martes, 6 de junio de 2017

¿ Que son las obsesiones intermitentes?




Sumario:

- El olvido del pasado es el reflejo de nuestro presente
-De la finitud del tiempo...
-Qué es más importante, la sabiduría o el amor?
-¿  Que son las obsesiones intermitentes?.- 




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EL OLVIDO DEl PASADO ES EL REFLEJO DE NUESTRO PRESENTE

olvido

A principios del siglo pasado, unos hombres y mujeres, con hondas convicciones, llevaron al movimiento espírita español a ser el más representativo del mundo. No en vano, fue en Barcelona en 1888 donde se realizó el "I Congreso Espírita Internacional". Se trataba de persona instruidas o con el verdadero deseo de ser instruidas, que preñaban la geografía española con múltiples revistas especializadas y publicaciones diversas.

Había un sincero deseo de cambio, de instaurar ideas progresivas y renovadoras. El espiritismo que esta gente pregonaba estaba a la par de la idea más revolucionaria del momento, sabiendo aunar por un lado el lado científico con el espiritual. Muchos intelectuales del momento se interesaron por las ideas filosóficas de esta doctrina, tan similares en algunos puntos al sistema del filósofo alemán Krause.

Famosa es también la quema de libros en 1861 ante el puerto de Barcelona, último Auto de Fe de la Iglesia Católica en nuestra tierra. Ante la impasible mirada de muchos espíritas, pero que tuvo el reverso de hacer que los legos se interesaran por el contenido de aquellos libros y panfletos incendiados.

Son muchos los nombres de aquellos primeros espiritistas españoles, que el olvido ha lastrado, pero cuyo espíritu y energía no pasaron desapercibidos para una época.

Hoy en pleno siglo XXI nos llegan lejanos los ecos de algunos nombres: Amalia Domingo Soler, «la cantora del espiritismo», la mejor escritora espírita en palabras del filósofo Mario Méndez Bejarano, que dedicó un capítulo entero al movimiento espírita español en su obra Historia de la filosofía (1929). Buena parte de su obra ha corrido mejor suerte que la del resto de sus compañeros. Obras como: Memorias del padre Germán, Te perdono, Ramos de violetas (poesías reunidas), o sus Memorias; dan muestra de su hondo sentimiento, de la delicadeza de su espíritu, su lucha constante y su entrega por divulgar el mensaje de amor y esperanza que los espíritus brindaban desde el más allá. Su labor más importante estuvo en la dirección de la revista La luz del Porvenir (1879-1899), donde podía llegar a los lectores de menos poder adquisitivo, a los verdaderos sedientos de consuelo, llegándose a distribuir por las cárceles; y a cuya redacción solían escribir personas deseosas de esclarecimientos sobre diversas situaciones relacionadas con el mundo de los espíritus. En dicha revista se solían también poner al día sucesos de la época o situaciones de cierto carácter costumbrista, donde guiada por los mentores espirituales, Amalia anotaba las respuestas y comunicaciones que la médium de sus trabajos realizaba.

 El periódico era antes de la aparición de la radio, la televisión o Internet, el verdadero órgano comunicador que aglutinaba masas. No en vano las novelas se solían publicar por entregas en ellos, antes de pasar a la imprenta formando un tomo.

Una selección de dichos artículos fue confeccionada por el centro espírita "La luz del Camino de Orihuela" en seis tomos publicados progresivamente.

Si quitamos a Amalia, el espírita medio aún ha podido disfrutar de la lectura de otro gran clásico: La guía práctica del espírita de Miguel Vives i Vives. Bella obra moral, que eleva el sentimiento. Y… deje usted de contar.

Sabrá nombres, pero no habrá leído nada de ellos. Incluso ignorará el nombre de otros que fueron de una importancia capital para la divulgación del conocimiento espírita en España. Traductores a la sombra, cuando no se estilaba tanto anotar quién la realizada, editores ocultos bajo el paso del tiempo y hombres de ciencia seriamente interesados en el estudio de los fenómenos psíquicos de los médiums.

Si hubo un hombre preocupado por la divulgación ese fue el Vizconde de Torres y Solanot. Si hubo un introductor del espiritismo en España ese fue José María Fernández Colavida, al que se llama el Kardec español. Si tenemos un erudito en filosofía, Krausista hasta las cachas y profesor universitario, ese es Sanz Benito. Si tuvimos un médico investigador del fenómeno psíquico ese fue Víctor Melcior. Y tuvimos un gran médium de efectos físicos: Huelbes Temprado. Pero si tenemos múltiples obras venidas de fuera de nuestro país (Francia, Inglaterra, Alemania, Estados Unidos, etc.) ante todo se lo debemos a Esteva Marata y Quintín López. Gran olvidado el primero de ellos, que desde la casa editorial Maucci nos legó tan importante labor, en una época donde saber idiomas no era habitual.

El movimiento espiritista a finales del siglo XIX y principios del pasado, era un hervidero de inquietudes. Nunca la palabra «movimiento» tuvo más sentido que en aquella época gloriosa, de la cual apenas nos queda un vago recuerdo. Lejos queda ya aquella tentativa en 1873 de llevar a las facultades de Filosofía y Letras y de Ciencias, el estudio del espiritismo como parte de la formación universitaria.


¿Hacia dónde queremos ir?

Si la sensación latente es incompleta, es porque incompleta es la situación en la que estamos los espíritas españoles en particular y del mundo espírita en general, pues España fue una auténtica pionera en la doctrina de Allan Kardec, cuyo legado es un deber recuperar. Todavía laten con viveza aquellas palabras llenas de sincera emoción, que nos trasportan a planos más sublimes del sentimiento, palabras del plano espiritual que conservan toda su fuerza y vitalidad en pro de nuestra evolución espiritual.



Jesús Gutiérrez Lucas

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De la finitud del tiempo...

Aureci Figueiredo Martins

Sabemos todos que el tiempo pasa muy pronto cuando estamos mentalmente concentrados e que, cuando estamos desocupados, el aparenta arrastrarse, ¿no es así?
 Pues bien, es esta la subjetividad del tiempo a la que me refiero.
 Tengo claro que, en la medida en que aumentamos nuestra capacidad de concentración mental, el tiempo va disminuyendo para nosotros. O sea, vamos eliminando el tiempo en el transcurso de la elevación vibratoria progresiva de nuestros pensamientos y sentimientos, determinada por el acumulo de conocimientos e aptitudes adquiridos en nuestra ya multimilenaria excursión educativa por los diferentes reinos de la Naturaleza.
 Tal expansión de la consciencia, intelecto-moral, nos da oportunidad de profundizar mentalmente, e cada vez mas fundo, en las cuestiones transcendentes a los aspectos materiales de la vida.
 En otras palabras, con la siempre creciente aceleración de nuestras vibraciones psíquicas, aun que el tiempo continúe siendo lo que siempre fue, nosotros lo percibiremos cada vez mas diminuto, mas corto, mas escaso...
 Es bueno recordar que, según Einstein, el tiempo es solamente un derivado del movimiento de las cosas materiales. Es por eso que la dimensión temporal no existe en los planos eternos, habitados por los espíritus elevados que ya pasaron, en el tiempo, por las condiciones existenciales en que hoy nosotros estamos, puesto que no hay seres privilegiados en la Creación Divina.
 Para ellos, para los altísimos padrones vibratorios que pulsan, los siglos son como, para nosotros los días. Y, al contrario de lo que pensábamos en nuestra infancia espiritual, la eternidad no es la sucesión interminable del tiempo; es la ausencia de las dimensionalidades materiales, entre ellas, ¡El tiempo!
 Y cuando, por fuerza de la divina ley de evolución continua e infinita de los seres, merezcamos vivir en las dimensiones espirituales puras, ya no tendrán sentido para nosotros palabras como "futuro" y "pasado", pues estaremos viviendo el eterno presente.
  Habremos, entonces, alcanzado el "fin de los tiempos" (fin = finalidad), y  podremos entender la promesa de Jesús de que permanecerá con nosotros hasta el final  de los tiempos, o sea, mientras necesitarnos del condicionamiento espacio-temporal, en el cual ahora hacemos practicas en las sucesivas reencarnaciones.
 Tengamos presente, todavía, que la eliminación definitiva del tiempo es una perspectiva longitudinal en nuestro destino espiritual. Por ahora, nos solo nos cabe  aprovecharlo bien en la educación de nuestros pensamientos y sentimientos con vistas a la superación gradual de la animalidad ancestral que todavía nos ata a la costra de este planeta.
                                          
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         ¿ QUE ES MÁS IMPORTANTE, LA 

           SABIDURÍA O EL AMOR ?

     Un compañero nos preguntó si era más importante al espíritu encarnado la caridad (el amor) o la intelectualidad (sabiduría). Para esclarecerlo procuramos tomar informaciones en las fuentes del saber emmanuelino. Le dije que ante las perspectivas del crecimiento espiritual, la caridad (sentir) es sobradamente más importante, en la esencia, que la inteligencia (saber),y no obstante necesitamos de las dos alas (amor y sabiduría) para alcanzar los vuelos rumbo al excelso destino luminoso. En realidad, el sentimiento y la sabiduría son las dos alas con las que el alma se elevará hacia la perfección infinita; las dos son clasificadas como adelantamiento moral y adelantamiento intelectual; ambos son imprescindibles para el progreso, siendo justo, sin embargo, considerar la superioridad del primero (sentimiento) sobre el segundo (sabiduría), por cuanto, “la Parte intelectual sin la moral puede ofrecer numerosas perspectivas de caída, en la repetición de las experiencias, mientras que el avance moral nunca jamás será excesivo, representando el núcleo más importante de las energías evolutivas.” En verdad, nuestra capacidad intelectual es demasiadamente corta, cara a los elevados poderes de la personalidad espiritual, independiente de los lazos de la materia. 
   Según Emmanuel, “los enlaces de la encarnación hacen el papel de cables de la luz sobre todas las conquistas anteriores del Espíritu reencarnado. En esa sombra reside el acervo de vagos recuerdos, de vocaciones innatas, de numerosas experiencias, de valores naturales espontáneos, al que llamamos sub consciencia. Más allá de eso, la incapacidad intelectual del hombre físico tiene su origen en su propia situación, caracterizada por la necesidad de pruebas amargas.” Los valores intelectuales en la Tierra, actualmente, sufren la vergüenza de todas las fuerzas corruptoras de la decadencia. “La actual generación, que tantas veces se entregó a la jactancia, atribuyendo a si misma las más altas conquistas en el terreno del raciocinio positivo, operó los más vastos desequilibrios en las corrientes evolutivas del orbe, con su injustificable divorcio del sentimiento.” Es por ese deseo que notamos en el escenario político-social-económico de la Tierra las aberraciones, los absurdos teóricos, los extremismos estableciendo la inversión de los valores. “Excesivamente preocupados con sus extravagancias los misioneros de la inteligencia cambiaron su labor junto al espíritu por un lugar de dominio, como los sacerdotes religiosos que permutaron la luz de la fe por las previsiones tangibles de la situación económica.” Entretanto, es imprescindible reconocer que hay una tarea especializada de la inteligencia en el orbe terrestre, sobre todo para los que reciben la delegación bendecida, en luchas expiatorias o en misiones santificantes, de ampliar la buena tarea de la inteligencia en beneficio real de la colectividad. 
     Es urgente, con todo, la vigilancia constante, pues, “el destaque intelectual, muchas veces, oscurece en el mundo la visión del espíritu encarnado, conduciéndolo a la vanidad injustificable, donde las intenciones más puras quedan aniquiladas.” Otro aspecto que debemos reflexionar es si debemos, en nombre del Espiritismo, buscar los intelectuales para la comprensión de sus deberes espirituales. Emmanuel nos responde a esa cuestión de una forma categórica: “provocar la atención de los otros con la intención de regenerarlos, cuando todos nosotros, aun mismo los desencarnados, estamos en función de perfeccionamiento y aprendizaje, no parece justo, porque estamos aun con un deber esencial, que es el de la edificación de nosotros mismos.
       En la labor de la Doctrina, hemos de convenir que el Espiritismo es el Cristianismo redivivo por el cual precisamos ofrecer el testimonio de la verdad, dentro de nuestro concepto de relatividad, todo el fundamento de la verdad de la Tierra está en Jesucristo.” La Tercera Revelación triunfa por sí, sin la concurrencia de las flacas posibilidades humanas. Nadie deberá procurar a los intelectuales suponiéndose elemento indispensable para su victoria. Emmanuel alerta que “el Espiritismo no necesita de determinados hombres (intelectualizados) para consolar e instruir a las criaturas, desprendiéndose que los propios intelectuales del mundo son los que deben buscar, espontáneamente, en la fuente de conocimientos doctrinarios, el beneficio de su iluminación.” 
     Querido hermano, recordemos que los hombres sencillos, iletrados, humildes, que “pasan la vida entera, trabajando al Sol en el cultivo de la Tierra, fabricando pan sabroso de la vida, tienen más valor para Dios que los artistas de inteligencia viciada, que no hacen otra cosas sino perturbar la marcha divina de sus leyes. Por tanto, que la expresión de intelectualidad es muy valiosa, no hay duda, más no puede prescindir jamás de los valores del sentimiento en su esencia sublime. 

- Jorge Hessen-


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         ¿ Que son las obsesiones intermitentes?


“Si por un momento pudiésemos ver los millares de espíritus que acuden a los antros de perversión, si viésemos esos tristes cuadros de corrupción, ese intercambio monstruoso entre encarnados y desencarnados; si fuésemos testigos de los hechos horribles que se producen en estos sitios,lugares infernales y de intercambio con las tinieblas, con toda seguridad quedaríamos horrorizados y huiríamos, para no volver jamás.”
Juan Luis Sánchez -


       Esta clase de obsesiones, constituyen una de obsesión que por su modo de manifestarse suelen pasar  generalmente desapercibidas, por eso son más graves que otras clases de obsesiones porque raramente llaman la atención gracias a sus sutilezas y características especiales.
       Unas  veces se presentan de modo voluptuoso y destructivo, y después  desaparecen por completo, volviendo todo a una aparente normalidad.
       Sus víctimas experimentan las incursiones crueles de sus obsesores, viviendo constantemente bajo una “Espada de Damocles” que en cualquier momento les puede destruir la paz, la salud y hasta la vida.
       Los que sufren estos periodos agudos y violentos, pasan luego por  otros de optimismo y hasta de realizaciones edificantes, para de repente, derrapar de nuevo en pasiones sórdidas, depresiones sin causa aparente, o exaltaciones a la violencia.
        Durante la incidencia de los ataques sufridos, los obsesados llegan al borde de la locura, perdiendo la capacidad de discernir y la lucidez, mostrando entonces comportamientos extraños, actitudes sorprendentes  y estados desequilibrados del alma. Esto sucede porque sus adversarios espirituales identifican sus defectos y “puntos débiles”, y conocen sus imperfecciones, sus gustos y rarezas, permitiéndose licencias morales que forman un campo psicológico propicio para el asedio obsesor y la asimilación por parte del paciente, de la energía negativa de los obsesores.
        Este fenómeno perturbador ocurre, como es natural, porque el enfermo cultiva hábitos viciosos  procedentes  de otras existencias anteriores, o que los han adquirido más recientemente en esta existencia, entregándose sin remedio al ejercicio del placer. Tienen la mente repleta de extravagancias y  lucen  comportamientos extraños o defectuosos, no esforzándose por liberarse de los instintos primarios ni de las pasiones salvajes que les complacen.
        Las personas que sufren obsesiones intermitentes marchan entre sombras que necesitan ser disipadas con la luz del comportamiento positivo y de las acciones edificantes, así como con mucha oración inspirada en el corazón.

- Jose Luis Martín-

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