martes, 12 de junio de 2018

Un espírita en el Umbral


Hoy os presento los siguientes artículos:

- Hoy y mañana del hombre.
-Un espírita en el Umbral
-¿ Antes de regresar a este mundo, elegimos a nuestros padres?
- Dios y la Ciencia



                               
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                    HOY Y MAÑANA DEL HOMBRE 

    Consecuencia del ayer es el hoy en el espíritu humano. Su vida, como hemos dicho, es una labor comenzada en el principio y que ha de durarle hasta el fin ignoto de lo eterno. En ella empezándose por arrancar malezas, se termina por tejer guirnaldas. Quien es perezoso para la faena ruda, tarda en ser obrero de la delicadeza; más siendo su labor exclusivamente suya, no puede eximirse de operación alguna, y hoy empezará donde ayer terminó y mañana donde termine hoy. De aquí el que sea aspiración noble de todos los espíritus antes de empezar, cumplir como buenos obreros en la tarea del día; y si es cierto que no a todos les alcanzan las fuerzas para tanto, débese, no a que la labor sea insoportable, sino a que, o bien quieren recuperar muchas de las jornadas perdidas, o bien se imponen mayor tarea de la que buenamente pueden desempeñar. De todos modos, el espíritu trabaja en su propiedad, y según sea la diligencia y la cordura que en el trabajo emplee, así serán los rendimientos que le ofrezca. Nadie es acreedor a más de lo que en justicia le pertenezca, y si en el orden material este axioma puede ser violado, en el orden moral puede asegurarse se cumple con extricta equidad.

     En efecto; el cumplimiento moral de la ley de justicia, lo tenemos evidenciado en nosotros mismos; y si tendemos la mirada a nuestros semejantes, en ellos veremos también las huellas del implacable juez, acusador y verdugo que en nosotros funciona y del que no podemos separanos jamas: la conciencia. ¿Qué importa la salud, qué la fortuna ni la gloria, si constantemente nos corroe el remordimiento? ¿Será nadie feliz, ni aun en medio de báquicos placeres, si esa voz misteriosa le acusa? ¿Conciliará el sueño mientras ella le atormente? No. Por eso el mayor de los castigos es el que nos proporcionamos sin flagelación alguna; por eso la mayor de las miserias es la miseria del alma. Podrán los Cresos ocultar sus desnudeces con sedas cuajadas de oro y pedrería; pero no podrán jamás reír con satisfacción mientras su proceder tenga armado el brazo vengador de la conciencia.

      ¡Y qué imparcial es en todos sus fallos’. ¡Con qué severidad recluye al delincuente! ¡Cómo le arroja y le fuerza!... No tiene penitenciarias de piedra con gruesas rejas y sendos candados; pero ¡ay! tiene a su mano el horror que inspira toda acción proterva, y propinando la dosis conveniente al que debe castigar, le ahuyenta de sus semejantes más dignos para mezclarle con los de su rango, le prepara a la reparación por medio del arrepentimiento, y le hace resarcir con creces la falta cometida, una vez arrepentido, mediante obras de verdadero desinterés y sacrificio. Sólo a este precio cesa en su enemistad; sólo a este precio le deja gozar del sol de la dicha.

     Aspirar a este goce es el objeto formal del espíritu. Su trabajo le redime; su amor le ensalza: con estas dos prendas de inestimable valía, la conciencia le abre las puertas del reino de la felicidad, en el cual, seguramente, no hay más que uno que puede penetrar sin llevar polvo en sus sandalias; pero no por esto nos está vedado a los demás su goce relativo, equiparado siempre con el polvo que llevemos en los pies.

      Así como el hoy es consecuencia natural del ayer, así el mañana lo será del hoy; un paso más en la escala de la vida, una operación más en la labor eterna, y ¡un nuevo motivo de júbilo o remordimiento!

      Empero con el mañana más o menos remoto, va adunada una nueva empresa para el espíritu: la de ser mentor de otro que no ha llegado a su grado de perfección. Sin dejar de cumplir su labor propia de jardinero, el que es guía de otro le instruye, le corrige, le ayuda, en una palabra; siendo motivos a su júbilo el que su auxiliado avance sin tropiezo, cumpla sin esfuerzo y con deleite y reconozca pronto los beneficios de la laboriosidad. Entonces protector y protegido se entrelazan con los indisolubles lazos de la gratitud y el cariño, y extendiendo sus benéficos efluvios a otros seres, repiten la labor para tener la satisfacción de repetir también los motivos de alborozos. De este modo se cumple la ley de solidaridad.

     Tales son el ayer, el hoy y el mañana en la vida eterna del espíritu.

     Como hemos visto, sea cualquiera el modo con que este proceda, cumple con la ley; pero le es tanto más beneficioso adaptar en lo posible sus acciones a la bondad, la verdad y la belleza, cuanto que, según las adapte, mayores satisfacciones se proporciona y antes llega a la categoría de espíritu elevado.

     Por consiguiente, cumplirá mejor su misión quien mejor desarrolle el sentimiento, la inteligencia y la voluntad: el sentimiento para amar el bien por ser bien y objeto formal del espíritu, la inteligencia para darse cuenta de sí y de cuanto le rodea por ser el único medio de dirigir el sentimiento y la voluntad por seguros derroteros; y la voluntad para decidirse a practicar lo bueno y verdadero por ser lo único que redime al hombre. Este trino constituye a la vez una religión natural a la que todo espíritu debe rendir culto: la religión del amor, de la virtud y del bien, de que es síntesis Dios.

 QUINTÍN LÓPEZ GÓMEZ

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UN ESPÍRITA EN EL UMBRAL


 Un hombre de 55 años, espírita, sufrió un accidente y murió de repente. Se vio saliendo del cuerpo y llegando a un lugar oscuro, feo, tétrico, con energías muy negativas.
Así que comenzó a caminar por aquel valle sombrío, vio a tres espíritus vestidos con capa negra, caminando en su dirección. Así que llegaron, el hombre preguntó:
– Que lugar es este?
– Aquí es lo que ustedes, los espíritas, llaman el umbral – dijo uno de los espíritus. El hombre quedó chocado ante aquella información. Mal podía creer que estaba en el umbral. Consideró que tal vez estuviese allí para participar en alguna actividad socorrista a los espíritus sufridores. El espíritu negativo, que embrollaba sus pensamientos, respondió que no. El  estaba allí porque el umbral era la zona cósmica que  guardaba mayor sintonia con sus energías.
– ¡¡ Pero eso es imposible !!! – dijo el espírita  desesperado. – No puedo estar en el Umbral. Debe haber algún error… En primer lugar yo soy espírita, formo parte de esa religión maravillosa que es considerada como el  Consolador prometido por Jesús. Realizo también proyectos sociales de donación de sopa a los pobres. Administro  pases magnéticos dos veces por semana a una multitud de personas  allá en el centro. También ayudo financieramente a instituciones de caridad muy necesitadas, además de dar charlas en el  centro para los principiantes del Espiritismo. Definitivamente hay algo errado…
No hay ningún error – dice el espíritu de las sombras – En su actual estadio de evoluçión, usted se tiene que quedar aquí mismo. Es verdad que usted es espírita y hace parte de esta doctrina consoladora, pero intimamente usted juzgaba a las personas de otras religiones como inferiores, por no ser espíritas. Si, usted realizaba proyectos sociales dando sopa a los pobres, pero en sus pensamientos se sentía  lo máximo practicando la caridad y juzgaba que os pobres no estaban tan evolucionados por estar  amargados por la pobreza, cuando en verdad muchos de ellos eran más puros que usted. Si, usted suministraba los pases, pero consideraba que su pase era mas “poderoso” y mas curativo  que el pase de otros pasistas. Si, usted ayudaba financieramente a instituciones de caridad, pero dentro de sí siempre daba el dinero esperando recibir algo  a cambio y sintiéndose alguien muy “caritativo”. Y finalmente… Si, usted daba charlas a los iniciados en la doctrina, pero creía  tener más conocimientos que ellos y se colocaba en una posición de destaque y vanidad intelectual. Todo eso suscitando una de las mayores llagas de la humanidad, el “orgullo”  y la “vanidad”.
El hombre quedó impresionado con las revelaciones de aquél espíritu. De hecho, revisando sus actitudes y su perspectiva, íntimamente había casi siempre un sentimiento de superioridad, de orgullo en relación a los otros, delante de todo lo que fue hecho.
El espírita entonces miró para dentro de sí y comenzó a arrepentirse de todo aquello, reconociendo sus errores y sintiéndose más humilde. En ese momento, él sintió una luz brillando dentro de él y comenzó a elevarse. Al percibir que se estaba elevando y dejando el umbral, avistó a  otros espíritus todavía presos en la condición umbralina y nuevamente le vino una sensación de orgullo y de superioridad en relación a los mismos. Después de sentir esto, cayó nuevamente en el umbral y la caída esa vez, fué aún más dolorosa. Uno de los espíritus de las tinieblas le dijo:
- Usted cayó nuevamente porque, en el momento en que se elevaba, comenzó a sentir una cierta superioridad en relación a los espíritus que aquí estaban, suscitando una vez más la condición del orgullo. Además de eso, "A quien mucho le fue dado, mucho le será exigido; y a quien mucho fue confiado, mucho más le será pedido". (Lucas 12:48)
El hombre quedó muy triste con todo aquello. Entró dentro de sí mismo y con toda la sinceridad pensó: Si, es eso mismo. Yo fui una persona arrogante por ser espírita y por todo lo que yo hacía. Ese orgullo neutralizó todo el mérito de mis acciones. Entonces está bien; me merezco estar aquí en el umbral. Me voy a quedar por aquí mismo, quien sabe si aprenderé alguna cosa. No me importo más a mí mismo y entrego mi vida a Dios... Como dice Jesús, "Que sea hecha la voluntad de Dios y no la mía ".
El hombre cayó a tierra y se entregó a Dios con fe. En ese momento no tenía ningún sentimiento de auto-importancia. Cerró los ojos y dejó que todo fluyera....
En ese momento, su cuerpo se comenzó a tornar un cuerpo de luz y  sin percibir nada, comenzó a elevarse nuevamente. Así que llegó a una zona más elevada, abrió los ojos y, para su sorpresa, se había liberado del umbral. Esa vez no había percibido que se estaba elevando y se estaba liberando.
Uno de los espíritus de la oscuridad estaba esperando por él en ese plano más elevado. Tiró la capa negra y una luz maravillosa comenzó a brillas. El espírita percibió que ese espíritu no era negativo, sino un espíritu de luz que lo estaba ayudando desde el inicio. El Espíritu le dijo: 
- Tu renuncia de tí mismo en el último momento te salvó del umbral. Que todo eso le sirva a usted de lección hijo mío. Toda esa experiencia que usted pasó, sirve para los espíritus miembros de cualquier religión. Y no se olvide jamás de lo que dijo Jesús:
"No sepa tu mano izquierda lo que hace tu derecha" (Mateo 6:3)

(Hugo Lapa)

(Traducido de la Revista Verdad y Luz )

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¿ Antes de regresar a este mundo, elegimos  a nuestros  padres ?

          Se podría afirmar que en muchos casos hubo en el plano espiritual un acuerdo previo a la reencarnación  entre  los que en este mundo  después serán  padres,  con el que será su hijo.

         Al  igual que  con el asesoramiento y consejo de los Guías espirituales,  elegimos a la familia que nos acompañará,  dentro de esa familia también se suelen escoger a los padres si el nivel evolutivo y de comprensión que tenemos  nos  permite estas elecciones, lo  cual  nos hace  mas responsables para con nuestros actos en la vida humana . Esto  sucede  así  a partir de cierto grado evolutivo y dependiendo del propósito de la reencarnación que se planifica para cada Espíritu.

        Sin embargo otras muchas veces son los lazos establecidos por la ley de Causa y Efecto ,los que nos llevan a adquirir ese compromiso que es el de una elección  casi obligada. Cuando  durante los primeros pasos de la andadura evolutiva del Ser espiritual,  el  nivel  nivel  de desarrollo intelectual y moral  aún es insuficiente para  poder elegir por sí mismo  adecuadamente,  los padres  así como la familia y el entorno , son elegidos convenientemente  por los Guías  espirituales del Ser reencarnante.

     Este detalle de la elección de los padres,se debería conocer  mas comúnmente en este mundo nuestro actual, en el que  a veces  los hijos acusan injustamente a los padres o incluso a Dios por haberlos traído a este mundo sin su permiso.  Y esto en realidad no es así, pues  generalmente los Seres espirituales vienen a este mundo por propio impulso, porque lo desean y  porque lo necesitan. Además los  padres también planificaron sus propias vidas desde antes de nacer ellos mismos, y  muchas veces lo hicieron  comprometiéndose a  recibir un día como padres  al Ser que después  acogerán como hijo, con el que tal vez vienen con lazos de Causa y Efecto desde existencias  en donde se relacionaron bajo otros papeles familiares o sociales, en un pasado lejano o remoto. Ese hijo a su vez  asesorado por los Guías Espirituales, planificó  libremente  su  nueva existencia humana al lado de esos padres.

- Jose Luis Martín-

·¿Cuántos hijos hay que son mas viejos que sus padres?. Y en verdad te digo que el más grande en sabiduría en esta  Escuela de la Tierra, es un simple aprendiz en la otra Escuela que a esta sigue en Evolución.
                   - Cayetano Arroyo-(Diálogos con Abul Beka)




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                       DIOS Y LA CIENCIA



                                                                     
                                                                       
      Creo que el universo fue creado por Dios con la intención concreta de dar lugar a vida inteligente. Dado que en el ADN se encuentra la información molecular de todas las cosas vivas, se puede entender éste como el “Logos” que Dios ha usado para dar vida a los seres. El proceso de la evolución por selección natural durante cientos de millones de años es el “cómo” que explica la maravillosa diversidad de la vida. Pero este “cómo”no contesta a la pregunta de “¿por qué?”. Creo que Dios es la respuesta a esa pregunta. 

Dr. Francis Collins – Director del Proyecto Genoma Humano

   Toni Lledó                                                           
Una de las grandes noticias de la ciencia actual es sin duda, el acercamiento de la misma a Dios, causa primera de todas las cosas; inteligencia suprema y fuente de la vida humana y espiritual. La extendida opinión de que los científicos son por principio escépticos, se está viendo derrumbada a pasos agigantados por manifestaciones relevantes.
Una, la de los propios científicos, muchos de los cuales, lejos de cuestionar la existencia de un ser creador del universo, se atreven declararse admiradores de la grandiosidad del universo y del origen de la vida.
Muchos de ellos, llegan a la creencia en Dios partiendo del ateísmo más rotundo, del más profundo escepticismo, y es precisamente cuando alcanzan el zenit de su investigación, la comprensión de las leyes que manifiestan los principios que estudian, cuando se convencen por sí mismos de la realidad de un ser creador, de una fuente de vida original, de un propósito inteligente para el universo.
La propia ciencia los acerca a Dios, el perfecto funcionamiento del microcosmos humano y del macrocosmos del universo que se presume; la auténtica realidad de la vida humana, les hace comprender que no existe efecto sin causa; que detrás de tal grandiosidad y perfección no puede más que encontrarse un principio inteligente que todo lo ha previsto, que todo lo ha programado y planificado.
Desde la ingeniería genética a la medicina, la biología molecular, la psiquiatría, la psicología, la física, la neurocirugía, la física cuántica, la astrofísica y matemáticas etc.., Como ejemplos mencionamos algunos destacados, el Dr. Collins, el biogenetista Dr. Hammer; el Catedrático de Psiquiatría en la Univ. deVirginia Dr. Ian Stvenson; el Dr. por la Univ. de California Morris Netherton; el Dr. en Psicología por la Univ. de Cambridge Frederic Myer , la Dra. en psiquiatría por la Univ. de Chicago Elisabeth Klubber Ross; pasando por el neurocirujano de la Univ. de Harvard el Dr. Eben Alexander, los físicos como el Dr. Paul Davis, los fisiólogos, como Sir Jhon Eccles, los astrofísicos y matemáticos como los Dres. Michael Scott y Fred Alan Wolf, losneuropsiquiatras, médicos y psicólogos como los doctores Brian Weiss, Gina Germinara, Helen Wambach, Edith Fiore, Thorward Detlhefbsen etc.
Todos ellos eminentes personalidades de la comunidad científica actual, algunos de ellos premios nobel, y en todos ellos encontramos: o bien el denominador común de la afirmación de la existencia de Dios y la inmortalidad del alma, o bien la duda más que razonable de la existencia de una causa primera inteligente detrás del origen de la vida en las comprobaciones que cada uno de ellos ha efectuado dentro de su campo de investigación (Biogenética, Neuropsiquiatría, Biología molecular, Reencarnación, Terapia de Vidas pasadas, Experiencias cercanas a la muerte NDE, Universos Paralelos, Genoma Humano, etc.).
Tanto es así que, las últimas estadísticas sobre la creencia en Dios de la comunidad científica, arroja resultados sorprendentes; un 55% de los mismos confirman y afirman su creencia en el principio creador que da origen a la vida, llamémosle Dios, Energía Primaria, Inteligencia suprema, Causa Primera, fluido universal, etc..; mientras que un 45% restante afirma no creer en una realidad que trasciende al hombre y al que las leyes de la naturaleza deben su creación y funcionamiento.La gran paradoja se presenta en estas primeras décadas del siglo XXI, pues cuando se afirmaba a mediados del siglo XX, que la ciencia acabaría con la fe, está aconteciendo precisamente todo lo contrario (*). Los científicos se están convirtiendo así en los que están acercando la ciencia a la fe sin pretenderlo de antemano, pero a medida que avanza el desarrollo científico es cada vez más patente no sólo la certeza de la perfección en el origen de la vida y el universo, sino la simbiosis de una conexión universal que nos une a todos los seres humanos, a todas las formas de vida del universo físico y espiritual: desde las estrellas más lejanas hasta la más insignificante forma de vida unicelular.
Reflexionemos pues sobre aquello que la ciencia nos está presentando, y no confundamos ciencia con tecnología, ya que no sólo no es lo mismo, sino que esta última es una herramienta al servicio del hombre que por su carácter neutro puede ser beneficiosa o perjudicial según el uso que hagamos de ella.
Cada vez será más evidente, en pocos años, que la notable diferencia entre el desarrollo científico y el desarrollo ético-moral del hombre, creará la gran catarsis de esta sociedad.
Puesto que, mientras la ciencia avanza imparable en la búsqueda de la verdad y de la realidad siguiendo los patrones de la ley de evolución, el hombre se enroca en su propio egoísmo y miseria para no aceptar que la vida es un don concedido por Dios que tiene una finalidad concreta; su propio progreso y evolución espiritual.
 Antonio Lledó Flor-  2014 Amor, paz y caridad

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