libre albedrío ¿Cómo puedo culparte si respondes a algo que yo puse en ti? ¿Cómo puedo castigarte por ser como eres, si yo soy el que te hice? ¿Crees que podría yo crear un lugar para quemar a todos mis hijos que se porten mal, por el resto de la eternidad? 
¿Qué clase de dios puede hacer eso? 

Olvídate de cualquier tipo de mandamientos, de cualquier tipo de leyes; esas son artimañas para manipularte, para controlarte, que sólo crean culpa en ti. 

Respeta a tus semejantes y no hagas lo que no quieras para ti. Lo único que te pido es que pongas atención en tu vida, que tu estado de alerta sea tu guía. 

Amado mío, esta vida no es una prueba, ni un escalón, ni un paso en el camino, ni un ensayo, ni un preludio hacia el paraíso. Esta vida es lo único que hay aquí y ahora y lo único que necesitas. 

Te he hecho absolutamente libre, no hay premios ni castigos, no hay pecados ni virtudes, nadie lleva un marcador, nadie lleva un registro. 
Eres absolutamente libre para crear en tu vida un cielo o un infierno. 

No te podría decir si hay algo después de esta vida, pero te puedo dar un consejo. Vive como si no lo hubiera. Como si esta fuera tu única oportunidad de disfrutar, de amar, de existir. 

Así, si no hay nada, pues habrás disfrutado de la oportunidad que te di. Y si lo hay, ten por seguro que no te voy a preguntar si te portaste bien o mal, te voy a preguntar ¿Te gustó?... ¿Te divertiste? ¿Qué fue lo que más disfrutaste? ¿Qué aprendiste?... 

Deja de creer en mí; creer es suponer, adivinar, imaginar. Yo no quiero que creas en mí, quiero que me sientas en ti. Quiero que me sientas en ti cuando besas a tu amada, cuando arropas a tu hijita, cuando acaricias a tu perro, cuando te bañas en el mar. 

Deja de alabarme, ¿Qué clase de Dios ególatra crees que soy? 
Me aburre que me alaben, me harta que me agradezcan. ¿Te sientes agradecido? Demuéstralo cuidando de ti, de tu salud, de tus relaciones, del mundo. ¿Te sientes mirado, sobrecogido?... ¡Expresa tu alegría! Esa es la forma de alabarme. 

Deja de complicarte las cosas y de repetir como perico lo que te han 
enseñado acerca de mí. 

Lo único seguro es que estás aquí, que estás vivo, que este mundo está lleno de maravillas. 

¿Para qué necesitas más milagros? ¿Para qué tantas explicaciones? 

No me busques afuera, no me encontrarás. Búscame dentro... ahí estoy, latiendo en ti". 

Spinoza

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                                               NUESTROS HIJOS......
                                                                             

Nuestros hijos nos han sido prestados por un pequeño tiempo, para cuidarlos y guiarlos. Cuando lleguen a adultos, debemos de tener la valentía de dejarlos libre para que sigan con su destino. Nunca debemos hacerlos sentir responsables de nosotros por lo que hicimos por ellos. Ya que esa fue nuestra obligación

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ILUSIONES Y FANTASÍA

¿Si usted fuese abordado por un vendedor de ilusiones y fantasías, le daría oídos? ¿Compraría sus productos?
Antes que usted responda, pensemos un poco sobre el asunto.
Cuando buscamos el placer en el placer ajeno, estamos viviendo de ilusiones y fantasías.
Cuando leemos revistas que exhiben personas bonitas, elegantes, famosas, deleitándose en paraísos de mentira, estamos buscando sorber el placer de esas personas como si estuviésemos en su lugar.
Hay revistas especializadas en crear un mundo maravilloso, del cual solo pueden formar parte las personas ricas, bonitas y elegantes, o, si no son bonitas, por lo menos deben tener estilo.
Y, en esas páginas que son maravillosamente ilustradas, compramos fantasías y sorbemos ilusiones y mentiras.
Cuando retratan a una mujer joven, bonita, en su quinto casamiento, estampando en el  rostro una sonrisa amarilla, simulando felicidad, no podemos imaginar que esa sea la realidad.
No hay persona que pueda, por más fría que sea, envolverse con varios cónyuges e hijos, y salir sin herir  o herirse.
Cuando un hombre, de más de 60 años, que acaba de dejar esposa e hijos se exhibe, fingiendo suprema felicidad, con una esposa de 25 años, no puede estar viviendo más que una fantasía.
¿O será que es posible construir la felicidad sobre los escombros de los otros, en cuyos corazones clavamos el puñal de la infelicidad y de la indiferencia?
Observaremos con atención los miles de esos vendedores de ilusiones y percibiremos sombras de in manifestada tristeza. Son las gotas de amargura brotando en las profundidades del alma vacia y sin esperanza.
Así, antes sumergirnos en el mar de las ilusiones aportando en islas de fantasías, reflexionemos si ese es el camino que nos conducirá a la felicidad real.
Busquemos, antes, ejemplos de dignidad y honradez. Tomemos, de preferencia, el barco silencioso del trabajo digno y vistamos  el cobre de la honestidad para que estemos seguros si por ventura el mar está revuelto.
No embarquemos en la canoa agujereada del “falsa factura” que no resiste los embates de las primeras ondas de la razón y del buen sentido.
Nos cuenta un amigo, que estuvo en Estados Unidos, que una señora rica y excéntrica poseía un coche que era su pasión.

Manifestó, en vida, el deseo de ser enterrada dentro del. Y así fue hecho.
Cuando murió, los hijos prepararon el cuerpo y colocaron en el interior del vehículo, enterrándolo conforme fue su deseo.
Pasado algún tiempo, ese amigo nuestro, que es médium, intrigado con aquel hecho, fue abordado por el Benefactor espiritual que le dijo con pesar:
Es, nuestra hermana que consiguió enterrar su cuerpo en un automóvil lujoso, más infelizmente, en el Mundo de los Espíritus ella está  a pies, dependiendo de la misericordia ajena.

Así acontece con muchos de nosotros que nos permitimos vivir de sueños que nunca se tornaran realidad.
Ahora ya tenemos elementos para responder a la pregunta inicial: ¿compraríamos ilusiones y fantasías?


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Quitémonos la venda de los ojos y despedacemos las lentes oscuras que nos impiden ver la claridad  real de la vida, promoviendo en nuestro programa de acción eficiente allá donde nos encontremos. Nada de ilusiones.
Redacción de Momento Espirita.


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                     LA PSIQUE DORMIDA

La humanidad siempre ha soñado, unas veces despierta y otras dormida, y esos ensueños producían imágenes que despertaban sentimientos, que iluminaban proyectos, susurraban ideas que emergían de lo más profundo del ser, o nos aterrorizaban con sus pesadillas. Los sueños siempre han visto sus orígenes envueltos en misterio y enigma. Se han intentado explicar como fantasías, residuos mentales, ilusiones fallidas, traumas, complejos todo cabe en ellos, todo eso lo revela y nada de ello nos satisface por completo, hasta podemos predecir el futuro en uno de ellos, pero, a pesar de todo, no hemos encontrado una explicación a lo que nos ocurre por las noches, sigue siendo un misterio. Sin embargo existen, no hay duda, y si existen tienen una causa. Nadie tiene el poder de decidir por nosotros qué es real y qué no, a menos que le entreguemos ese poder a otra persona sometiéndonos a su opinión. Las vivencias de nuestro mundo interior nos corresponden únicamente a nosotros juzgarlas, pero, al mismo tiempo, las difi cultades para darles una explicación coherente y plausible son muy grandes, pues es un campo humano que casi no se ha explorado y la ciencia carece todavía de herramientas apropiadas para esa labor. Las que ha utilizado hasta ahora para descubrir y someter el mundo exterior y que ha proporcionado tantos éxitos no son, con todo, útiles en este terreno del conocimiento, por eso si nos sometemos a los dictados de los sentidos aceptándolos como únicos intermediarios para la conquista del saber perderemos una fuente de información de grandísima importancia, ya que si aceptamos como real únicamente lo que impresiona nuestros sentidos, entonces, el origen principal de nuestra existencia individualizada: la psique, el pensamiento, las emociones y todos los procesos del ser interior, se convierten en irreales o en falsos. Esto no se sostiene en un debate inteligente. Como expuso el ilustre psiquiatra carl Gustav Jung el hombre es un ser histórico, nace en medio de un contexto de múltiples dimensiones, de tipo físico, cultural, temporal, etc. que lo condiciona, que lo limita y que debe conocer. Según el gran médico suizo nuestro consciente es un edifi cio que tiene por cimientos los conocimientos ancestrales de épocas remotas de la humanidad, todo nuestro pasado se encuentra en él, por eso afi rmó: “la verdadera historia del espíritu no se haya en los libros doctos, si no en el organismo vivo, anímico, de cada individuo”1 . El niño que nace no lo hace con la mente vacía, en tabula rasa, sino que viene con un patrón mental, un esquema psíquico que le es propio. Esto se demuestra fácilmente porque los niños desde la más tierna infancia tienen su propia personalidad, y esto las madres lo saben. Todos nosotros tenemos una historia que proviene de vidas anteriores, esta historia, sus victorias, sus derrotas, sus dolores y sus alegrías son conocimientos que al acumularse van cimentando nuestro yo vida tras vida y estos conocimientos pueden afl orar como imágenes e historias en forma de símbolos y mitos compartidos a través del inconsciente colectivo con una difusión universal. En cada una de las culturas del mundo encontramos su propia mitología, con héroes, mitos, leyendas y símbolos. En ellas se relatan las experiencias de personajes que conforman un patrón de comportamiento: “Si haces esto, te sucederá tal cosa”, a una causa sigue siempre un efecto, las historias representaban ejemplos prácticos para la población que constituían su guía educativa, los modelos a imitar o a reprobar. Los símbolos tienen muchas coincidencias entre los distintos pueblos, pero también encontramos diferencias notables de interpretación del mismo símbolo. Tomemos la fi gura de la serpiente; mientras que para los griegos antiguos era símbolo de conocimiento y sabiduría, en los países católicos, debido a su ascendencia hebrea en lo religioso, representa al mal, la serpiente es la personifi cación del demonio. Recordemos que el símbolo de la medicina heredado de los griegos es una serpiente enroscada en un bastón. Está claro que no representa el mismo signifi cado que la serpiente de Adán y Eva. En sus investigaciones Gustav Jung siempre trató a sus pacientes desde la premisa que las experiencias presentadas - sueños, delirios, alucinaciones, visiones, etc.- eran reales, sin importar que fueran creaciones psicóticas, neuróticas o esquizofrénicas. Por su experiencia personal y profesional descubrió que los sueños contenían mensajes que de ser comprendidos y explicados le ayudarían a solucionar el confl icto de sus pacientes. Para Jung los sueños son la frontera entre el mundo del consciente y el del inconsciente, el mundo suprasensible, donde el tiempo y el espacio carecen de dimensión. En esta región psíquica las imágenes y los símbolos son la fuente de información que nos señala donde está el confl icto que origina la dolencia, el complejo o el desajuste mental, o también donde podemos encontrar la solución al problema que nos acucia. Estaba convencido que a través de los sueños podemos encontrar soluciones a nuestros problemas, podemos hallar las respuestas que tienen su origen en el inconsciente y que son interpretados mediante imágenes que siguen un patrón, un código, relacionado con la mitología y los arquetipos, de forma que nuestra mente consciente pueda llegar a interpretar el mensaje. De todo esto se dio cuenta Gustav Jung cuando tras leer la novela Fausto, de Goethe, tuvo el llamado “sueño de la conciencia”* en el que se le presentaron imágenes simbólicas tradicionales: El protagonista se ve en pleno huracán luchando por conservar una pequeña luz encendida mientras es perseguido por una gran sombra. El simbolismo es muy claro, pero hacen falta unos conocimientos previos que hoy en día, mayoritariamente, se han perdido, ¿Qué es la luz? ¿Qué representa la sombra? ¿Por qué luchamos contra el huracán? El Espiritismo nos permite observar desde otra óptica aún más profunda el estudio de los sueños, asunto tratado en “El Libro de los Espíritus” en las preguntas de la 400 a la 412 donde nos distingue el dormir como descanso del cuerpo físico y el soñar como la actividad que realiza el espíritu durante ese descanso físico. El espíritu desprendido del cuerpo obtiene mayor libertad y se comunica con los seres que aprecia, mas el cuerpo no participa de esa experiencia y es por eso que retiene con gran difi cultad esas impresiones, una vez reincorporado y despierto. Gracias a la mediumnidad de Francisco cándido Xavier podemos obtener información más precisa de lo que ocurre, de forma genérica, durante el sueño. Tenemos un buen ejemplo en el libro “Los mensajeros”, dictado por el espíritu André Luiz, en el capítulo 38, en el que una joven desprendida de su cuerpo durante el sueño, va a visitar a su abuela, desencarnada ya hace un tiempo y que reside en la colonia espiritual Nuestro Hogar1 . Veamos el texto: –Nieta –exclamaba la anciana, en tono firme–, no des tanta importancia a los obstáculos. Olvida a los que te persiguen y no odies a nadie. Conserva tu paz espiritual, por encima de todo. Tu madre no te puede ayudar ahora, pero cree en la continuidad de nuestra vida. Abuela no te olvidará. La calumnia, nieta, es una serpiente que amenaza el corazón; pero, si la encaramos de frente, fuertes y tranquilas, veremos, en poco tiempo, que la serpiente no tiene vida propia. Es una víbora de juguete que se quiebra como el vidrio, por el impulso de nuestras manos. Y, vencido el espantajo, en lugar de la serpiente, tendremos con nosotros la flor de la virtud: ¡No temas, querida! ¡No pierdas la sagrada oportunidad de testimoniar la comprensión de Jesús!… La joven señora no respondía, pero sus ojos semilúcidos estaban llenos de lágrimas. Demostraba en el gesto vago una consolación divina, recostada en el pecho cariñoso de la devota anciana. La explicación de cómo es percibido e interpretado el “sueño” es muy interesante: –Esta hermana, ¿se acordará de todo, al despertar en el cuerpo físico? –pregunté, intrigado, a nuestro orientador. Aniceto sonrió y aclaró: –Siendo la abuela superior y ella inferior, y, examinando la condición de los planos de vida en las que ambas se encuentran, la joven encarnada está bajo el dominio espiritual de la benefactora. Por lo tanto, existe entre ambas una corriente magnética recíproca, pero, donde se destaca que la abuela amiga es poseedora de una ascendencia positiva. La nieta no ve el ambiente con precisión, ni oye las palabras integralmente. No olvidemos que el desprendimiento en el sueño físico vulgar, es fragmentario y que la visión y la audición, peculiares al encarnado, se encuentran también restringidas en él. 1 Véase “Nuestro Hogar”, Psicografía de Fco. Cándido Xavier, por el espíritu André Luiz. Pues, el fenómeno, es más de unión espiritual que de percepciones sensoriales, propiamente dichas. La joven está recibiendo positivas consolaciones, de Espíritu a Espíritu. No se acordará, despertando en los velos materiales más groseros, de todos los detalles de este venturoso encuentro que acabamos de presenciar. Pero, despertará valerosa y bien dispuesta, sin poder identificar la causa de la restauración del buen ánimo. Dirá que soñó con la abuela en un lugar donde había mucha gente, sin recordar las concreciones del hecho, agregando que vio, en el sueño, a una cobra amenazadora, que después se transformó en serpiente de vidrio, quebrándose al impulso de sus manos, para transformarse en flor perfumada, de la cual conserva aún el recuerdo agradable del aroma. Afirmará que soberano consuelo le invadió el alma y, en el fondo, comprenderá el mensaje consolador que le fue concedido. – ¿No se recordará de las palabras oídas? –indagó Vicente, curioso. –Necesitaría haber adquirido profunda lucidez en el campo de la existencia física –prosiguió Aniceto, explicando– y debo aclarar que recordará las imágenes simbólicas de la víbora y de la flor, porque está en relación magnética con la venerada abuelita, recibiendo su emisión de pensamientos positivos. La benefactora no sólo habla. También está pensando con fuerza. Pero la nieta no está oyendo o viendo por el proceso común, está percibiendo claramente la creación mental de la anciana amiga, y dará exacta noticia de los símbolos entrevistos y archivados en la memoria real y profunda. De ese modo, no tendrá dificultades para informarse en cuanto a la esencia de lo que la bondadosa abuela desea transmitirle al corazón sufridor, comprendiendo que la calumnia, cuando hiere una conciencia tranquila, no pasa de serpiente mentirosa, transformándose en flor de nueva virtud, cuando es enfrentada con el valor de un coraje sereno y cristiano. Durante la emancipación del espíritu, como en la vida diaria, nos movemos por afinidades y gustos, y nos dirigiremos libremente allí donde deseemos estar. Debemos señalar que dependiendo de nuestro nivel de conocimiento espiritual nos permitiría entender mejor las vivencias oníricas. No todos recordamos por igual situaciones similares y un mayor despertar espiritual nos ayuda a comprender mejor los sueños y participar en ellos de una forma más consciente. 
   En El libro de los Espíritus, en la pregunta nº 402 podemos leer: “Los espíritus elevados llevan una vida paralela durante el sueño y al acabar su existencia corporal prosiguen con ellos o los encuentran ya acabados”. carl Gustav Jung expandió los límites del conocimiento psíquico, abriendo las puertas a nuevas investigaciones, entregando a sus seguidores una base muy sólida creada con sus observaciones y estudios psicológicos, deducidas de forma magistral a partir de dos premisas: 1. El hombre vive en dos vertientes; el mundo interior, experimentado a través de la psique, del pensamiento, de los sueños, de las fantasías, y el mundo exterior, el que registramos a través de nuestros sentidos. 2. Tanto uno como otro son reales y necesitamos conocerlos y comprenderlos en profundidad para alcanzar el equilibrio. Las experiencias ya vividas de existencias pasadas permanecen ocultas en nuestro inconsciente y pueden afl orar en ciertos momentos para auxiliarnos, para ayudarnos a comprender lo que nos ocurre y por qué nos ocurre, por medio de los sueños, de fantasías o de intuiciones que parecen surgir de la nada, cuando realmente tienen su fuente en nuestro mundo interior. Si desconocemos estos hechos podemos perder el sentido real de la vida y caer en la desorientación. El Espiritismo basa su propuesta en la concienciación de la construcción del mundo interior del individuo por medio de múltiples vidas, siguiendo los dictados éticos y morales inscritos en nuestro Yo eterno. Espíritus de gran dimensión moral, ejemplos vivos de vida recta y digna, descienden hasta la superfi cie de este planeta para acompañarnos durante un trecho del camino e iluminar nuestras conciencias. También desde el mundo espiritual nos hablan y nos cuentan La historia de la Humanidad, de cómo el hombre cae una y otra vez pero se vuelve a levantar empujado por su coraje y por librarse del dolor que le afl ige. Las civilizaciones aparecen, se expanden, dominan y se desmoronan en ciclos que no se detienen, abarcando siglos y más siglos. Los países se renuevan, las ciudades se reedifican, las ciencias se reinventan; pero el Hombre, sólo ante su conciencia, sigue siendo el mismo, ahogado por su propia codicia, avaricia y egoísmo. El hombre ha abandonado sus mitos ancestrales, acumulados tras largos siglos de experiencias, los ha desechado como material inútil y ahora descubrimos que en ellos está la clave de nuestro mundo interior. Sin esta clave no podemos acceder al caudal de información que emite nuestro inconsciente durante el sueño, nos estamos perdiendo una parte muy importante de nuestra vida, aunque en nuestra sociedad, de todas formas, la vida interior está infravalorada, cuando no totalmente ignorada o rechazada, y sin ese contrapeso el hombre se centra únicamente en las sensaciones y la vida material, teniendo como resultado un ser humano fragmentario, incompleto. ¿Podrá un sueño lograr el milagro de ese cambio interior tan necesario? *El huracán que Jung debía enfrentar eran las difi cultades de la vida que amenazaban con extinguir la luz, que, a su vez, representa el conocimiento personal, el mayor y único tesoro que poseía, una luz pequeña y frágil frente al poder de las inmensas tinieblas, pero una luz, su propia luz. La sombra es producida por la luz que la proyecta en la niebla, es el pasado que le persigue y le amenaza, su personalidad de vidas pasadas, de la que Jung era plenamente consciente. 

Jesús Valle y Marina Castells
                     
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