sábado, 18 de abril de 2015

Autodescubrimiento: Una búsqueda interior



MEDIUMS INTERESADOS.

El que no quiere tomarse el trabajo de estudiar, tiene más curiosidad que deseo real de instruirse, y los espíritus no aprecian más que yo a los curiosos. Por otra parte, la codicia les es esencialmente antipática, y no se prestan a nada que puede satisfacerla. Sería preciso formarse de ellos una idea muy falsa para creer que espíritus superiores, como Fenelón, Bossuet, Pascal y San Agustín, por ejemplo, se pongan a las órdenes de un advenedizo, a tanto por hora. No, caballero, las comunicaciones de ultratumba son muy serias y requieren mucho respeto para ser puestas en exhibición.
Sabemos, por otra parte, que los fenómenos espiritistas no marchan como las ruedas de un mecanismo, puesto que dependen de la voluntad de los espíritus. Aun admitiendo la aptitud medianímica, nadie puede responder de obtenerlos en un momento determinado. Si los incrédulos son dados a sospechar de la buena fe de los médiums en general, peor sería si se notase en ellos el estímulo del interés. Y con razón podría sospecharse que el médium retribuido simularía el fenómeno cuando no lo produjese el espíritu, porque ante todo le sería preciso ganar su dinero. Puesto que el desinterés más absoluto es la mejor garantía
de sinceridad, repugnaría a la razón el hacer venir por interés a las personas que nos son queridas, suponiendo que consintiesen en ello, lo cual es más que dudoso: en todo caso, sólo se prestarían a este cálculo espíritus de baja ralea, poco escrupulosos acerca de los medios e indignos de confianza, y aun éstos se gozan en el censurable placer de burlar las combinaciones y los cálculos de sus panegiristas.
La naturaleza de la facultad medianímica se opone, pues, a que se la convierta en una profesión, porque depende de una voluntad extraña al médium que podría faltarle en el momento en que más la necesitase, a menos que no se la supliese por la astucia. Pero aun admitiendo una completa buena fe, desde el momento en que los fenómenos no se obtienen a voluntad, seria efecto de la casualidad el que, en la sesión retribuida, se produjese precisamente el hecho deseado para el convencimiento. Bien puede usted dar cien mil francos a un médium, seguro de que no obtendrá de los espíritus lo que éstos no quieran hacer. Este cebo, que desnaturalizaría la intención, transformándola en un violento deseo de lucro, sería, por el contrario, un motivo de que no lo obtuviese. Si se está bien persuadido de la verdad de que el afecto y la simpatía son los más poderosos móviles de atracción para los espíritus, se comprenderá que no pueden ser solicitados por el pensamiento de emplearlos en el lucro.
Aquel, pues, que tenga necesidad de hechos para convencerse, debe probar a los espíritus su buena voluntad con una observación seria y paciente, si quiere ser secundado por ellos.
Pero si es verdad que la fe no se impone, no lo es menos que tampoco se compra.
V. - Comprendo este razonamiento desde el punto de vista moral; ¿pero no es justo que el que emplea su tiempo en interés de la causa sea indemnizado, impidiéndole aquel empleo el trabajar para vivir?
A.K. - Ante todo, ¿lo hace precisamente en interés de la causa o en interés propio? Si ha dejado su estado, es porque no estaba satisfecho de él y porque esperaba ganar más con el nuevo oficio, o trabajar menos. Ningún mérito tiene emplear el tiempo cuando se hace para lograr provecho. Esto es absolutamente como decir que el panadero fabrica el pan en provecho de la Humanidad. La mediumnidad no es el único recurso, y de no existir ella, los médiums interesados se verían obligados a ganarse la vida de otro modo. Los médiums  verdaderamente formales y desinteresados buscan los medios de vivir en el trabajo cotidiano, y no abandonan sus ocupaciones cuando necesitan de éstas para subsistir: sólo consagran a la mediumnidad el tiempo que sin perjuicio puedan ocuparle; si se dedican a ella en sus ratos de ocio y de reposo, existe entonces verdadero desinterés, por el cual se les ve agradecidos y son objeto de aprecio y respeto.

QUE ES EL ESPIRITISMO. ALLAN KARDEC.



                                       ****************************


El sabio no es el hombre que suministra las 

verdaderas respuestas; es el que formula 

las verdaderas preguntas. 

           Lévi-Strauss


                                         ********************************

Espiritismo, Ciencia del Alma


En la Introducción de la Revista Espirita, inaugural, de enero de 1858, Allan Kardec escribió:
Tal vez nos objeten la calificación de ciencia que damos al Espiritismo. Él no podría, sin duda, en algunos casos, tener los caracteres de una ciencia exacta, y ahí está, precisamente, el error de aquellos que pretenden juzgarlo y experimentarlo como un análisis químico, como un problema matemático: ya es mucho que tenga lo de una ciencia filosófica. Toda ciencia debe estar basada sobre hechos; pero sólo los hechos en sí no constituyen la ciencia; la ciencia nace de la coordinación y de la deducción lógica de los hechos: es el conjunto de leyes que los rigen ¿El Espiritismo llegó al estado de ciencia? Si se trata de una ciencia perfecta, sin duda, sería prematuro responder afirmativamente; pero las observaciones son, desde hoy, bastante numerosas como para poder, por lo menos, deducir los principios generales, y es ahí donde comienza la ciencia”.
Siempre se cuestionó lo que Allan Kardec quería decir como “ciencia filosófica”. Por el desarrollo de la cultura se puede admitir, sin miedo a equivocarse, que “ciencia filosófica” es, en verdad, lo que se convino en llamar de “ciencias humanas”, ramas del conocimiento, de investigación dirigidas hacia la persona humana, con parámetros y métodos propios, paralelamente a las ciencias físicas, a las ciencias duras, exactas.
Por lo tanto al llamar el Espiritismo de Ciencia del Alma, proponiendo que sea configurado en las bases de una ciencia humana específica y especial, estamos acompañando el pensamiento del fundador del Espiritismo.
Entonces, el Espiritismo es una ciencia del alma, una ciencia humana cuyo objeto es explicar el ser humano como un alma, su estructura, su actuación y su evolución. Con ese carácter puede desarrollar un espíritu crítico y explorar la realidad esencial del ser humano dentro de la ley natural, de la naturalidad de los procesos evolutivos, a través de la reencarnación, como un alma atemporal, inmortal y en crecimiento.

Jaci Regis
Recibido a través del Canal de CEPA
Traducción: Pura Argelich

Adaptación: Oswaldo E. Porras Dorta

                                                 ************************************

AUTODESCUBRIMIENTO: 
UNA BÚSQUEDA INTERIOR

Mucho antes de la valiosa contribución de los psiquiatras y psicólogos humanistas y Transpersonales, como Kübles-Ross, Grof, Raymond Moody Júnior, Maslow, Tart, Víctor Frankl, Goleman y otros, que pusieron el alma como base de los fenómenos humanos, la psicología espírita demostró que, sin una visión espiritual de la existencia física, la propia vida permanecería sin sentido o significado.

El reduccionismo, en psicología, vuelve al ser humano un montón de células bajo la dirección del sistema nervioso central, víctima por los factores de la herencia y por los caprichos aberrantes del acaso.

La salud y la dolencia, la felicidad y la desdicha, la genialidad y las patologías mentales, limitadoras y crueles, no pasan de  ser ocurrencias estúpidas de la eventualidad genética.


Así considerado, el ser humano comenzaría en la concepción y se anularía en la muerte, un periodo muy breve para el trabajo que la Naturaleza aplicó más de dos billones de años, aglutinando y perfeccionando moléculas, que se transformaron en un código biológico fatalista…

Por otro lado, la ingeniería genética actual, aliándose a la biología molecular, comienza a detectar la energía como factor causal para la construcción del individuo, que pasa a ser heredero de sí mismo, en los avanzados procesos de las experiencias de la evolución.

Los conceptos materialistas, de ese modo, aferrados al mecanismo fatalista, ceden lugar a una concepción espiritualista para la criatura humana, liberándola de las pasiones animales y de los atavismos que aun le son predominantes.

Innegablemente, Freud y Jung enseñaron una visión más profunda del ser humano con el descubrimiento y estudio del inconsciente, así como de los arquetipos, respectivamente, constatando la realidad del Espíritu, como explicación para los comportamientos variados de los diferentes individuos; procedentes del mismo árbol genético, ellos se presentan fisiológica y psicológicamente opuestos, bien y mal dotados, con equipos de salud y de desconcierto.

No nos atrevemos a negar los factores hereditarios, sociales y familiares en la formación de la personalidad de la criatura. No obstante, el retraso que de ellos derivan de necesidades de la evolución, que imponen la reencarnación en el lugar adecuado, entre aquellos que propician los recursos compatibles para el trabajo de auto-iluminación, de crecimiento interior.

El hogar ejerce, sin ninguna duda, como ocurre con el ambiente social, significativa influencia en el ser, cuyos tributos serán el equilibrio o el desorden moral, la armonía física o psíquica correspondiente al estado evolutivo en el cual se encuentra.

La necesidad, por tanto, del auto-descubrimiento, en una panorámica racional se vuelve improrrogable, a fin de favorecer la recuperación, cuando en estado de desarmonía, o el crecimiento, se es portador de valores intrínsecos latentes. En cuanto no se conciencie de las propias posibilidades, el individuo se aturde en conflictos de naturaleza destructiva, o huye espectacularmente para estados depresivos, sumergiéndose en psicosis de variado orden, que lo dominan y no hacen viable su evolución, por lo menos momentáneamente.

La experiencia del auto descubrimiento le faculta identificar los límites y las dependencias, las aspiraciones verdaderas y las falsas, los embustes del ego y las imposturas de la ilusión.

Le restan en el comportamiento, como herencia de las cimas ya vencidos por la evolución, la dualidad del negativismo y del positivismo ante de las decisiones a tomar.

No identificado con los propósitos de la finalidad superior de la Vida, en cuanto es invitado a la liberación de los vicios y pasiones perturbadores, de las aflicciones y tendencias destructivas, esa dualidad de lo negativo y de lo positivo se le diseña en el pensamiento, dificultándole la decisión.

Es común, entonces, el asalto mental por la duda: ¿Esto o aquello? La definición se hace con inseguridad y el asalto para la ejecución del propósito nuevo disminuye o desaparece en base a las continuas inseguridades.

Se hace imprescindibles algunos requisitos para que sea logrado el auto-descubrimiento con la finalidad de bienestar y de plenos logros, a saber: insatisfacción por lo que se es, o se posee o cómo se encuentra; deseo sincero de cambios; persistencia en el intento; disposición para aceptarse y vencerse; capacidad para crecer emocionalmente.

Porque se desconoce, víctimas por herencias ancestrales – de otras reencarnaciones -,de castraciones domésticas, de fobias que prevalecen de la infancia, por la falta de madurez psicológica y otras, el individuo permanece frágil, susceptible a los estímulos negativos, por falta de auto-estima, de auto-respeto, dominado por los complejos de inferioridad y por la timidez, refugiándose en la inseguridad y padeciendo aflicciones perfectamente superables, que le cumple superar mediante un cuidadoso programa de discernimiento de los objetivos de la vida y por el empeño en vivirlo.

Inadvertidamente o por comodidad, la mayoría de las personas acepta y se somete a lo que podría cambiar a beneficio propio, auto castigándose, y creyendo merecer el sufrimiento y la infelicidad con que se ve enfrentados, cuando el propósito de la Divinidad para con sus criaturas es la plenitud, es la perfección.

Dominado por la conducta infantil de los premios y de los castigos, el individuo no madura el yo profundo, continuando bajo el yugo de los caprichos del ego, confundiendo resignación con la indiferencia por la propia realización del hecho – dolor sin rebeldía, sin embargo actuando para erradicarla.

Liberándose de las imágenes erróneas a respecto de la vida, el ser debe asumir la realidad del proceso de la evolución y vencerse, superando los hechos de perturbación y de destrucción.

Al presentar nuestro libro a los interesados en la explicación de sí mismo, intentamos colocar puentes entre los mecanismos de las psicologías humanista y transpersonal con la Doctrina Espírita, que las ilumina y completa, así cooperando de alguna forma con aquellos que se empeñan en la búsqueda interior, en el auto descubrimiento.

No nos facultamos la ilusión de considerar nuestro trabajo más que un simple ensayo sobre el asunto, con un elenco amplio de temas compilados en el pensamiento de los eméritos del alma y con nuestra contribución personal.

Una centella puede suponer un incendio.

Una brazada de luz abre una brecha en las tinieblas.

Una gota de bálsamo suaviza la aflicción.

Una palabra sabia guía una vida.

Un gesto de amor inspira esperanza y da paz.

Esta es una pequeña contribución que dirigimos a los que sinceramente se buscan, teniendo a Jesús como Modelo y Terapia Superior para los problemas del cuerpo, de la mente y del espíritu.

Rogando excusas por su sencillez, permanecemos confiados en los resultados felices de aquellos que intentan el auto-descubrimiento, avanzando en paz.

- Juana de Ángelis-(espíritu)

                            ******************

 
  ¿ Ciencia o Religión ?

Es este un tema controvertido cuando, en realidad, no debería serlo, y que , además no es nuevo, sino que ya era una cuestión presente desde los primeros tiempos de la codificación espiritista. 

Pero, ¿no es ya hora de haber superado el tiempo de la discusión? ¿o se trata más bien de que no hemos entendido con profundidad, de verdad, el alcance y significado de nuestra doctrina?

Un asunto debería quedarnos suficientemente despejado antes de adentrarnos en esta controversia siempre de actualidad (desafortunadamente), y es que, pese a todo, y como controversia, sólo existe en la mente de aquellos aficionados a la polémica y a la discusión, en lugar del estudio y la reflexión que es lo que nuestra doctrina preconiza. Para algunos es irresistiblemente más atractiva la vía del escándalo y la actitud polemista, que el trabajo netamente espírita que es la auto-reforma y el crecimiento espiritual a través del estudio y el apoyo fraternal.

Allan Kardec es sobradamente explícito cuando manifiesta que el espiritismo es ciencia, filosofía y moral. Apunte similar da en Qué es el Espiritismo, donde dice que: // Su verdadero carácter es el de una ciencia y no el de una religión. //

Pero también es cierto que el codificador se expresa de la siguiente manera en la obra antes citada: // Desde el punto de vista religioso, el Espiritismo tiene por base las verdades fundamentales de todas las religiones. (...) No es una religión especial porque no tiene sacerdotes ni templos. //. Veamos: 'No es una religión especial', no es lo mismo que decir que no es ninguna religión, sino que no presenta las características de las demás religiones. Algo que tiene por base 'Las verdades fundamentales de todas las religiones', ¿no conlleva forzosa y naturalmente un aspecto religioso?.

'En el evangelio según el espiritismo', los Espíritus superiores esclarecen: Ciencia y religión son las dos palancas de la inteligencia humana. Una revela las leyes del mundo material y la otra las leyes del mundo moral.

Cuando un espírita habla del aspecto religioso, es porque forma parte de la codificación, no es invención de nadie; se está refiriendo a un 'aspecto' religioso y no a una religión propiamente dicha. ¿Por qué seguir discutiendo? ¿Olvidamos que el capítulo primero del 'Evangelio según el Espiritismo' habla de la Alianza de la Ciencia y Religión?.

Convengamos que al lado de aquellos compañeros que pecan de un excesivo 'religiosismo', por así decirlo, a la hora de tratar con la doctrina, están también con un exceso 'cienticismo', ¿con cuál propósito? Observando a algunos da la impresión de estar presurosos por adelantar la aceptación de la comunidad científica oficial, olvidando que Kardec apuntaba que el Espiritismo se destina a las masas, al pueblo, y sólo cuando estuviera vulgarizado, los científicos se rendirían a la evidencia. No es preocupación de la doctrina convencer a ningún científico, ya se encargará de esto el fluir natural de los acontecimientos y el progreso, pues ella se apoya sobre las grandes leyes que rigen todo nuestro universo, desde el micro al macrocosmos, y a su lado, la 'joven' ciencia de los hombres aún le queda mucho por andar... y muchos prejuicios que derribar.

Hay otro detalle que quizá los menos habituados al estudio ignoran. ¿No habla Kardec que la doctrina espírita debería pasar por diversos periodos? Esos periodos, algunos vivenciados y otros presentidos por el maestro de Lyon son:

1.- Periodo de curiosidad. 
2.- Periodo filosófico. 
3.- Periodo de lucha. 
4.- Periodo religioso. 
5.- Periodo de intermediario. 
6.- Periodo de regeneración. 

Pienso que, llegados a este punto, no nos cabe sino reflexionar individualmente, para intentar ser coherentes con los ideales que defendemos. ¿Es la nuestra una actitud en exceso influida por la tradición eclesiástica? ¿Es acaso, una actitud tan 'científica', que, sin pretenderlo, vamos desplazando la parte espiritual y cediendo terreno a atavismos materialistas aún impresos en nuestro interior? Las dos posturas no estarían del todo acertadas, si de coherencia doctrinaria hablamos, siendo convidadas ambas al estudio, el análisis y la reflexión.

Como en casi todo, los puntos extremos son equidistantes de la verdad.

Pese a todo: respeto y tolerancia.

Ramsay 

                                      *****************************

CONCLUSIÓN PARTE V
EL LIBRO DE LOS ESPÍRITUS 
  Allan Kardec
Comienza esta V parte haciendo un esbozo de la intranquilidad de los adversarios del Espiritismo por su propagación. Al estudiar el Espiritismo, encontramos la idea de que nada en la naturaleza se realiza por salto, fundamentándose la filosofía espírita en la lógica y el buen sentido teniendo un carácter universal.
Se hizo eco y logró adeptos en la época que surgieron las divertidas sesiones de las mesas danzantes, cuando las personas más instruidas eran las primeras en participar.

A pesar de los esfuerzos que muchos hicieron por ridiculizarla, ella se mantuvo firme en su rumbo, luchando contra las adversidades, buscando la luz, e irguiéndose como una planta en busca de los rallos del Sol para desarrollar su vida.
Por eso los espíritus advirtieron al codificador: “No os inquiete la oposición, pues todo lo que contra vosotros se haga, a favor vuestro redundará, y vuestros mayores adversarios servirán a vuestra causa, aun sin quererlo. Contra la voluntad de Dios no podrá prevalecer la mala voluntad de los hombres”.
Analizando este consejo de la espiritualidad superior al codificador, no podemos olvidar el auto de fe ocurrido en Barcelona el 9 de octubre de 1861, en la plaza pública, siendo quemados El libro de los Espíritus, El libro de los Médiums y la colección de la Revista Espírita, junto con diversas obras y folletos concernientes a la Doctrina, lo que hacía un total de trescientos volúmenes. Kardec, en su condición equilibrada y profunda, consideró pedir orientación a su guía espiritual: el Espíritu de la Verdad, y le dijo: No ignoras sin duda, lo que acaba de suceder en Barcelona con las obras espíritas. ¿Tendrías la amabilidad de decirme si conviene insistir en la restitución de los libros? Dándole como respuesta: Por derecho puedes reclamar las obras y seguramente te las devolverían (…) Pero mi consejo es que resultará de más utilidad dejar que el auto de fe se lleve a cabo… (…) Ya comprenderás cuanto progreso traerá una actitud ridícula y retrógrada. Las ideas se expandirán con más rapidez y las obras serán buscadas con más interés gracias a la quema de los libros. Todo es para bien. Para más tarde el 19 de octubre en una comunicación espontánea en la Sociedad Espírita de París, los espíritus dijeron: “Hacía falta algo auténticamente violento para despertar a ciertos Espíritus encarnados. Nada sucede en vano sobre la Tierra. Nosotros hemos inspirado el auto de fe en Barcelona, porque sabíamos que obrando así, daríamos un gran paso hacia adelante”.
El Espiritismo como la tercera revelación de Dios, trae como proyecto para la Humanidad una nueva fase moral que es inevitable, porque todo en el universo es evolución, y la causa que hizo posible su rápida propagación fue la satisfacción, la tranquilidad y la felicidad para aquéllos que la tomaron con seriedad; es por ello, que al esclarecerle al hombre de donde viene, por qué está en la Tierra y hacia dónde va, hace comprender la vida, esclareciendo que no comienza en la Tierra ni termina en ella.
El desarrollo de las ideas espíritas, en la humanidad, presenta, hasta el momento actual períodos marcados por:
El 1º- el de la curiosidad provocada por la extrañeza de los fenómenos, período que ya ha pasado.
El 2º- con el razonamiento y la filosofía.
El 3º- el actual, donde el Espiritismo ha progresado desde que es mejor comprendido en su esencia íntima, pues toca al punto más sensible e importante para el hombre: la felicidad, pudiendo ser conquistada desde este mundo. Muchos se pierden al interpretar que al ser la Tierra un mundo de expiación y prueba, y al asociarla con la enseñanza de Jesús cuando dijo: mi reino no es de este mundo; caen en el desánimo perdiendo toda la fuerza que se necesita para seguir el rumbo trazado en nuestras vidas. La felicidad es conquista de evolución desde este valle de lágrimas y dolor, cuando buscamos la sintonía de las dos virtudes por excelencia del maestro: la caridad y la humildad, que son los dos pilares fundamentales del perfeccionamiento espiritual.
Somos felices cuando comprendemos la vida, buscando en el espiritismo la fe razonada y el Amor que consuela a tantos corazones, penetrando en lo más íntimo del sentimiento humano.

A quienes se muestran materialistas y nos piden pruebas de la manifestación de los espíritus, sólo podemos decirles que si no aceptan una inteligencia superior que ha creado todo, no hay nada que podamos demostrarles, pero también esclarecerles que el codificador Allan Kardec desde su comienzo fundamentó su búsqueda estructurada sobre la tríada científica de la observación, la experimentación y la investigación.
Que lean y estudien antes de criticar; el materialismo nos presenta la vida bajo la óptica del egoísmo y de la nada después de la muerte y ninguna filosofía ha podido explicar mejor, a través del raciocinio el objetivo de la vida como el espiritismo, dándonos confianza en Dios, proporcionándonos calma y seguridad, librándonos del tormento, de la incertidumbre y del infierno que no existe; pues el único infierno que reconoce el espiritismo, es el desvío de nuestros actos en uso del libre albedrío, al violentar las leyes divinas. Pero más tarde, siendo Dios todo misericordia, nos da la posibilidad de la rectificación con la ley de la reencarnación; ¿existe algo mejor que esto?
El espiritismo en su conocimiento verdadero es la más pura moral evangélica, moral de las que muchos hablan pero que pocos la comprenden y saben practicar, basándose en las mismas directrices de la religión: Dios, el alma, las penas y las recompensas futuras; estás dos últimas, producto de nuestras consecuencias naturales de la vida, por nuestra condición de espíritus en evolución.
Finaliza esta parte quinta de la conclusión diciendo: que mientras Dios invita a los hombres a la felicidad, la esperanza y la fraternidad, el materialismo nos ofrece la NADA como perspectiva y el EGOISMO como consuelo.

Concluimos recordando una preciosa poesía que la cronista de los pobres; nuestra querida Amalia Domingo y Soler, dedicara a los libros de Allan Kardec, cumpliéndose en aquella fecha 45 años del auto de fe en Barcelona.

LOS LIBROS DE ALLAN KARDEC. Quemados en Barcelona .
Se quemaron los libros de las verdades,(que cometen los hombres mil necedades).
Volaron sus cenizas por los espacios,entrando en las cabañas y en los palacios.

Algunas hojas sueltas fueron leídas; y sus sabias lecciones bien comprendidas.
Todo lo extingue el fuego menos la idea; el pensamiento vence siempre a la tea.
Todo se quema; todo,(menos lo eterno); nieve son las hogueras del hondo averno.
Y la verdad es eterna porque es Dios mismo; hoy lleva un nuevo nombre ¡Espiritismo!
Y son sus enseñanzas tan racionales, y son todas sus leyes tan naturales,que es preciso aceptarlas sin restricciones,que la lógica misma son sus razones.
¡Quemad libros, ilusos! (¡vana tarea!) surgió de sus cenizas potente idea.
¡Idea grande, sublime! de Dios emblema; que es el Espiritismo la Ley Suprema.

Amalia Domingo y Soler

Trabajo realizado por Víctor Ruano

                                               ******************



No hay comentarios:

Publicar un comentario