Sumario:
- El olvido del pasado es el reflejo de nuestro presente
-De la finitud del tiempo...
-Qué es más importante, la sabiduría o el amor?
-¿ Que son las obsesiones intermitentes?.-
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EL OLVIDO DEl PASADO ES EL REFLEJO DE NUESTRO PRESENTE
A principios del siglo pasado, unos hombres y mujeres, con hondas convicciones, llevaron al movimiento espírita español a ser el más representativo del mundo. No en vano, fue en Barcelona en 1888 donde se realizó el "I Congreso Espírita Internacional". Se trataba de persona instruidas o con el verdadero deseo de ser instruidas, que preñaban la geografía española con múltiples revistas especializadas y publicaciones diversas.
Había un sincero deseo de cambio, de instaurar ideas progresivas y renovadoras. El espiritismo que esta gente pregonaba estaba a la par de la idea más revolucionaria del momento, sabiendo aunar por un lado el lado científico con el espiritual. Muchos intelectuales del momento se interesaron por las ideas filosóficas de esta doctrina, tan similares en algunos puntos al sistema del filósofo alemán Krause.
Famosa es también la quema de libros en 1861 ante el puerto de Barcelona, último Auto de Fe de la Iglesia Católica en nuestra tierra. Ante la impasible mirada de muchos espíritas, pero que tuvo el reverso de hacer que los legos se interesaran por el contenido de aquellos libros y panfletos incendiados.
Son muchos los nombres de aquellos primeros espiritistas españoles, que el olvido ha lastrado, pero cuyo espíritu y energía no pasaron desapercibidos para una época.
Hoy en pleno siglo XXI nos llegan lejanos los ecos de algunos nombres: Amalia Domingo Soler, «la cantora del espiritismo», la mejor escritora espírita en palabras del filósofo Mario Méndez Bejarano, que dedicó un capítulo entero al movimiento espírita español en su obra Historia de la filosofía (1929). Buena parte de su obra ha corrido mejor suerte que la del resto de sus compañeros. Obras como: Memorias del padre Germán, Te perdono, Ramos de violetas (poesías reunidas), o sus Memorias; dan muestra de su hondo sentimiento, de la delicadeza de su espíritu, su lucha constante y su entrega por divulgar el mensaje de amor y esperanza que los espíritus brindaban desde el más allá. Su labor más importante estuvo en la dirección de la revista La luz del Porvenir (1879-1899), donde podía llegar a los lectores de menos poder adquisitivo, a los verdaderos sedientos de consuelo, llegándose a distribuir por las cárceles; y a cuya redacción solían escribir personas deseosas de esclarecimientos sobre diversas situaciones relacionadas con el mundo de los espíritus. En dicha revista se solían también poner al día sucesos de la época o situaciones de cierto carácter costumbrista, donde guiada por los mentores espirituales, Amalia anotaba las respuestas y comunicaciones que la médium de sus trabajos realizaba.
El periódico era antes de la aparición de la radio, la televisión o Internet, el verdadero órgano comunicador que aglutinaba masas. No en vano las novelas se solían publicar por entregas en ellos, antes de pasar a la imprenta formando un tomo.
Una selección de dichos artículos fue confeccionada por el centro espírita "La luz del Camino de Orihuela" en seis tomos publicados progresivamente.
Si quitamos a Amalia, el espírita medio aún ha podido disfrutar de la lectura de otro gran clásico: La guía práctica del espírita de Miguel Vives i Vives. Bella obra moral, que eleva el sentimiento. Y… deje usted de contar.
Sabrá nombres, pero no habrá leído nada de ellos. Incluso ignorará el nombre de otros que fueron de una importancia capital para la divulgación del conocimiento espírita en España. Traductores a la sombra, cuando no se estilaba tanto anotar quién la realizada, editores ocultos bajo el paso del tiempo y hombres de ciencia seriamente interesados en el estudio de los fenómenos psíquicos de los médiums.
Si hubo un hombre preocupado por la divulgación ese fue el Vizconde de Torres y Solanot. Si hubo un introductor del espiritismo en España ese fue José María Fernández Colavida, al que se llama el Kardec español. Si tenemos un erudito en filosofía, Krausista hasta las cachas y profesor universitario, ese es Sanz Benito. Si tuvimos un médico investigador del fenómeno psíquico ese fue Víctor Melcior. Y tuvimos un gran médium de efectos físicos: Huelbes Temprado. Pero si tenemos múltiples obras venidas de fuera de nuestro país (Francia, Inglaterra, Alemania, Estados Unidos, etc.) ante todo se lo debemos a Esteva Marata y Quintín López. Gran olvidado el primero de ellos, que desde la casa editorial Maucci nos legó tan importante labor, en una época donde saber idiomas no era habitual.
El movimiento espiritista a finales del siglo XIX y principios del pasado, era un hervidero de inquietudes. Nunca la palabra «movimiento» tuvo más sentido que en aquella época gloriosa, de la cual apenas nos queda un vago recuerdo. Lejos queda ya aquella tentativa en 1873 de llevar a las facultades de Filosofía y Letras y de Ciencias, el estudio del espiritismo como parte de la formación universitaria.
¿Hacia dónde queremos ir?
Si la sensación latente es incompleta, es porque incompleta es la situación en la que estamos los espíritas españoles en particular y del mundo espírita en general, pues España fue una auténtica pionera en la doctrina de Allan Kardec, cuyo legado es un deber recuperar. Todavía laten con viveza aquellas palabras llenas de sincera emoción, que nos trasportan a planos más sublimes del sentimiento, palabras del plano espiritual que conservan toda su fuerza y vitalidad en pro de nuestra evolución espiritual.
Jesús Gutiérrez Lucas
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De la finitud del tiempo...
Aureci Figueiredo Martins
Sabemos todos que el tiempo pasa muy pronto cuando estamos mentalmente concentrados e que, cuando estamos desocupados, el aparenta arrastrarse, ¿no es así?
Pues bien, es esta la subjetividad del tiempo a la que me refiero.
Tengo claro que, en la medida en que aumentamos nuestra capacidad de concentración mental, el tiempo va disminuyendo para nosotros. O sea, vamos eliminando el tiempo en el transcurso de la elevación vibratoria progresiva de nuestros pensamientos y sentimientos, determinada por el acumulo de conocimientos e aptitudes adquiridos en nuestra ya multimilenaria excursión educativa por los diferentes reinos de la Naturaleza.
Tal expansión de la consciencia, intelecto-moral, nos da oportunidad de profundizar mentalmente, e cada vez mas fundo, en las cuestiones transcendentes a los aspectos materiales de la vida.
En otras palabras, con la siempre creciente aceleración de nuestras vibraciones psíquicas, aun que el tiempo continúe siendo lo que siempre fue, nosotros lo percibiremos cada vez mas diminuto, mas corto, mas escaso...
Es bueno recordar que, según Einstein, el tiempo es solamente un derivado del movimiento de las cosas materiales. Es por eso que la dimensión temporal no existe en los planos eternos, habitados por los espíritus elevados que ya pasaron, en el tiempo, por las condiciones existenciales en que hoy nosotros estamos, puesto que no hay seres privilegiados en la Creación Divina.
Para ellos, para los altísimos padrones vibratorios que pulsan, los siglos son como, para nosotros los días. Y, al contrario de lo que pensábamos en nuestra infancia espiritual, la eternidad no es la sucesión interminable del tiempo; es la ausencia de las dimensionalidades materiales, entre ellas, ¡El tiempo!
Y cuando, por fuerza de la divina ley de evolución continua e infinita de los seres, merezcamos vivir en las dimensiones espirituales puras, ya no tendrán sentido para nosotros palabras como "futuro" y "pasado", pues estaremos viviendo el eterno presente.
Habremos, entonces, alcanzado el "fin de los tiempos" (fin = finalidad), y podremos entender la promesa de Jesús de que permanecerá con nosotros hasta el final de los tiempos, o sea, mientras necesitarnos del condicionamiento espacio-temporal, en el cual ahora hacemos practicas en las sucesivas reencarnaciones.
Tengamos presente, todavía, que la eliminación definitiva del tiempo es una perspectiva longitudinal en nuestro destino espiritual. Por ahora, nos solo nos cabe aprovecharlo bien en la educación de nuestros pensamientos y sentimientos con vistas a la superación gradual de la animalidad ancestral que todavía nos ata a la costra de este planeta.
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¿ QUE ES MÁS IMPORTANTE, LA
SABIDURÍA O EL AMOR ?
Un compañero nos preguntó si era más importante
al espíritu encarnado la caridad
(el amor) o la intelectualidad (sabiduría). Para
esclarecerlo procuramos tomar informaciones en
las fuentes del saber emmanuelino. Le dije que
ante las perspectivas del crecimiento espiritual,
la caridad (sentir) es sobradamente más importante,
en la esencia, que la inteligencia (saber),y
no obstante necesitamos de las dos alas (amor
y sabiduría) para alcanzar los vuelos rumbo al
excelso destino luminoso. En realidad, el sentimiento
y la sabiduría son las dos alas con las que
el alma se elevará hacia la perfección infinita; las
dos son clasificadas como adelantamiento moral
y adelantamiento intelectual; ambos son imprescindibles
para el progreso, siendo justo, sin
embargo, considerar la superioridad del primero
(sentimiento) sobre el segundo (sabiduría), por
cuanto, “la Parte intelectual sin la moral puede
ofrecer numerosas perspectivas de caída, en la
repetición de las experiencias, mientras que el
avance moral nunca jamás será excesivo, representando
el núcleo más importante de las energías
evolutivas.”
En verdad, nuestra capacidad intelectual es
demasiadamente corta, cara a los elevados poderes
de la personalidad espiritual, independiente
de los lazos de la materia.
Según Emmanuel,
“los enlaces de la encarnación hacen el papel de
cables de la luz sobre todas las conquistas anteriores
del Espíritu reencarnado. En esa sombra
reside el acervo de vagos recuerdos, de vocaciones
innatas, de numerosas experiencias, de
valores naturales espontáneos, al que llamamos
sub consciencia. Más allá de eso, la incapacidad
intelectual del hombre físico tiene su origen en su
propia situación, caracterizada por la necesidad
de pruebas amargas.”
Los valores intelectuales en la Tierra, actualmente,
sufren la vergüenza de todas las fuerzas
corruptoras de la decadencia. “La actual generación,
que tantas veces se entregó a la jactancia,
atribuyendo a si misma las más altas conquistas
en el terreno del raciocinio positivo, operó
los más vastos desequilibrios en las corrientes
evolutivas del orbe, con su injustificable divorcio
del sentimiento.” Es por ese deseo que notamos
en el escenario político-social-económico de la
Tierra las aberraciones, los absurdos teóricos, los
extremismos estableciendo la inversión de los
valores. “Excesivamente preocupados con sus
extravagancias los misioneros de la inteligencia
cambiaron su labor junto al espíritu por un lugar
de dominio, como los sacerdotes religiosos que permutaron la luz de la fe por las previsiones tangibles
de la situación económica.”
Entretanto, es imprescindible reconocer que
hay una tarea especializada de la inteligencia en
el orbe terrestre, sobre todo para los que reciben
la delegación bendecida, en luchas expiatorias o
en misiones santificantes, de ampliar la buena
tarea de la inteligencia en beneficio real de la
colectividad.
Es urgente, con todo, la vigilancia
constante, pues, “el destaque intelectual, muchas
veces, oscurece en el mundo la visión del espíritu
encarnado, conduciéndolo a la vanidad injustificable,
donde las intenciones más puras quedan
aniquiladas.”
Otro aspecto que debemos reflexionar es si
debemos, en nombre del Espiritismo, buscar los
intelectuales para la comprensión de sus deberes
espirituales. Emmanuel nos responde a esa
cuestión de una forma categórica: “provocar la
atención de los otros con la intención de regenerarlos,
cuando todos nosotros, aun mismo los
desencarnados, estamos en función de perfeccionamiento
y aprendizaje, no parece justo, porque
estamos aun con un deber esencial, que es el de
la edificación de nosotros mismos.
En la labor
de la Doctrina, hemos de convenir que el Espiritismo
es el Cristianismo redivivo por el cual
precisamos ofrecer el testimonio de la verdad,
dentro de nuestro concepto de relatividad, todo
el fundamento de la verdad de la Tierra está en
Jesucristo.”
La Tercera Revelación triunfa por sí, sin la
concurrencia de las flacas posibilidades humanas.
Nadie deberá procurar a los intelectuales
suponiéndose elemento indispensable para su
victoria. Emmanuel alerta que “el Espiritismo no
necesita de determinados hombres (intelectualizados)
para consolar e instruir a las criaturas,
desprendiéndose que los propios intelectuales del
mundo son los que deben buscar, espontáneamente,
en la fuente de conocimientos doctrinarios, el
beneficio de su iluminación.”
Querido hermano, recordemos que los hombres
sencillos, iletrados, humildes, que “pasan la
vida entera, trabajando al Sol en el cultivo de la
Tierra, fabricando pan sabroso de la vida, tienen
más valor para Dios que los artistas de inteligencia
viciada, que no hacen otra cosas sino perturbar
la marcha divina de sus leyes. Por tanto, que
la expresión de intelectualidad es muy valiosa, no
hay duda, más no puede prescindir jamás de los
valores del sentimiento en su esencia sublime.
- Jorge Hessen-
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¿ Que son las obsesiones intermitentes?
“Si por un momento pudiésemos ver los millares de espíritus que acuden a los antros de perversión, si viésemos esos tristes cuadros de corrupción, ese intercambio monstruoso entre encarnados y desencarnados; si fuésemos testigos de los hechos horribles que se producen en estos sitios,lugares infernales y de intercambio con las tinieblas, con toda seguridad quedaríamos horrorizados y huiríamos, para no volver jamás.”
Juan Luis Sánchez -
Esta clase de obsesiones, constituyen una de obsesión que por su modo de manifestarse suelen pasar generalmente desapercibidas, por eso son más graves que otras clases de obsesiones porque raramente llaman la atención gracias a sus sutilezas y características especiales.
Unas veces se presentan de modo voluptuoso y destructivo, y después desaparecen por completo, volviendo todo a una aparente normalidad.
Sus víctimas experimentan las incursiones crueles de sus obsesores, viviendo constantemente bajo una “Espada de Damocles” que en cualquier momento les puede destruir la paz, la salud y hasta la vida.
Los que sufren estos periodos agudos y violentos, pasan luego por otros de optimismo y hasta de realizaciones edificantes, para de repente, derrapar de nuevo en pasiones sórdidas, depresiones sin causa aparente, o exaltaciones a la violencia.
Durante la incidencia de los ataques sufridos, los obsesados llegan al borde de la locura, perdiendo la capacidad de discernir y la lucidez, mostrando entonces comportamientos extraños, actitudes sorprendentes y estados desequilibrados del alma. Esto sucede porque sus adversarios espirituales identifican sus defectos y “puntos débiles”, y conocen sus imperfecciones, sus gustos y rarezas, permitiéndose licencias morales que forman un campo psicológico propicio para el asedio obsesor y la asimilación por parte del paciente, de la energía negativa de los obsesores.
Este fenómeno perturbador ocurre, como es natural, porque el enfermo cultiva hábitos viciosos procedentes de otras existencias anteriores, o que los han adquirido más recientemente en esta existencia, entregándose sin remedio al ejercicio del placer. Tienen la mente repleta de extravagancias y lucen comportamientos extraños o defectuosos, no esforzándose por liberarse de los instintos primarios ni de las pasiones salvajes que les complacen.
Las personas que sufren obsesiones intermitentes marchan entre sombras que necesitan ser disipadas con la luz del comportamiento positivo y de las acciones edificantes, así como con mucha oración inspirada en el corazón.
- Jose Luis Martín-
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