domingo, 5 de noviembre de 2017

Psicología en el Más Allá




Hoy tenemos para ver los siguientes temas:

- Lesiones en el Alma
-Palabras de Chico Xavier
-Ante los amigos
- Suicidio
- Psicología en el Más Allá



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                              LESIONES EN EL ALMA. 

Frente a los acontecimientos infortunados que pueden sorprenderte en la senda por donde transitas buscando la renovación, resguárdate en la fe razonada que te impulsa al trabajo dignificante. Si persistes en el malhumor, cultivando amarguras y alimentando odios, estás en peligro. Si te entretienes en la maledicencia o en la ociosidad, o te conduces bajo lluvias de improperios que parten de tu rebeldía, estás al borde de un terrible despeñadero. Si sustentas rivalidades y aceptas el desafío de las ofensas, o te interesas por nutrir enemistades, te encuentras en la frontera del desequilibrio. 

Ampárate en la calma ante cualquier dificultad o bajo torrentes de amenazas, sin permitirte la oportunidad de sintonizar en la faja de la agresión. Esos enemigos a los que sustentas y vitalizas con asiduidad, te producen graves lesiones en el alma, desarticulando los engranajes sutiles encargados del equilibrio fisiopsíquico que te es tan necesario. Las realizaciones edificantes y los procesos degenerativos que se exteriorizan en el cuerpo, proceden del alma. 

Ulceraciones del estómago y del duodeno, problemas hepáticos y disfunciones intestinales, manifestaciones cancerígenas y disturbios emocionales que propician la ansiedad, la neurosis, la psicosis y otras alienaciones, tienen sus orígenes en la intimidad del alma en desorden. Enfermedades perfectamente evitables en el campo mental y en los cuadros físicos, derivan del descontrol de la voluntad y del mal uso de los valores que la vida proporciona para el progreso. 

De ese modo, si anhelas la salud, deseando el equilibrio psicofísico, aprende a dirigir tu conducta mental y moral, no dando guarida a las garras del mal ni a los rayos de perversidad que aún se propagan en la Tierra. Entrégate a la acción del trabajo constante, para no tener tiempo para la queja o el malhumor, ni para averiguar acerca del error ajeno y de la ingratitud, amando y esperando, al amparo de la dádiva luminosa de la fe que te muestra el porvenir feliz que te aguarda, si perseveras, fiel hasta el fin. 

Por el espirita Juanna de Angelis 

Médium Divaldo Pereira Franco 
Extraído del libro "Receta de paz"


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                          PALABRAS DE CHICO XAVIER

Valoremos al amigo que nos socorre, que se interesa por nosotros, que nos escribe, que nos telefonéa para saber como estamos.
La Amistad en un regalo de Dios y más tarde habremos de sentir la falta de aquellos que no nos dejaron experimentar la soledad.

- Chico Xavier -

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                    ANTE LOS AMIGOS 

El amigo es una bendición que nos corresponde en el clima de la gratitud. 

Quien dice que ama y no procura comprender ni auxiliar, ni amparar y ni servir, no salió de sí mismo al encuentro del amor en alguien. 

La amistad verdadera no es ciega, pero si ve defectos en los corazones amigos sabe amarlos y entenderlos como son. 

Venceremos el egoísmo en nosotros cuando nos decidamos a ayudar los seres a realizar la felicidad propia, tal cual entienden ellos deba ser la felicidad que procuran, sin cogitar de nuestra propia felicidad. 

Generalmente, vemos que nuestros amigos piensan como pensamos nosotros, con todo, precisamos reconocer que sus pensamientos son creaciones originales de ellos. 

La ventura real de la amistad es el bien de los seres queridos. 

Así como espero que los amigos me acepten como soy, debo, de mi parte, aceptarlos como son. 

Toda vez que busquemos desacreditar a este o aquel amigo, después de haber intercambiado convivencias e intimidad, nos estaremos desacreditando a nosotros mismos. 

En cualquier dificultad con las relaciones afectivas es preciso recordad que toda criatura humana es un ser inteligente en transformación incesante y, a veces, el cambio de las personas que amamos no se verifica en la dirección de nuestras preferencias. 

Cuanto más amistad usted dé, más amistad recibirá. 

Si Jesús nos recomendó amar a los enemigos imaginemos con que inmenso amor nos compete amar a aquellos que nos ofrecen el corazón. 

FRANCISCO CÂNDIDO XAVIER 
POR EL ESPÍRITU ANDRÉ LUIZ 


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SUICIDIO

       En el suicidio intencional, sin las atenuantes de la molestia o de la ignorancia, hay que considerar no solamente el problema de la infracción ante las Leyes Divinas, pero también el acto de violencia que la criatura comete contra si misma, a través de la premeditación más profunda, con remordimiento más amplio.

      
Atormentado de dolor, la conciencia despierta en el nivel de sombra en cuestión y precipitó, soportando forzosamente las compañías que eligió para si propio, por el tiempo indispensable a la justa renovación.

    Con todo, los resultados no se circunscriben a los fenómenos de sufrimiento íntimo, porque sugieren los desequilibrios consecuentes en las sinergias del cuerpo espiritual, con impositivos de reajuste en existencias próximas.
     Es así que después de determinado tiempo de reeducación, en los círculos de trabajo fronterizos de la Tierra, los suicidas son habitualmente reinternados en el plano carnal, en régimen de hospitalización en la celda física, que les refleja las penas y angustias en la forma de enfermedades e inhibiciones.
  Nos será fácil, de ese modo, identificarlo, en la cuna en que repuntan, entre mostrando la expiación a que se acogen.
      Los que se envenenaron, conforme los tóxicos de que se valieron, renacen trayendo las afecciones valvulares, los achaques del aparato digestivo, las enfermedades de la sangre y as dificultades endocrinas, tanto cuanto otros males de etiología oscura;  los que se asfixiaron, sea en el lecho de las aguas o en las aguas corrientes del gas, exhiben los procesos mórbidos de las vías respiratorias, como en el caso del enfisema o de los quistes pulmonares; los que se ahorcaron cargan consigo los dolorosos disturbios del sistema nervioso, como sean las neoplasias diversas y la parálisis cerebral infantil; los que despedazaron el cráneo o acostaron la propia cabeza bajo las  ruedas destructivas, experimentarán desarmonías de la misma especie, notadamente las que se relacionan con el cretinismo, y los que se tiraron de gran altura reaparecen portando los padecimientos de la distrofia muscular progresiva o de la osteítis difusa.

      Según el tipo de suicidio, directo o indirecto, surgen las distonías orgánicas derivadas, que corresponden a diversas calamidades congénitas, inclusive la mutilación y el cáncer, la sordez y la mudez, la ceguera y la locura, que representan una terapéutica providencial en la cura del alma.    
      Junto de semejantes cuadros de probación regenerativa, funciona la ciencia médica por misionaria de la redención, consiguiendo ayudar y mejorar los enfermos de conformidad con los créditos morales que alcanzaron o según el merecimiento que dispongan.
   Guarda, pues, la existencia como don inefable, porque tu cuerpo es siempre instrumento divino, para que en él aprenda a crecer para la luz y a vivir para el amor, ante la floración de Dios.


                                          Libro "Religión de los Espíritus" -

                           Psicografia Francisco C. Xavier, Espíritu: Emmanuel.

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       PSICOLOGÍA EN EL MÁS ALLÁ

Para algunas personas, la idea de una “psicología en el más allá” puede parecer difícil de aceptar o de comprender. Es innecesario decir que para el que no cree en nada más que en la materia y piensa que con la muerte del cuerpo físico se extingue la existencia, una psicología al otro lado de la tumba no es más que una fantasía. Sin embargo, tampoco está del todo claro qué puede ofrecer una terapia psicológica en el plano espiritual entre aquellos que sabemos que somos seres espirituales inmortales en transitoria experiencia corpórea. Esto sucede porque no deja de estar extendida una percepción un poco mágica del momento de la muerte. Son muchos los que ignoran que hacer balance de lo vivido en la última encarnación puede llegar a ser una tarea muy difícil y penosa, aunque esencial. La comprensión de la vida en el plano espiritual y la planificación de futuras existencias están íntimamente relacionadas con la capacidad del desencarnado de sopesar sus recientes logros y fracasos con sinceridad y serenidad, armonizándolos con los archivos del inconsciente aún inaccesibles al desencarnado en los primeros momentos del regreso a la patria espiritual.

 Gracias a la psicografía, hoy conocemos relatos que nos exponen cómo los espíritus desencarnados son amparados psicológicamente en el plano espiritual. Reciben así el auxilio terapéutico necesario para que puedan comprender la nueva etapa de vida que se revela ante sus ojos tras la muerte física. No hay que subestimar el choque que puede suponer para una persona que no creía en nada más que en la materia, que despierte al otro lado de la vida, habiendo dejado atrás todo cuanto pensaba ser lo único que poseía. Tampoco hay que infravalorar el inmenso desamparo emocional que experimentan algunos espíritus que, creyendo saberlo todo sobre la vida espiritual cuando están encarnados, se encuentran algunas veces como niños que deben reaprender tantas cosas. Todo esto, sin mencionar la angustia que puede provocar la separación de la familia o la decepción que resulta de la constatación de que los méritos conquistados en la Tierra, si no están avalados por una conducta ética, moral y humana, no tienen ningún valor en el más allá.

   La verdad es que la muerte nos devuelve a la realidad creada y alimentada por nuestra propia conciencia durante nuestra jornada en la Tierra. Despojarse del cuerpo físico no implica un conocimiento inmediato de las vidas pasadas del espíritu, ni tampoco una capacidad de autoanálisis sincera y realista. Puesto de otra manera, el paso por la carne deja reminiscencias en el periespíritu que no se eliminan tan fácilmente con la muerte. Cuanto más apegados estamos, más ayuda necesitamos para eliminar los registros asociados al orgullo, a la vanidad y al egoísmo. Desencarnado, el hombre debe verse frente a frente con su propia verdad. Pero nadie puede ver la verdad mientras tenga la visión ensombrecida por el orgullo, el egoísmo o la vanidad. Precisamente por esto, en la condición evolutiva en la que nos encontramos en la Tierra, es muy raro que un desencarnado se acuerde automáticamente de todo cuanto vivió en otras encarnaciones. El acceso sin restricciones a la información archivada en el propio espíritu sobre la historia evolutiva de cada uno es tan raro como lo son la auténtica humildad y el altruismo legítimo en nuestro planeta.

   El hombre encarnado es de una triple naturaleza: cuerpo, periespíritu y espíritu. Durante su jornada física todo lo que hace, piensa y siente queda registrado en todas las zonas de su ser, que son interdependientes. Se podría decir que el objetivo de la psicología en el más allá es ayudar al hombre a enfrentarse a su nueva situación, en la que ya no posee un cuerpo físico, sino que vive según la cosecha de lo que haya cultivado durante su paso por la carne. No se pretende que el desencarnado supere imperfecciones como el orgullo, el egoísmo y la vanidad, tarea que le corresponde en el transcurso de su inmortalidad. Se trata, sin embargo, de ofrecer al ser situaciones en las que, analizando su propia condición, cada uno sea capaz de reducir su orgullo, vanidad y egoísmo apenas lo suficiente para comprender el presente. Cuanto más apegados estamos, más ayuda necesitamos para eliminar los registros asociados al orgullo, a la vanidad y al egoísmo ,para empezar a armonizar el pasado en su fuero interno y posibilitar la elaboración de planes más realistas y útiles para el futuro.

   La atención psicológica en el más allá se ocupa fundamentalmente de la delicada tarea de ayudar a los recién llegados de la jornada física a comprender por qué están donde están. Es importante observar que para acceder a este tipo de tratamiento el espíritu debe estar en posesión de sus facultades mentales, aunque se sienta aturdido o tratado injustamente. Para los espíritus que desencarnan en penosas condiciones de inconsciencia y desequilibrio mental y emocional hay que ofrecerles, antes de la atención psicológica, los servicios de primeros auxilios. Solamente una vez que el espíritu ya se encuentra en posesión de sus facultades mentales podrá obtener el debido provecho de las sesiones psicológicas que le serán ofrecidas.

   La literatura mediúmnica nos ha ofrecido relatos en los que queda evidente que el apego es uno de los principales obstáculos al que nos enfrentamos en la condición de recién desencarnados. Podemos sentir diferentes niveles y diferentes tipos de apego. Por ejemplo, podemos sentir apego a las condiciones transitorias de la vida de encarnados, echando en falta los bienes materiales o la condición de superioridad que el poder o los recursos económicos nos concedían en la Tierra. Esta forma de apego está directamente relacionada con la vanidad y el desencarnado debe comprender que en la nueva realidad en la que ha penetrado, tras su muerte física, el único valor es el bien que haya hecho o el esfuerzo de educación que haya realizado.

   Otra forma de apego es el que sentimos por las personas que quedan atrás, como familiares, cónyuges y amigos. Pese a que lo que inicialmente anima dicho afecto sea un sentimiento positivo, el apego a los lazos establecidos en la Tierra puede dificultar que el desencarnado se centre en lo que es su nueva tarea: armonizarse con su pasado, comprender su nueva situación y empezar a caminar hacia adelante. El egoísmo es la emoción desequilibrante que ofrece el trasfondo de este tipo de apego, sea porque deseamos ardientemente volver a disfrutar de la compañía de los que amamos, sea porque nos creemos indispensables para la vida de los  nuestros, olvidando que en los planes de la Espiritualidad Superior no existe espacio para improvisaciones. Podemos además experimentar el apego a un sentimiento de superioridad espiritual o auto-iluminación. Personas que, cuando estaban encarnadas, desempeñaban posiciones de orientación espiritual, pueden experimentar el apego por las ideas que defendieron en el campo religioso o filosófico al que estaban afiliadas. Éstos necesitan hacer grandes esfuerzos para superar el orgullo por su conocimiento de la realidad espiritual o por la elevación moral que creen tener.

   La psicología del más allá está fundada en el tratado psicológico más sencillo y sublime del que se tiene conocimiento en la Tierra, el Evangelio de Jesús. ¿En qué se basa esta terapia? El Médico de Almas ofrecía información a sus discípulos en la medida de su capacidad de comprensión de las cosas del cielo y de la tierra; también dialogaba con ellos, les hacía preguntas, desafiándoles a pensar sobre el significado de sus parábolas; Jesús no esperó hasta que sus discípulos fueran moral o intelectualmente perfectos para enviarles a difundir su palabra. Por el contrario, el Maestro consideró que el propio trabajo edificante, aliado a lo que habían escuchado de él, les enseñaría a superar sus límites y crecer espiritualmente. Hay diversos ejemplos en la literatura mediúmnica que nos demuestran cómo estos principios son aplicados de forma sistemática en la espiritualidad para ayudar a los desencarnados a enfrentarse al orgullo, la vanidad y al egoísmo del que llegan impregnados a la patria espiritual.

   En Nuestro Hogar, André Luiz nos cuenta, por las manos del inolvidable Chico Xavier, cómo tras recibir los primeros auxilios y sentirse más fuerte, le invadió un gran deseo de colaborar con los demás. Su orgullo de la condición de médico en la Tierra, sin embargo, le hizo creer que sus conocimientos serían útiles en la colonia Jesús no esperó hasta que sus discípulos fueran moral o intelectualmente perfectos para enviarles a difundir su palabra espiritual que le acogiera. Nuestro querido amigo tuvo que empezar colaborando en la limpieza de la enfermería, trabajo que, hasta entonces, había considerado inferior. Durante la realización de esta tarea, pasó a observar a los pacientes allí ingresados. Abandonando la máscara del médico de la Tierra que sólo veía a pacientes, pasó a ver hermanos de sufrimiento. Durante su trabajo en la enfermería, mientras hacía tareas que nunca había realizado en su última encarnación, André Luiz aprendió a amar el servicio y a servir con humildad. La forma como consigue autorización para la tarea tampoco debe ser olvidada. André Luiz solicita una cita con Clarencio, Ministro del Auxilio, y se da cuenta que el honorable bienhechor recibe a los que le vienen a consultar de dos en dos. De esta manera, cada uno de los entrevistados no sólo tiene que superar la vergüenza de exponer su caso ante otra persona, sino que también tiene la oportunidad de aprender de las elucidaciones recibidas por su compañero de cita.

   En Memorias de un Suicida, psicografiado por Ivonne do Amaral Pereira, vemos cómo las labores educativas se entremezclan con la revisión del pasado delictuoso de los espíritus “aprisionados” en la Torre. Allí, espíritus, antes criminales en la Tierra o en la espiritualidad, reciben lecciones sobre los derechos de cada individuo en la sociedad terrena y en la espiritual. Los reclusos viven en pequeños recintos para estudio y residencia, recibiendo amplias oportunidades de reflexión. Conocemos además una especie de gabinete de fenomenología transcendental donde un complejo equipo, cuyo magnetismo ejerce la influencia de un imán, posibilita la visión de los pensamientos y acciones pasadas de los sujetos investigados. Para la reeducación de los espíritus ignorantes e inferiores, dicha clase de aparatos es muy útil e indispensable. Esto sucede porque pese a recibir las instrucciones más elevadas, muchos siguen cegados por el orgullo. Éste sofoca las conclusiones lógicas del razonamiento, que prefiere presentar quejas y otros argumentos para justificar las faltas. Pese a que intentemos esquivar nuestras responsabilidades por miedo al futuro preparado por nuestras actitudes del pasado, la espiritualidad dispone de métodos tan energéticos como nuestra resistencia en asumir nuestros compromisos.

   No podría terminar esta colaboración sin recordar al Hospital Esperanza, que conocemos en el libro Lirios de Esperanza, psicografiado por Wanderley de Oliveira y dictado por el espíritu Ermance Dufaux. El objetivo de dicha institución erguida en la psicosfera brasileña, es ofrecer socorro y orientación a los seguidores de Cristo de distintas tradiciones filosóficas y religiosas, que no supieron o no quisieron asumir el compromiso con su mensaje de amor. Quizá sorprenda al lector saber que en este hospital existe un área, denominada Judas Escariotes, dedicada especialmente a la recuperación mental de líderes espiritistas que analizaron con gran atención las necesidades de los demás, pero se olvidaron de su propia liberación. Los que ingresan allí entienden el mensaje de Jesús y del Espiritismo por las vías de la razón, pero son adictos a la admiración y a la notoriedad, aún principiantes en el amor desinteresado y fraterno.

    En conclusión, debemos comprender que el hombre desencarnado es simplemente el hombre desprovisto de su cuerpo físico. Cuando volvemos a la espiritualidad llevamos con nosotros todo el progreso moral que hayamos realizado, pero obviamente también cargamos con todas nuestras imperfecciones. Éstas siguen poniendo trabas a nuestro progreso en la espiritualidad, así como lo hacían en la carne. Gracias a la misericordia divina y a la tolerancia y dedicación de la Espiritualidad Superior, el hombre no estará jamás desamparado en cualquiera que sea el plano en el que se encuentre. Los métodos y equipos utilizados por los trabajadores de la psicología del más allá lo demuestran. Demos gracias a Dios y a los amigos y mentores que, pese a nuestras imperfecciones, nos siguen ofreciendo la oportunidad de armonizarnos con el pasado, comprender el presente y construir un futuro de más luz para toda la humanidad.

-Janaina Minelli de Oliveira-


 Doctora en Lingüística Aplicada y profesora de Habilidades Comunicativas en la Universidad Rovira i Virgili. Colabora en los proyectos de asistencia social y divulgación del Centro Espírita Amalia Domingo Soler de Barcelona.

-(Art. obtenido de la Revista Espírita nº 4 de la FEE)-
                                                   


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