sábado, 9 de septiembre de 2017

LEY DE DESTRUCCIÓN




Hoy tenemos los siguientes artículos:

- Baja autoestima: El instrumento del mal
-Ley de Destrucción
-Origen del sufrimiento
- Eusapia Palladino



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                      BAJA AUTOESTIMA :EL                                 INSTRUMENTO DEL MAL


¿Porque personas con reconocida capacidad y conocimiento de las leyes de causa e efecto, no consiguen lograr establecer sus metas e objetivos y pasan la vida fingiendo que viven, ¿para después despertar atormentados en los umbrales de la espiritualidad, entre la locura y el remordimiento por la oportunidad desperdiciada?
Estudiando los procesos de acercamiento de nuestros hermanos de las tinieblas en nuestro medio e su forma de inducción en nuestros pensamientos encontramos una de las puertas mas utilizadas para manipular nuestras acciones e impedir que la obra de la legión del Espirito de Verdad venga a cumplirse; la baja autoestima.
Las organizaciones del mal saben que uno planeta donde el egoísmo reina hace tanto tiempo, trae como consecuencia la baja autoestima e la tendencia a vivir el imaginario e distanciarse de la realidad.
Abajo traigo uno resumen a respecto de cómo trabajar este mal que si oculta dentro de nosotros.
Fraternalmente
Cassio
Amar a Dios sobre todas las cosas e al prójimo como a ti mismo. Esto resume toda la ley y todos los profetas. 
Jesús de Nazareth
Nuestro nivel de autoestima puede ser alto o bajo, y consecuentemente cada uno incidirá en nuestra calidad de vida.
A falta de una base de autoestima sólida, nos cuesta asumir riesgos y tomar las decisiones necesarias que nos permitirán vivir una vida productiva y gratificante. 
Un bajo nivel de autoestima afecta adversamente nuestras relaciones familiares, amistosas y de pareja, nuestro desempeño personal y profesional, y lo más importante, nuestra sensación interna de bienestar.
Las personas que tienen un nivel de autoestima bajo dependen de los resultados presentes para establecer como deben sentirse con respecto a si mismos. Necesitan experiencias externas positivas para contrarrestar los sentimientos negativos que albergan hacia ellos mismos.
Mientras que un alto nivel de autoestima hace florecer un alto nivel de confianza en nuestras habilidades para resolver situaciones, y la asertividad necesarias para permitirnos llegar a ser todo lo que podemos ser. Un alto nivel de autoestima nos permite tener relaciones más funcionales, saludables y profundas, principalmente con nosotros mismos.
Un nivel de autoestima positivo se fundamenta en nuestra habilidad para evaluarnos objetivamente, conocernos realmente, y ser capaces de aceptarnos y valorarnos incondicionalmente. Es decir, ser capaces de reconocer de manera realista nuestras fortalezas y limitaciones, y al mismo tiempo aceptarnos como valiosos sin condiciones o reservas.
Es importante no confundir un alto nivel de autoestima con el egoísmo o sentirse superior, los cuales son en realidad intentos de ocultar sentimientos negativos sobre si mismo.
La autoestima positiva nos permite realizar nuestros sueños. Mientras más nos aceptamos y nos apreciamos nosotros mismos, más nos comportamos de una manera que nos permite ser aceptados y apreciados por otros. Mientras más creemos que somos capaces de lograr nuestras metas, aumentan nuestras probabilidades de hacerlas realidad.
AUTOESTIMA BAJA 
El comienzo de una baja autoestima, esta en la mente y nace en la infancia, cuando en el hogar se cuestionan las habilidades y la inteligencia, o cuando constantemente se realizan comparaciones entre las personas. 
Todo esto da como resultado una persona incapaz de amarse a si misma y por ende incapaz de amar a los demás
Este tipo de personas: 

- Presentan incapacidad para expresar sus sentimientos y emociones, 
- No planifican su vida, la improvisan, 
- Descuidan su cuerpo, su imagen y su salud, 
- Celan a los amigos y a la pareja, 
- Maltratan a sus hijos en vez, no logran comunicarse con ellos, 
- Se denigran frecuentemente, 
- Desarrollan falsas enfermedades (psicosomáticas) , 
- Pierden el tiempo en acciones que no los benefician, 
- Desconocen sus propios talentos, 
- Son aburridos y resentidos, 
- Se creen superiores, 
- Actúan con indiferencia e irrespetan a las demás personas, 
- Tienen necesidad de destacar, 
- Siempre llegan tarde y mienten, 
- Son personas conflictivas, que humillan y maltratan. 

CONSEJOS PARA MEJORAR UNA BAJA AUTOESTIMA 

Para mejorar una baja autoestima, Usted debe: 

- Aceptarse tal cual es. 
- Tener siempre pensamientos positivos. 
- Resaltar sus cualidades y la de los demás. 
- Reforzar su auto-confianza. 
- Aceptar que todos somos importantes. 
- Aprender de los éxitos y de los fracasos. 
- Aprender que los demás no determinan su propio valor, solo Usted determina su autoestima. 
- Tener la capacidad de enfrentar cualquier reto o desafío, por que Usted tiene la capacidad como cualquier otro ser humano de pensar y lograr todo cuanto se proponga.
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                               LEY DE DESTRUCCIÓN


Entre las leyes naturales de la vida, quizás la que más nos cueste encajar es la Ley de Destrucción, por lo que supone para el ser humano de tragedias, sufrimiento y dolor.
Es bien sabido que vivimos en un planeta en continua transformación. Atrás quedaron los primeros procesos geológicos, muy convulsos, donde las placas tectónicas, en sus desplazamientos, configuraron los continentes durante millones de años, con profundos y constantes cambios hasta llegar al estado actual.
La Tierra es un ser vivo en continua metamorfosis y está considerado como un planeta todavía joven, por lo que resulta esperable que continúe modificándose en el futuro, hasta llegar a un equilibrio definitivo.
Existen en la actualidad zonas más sensibles a dichos cambios, puntos del planeta que se ven sometidos periódicamente, a convulsiones, movimientos telúricos, inundaciones y desplazamientos de tierra; seísmos que las hacen más vulnerables que al resto. Como es obvio, existe una mayor preocupación por aquellas zonas que mantienen una gran aglomeración de personas. En determinados casos, las autoridades locales y/o gubernamentales llegan a establecer algunas medidas para minimizar los posibles daños humanos y materiales (sirva como ejemplo el caso del país del sol naciente, Japón).
El ser humano, consciente de los cambios y transformaciones que de un modo natural suceden en el planeta, debe paliarlos en la medida de sus posibilidades, impidiendo la especulación que no toma en cuenta la seguridad y el alto riesgo de esas zonas habitables más sensibles; para conseguir transmutar la ambición egoísta en valores positivos como la solidaridad, la prevención y el apoyo a los más pobres y desfavorecidos.
Tanto los fenómenos naturales, como son los desplazamientos de las placas tectónicas, con cadena de seísmos, erupciones volcánicas y tsunamis; como también los fenómenos atmosféricos, tales como los ciclones y los huracanes, cumplen una importante función depuradora en el planeta, pues limpian y modifican la corteza terrestre, transformándola, paso a paso, en un hábitat mejor. Todos estos cambios son necesarios porque forman parte de la vida en evolución.
Todo el universo está en movimiento: los átomos, las célulaslas plantas, los animales…; y el hombre y su entorno no podía ser una excepción.
Estos fenómenos naturales obligan al ser humano a desarrollar el ingenio, la inteligencia y los valores morales; actitudes todas, que contribuyen a su crecimiento y desarrollo evolutivo en sus innumerables facetas.
La Ley de Destrucción obedece a un principio que se podría sintetizar del siguiente modo: “No se pueden construir muros nuevos sobre los viejos”. Es necesario demoler las viejas estructuras para construir las nuevas, mucho más firmes, modernas y seguras. Esta es la sabiduría que nos aporta la historia.
Si no hubiesen existido las enfermedades o las epidemias que diezmaron sistemáticamente a los pueblos durante miles de años, el hombre no se habría esforzado en mejorar sus condiciones de vida, buscando los remedios para recobrar la salud, a través de la observación y el estudio de la biología humana, así como de los seres vivos que le rodean. Si la vida hubiera proporcionado, desde un principio, los alimentos y remedios necesarios para subsistir sin esforzarse, el hombre seguiría estancado en las primeras etapas, no habría desarrollado su inteligencia, el ingenio, ni las cualidades que le proporcionan el trabajo, el sacrificio, la abnegación y la solidaridad. Demostrado está que nos necesitamos y dependemos los unos de los otros; no podemos vivir aislados del resto de la sociedad porque cada cual aporta sus cualidades y aptitudes.
La Ley de Destrucción nos brinda sabios mensajes, como la transitoriedad de la vida y de los elementos que la componen, y la fragilidad humana que nos hace vulnerables cuando permanecemos estáticos en la forma de actuar, pensar y vivir. La vida nos impele al trabajo, a la superación dinámica y a la lucha constante contra el deseo de acomodamiento.
Dicha ley pone también en evidencia las cualidades inexpugnables del espíritu, valores que el tiempo ni corroe ni desgasta. ¡Cuantas desgracias han hecho surgir los recursos latentes y adormecidos en el ser humano! ¡Cuantas personas se han volcado con una respuesta contundente a los graves problemas de sus semejantes, intentando intentar paliar sus infortunios y reveses!
El hombre se encuentra ante constantes desafíos; desafíos que le exigen esfuerzo, trabajo, sacrificios y elevación interior. Es como el alfarero que moldea con sus manos el barro compacto, amorfo, para darle una forma bella y útil. Con cada triunfo, con cada conquista se engrandece, avanza, capacitándose para nuevas empresas, nuevos desafíos que la vida le reserva; en constante búsqueda de su bienestar y felicidad.
Ante la Ley de Evolución, nada ni nadie puede permanecer inactivo indefinidamente.
Situación muy diferente es la de las guerras como elementos de destrucción humana, que dejan de relieve la predominancia de la naturaleza animal sobre la espiritual, el predominio de las pasiones sobre las virtudes. Es el egoísmo que proclama su autoridad mediante la fuerza, que desea dominar y explotar a quienes considera equivocados o inferiores; a aquellos que entorpecen sus deseos de expansión, de ambición y riqueza, en beneficio de los pocos que detentan el poder temporal. Incluso en estas ocasiones, y considerando las terribles situaciones de destrucción indiscriminada, se crean consecuencias positivas para el crecimiento espiritual del ser humano; es la lucha constante por la libertad y el progreso. De un mal se extrae un bien, como del burdo estiércol florecen las rosas. Dios aprovecha las bajezas y los errores humanos, para darle la vuelta a las situaciones y transmutar lo negativo en positivo sin importar el plazo. Simplemente, nuestros sentidos y limitaciones nos impiden vislumbrarlo todavía.
En el ítem 733 del Libro de los EspíritusAllan Kardec pregunta: ¿La necesidad de destrucción existirá siempre entre los hombres de la tierra? A lo que los espíritus le responden:
«La necesidad de destrucción se debilita en el hombre a medida que el espíritu se sobrepone a la materia, y por esto veis que al horror a la destrucción le siguen el desarrollo intelectual y moral».
No hay que olvidar que la vida física en todas sus facetas no es más que una escuela temporal, nunca definitiva; es una herramienta de trabajo aprovechable durante un tiempo indeterminado, hasta que el ser humano se cualifica y es promovido a nuevas empresas, cada vez más sofisticadas y complejas. Para ello, el ser humano encarnará en mundos diferentes, una y otra vez, un sinnúmero de veces; puliéndose, mejorando, rectificando y construyendo. Más adelante, todo este esfuerzo será plasmado en la materia física. A medida que avanzamos, la materia se vuelve más sutil, acorde a los mundos que la acoge, y continuará sutilizándose progresivamente, hasta llegar al punto en el que el trabajo se desarrollará completamente en el plano espiritual, participando en la Gran Obra Divina, pero ya sin ensayos y pruebas, ni experiencias de índole material alguna.
Por tanto, la Ley de Destrucción juega un papel muy importante en la evolución del ser humano, es la constatación de un programa sabiamente estudiado, que sigue su curso y que nos obliga a actuar, a trabajar, en el momento y lugar apropiado. Nada es producto del azar, nada es producto de la casualidad, toda causa genera consecuencias; consecuencias producidas, bien por el uso del libre albedrío, bien por los errores o los aciertos, o por la realización de un programa previamente establecido; pero siempre, en la búsqueda de la perfección a través del desarrollo y la evolución personal.
Los grandes acontecimientos destructivos, al situar al hombre ante el trabajo y la superación, consiguen un más rápido progreso de la Humanidad, puesto que la sacan de su estancamiento, de la comodidad, de los placeres insanos y del atasco moral y espiritual; golpeando el orgullo y haciendo perceptible la fragilidad humana. Ponen de relieve las posibles oportunidades perdidas, ignoradas o mal aprovechadas.
Por último queremos remarcar la diferencia entre la destrucción necesaria y la abusiva. En ésta clase de mundos que son de expiación y prueba, todavía se hace necesario el sacrificio de animales para la obtención de alimentos, sin embargo, no siempre es la auténtica finalidad. Existen otras prácticas muy conocidas que consisten en matar por puro placer, lo denominamos caza deportiva, corridas de toros y otras también crueles, que ponen en evidencia nuestra falta de sensibilidad, nuestra falta de aprecio hacia los seres con los que compartimos el planeta. Tampoco quisiéramos pasar por alto, las condiciones reprobables a las que se someten a miles de animales con fines comerciales, con el único objetivo de sacar la mayor rentabilidad sin tener en cuenta unas condiciones dignas de vida para estas criaturas. Afortunadamente hoy día existen organizaciones y colectivos que trabajan para concienciar a la población, y al mismo tiempo para denunciar ante la justicia y ante las autoridades políticas los abusos por parte de determinadas industrias alimentarias sin escrúpulos.
Ciertamente, se va dando pasos, existen medios para una mayor concienciación social con el trato con los animales y el entorno; un entorno del que formamos parte y sin el cual, la vida tal como la conocemos, no sería posible. Las consecuencias de nuestro comportamiento como grupo social demuestran que no podemos vivir de espaldas a la realidad. El calentamiento global, la desertización, y el grave riesgo de desaparición de muchas especies, ponen sobre la mesa la urgente necesidad de cambios profundos; cambios de conducta para reconducir la situación, paliando, en la medida de lo posible, las consecuencias futuras.
Es una responsabilidad y un compromiso ineludible para todos.
 José Manuel Meseguer-  Amor, Paz y Caridad

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          ORIGEN DEL SUFRIMIENTO

Aún según el budismo, los orígenes del sufrimientose presentan a través de condiciones internas y externas, resultando de ahí otros dos órdenes: las Kármicas y las emociones perturbadoras.

Indudablemente, conforme acentúa la doctrina espírita, el hombre es la síntesis de sus propias experiencias, autor de su destino, que elabora mediante los impositivos del determinismo y del libre albedrío.

Ese determinismo – inevitable sólo en algunos aspectos: nacimiento, muerte, reencarnación -, establece las líneas matrices de la existencia corporal, impulsando al ser en la dirección de su última fatalidad: la perfección relativa. Los factores que programan las condiciones del renacimiento en el cuerpo físico son el resultado de los actos y pensamientos de las existencias anteriores. Ser feliz cuanto antes o desventurado por largo tiempo depende del libre albedrío personal. La opción de cómo cuándo actuar libera al espíritu del sufrimiento o lo sujeta en sus tenazas.

La vida es el resultado de los acontecimientos que a cada instante se encadenan, incesantemente. Una acción provoca una reacción correspondiente, generadora, de nuevas acciones y así sucesivamente.

De ese modo, el individuo es el resultado de sus actividades anteriores. Empero, no siempre esos efectos se le presentan inmediatamente, aunque eso no lo libera de los actos practicados.

Es posible que una experiencia fracasada o dañina, funesta o perjudicial se manifieste  a otras personas como a su autor a través de los resultados, después de la próxima o pasadas algunas reencarnaciones. Entre tanto, esos resultados llegarán de inmediato o en un tiempo más tarde. Lo cierto es que vendrán en busca de la reparación indispensable.

De la misma forma, las construcciones del bien se reflejarán en el comportamiento posterior del individuo, sin que, necesariamente, tengan carácter instantáneo. El factor tiempo, en su relatividad, es lo de menos importancia.

Por tanto, los sufrimientos humanos de naturaleza cármica pueden presentarse bajo dos aspectos que se complementen: probación o expiación. Ambos tienen por objetivo educar o reeducar, predisponiendo a las criaturas al inevitable crecimiento íntimo, en busca  de la plenitud que les aguarda.

La probación es la experiencia requerida o propuesta por los guías espirituales antes del renacimiento corporal del postulante, examinada sus fichas de evolución, evaluadas sus probabilidades de victoria y los recursos a su alcance para tal emprendimiento. Se presenta como tendencias, aptitudes, límites y posibilidades bajo control, dolores soportables y alegrías sin exageración, que permitan la más amplía cosecha de resultados educativos. Nada es impuesto, pudiendo ser alterado el calendario de los acontecimientos, sin ningún perjuicio para la programación iluminadora del aprendiz. En el plano de los compromisos, no figuran las  imposiciones más aflictivas ni mandatos traumáticos irreversibles.

Las opciones de cómo actuar se multiplican favorablemente, de manera que, habiendo aristas que alisar, ese trabajo no impone una acción inmediata por el sufrimiento.

La acción del amor brinda al ser excelentes posibilidades de alterar para su mejor empeño y sus actividades, componiéndole pruebas soportables el fracaso de alguna aspiración, el desafío ante algunas metas que le parecen inalcanzables, los dolores de los procesos de desgaste orgánico y mental, sin las caídas profundas en lo calabozos de las parálisis, de las alienaciones, de las enfermedades irrecuperables.

Si tal sucediera, aún podremos catalogar como elección personal, por creer el postulante ser ese el medio más eficaz para su felicidad próxima, librándole del yugo rudo de la inferioridad moral.

Se podrá identificar esa providencial elección, en la resignación y el coraje demostrados por el educando y hasta en la alegría que siente delante de los acontecimientos dolorosos.

De esa forma, las pruebas se manifiestan de manera suave, como lenitivos en su contenido, educan de forma consciente, incitando al aprovechamiento de la ocasión en forma eficiente y más lucrativa, con lo que equipan a aquellos que la sufren, para que se conviertan en ejemplos, apóstoles del amor, del sufrimiento, misioneros del bien, mártires de los ideales que sostienen, aunque estén en e4l anonimato de los testimonios, siempre convirtiéndose en modelos dignos de ser imitados  por otras personas.

Las pruebas cambian de curso, suavizándose o agravándose de acuerdo al desempeño del espíritu.

La elección de ciertos compromisos más difíciles en el proceso evolutivo, representa un acto de sabiduría, teniendo en cuenta la rapidez de la existencia corporal y los beneficios obtenidos que son de duración ilimitada.

Considerando la vida desde el punto de vista casual, de sus orígenes eternos, los acontecimientos en la esfera física don de breve duración, no prolongándose más que un corto periodo que, superado, deja las marcas prolongadas de cómo fueron vividos. Por tanto, son valederos cualquier empeño, los sacrificios, las pruebas y exámenes que recomponen los tejidos dilacerados del alma, heredados de las insensatas actitudes anteriores.

Todo aprendizaje requiere esfuerzo para ser asimilado y toda ascensión exige la contribución de la persistencia, de la fuerza y del valor moral.

Los compromisos negativos, pues, resurgen en el esquema de la reencarnación como pruebas sanadoras, que el amor suaviza y el trabajo edificante consuela.

No obstante, las expiaciones son impuestas, irrecusables, por constituir la medicina eficaz, la cirugía correctora para el mal que se agravó.

Semejante a lo que sucede en el área civil, el delincuente principiante tiene crédito que le disminuye la pena y aún ante los gravámenes pesados, logra cierta libertad de movimiento sin tener la libertad totalmente cercenada. El reincidente es obligado a la multa y a la prisión domiciliaria, conforme sea el caso, empero, aquel no se corrige es conducido al régimen carcelario y delante de las leyes más bárbaras, a la muerte infame.

Guardadas las proporciones, en los primeros casos, el infractor espiritual es conducido a penas, en cuanto que, en  una última hipótesis, a la expiación rigurosa. Porque el amor de Dios está vigente en todas Sus Leyes, mucho más justas que las de los hombres, sea  cual fuere el crimen, tiene por objetivo reeducar y conquistar al rebelde, no matarlo, esto es, no extinguirlo. Jamás intentan vengarse del alucinado, más bien buscan recuperarlo, porque todos son pasibles de rehabilitación.

El encarcelamiento en las parálisis, las limitaciones orgánicas y mentales, las patologías congénitas sin posibilidades de reequilibrio, ciertos tipos de locura, de cánceres, de enfermedades degenerativas se transforman en un recurso expiatorio para el infractor reincidente que, en el aprendizaje de las pruebas, agravó más la propia situación, arrojándose a los abismos de la rebeldía y de la alucinación provocada. Entre esos, están los suicidas premeditados, los homicidas fríos, los adúlteros contumaces, los explotadores de vidas, los vendedores de los placeres viciosos, tales como las drogas alucinógenas, el sexo, el alcohol, los juegos de azar, el chantaje y muchos otros elementos de la crueldad humana catalogados en los estatutos divinos. Cada   ser vive con la conciencia que estructura.

De acuerdo con sus códigos, impresos profundamente en su conciencia, recoge las resonancias como experiencias reparadoras o propiciatorias de la libertad.

En nombre del amor, hay casos de aparentes expiaciones – seres mutilados, sordo-mudos, ciegos y paralíticos, leprosos y con sida, entre otros, que escogieron esas situaciones para enseñar el coraje y el bienestar moral a los debilitados en la lucha y desolados en la redención.

Jesús, que nunca actuó incorrectamente, es el máximo ejemplo.

Después, Francisco de Asís, que eligió a la pobreza y el dolor para ascender más, no expurgaba débitos, sino que demostraba la grandiosidad de sus beneficios.

Helen Séller, Steinmetz y muchos otros héroes de ayer tanto como de hoy son lecciones vivas del amor en forma de abnegación, invitando a la felicidad y al bien.

Las expiaciones pueden ser atenuadas, pero no eliminadas.

Joanna de Angelis (del libro Plenitud)

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Cesar Lombroso

                                        Eusapia Palladino 

Los fenómenos  observados por  intermedio de esta extraordinaria y legendaria médium, pueden ser clasificados así: 

1) Fenómenos observados con luz directa: movimientos de objetos, a distancia, sin contacto físico (telequinesia). 

2) Fenómenos observados en la oscuridad: golpes, ruidos, movimiento de objetos, transporte de objetos leves y pesados, levitación, aparición de luces, soplidos, toques de manos invisibles en las partes cubiertas del cuerpo de las personas o en las descubiertas (rostros, brazos, manos), materialización de partes del cuerpo humano (manos), escritura directa, materialización de Espíritus. 

3) Fenómenos ocurridos inicialmente en la oscuridad y que pasaron a ocurrir bajo la luz visible: la gran mayoría de los relatados anteriormente, en los ítem 1 y 2. 

Eusapia Paladino fue analizada, investigada, estudiada exhaustivamente: los caracteres físicos de peso, complexión, fisonomía, presión arterial, sensibilidad general (calor, frío, dolor, etc.), estructura ósea, campo visual, reflejos motores fueron minuciosamente verificados antes, durante y después de las manifestaciones psíquicas. Los líquidos orgánicos, como la orina, fueron sometidos a análisis de laboratorio, notándose aumento de densidad, albúmina y nitrógeno, tras las sesiones. Además de eso, Eusapia era siempre mantenida sentada y amarrada en una alcoba, incapaz de poder realizar el menor movimiento. 

César Lombroso. Hipnotismo y Mediumnidad. 
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