domingo, 6 de noviembre de 2016

FINALMENTE COMPRENDÍ....




SÍNDROME DE VICTIMA
INCAPACIDAD DE ACEPTAR EL MUNDO TAL COMO ES
Todo comportamiento humano discurre de la concepción que nosotros tenemos de la realidad y en esa realidad existen dos polos bastantes distintos: aquello que somos nosotros y aquello que nos rodea.
Nuestra postura depende del modo como establecemos esa relación: la relación entre nosotros y los otros, entre nosotros y los miembros de nuestra familia, entre nosotros y otros miembros de la sociedad, entre nosotros y las cosas, entre nosotros y el trabajo, entre nosotros y la realidad externa.
Nuestra manera de sentir y de vivir depende de cómo cada uno de nosotros interioriza la relación entre esas dos partes de la realidad. Y una de las formas que aprendemos de relacionarnos con los otros es la postura que designamos por víctima.
¿Qué es la victima? La víctima es la persona que se siente inferior a la realidad, y la persona que se siente amargada por el mundo externo, es la persona que se siente desgraciada hacia los acontecimientos, es aquella que se acostumbra  a ver la realidad  solo en sus aspectos negativos. Ella siempre sabe que no debe  o que no puede, lo que no es cierto. Ella consigue ver apenas la sombra de la realidad, paralelo a una increíble capacidad para diagnosticar los problemas existentes.
Hay en ella una capacidad estructural de procurar el camino de las soluciones y, en este sentido, ella transfiere sus problemas para los otros; transfiere para las circunstancias, para el mundo exterior, la responsabilidad de lo que le está aconteciendo.
Esta es la postura de la justificativa. Justificarse es la señal de que no queremos cambiar. Para no asumir nuestro error, nos justificamos, o sea, transformamos lo que está errado en injusto y, de justificativa en justificativa, nos paralizamos, nos impedimos de crecer.
La víctima es incompetente en su relación con el mundo externo. Mientras colocamos la responsabilidad total de nuestros problemas en otras personas y  circunstancias,  quitaremos de nosotros mismos  la posibilidad de crecimiento.
Este tipo de postura del sentimiento de soledad. Es cuando no percibimos que somos responsables por nuestra  propia vida,  por sus altos y bajos, su bien y su mal, sus alegrías y tristezas, es cuando nuestra felicidad se torna dependiente de la manera como los otros actúan.
Y como las personas no actúan según nuestro padrón, nos sentimos infelices y sufridores. Realmente, la mejor manera de ser infelices es creer que es a la otra persona a la que compete darnos felicidad y, así,  enmascaramos nuestra propia vida frente a nuestros problemas.
La postura de víctima es la máscara que usamos para  no asumir la realidad difícil, cuando ella se presenta.
Es la falta de voluntad de crecer, de cambiar, escondida bajo la capa de la apariencia externa. Esa es una de las  mayores ilusiones de nuestra vida: desear transferir para la realidad que no nos pertenece,  sobre la cual no poseemos ningún control, las deficiencias de la parte que nos cabe. Toda realización humana es bilateral: nosotros  y la sociedad, nosotros y la familia, nosotros y lo que nos rodea.
El mayor mal que hacemos a nosotros mismos es usar las limitaciones de otras personas de nuestro relacionamiento para no aceptar nuestra propia parte negativa.
Así usamos el sistema como bode expiatorio para nuestra acomodación  en el sufrimiento. La víctima es la persona que transformó su vida en una gran reclamación. Su modo de actuar y de estar en el mundo es siempre una forma quejosa, opción que es más cómoda que hacer algo para resolver los problemas. La victima usa el propio sufrimiento para  controlar el sentimiento ajeno; ella se coloca como dominada, como débil, para dominar el sentimiento de las otras personas.
Lo que más caracteriza a la víctima es su falta de voluntad de crecer. Sufriendo de una dolencia llamada perfeccionismo, que es la no aceptación de los errores humanos, la intolerancia con la imperfección humana, la victima desiste del propio crecimiento.
Ella se tortura con la idea perfeccionista, con la imagen de cómo debería ser, y tortura también a los otros relativamente aquello que las otras personas deberían ser.
Hay en la victima una tentativa de encuadrar el mundo en el modelo ideal que ella misma creó, y siempre que tenemos un modelo ideal en la cabeza es para evitar entrar en contacto con la realidad. La víctima no se relaciona con las personas aceptándolas como son, más si  de la manera que a ella le gustaría que fuesen.
Es como  queremos que los otros sean aquello que no estamos consiguiendo ser,  desear que el hijo, la mujer y el amigo sean lo que nosotros no somos.
Colocarse como víctima es una forma de negarse en la relación humana.  Por esta postura, no estamos presentes, no valemos nada, somos meros objetos de la situación. Queriendo ser el todo, nos colocamos en la situación de ser nada. Todavía, las dificultades y limitaciones del mundo externo son apenas un desafío para nuestro desenvolvimiento,  sin asumir nuestro espacio ni estar presentes.
Siendo así, cuanto peor sea un enfermo, tanto más competente debe ser el médico; mientras peor sea el alumno, más competente debe ser el profesor.
Así también, cuanto peor sea el sistema o la sociedad que nos rodea, más competentes debemos ser con las personas que forman parte de esta sociedad: cuanto peor sea nuestro hijo, más competentes debemos ser  como padre o como madre; cuanto peor sea nuestra mujer, más competentes debemos ser como marido; cuanto peor sea nuestro marido, más competentes debemos ser como esposa, y así en adelante.
De esta forma, nos colocamos en la posición de buscar el crecimiento y tomar la deficiencia ajena como incentivo para nuestros cambios existenciales.
Solo podemos crecer en aquello que nosotros somos, en aquello que nos pertenece. Nuestra fantasía está en querer cambiar el mundo entero para ser más felices. Todos nosotros tenemos parte de responsabilidad en aquello que está ocurriendo.
No raras veces, atribuimos a la sociedad actual, al mundo, la causa de nuestras tribulaciones y problemas. Tal vez sea esta la más común de las posturas de la víctima: generalizar para no resolver.
Los problemas de nuestra vida solo pueden ser resueltos en concreto,   en particular. Decir, por ejemplo, que somos    presionados por la sociedad a llevar una vida que no nos satisface, es colocar el problema de manera insoluble.
 Todavía preguntarnos a nosotros mismos cuales son las personas que concretamente están presionándonos  para hacer lo que nos desagrada, puede ayudar a traer una solución. Solo  podemos lidiar  con la sociedad en términos concretos, palpables.
Conforme nos relacionamos con cada persona, en cada lugar, en cada momento, estamos relacionando con la sociedad, porque cada persona específica, en un determinado lugar y momento, es la sociedad para nosotros en aquella hora.
Generalizamos para  no solucionar, y como todo aquello que nos acontece está vinculado a la realidad, todas las veces que quisiéramos encontrar disculpas para nosotros basta la imperfección externa.
Colocarse como víctima es economizar coraje para asumir la limitación humana, es no querer entender que la muerte antecede a la vida, que la simiente muere antes de nacer, que la noche antecede al día. La victima transforma las dificultades en conflicto a su vida  en un hueco sin salida. Ser víctima es querer huir de la realidad, del error, de la imperfección, de los límites humanos. Todas las evidencias de nuestra vida demuestran que el error existe en nosotros, en otros mundos. Neurótica es la persona que no quiere ver lo obvio.
La  víctima es una persona orgullosa que viste la capa de la humildad. El orgullo de ella viene a acreditar que ella es perfecta y que los otros son los que no pagan.  Cree que si el mundo  no fuese hecho de lo que es, si su esposa no fuese hecho lo que es,  si sus hijos no fuesen de hecho lo que son, si su marido fuese diferente, ella estaría bien, porque ella, la víctima, es buena, los otros son los que tienen deficiencias, son los otros los que tienen que cambiar.
A ese juego se llama el “Juego de la Infelicidad”.  La víctima es una persona que sufre y le gusta de hacer a los otros sufrir con el sufrimiento de ella, es la persona que usa sus dificultades físicas, afectivas, financieras, conyugales, profesionales, no para crecer, más para permanecer en ellas y, a partir de eso, hacer chantaje emocional con las otras personas.
La víctima es la persona que aun no perdonó por no ser perfecta y transformó el sufrimiento en un modo de ser,  en un modo de relacionarse con el mundo.
Es como si mirase para la luz y dijese:
“Que pena que tenga sombra…”, y como si mirase para la vida y dijese: “Que pena que haya muerte.” Y como si mirase para si y dijese: “Que pena que haya o no…”,
Y se niega a admitir que la luz y la sombra son caras de una misma moneda, que la vida  es hecha de valles y de montañas.
 No son las circunstancias que nos oprimen, más, si, a la manera como nosotros posicionamos ante ellas, porque en las mismas circunstancias en que unos procuran el camino del crecimiento, otros  procuran el camino de la locura, de la alineación. Las circunstancias son las mismas, lo que cambia es la disposición para el arborecer  y para el desabrochar, o para marchitar o secarse.
Portado el 3 e3 marzo del 2011 por Espiritismo en la Red.
Traducido por Mercedes Cruz Reyes     

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EL HOMBRE Y SU NECESIDAD SOCIAL Y REENCARNATORIA.
                
Un amigo nos preguntó: ¿Los Espíritus de los llamados salvajes, también están sujetos a la ley del progreso ?. En caso afirmativo, ¿ De qué forma progresarán ?.
El asunto fue tratado por Allan Kardec en su libro La Génesis, cap.XI, itens 32 y 33,

La respuesta es afirmativa.
Los Espíritus de los salvajes forman parte también de la Humanidad y alcanzarán un día el nivel en que se hallan sus hermanos más viejos. Se trata de un proceso lento, pero gradual.

La respuesta a la segunda pregunta evidencia la importancia de la reencarnación, cuyo principio es una consecuencia directa y necesaria de la ley de progreso.

Sin la reencarnación, ¿ cómo se explicaría la diferencia que existe entre el presente estado social y los tiempos en los que prevalecía la barbarie?.

A pesar de todo, si admitimos que las almas de ahora ya vivieron en tiempos lejanos; que posiblemente fueron bárbaras como los siglos en los que estuvieron en este mundo y sin embargo, progresaron; que para cada nueva existencia traen lo que adquirieron en las existencias precedentes; que por consiguiente, las de los tiempos civilizados no son almas creadas más perfectas, sino que son almas que se perfeccionaron por sí mismas con el tiempo, tendremos la única explicación plausible de la causa del progreso social.

Eso es lo que acontecerá con los llamados salvajes, que en cada encarnación van subiendo en la escala evolutiva, tanto en el aspecto moral como en el aspecto intelectual, para lo que es importantísimo el contacto con otras culturas, contrariamente a lo que algunos estudiosos dijeron.

El hombre no puede progresar solo, viviendo apartado de la sociedad. Le es fundamental la interacción con otros indivíduos. Lo mismo ocurre con los salvajes, que no tendrían futuro en ningún caso, si la existencia corpórea fuese una sola.

Astolfo O. de Oliveira Filho- Paraná (Brasil)
Revista "O Consolador" nº 209

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Un mal pensamiento no puede ser sugerido por un buen Espíritu. 

Allan Kardec

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 ORIGEN  Y CONOCIMIENTO DE LA LEY NATURAL

624. ¿Cuál es el carácter del verdadero profeta?
«El verdadero profeta es un hombre de bien inspirado por Dios. Puede conocérsele por sus palabras  y por sus hechos. Dios no puede servirse de los labios del mentiroso para enseñar la verdad».

625. ¿Cuál es el tipo más perfecto que Dios ha ofrecido al hombre, para que le sirviese de guía y modelo?                                                                                                              «Contemplad a Jesús».
 Jesús es para el hombre el tipo de la perfección moral a que puede aspirar la humanidad en la tierra. Dios nos lo ofrece como el modelo más perfecto, y la doctrina que enseñó es la más pura expresión de su ley; porque estaba animado del espíritu divino y es el ser más puro que ha venido a la tierra.
 Si algunos de los que han pretendido instruir al hombre en la ley de Dios lo han extraviado a veces con principios falsos, es porque ellos mismos se han dejado dominar por sentimientos demasiado terrestres, y por haber confundido las leyes que rigen las condiciones de la vida del alma con las que rigen la vida del cuerpo. Muchos han dado como leyes divinas las que sólo eran leyes humanas, creadas para favorecer las pasiones y dominar a los hombres.

 626. ¿Las leyes divinas y naturales sólo han sido reveladas a los hombres por Jesús, y antes de él no las conocieron más que por intuición?
«¿No hemos dicho que están escritas en todas partes?                                                       Los hombres que han meditado sobre la sabiduría han podido, pues, comprenderlas y enseñarlas desde los más remotos siglos, y con su enseñanza, aunque incompleta, han preparado el terreno para recibir la semilla. Estando escritas las leyes divinas en el libro de la naturaleza, el hombre ha podido conocerlas, cuando ha querido buscarlas, y por esto los preceptos que ella consagra han sido proclamados en todas las épocas por los hombres de bien, y por esto también se encuentran sus elementos en la doctrina moral de todos los pueblos que han salido de la barbarie, aunque incompletos o alterados por la ignorancia y la superstición».

627. Puesto que Jesús enseñó las verdaderas leyes de Dios, ¿cuál es la utilidad de la enseñanza dada por los espíritus? ¿Tienen algo nuevo que enseñarnos?
«La palabra de Jesús era a veces alegórica y en forma de parábola; porque hablaba con arreglo a los tiempos y lugares. Hoy es preciso que la verdad sea inteligible para todos. Es necesario explicar y desarrollar esas leyes, puesto que hay pocas personas que las comprendan y menos aún que las practiquen. Nuestra inisión es la de impresionar los ojos y los oídos para confundir a los orgullosos y desenmascarar a los hipócritas, a los que practican las exterioridades de la virtud y de la religión para encubrir sus vicios. La enseñanza de los espíritus debe ser clara e inequívoca, a fin de que nadie pueda pretextar ignorancia y de que sea posible a cada uno juzgarla y apreciarla con su propia razón. Estamos encargados de preparar el reino del bien anunciado por Jesús, y por esto no ha de ser lícito que pueda cada cual interpretar la ley de Dios a gusto de sus pasiones, ni falsear el sentido de una ley que es toda amor y caridad».

628. ¿Por qué la verdad no ha sido puesta siempre al alcance dé todo el mundo?
«Es preciso que todo llegue a su tiempo. La verdad es como la luz, a la cual es necesario acostumbrarse poco a poco, pues de otra manera deslumbra».
«Nunca ha sucedido que Dios haya permitido al hombre recibir comunicaciones tan completas e instructivas como las que hoy recibe. Como sabéis, habla en los antiguos tiempos algunos individuos que poseían lo que consideraban como una ciencia sagrada, y de la cual hacían un misterio para los que reputaban profanos. Por lo que conocéis de las leyes que rigen esos fenómenos, debéis comprender que no recibían más que algunas verdades diseminadas en medio de un conjunto equívoco y emblemático la mayor parte de las veces. Sin embargo, para el hombre estudioso no hay ningún sistema filosófico antiguo, ninguna tradición, ni ninguna religión que deba despreciarse; porque todo contiene gérmenes de grandes verdades que, aunque parezcan contradictorias entre sí, aunque esparcidas en medio de infundados accesorios, son fáciles de coordinar, gracias a que el espiritismo os da la clave de una multitud de cosas que, hasta ahora, pudieron pareceros irracionales, y cuya realidad os es demostrada actualmente de un modo irrecusable. No dejéis, pues, de tomar en esos materiales asuntos de estudio, puesto que son muy abundantes y pueden contribuir notablemente a vuestra instrucción».

Libro de los Espíritus - Allan Kardec 

Cristo es el modelo de virtudes  para todos los hombres.
Cristo es incomparable cara a la dedicación  que El dispensa a la Humanidad. Nosotros,  que aún estamos sumergidos en los pantanos de las  disputas teologicas, no tenemos parometros  para evaluar Su Magna  importancia para el espiritismo.
Las bondades de Cristo, su esfuerzo por que la gente entendiera su finalidad en la tierra.
Cristo no fue un profeta de palabras, sino de hechos. 

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                   FINALMENTE COMPRENDÍ....


  Y finalmente entendí que no estoy acá para impresionar a nadie… 

Puede que haya tardado un poco en darme cuenta de que la única aprobación importante para mí debe ser la que yo misma tenga, que a quien debo impresionar es a mí misma, que los esfuerzos deben estar asociados a lo que yo quiero para mi vida, no a lo que alguien más espera de mí. 

Agradezco a todos los que de manera sana quieren lo mejor para mí, gracias por todas las sugerencias, gracias por el apoyo y quizás por hacerme ver las cosas desde un punto de vista totalmente distinto al mío, lamento si llego a desilusionarlos, pero he entendido que a pesar de sus buenas intenciones, yo no soy un anexo de sus sueños, que no estoy acá para que convertirme en lo que ustedes quieran y contribuir de alguna manera a su realización o su felicidad. Estoy acá para ser yo, con mis aciertos y equivocaciones… y sobre todo para amarme en todas las fases del proceso. 

Quizás algunos entiendan que cada uno tiene la posibilidad de luchar por lo que quiere, de encontrar su propósito, de darle un propio sentido a su vida, que no dependa de satisfacer a los demás. Los que no, los invito a reflexionar sobre este punto, a preguntarse qué sería de sus vidas si no les importara la opinión de los demás, si no estuviesen esperando la aprobación de nadie, si solo se enfocarán en hacer lo que realmente les hace felices a ustedes. 

Lo ideal sería que haciendo lo que amamos, quienes nos quieren, que son los que podrían acercarse a ser considerados para influir en nuestras vidas, se sintieran satisfechos con nuestra felicidad, que no necesariamente tiene que estar asociada a las expectativas que pudiesen tener de nosotros. 

Vivir y dejar vivir es una de las mejores maneras de interactuar, vivir nuestras vidas procurando lo mejor para nosotros, considerando no dañar a nadie con nuestras acciones y decisiones y darle la libertad a quienes forman parte de nuestras vidas de también vivir sus vidas como mejor les convenga es la base del respeto. 

A fin de cuentas esta experiencia es corta y tardarnos mucho en darnos cuenta de que no es satisfactorio ir por la vida impresionando a otras personas distintas a nosotros mismos, puede incluso ser triste y frustrante. Así que mientras más pronto tomemos consciencia del regalo que se nos ha dado, más rápido podremos enfocarnos en lo que nos dicta nuestro corazón, aunque esto inclusive represente decepción de algunos. 

Quien bien nos quiere nos aceptará, nos apoyará y nos impulsará a vivir nuestras vidas a plenitud, nuestra felicidad será la de ellos. Los que no saben querer y quieren intervenir en quienes somos de acuerdo a lo que ellos consideran mejor, deberán adaptarse a una nueva manera de ser, cargada de amor propio y autorespeto.

- Viviana Clara Gianitelli -

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    JESÚS Y LOS AMIGOS

"Nadie tiene mayor amor que el que da la vida por sus amigos"
- Jesús- (Juan cap.15, vers. 13) 

En la localización histórica de Cristo, nos impresiona la realidad de su inmenso amor por la Humanidad.

Por los hombres, hizo todo lo que era posible en cuanto a renuncia y dedicación.

Sus actos fueron celebrados en asambleas de confraternización y de amor. La primera manifestación de su apostolado se verificó en la fiesta jubilosa de un hogar. Hizo compañía a los publicanos, sintió sed de perfecta comprensión en sus discípulos. Era amigo fiel de los necesitados que se socorrían de sus virtudes inmortales. 

A través de lecciones evangélicas, se le notaba el esfuerzo por ser entendido en su infinita capacidad de amar. La última cena representa un paisaje completo de afectividad integral. Lavó ls piés a los discípulos, oró por la felicidad de cada uno....

Entre tanto, al primer embate con las fuerzas destructivas, experimentó el Maestro el supremo abandono. En vano, sus ojos procuraban a la multitud de los afectados, beneficiados y seguidores.

Los leprosos y ciegos, curados por sus manos, habían desaparecido.

Judas lo entregó con un beso.

Simón, quien le gozó con la convivencia doméstica, le negó tres veces.

Juan y Tiago se durmieron en el Huerto.

Los demás prefirieron estacionarse en acuerdos después de ser apresados con las acusaciones injustas.
Hasta después de la Resurección, Tomás le exigió señales.

Cuando estuvieres en la "puerta estrecha", dilatando las conquistas de la vida eterna, irás también solo. No aguardes a tus amigos. No te comprenderían; sin embargo no dejes de amarlos. Son criaturas. Y toda criatura teme y exige mucho.



XAVIER, Francisco Cândido. Camino, Verdad y Vida. Por el  Espíritu Emmanuel. 28.ed. Brasília: FEB, 2009. Capítulo 86.

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