CÓMO CURAR CON LA MENTE
Desde el punto de vista de la Psicotrónica, la salud es sobre todas las cosas, un estado mental. Nuestra psique es el arma más poderosa con la que contamos, y puede trabajar en nuestro favor o en nuestra contra. Si enfocamos nuestros pensamientos hacia la perfección el cuerpo responderá de manera manifiesta.La curación psicotrónica trabaja a nivel subjetivo o imaginario, por eso se trata de una curación psíquica. Una vez que aprendamos a utilizar nuestra mente, podemos contribuir a la sanación de otras personas. En esta nota le enseñamos a canalizar la energía del pensamiento a través de las manos y los ojos, para transformar le enfermedad en salud.
La mente como punto de partida
Hay un postulado de la Psicotrónica que es la base de la idea de salud. El concepto principal en el que se centra es la noción de "perfección". La definición está tomada de la Metafísica y es como sigue: "La imagen de la perfección, mantenida con confianza en el nivel relajado de la mente, tiene poder para modificar la imperfección".
- Esta afirmación contiene cuatro conceptos fundamentales:
- Imagen,
- Perfección,
- Confianza
- Relajación.
Estos requisitos son esenciales. Si falta uno de ellos se queda incompleta la fórmula que permite autocurarse y curar a los demás.
La actitud mental es la base de la curación psicotrónica. Ninguna técnica da resultado si no tenemos la disposición correcta. Cuando usted utilice sus manos o sus ojos para curar, debe tener la mente enfocada positivamente hacia lo que está haciendo. De lo contrario ningún esfuerzo dará resultado.
La actitud mental es la base de la curación psicotrónica. Ninguna técnica da resultado si no tenemos la disposición correcta. Cuando usted utilice sus manos o sus ojos para curar, debe tener la mente enfocada positivamente hacia lo que está haciendo. De lo contrario ningún esfuerzo dará resultado.
Diagnóstico psiquico a distancia
En realidad, la facultad psicotrónica que permite detectar enfermedades no es diagnosis. Sólo los médicos pueden realizar esta comprobación. La capacidad de descrubir utilizando la energía mental se denomina "discernimiento psicotrónico" y se realiza siempre a distancia. Todo lo que se necesita para ejercer este diagnóstico es:
Capacidad de relajación, Imaginación visual, Deseo de sanarse un mismo y a los demás, y Esperanza y fe en el éxito.
Una vez que está seguro de que cumple con los requisitos, puede trabajar para mejorar su capacidad de detcción.
La fórmula para hacerlo es simple. Lo primero que debe hacer es encontrar una habitación de la casa en la que pueda estar tranquilo. Sólo con su imaginación usted debe crear otra habitación. Con paredes, techo, suelo, ventanas. Píntela de los colorres que quiera, decórela, visualice alfombras, muebles, etc. Instale una gran claraboya en la habitación. Coloque una silla debajo de esa claraboya. Esa silla la utilizará cada vez que entre en la habitación. Está bañada por la luz del cielo. Siéntase ahora mentalmente en esa silla. Sienta la luz sobre usted como un halo dorado.
A continuación, relájese y visualícese en esa habitación mental. Examine su cuerpo de arriba a abajo, teniendo en cuenta hacía que parte se siente atraída su atención. Señale con la mano esa parte del cuerpo y pida que se torne transparente.
Luego, chasquee los dedos para hacer que esa parte se vuelva mayor y más clara. Investigue el problema, preguntándole a la parte afectada cuál es la anormalidad.
Acepte la respuesta que venga a su mente
Manos que curan
Sus manos son servidores poderosos y precisos de su mente. Constituyen un canal por el que fluye la energía psicotrónica. Usted puede convertirlas en herramientas de curación, canalizando a través de ellas la fuerza de su mente. Practique alguna de estas técnicas:
- Señalar a la persona imaginada.
- Frotar con una pomada imaginaria.
- Rociar con un aerosol imaginario para aliviar dolores.
- Chasquear los dedos para "ordenar la curación".
- Coser una herida.
A continuación, le mostramos dos técnicas de curación a través de la manos, una para sanar a otra persona y otra para autosanarse.
Fórmula para transferir energía positiva
Relájese y vaya a una habitación tranquila y visualícese a usted mismo instalado en su "habitación especial". Invite con la imaginación a la persona enferma a que entre en la habitación. Examínela a través de su discernimiento psicotrónico. Cuando localice la zona enferma, extienda sus manos. Recuerde que siempre cuando nos movemos en el mundo de la Psicotrónica, nos manejamos en un plano mental. Usted extiende manos "imaginarias" hacia la "imagen" de la persona enferma. Sus manos despiden luz y ese halo se dirige a la zona enferma, iluminándola cada vez más. Poco a poco la zona enferma va sanando. No quedan vestigios de enfermedad. Cuando haya logrado una imagen de esa persona en perfecta salud, termine la sesión.
Autocurarse con un chasquido de dedos
Relájese cómodamente, cerrando lo ojos, respirando profundamente y sintiendo que ya ha empezado la mejoría. Véase a sí mismo con el problema. Repáselo. Cambie a una representación de la solución. Véase perfecto. Véase libre de la condición. Tienda los dedos de la mano hacia el área afectada. Chasquee los dedos diciendo: "¡Fuera!". Su proceso de autocuración estará en marcha a partir de ese momento.
Los ojos un doble canal de salud
Los ojos constituyen una herramienta privilegiada para canalizar la energía, ya que pueden dirigirla en dos direcciones. Las curaciones psicotrónicas a través de los ojos trabajan con la energía solar, fuente de salud y vida. Por eso, para poner en práctica un método de sanación utilizando los ojos es preciso es preciso elegir un día cálido y soleado. Siga, paso a paso, las instrucciones.
Método de curación
Estas técnicas se realizan al aire libre. Puede llevarla a cabo en un parque, en un jardín o en cualquier lugar que usted desee. Es fundamental que pueda relajarse, de manera que no conviene trabajar en un lugar lleno de gente o ruidos.
- Siéntese de espaldas al Sol, bajo la luz solar con los ojos cerrados.
- Imagine que el Sol fluye por su cuerpo desde la coronilla hasta los pies, sabiendo, que las células de su cuerpo se beneficiarán de inmediato.
- Abra bien los ojos y ciérrelos varias veces.
- Sienta el resplandor del Sol fluyendo por su nuca y saliendo por sus ojos, dando energía a todo lo que ve. Los beneficios se harán sentir de manera instantánea.
- Termine la sesión.
Fuente: Sitios España.com
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¿ Hay Espíritus en planos cercanos a otros mundos físicos ?
La Tierra que el Padre nos ha cedido para nuestra depuración podría hacernos felices, si todos, pobres y ricos, pensáramos cada día: ¿a qué he venido a la Tierra? Pero hemos faltado y faltáis a la ley. Las pasiones, el orgullo y la crueldad se han apoderado de la humanidad y en lugar de hacer un edén de este mundo que habitamos, lo hemos convertido en un infierno, y digo infierno porque en la Creación no hay otros infiernos que aquellos que los hijos rebeldes se crean, en donde sufren y en donde sufrimos, porque en lugar de la paz tenemos la guerra, y en vez de amaros no os podéis sufrir los unos a los otros, y gran parte de la humanidad vive como las fieras: gruñendo y despedazándose, y el resultado de tal proceder son lágrimas, sangre, horrores, crímenes, sufrimientos, castigos y turbaciones, por siglos y siglos”.
La Tierra es un hospital de generaciones enfermas que están pasando la convalecencia; sólo los Espíritus de buena intención son los que pueden conseguir con sus sanos consejos el alivio y regeneración de los enfermos.
Cuando nos entregamos al sueño y paseamos en el otro lado de la vida, si nuestro Espíritu no encontrará una mano amiga que le detuviera y no oyera una voz cariñosa que nos preguntara: ¿A dónde vas pobre desterrado? ¿Creéis que tendrías fuerza para reanimar su organismo y comenzar el trabajo de un nuevo día? No: el alma necesita amor como vuestras flores el rocío, como las aves sus alas; sin ese alimento esencialmente divino no puede vivir; y cuando sus culpas le obligan a carecer de familia, de hogar, de seres afines a él, y tiene que permanecer en una doble prisión, separado de sus semejantes, entonces su razón se oscurece.
El hombre es un ser sociable por excelencia, se siente atraído a formar familia, como que es miembro de la familia universal; recuerda su origen, y sin los lazos del amor, de la amistad, del parentesco, de la simpatía, no puede vivir, y como no puede vivir, por eso no falta quien le quiera, visible o invisible; por eso el desgraciado dice muchas veces: quisiera siempre estar durmiendo, porque durmiendo soy más feliz; entonces no me acuerdo de mis desventuras; y no es que no se acuerda, al contrario, las ve con más claridad; lo que tiene es que las ve acompañado de Espíritus amigos que le alientan y le fortifican y le ayudan a llevar el peso de su cruz.
“Todos los que os creéis desheredados en la Tierra tenéis vuestros tutores en el Espacio, quienes cuidan de vuestra herencia y os guardan vuestros tesoros para cuando seáis dignos de poseerlos.
“Hay algunos Espíritus tan depravados, hacen tan mal uso de su libre albedrío, que a éstos necesariamente les dura más tiempo la orfandad, porque rechazan con sus desmanes todo el amor y la tierna solicitud de las almas que quieren su bien.
“Es muy distinto ver las miserias de la Tierra a gran distancia a vivir en medio de ellas, y son muchos los Espíritus que sucumben en medio de sus rudas pruebas y de sus expiaciones.
“Nunca por muy criminal que veáis al hombre no le corrijáis a través de la violencia, que harta desgracia tiene con la enormidad de sus delitos.
“¿Dónde hay mayor infortunio que en la criminalidad? ¿Qué infierno puede compararse con la interminable serie de penosísimas encarnaciones que tiene que sufrir el Espíritu rebelde inclinado al mal? En unas la locura, en otras la espantosa deformidad, en aquélla la miseria con todos sus horrores y sus vergonzosas humillaciones y otros sufrimientos que nos es imposible enumerar, porque para sumar todos los dolores que puede sentir el Espíritu no hay números bastantes en vuestras tablas aritméticas para formar el total; la imaginación se pierde cuando quiere sujetar a una cantidad fija el infinito de la vida que nos envuelve en absoluto.
“Después de esas encarnaciones horribles, vienen esas existencias lánguidas, tristes, solitarias, en las cuales la vida es una continua contrariedad; el Espíritu ya se inclina al bien, pero su amor no encuentra recompensa; almas, al parecer ingratas, miran con indiferencia los primeros pasos de aquel pobre enfermo que quiere amar y no encuentra en quien depositar su cariño, y hasta las flores se marchitan con su aliento antes de ofrecerle fragancia; esas existencias son dolorosísimas; expiación que sufre actualmente la mayoría de los terrenales, Espíritus de larga historia, sembrada de horrores y de crueldades. En ese período es cuando necesita el hombre conocer algo de su vida, porque ya tiene conocimiento suficiente para comprender las ventajas del bien y los perjuicios del mal.
Las mesas danzaron y los demás muebles cambiaron de lugar. Y resonaron en distintos puntos de la Tierra las voces de los Espíritus, porque era necesario que comprendierais que no estabais solos en el mundo.
“Muchos suicidios ha evitado la Doctrina Espirita y a muchas almas enfermas se les ha devuelto la salud.
“A un gran número de sabios orgullosos les ha demostrado que la ciencia humana es un grano de arena en comparación del infinito, de la ciencia universal; y una revolución inmensa llevaremos a cabo, porque ha llegado la hora del progreso para las generaciones de ese planeta.
“Comenzamos a conocer la verdad que muchas veces rechazamos, porque la luz nos deslumbra, pero al fin nos habituaremos a ella, ensancharemos el círculo de nuestra familia terrenal y miraremos en los Espíritus miembros de nuestra familia universal.
“Seréis más compasivos con los criminales cuando sepáis que también lo habéis sido vosotros y que quizá mañana volveréis a caer; que al Espíritu apegado al mal le cuesta mucho decidirse al bien; es como el pequeño que da un paso y retrocede cinco, y anda repetidas veces un mismo camino; pues de igual modo hacemos nosotros y hemos hecho todos los Espíritus de la Creación, con la sola diferencia que unos tienen más decisión que otros y más valor para sufrir la pena que se han impuesto.
“Vosotros, los que buscáis en las comunicaciones saludable consejo y útil enseñanza, aprovechad las instrucciones de ultratumba siempre que éstas os marquen el sendero de la virtud y no halaguen vuestros vicios, ni patrocinen vuestras debilidades; desconfiad siempre de todo Espíritu que os prometa mundo de gloria en cuanto abandonéis la Tierra. Estudiad vuestra historia, miraos sin pasión, y os veréis pequeños, pequeñísimos, microscópicos, llenos de innumerables defectos: celosos, vengativos, envidiosos, avaros, muy amigos de vosotros mismos, pero de vuestro prójimo, no; y con una túnica tan manchada, no esperéis sentaros a la mesa de vuestro Padre, para lo cual precisáis cubriros con vestiduras luminosas y así poder penetrar en las moradas donde la vida está exenta de penalidades, sin que por esto los Espíritus dejen de entregarse al cultivo de las ciencias y al nobilísimo trabajo de la investigación, porque siempre tendrán las almas algo más que aprender.
“Nosotros venimos a demostraros que el alma nunca muere y que el hombre es el que a sí mismo se premia o se castiga; que las leyes de Dios, que son las que rigen la Naturaleza, son inmutables. Venimos a aconsejaros, a fortaleceros, a enseñaros a conocer la armonía universal, a contaros la historia de vuestros desaciertos de ayer, causa de vuestros infortunios de hoy; esta es la misión de los Espíritus cerca de vosotros; impulsaros al trabajo, al cultivo de vuestra razón, que es la que os ha de conducir al perfecto conocimiento de Dios. Cuando comprendáis que en la Creación todo es justo, entonces será cuando adoraréis a Dios en espíritu y verdad, entonces alabaréis su nombre con el hosanna prometido por las religiones, que aún no se ha cantado en la Tierra por la raza humana; las aves son las únicas que lo entonan cuando saludan al astro del día en su espléndida aparición.
“Recordad siempre que no hay gemido sin historia, ni buena acción sin recompensa; trabajad en vuestro progreso, y cuando encontréis uno de esos desgraciados, como el Espíritu que ha dado origen a nuestra comunicación, compadecedle, porque tras de aquel sufrimiento tan horrible le esperan por razón natural muchas existencias dolorosísimas en las cuales la soledad será su patrimonio, y aunque como os he dicho antes, el Espíritu nunca está solo, al alma enferma le sucede lo que al hombre cuando sale de una enfermedad gravísima, que en la convalecencia está tan delicado, tan impertinente, tan caprichoso, tan exigente, que toda su familia tiene que mimarlo, acariciarlo y prestarle los más tiernos cuidados; y esto mismo exigen los Espíritus cuando salen del caos de los desaciertos y comienzan su rehabilitación; entonces quieren el amor de la familia, la simpatía de los amigos, la consideración social, y como no han ganado lo que desean, como no lo merecen, no lo tienen; y aunque no les falte un Ser que les quiera y les compadezca, eso no es bastante para ellos; quieren más, y corren anhelantes tras un fantasma que los hombres llaman felicidad, y como el judío errante de la leyenda cruzan ese mundo sin encontrar una tienda hospitalaria donde reposar.
“La mayoría de los Seres encarnados en la Tierra sois enfermos convalecientes, y sólo en los Espíritus encontraréis los médicos del alma que calmarán vuestra sed devoradora.
“Estáis cansados y fatigados, tenéis hambre, tenéis frío; reposad un momento, vuestros amigos de ultratumba quieren hacer menos penosa vuestra jornada, demostrándoos con hechos innegables que en la vida infinita todo es justo”.
Lo que es nosotros, hemos debido al estudio del Espiritismo los goces más puros de nuestra vida; hemos adquirido una profunda resignación y un íntimo convencimiento de que nadie tiene más de lo que se merece; esta certidumbre es la verdadera, la única felicidad que puede tener el Espíritu en medio de su expiación.
Nosotros, estudiando la Naturaleza, leyendo en ese libro que nunca tendrá fin, admirando la exactitud matemática que tienen sus leyes, trabajamos cuanto nos es posible en nuestro progreso, y cuando la soledad nos abruma, cuando el desaliento nos domina, miramos al cielo, vemos en él los resplandores de la eterna vida y decimos: ¡En la Creación todo es justo!
Extraído del libro de Amalia Domingo Soler “Hechos que prueban” por,
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¿ Hay Espíritus en planos cercanos a otros mundos físicos ?
Así es, y forman en esos mundos físicos una
psicoesfera similar a la nuestra, con la que se interpenetran y
que están pobladas por Seres que, con arreglo a su tono
vibracional, por afinidad se agrupan transitoriamente en ese plano
de la existencia , en mundos y ciudades espirituales, para más tarde
reencarnar en otros mundos físicos como hacen en la Tierra los que
existen en estado de erraticidad en los planos espirituales que se
interpenetran con el plano físico y donde conforman la psicoesfera
terrestre.
Hay que tener presente que existen mundos físicos
muy diferentes a la Tierra en cuanto a constitución material, y que
por sus particulares condiciones naturales y medioambientales, no
podrían ser habitados por Seres humanos terrestres debido a
nuestra natural constitución física y medioambiental, que hace
imposible en ellos nuestra vida orgánica tal como aquí la
conocemos, pero esto no supone que esos mundos inaccesibles al ser
humano, no puedan estar habitados en su psicoesfera por Seres
espirituales a los que no afectan las particularidades físicas de
esos mundos, que incluso podrían estar habitados por seres
espirituales con una realidad física adaptada a las circunstancias
físicas particulares de cada mundo pudiendo habitar naturalmente en
cada uno de ellos.
- Jose Luis Martín-
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“Todos
los mundos son solidarios; lo que no se hace en uno se hace en otro”
- El Libro de los Espíritus -
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LECCIONES PARA LA REFLEXIÓN DE AMALIA DOMINGO SOLER
La Tierra que el Padre nos ha cedido para nuestra depuración podría hacernos felices, si todos, pobres y ricos, pensáramos cada día: ¿a qué he venido a la Tierra? Pero hemos faltado y faltáis a la ley. Las pasiones, el orgullo y la crueldad se han apoderado de la humanidad y en lugar de hacer un edén de este mundo que habitamos, lo hemos convertido en un infierno, y digo infierno porque en la Creación no hay otros infiernos que aquellos que los hijos rebeldes se crean, en donde sufren y en donde sufrimos, porque en lugar de la paz tenemos la guerra, y en vez de amaros no os podéis sufrir los unos a los otros, y gran parte de la humanidad vive como las fieras: gruñendo y despedazándose, y el resultado de tal proceder son lágrimas, sangre, horrores, crímenes, sufrimientos, castigos y turbaciones, por siglos y siglos”.
La Tierra es un hospital de generaciones enfermas que están pasando la convalecencia; sólo los Espíritus de buena intención son los que pueden conseguir con sus sanos consejos el alivio y regeneración de los enfermos.
Cuando nos entregamos al sueño y paseamos en el otro lado de la vida, si nuestro Espíritu no encontrará una mano amiga que le detuviera y no oyera una voz cariñosa que nos preguntara: ¿A dónde vas pobre desterrado? ¿Creéis que tendrías fuerza para reanimar su organismo y comenzar el trabajo de un nuevo día? No: el alma necesita amor como vuestras flores el rocío, como las aves sus alas; sin ese alimento esencialmente divino no puede vivir; y cuando sus culpas le obligan a carecer de familia, de hogar, de seres afines a él, y tiene que permanecer en una doble prisión, separado de sus semejantes, entonces su razón se oscurece.
El hombre es un ser sociable por excelencia, se siente atraído a formar familia, como que es miembro de la familia universal; recuerda su origen, y sin los lazos del amor, de la amistad, del parentesco, de la simpatía, no puede vivir, y como no puede vivir, por eso no falta quien le quiera, visible o invisible; por eso el desgraciado dice muchas veces: quisiera siempre estar durmiendo, porque durmiendo soy más feliz; entonces no me acuerdo de mis desventuras; y no es que no se acuerda, al contrario, las ve con más claridad; lo que tiene es que las ve acompañado de Espíritus amigos que le alientan y le fortifican y le ayudan a llevar el peso de su cruz.
“Todos los que os creéis desheredados en la Tierra tenéis vuestros tutores en el Espacio, quienes cuidan de vuestra herencia y os guardan vuestros tesoros para cuando seáis dignos de poseerlos.
“Hay algunos Espíritus tan depravados, hacen tan mal uso de su libre albedrío, que a éstos necesariamente les dura más tiempo la orfandad, porque rechazan con sus desmanes todo el amor y la tierna solicitud de las almas que quieren su bien.
“Es muy distinto ver las miserias de la Tierra a gran distancia a vivir en medio de ellas, y son muchos los Espíritus que sucumben en medio de sus rudas pruebas y de sus expiaciones.
“Nunca por muy criminal que veáis al hombre no le corrijáis a través de la violencia, que harta desgracia tiene con la enormidad de sus delitos.
“¿Dónde hay mayor infortunio que en la criminalidad? ¿Qué infierno puede compararse con la interminable serie de penosísimas encarnaciones que tiene que sufrir el Espíritu rebelde inclinado al mal? En unas la locura, en otras la espantosa deformidad, en aquélla la miseria con todos sus horrores y sus vergonzosas humillaciones y otros sufrimientos que nos es imposible enumerar, porque para sumar todos los dolores que puede sentir el Espíritu no hay números bastantes en vuestras tablas aritméticas para formar el total; la imaginación se pierde cuando quiere sujetar a una cantidad fija el infinito de la vida que nos envuelve en absoluto.
“Después de esas encarnaciones horribles, vienen esas existencias lánguidas, tristes, solitarias, en las cuales la vida es una continua contrariedad; el Espíritu ya se inclina al bien, pero su amor no encuentra recompensa; almas, al parecer ingratas, miran con indiferencia los primeros pasos de aquel pobre enfermo que quiere amar y no encuentra en quien depositar su cariño, y hasta las flores se marchitan con su aliento antes de ofrecerle fragancia; esas existencias son dolorosísimas; expiación que sufre actualmente la mayoría de los terrenales, Espíritus de larga historia, sembrada de horrores y de crueldades. En ese período es cuando necesita el hombre conocer algo de su vida, porque ya tiene conocimiento suficiente para comprender las ventajas del bien y los perjuicios del mal.
Las mesas danzaron y los demás muebles cambiaron de lugar. Y resonaron en distintos puntos de la Tierra las voces de los Espíritus, porque era necesario que comprendierais que no estabais solos en el mundo.
“Muchos suicidios ha evitado la Doctrina Espirita y a muchas almas enfermas se les ha devuelto la salud.
“A un gran número de sabios orgullosos les ha demostrado que la ciencia humana es un grano de arena en comparación del infinito, de la ciencia universal; y una revolución inmensa llevaremos a cabo, porque ha llegado la hora del progreso para las generaciones de ese planeta.
“Comenzamos a conocer la verdad que muchas veces rechazamos, porque la luz nos deslumbra, pero al fin nos habituaremos a ella, ensancharemos el círculo de nuestra familia terrenal y miraremos en los Espíritus miembros de nuestra familia universal.
“Seréis más compasivos con los criminales cuando sepáis que también lo habéis sido vosotros y que quizá mañana volveréis a caer; que al Espíritu apegado al mal le cuesta mucho decidirse al bien; es como el pequeño que da un paso y retrocede cinco, y anda repetidas veces un mismo camino; pues de igual modo hacemos nosotros y hemos hecho todos los Espíritus de la Creación, con la sola diferencia que unos tienen más decisión que otros y más valor para sufrir la pena que se han impuesto.
“Vosotros, los que buscáis en las comunicaciones saludable consejo y útil enseñanza, aprovechad las instrucciones de ultratumba siempre que éstas os marquen el sendero de la virtud y no halaguen vuestros vicios, ni patrocinen vuestras debilidades; desconfiad siempre de todo Espíritu que os prometa mundo de gloria en cuanto abandonéis la Tierra. Estudiad vuestra historia, miraos sin pasión, y os veréis pequeños, pequeñísimos, microscópicos, llenos de innumerables defectos: celosos, vengativos, envidiosos, avaros, muy amigos de vosotros mismos, pero de vuestro prójimo, no; y con una túnica tan manchada, no esperéis sentaros a la mesa de vuestro Padre, para lo cual precisáis cubriros con vestiduras luminosas y así poder penetrar en las moradas donde la vida está exenta de penalidades, sin que por esto los Espíritus dejen de entregarse al cultivo de las ciencias y al nobilísimo trabajo de la investigación, porque siempre tendrán las almas algo más que aprender.
“Nosotros venimos a demostraros que el alma nunca muere y que el hombre es el que a sí mismo se premia o se castiga; que las leyes de Dios, que son las que rigen la Naturaleza, son inmutables. Venimos a aconsejaros, a fortaleceros, a enseñaros a conocer la armonía universal, a contaros la historia de vuestros desaciertos de ayer, causa de vuestros infortunios de hoy; esta es la misión de los Espíritus cerca de vosotros; impulsaros al trabajo, al cultivo de vuestra razón, que es la que os ha de conducir al perfecto conocimiento de Dios. Cuando comprendáis que en la Creación todo es justo, entonces será cuando adoraréis a Dios en espíritu y verdad, entonces alabaréis su nombre con el hosanna prometido por las religiones, que aún no se ha cantado en la Tierra por la raza humana; las aves son las únicas que lo entonan cuando saludan al astro del día en su espléndida aparición.
“Recordad siempre que no hay gemido sin historia, ni buena acción sin recompensa; trabajad en vuestro progreso, y cuando encontréis uno de esos desgraciados, como el Espíritu que ha dado origen a nuestra comunicación, compadecedle, porque tras de aquel sufrimiento tan horrible le esperan por razón natural muchas existencias dolorosísimas en las cuales la soledad será su patrimonio, y aunque como os he dicho antes, el Espíritu nunca está solo, al alma enferma le sucede lo que al hombre cuando sale de una enfermedad gravísima, que en la convalecencia está tan delicado, tan impertinente, tan caprichoso, tan exigente, que toda su familia tiene que mimarlo, acariciarlo y prestarle los más tiernos cuidados; y esto mismo exigen los Espíritus cuando salen del caos de los desaciertos y comienzan su rehabilitación; entonces quieren el amor de la familia, la simpatía de los amigos, la consideración social, y como no han ganado lo que desean, como no lo merecen, no lo tienen; y aunque no les falte un Ser que les quiera y les compadezca, eso no es bastante para ellos; quieren más, y corren anhelantes tras un fantasma que los hombres llaman felicidad, y como el judío errante de la leyenda cruzan ese mundo sin encontrar una tienda hospitalaria donde reposar.
“La mayoría de los Seres encarnados en la Tierra sois enfermos convalecientes, y sólo en los Espíritus encontraréis los médicos del alma que calmarán vuestra sed devoradora.
“Estáis cansados y fatigados, tenéis hambre, tenéis frío; reposad un momento, vuestros amigos de ultratumba quieren hacer menos penosa vuestra jornada, demostrándoos con hechos innegables que en la vida infinita todo es justo”.
Lo que es nosotros, hemos debido al estudio del Espiritismo los goces más puros de nuestra vida; hemos adquirido una profunda resignación y un íntimo convencimiento de que nadie tiene más de lo que se merece; esta certidumbre es la verdadera, la única felicidad que puede tener el Espíritu en medio de su expiación.
Nosotros, estudiando la Naturaleza, leyendo en ese libro que nunca tendrá fin, admirando la exactitud matemática que tienen sus leyes, trabajamos cuanto nos es posible en nuestro progreso, y cuando la soledad nos abruma, cuando el desaliento nos domina, miramos al cielo, vemos en él los resplandores de la eterna vida y decimos: ¡En la Creación todo es justo!
Extraído del libro de Amalia Domingo Soler “Hechos que prueban” por,
Aporte de Mercedes Cruz Reyes
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